Partida Rol por web

Se hace de noche y os refugiáis dónde cada uno ha planeado.

-Me Fui a la taberna a mirar si alguien , me había escuchado, ya que a vece parecía que a mi me ignoraba... nadie me escuchaba cuando hablaba o eso creía.
Llame a la puerta haber si estaba abierta o cerrada.

Espero que me hayan hecho caso , porque creo que este sitio es el mejor para podernos refugiarnos .

Esperando me quedo haber si esta abierta la taberna o cerrada... al lado de la puerta.

Que noche tan bonita hace y la luna que sonrisa tan hermosa tiene , ojala que esta noche no muera nadie mas del pueblo .

esperemos eso el destino decidira eso ,rezemos que no pase nada...buenas noches gente nos vemos por la mañana

El miedo os paraliza, pero no podéis dejar que os venza. Valientemente, os dirigías hacia el lugar que cada uno ha elegido para dormir.

 Estoy en mi casa y con mi hermana al lado, sabia que no podiamos dormir al saber que nuestra hermanita murio, William no podia dormir luego de eso , necesitaba saber que se sentia a salvo.

Me dirijo hacia mi cuarto para prepararme para dormir. Si me quedo despierta será peor.

Me voy a mi casa, lo mejor era descansar y allí estaba segura. Esperaba no tener problemas. Estas muertes me causaban incordio y me hacían sentir incomoda e insegura. Seria mejor descansar para estar lucida por la mañana y buscar a los culpables.

A mirar que nadie pasaba por la taberna , me di cuenta que nadie me escucho.
Me fui entonce a mi casa a dormir tranquilamente, cerré mi puerta bien por dentro y las ventanas... Me fui a dormir.

Al ver que la gente salía de la taberna, el médico se dirige a su casa, a dónde podrían encontrarle si había algún herido durante la noche. Todo el asunto de los asesinatos eran un incordio para él, ya que se tenía que levantar todas las mañanas con reconocimientos de cadáveres. La única ventaja de un pueblo es que como no había casi gente, no había casi enfermos y podía investigar todo lo que quisiese...

Volví a casa, quería refugiarme y olvidar un poco esas reuniones del pueblo que ya me estaban taladrando la cabeza. Pasé cerca de la casa del doctor y me pregunté si era buena idea hacerle una visita, quizás supiera un poco más de los acontecimientos que se estaban dando en el pueblo. Llamé a la puerta con determinación, esperando a que me respondiera.

Vuelvo a casa acompañado por mi perro. Una vez dentro me siento y pongo un par de troncos en la chimenea y la enciendo para caldear un poco el ambiente. Mientras tanto voy a la despensa y traigo una jarra de vino y un mendrugo de pan con un poco de longaniza.

Poco a poco la voy preparando en la chimenea hasta que esta bien hecha y comienzo a cenar observando tranquilamente las llamas, con mi perro sentado junto a la chimenea. Poco despues me acuesto esperando el nuevo día.

Al no recibir contestación alguna, decidir ir a casa. Si, lo mejor era permanecer a buen resguardo.

 Por lo que veo, poner a esta gente de acuerdo es tan fácil como hacer que una vaca baje una escalera. Bien, ya que muchos han decidido ir a sus casas, no se si crean conveniente que haya guardia esta noche. Me ofrezco voluntario nuevamente, y sería conveniente que esta noche seamos más numerosos, para poder vigilar simultáneamente las casas del pueblo. Y si nadie quiere, pues me quedo esta noche aquí en la taberna, y que sea lo que dios quiera.

Yo puedo acompañarle, Luca. Todo sea por el bien del pueblo.

Sheila se dirije hacia su casa y como la noche anterior cierra la puerta con pestillos y para terminar de asegurarse atranca la puerta con un baúl-Así bastará-murmura.Después se pone el camisón y se mete en la cama, pero no consigue conciliar el sueño debido al miedo.

-Y que Dio nos perdona-Comento en alto en el linde de su cama antes de meterse y esperar a que mañana fuera un dia monotono y tranquilo.

Se dirige a su casa con su hermano sin decir ni una palabra. Todavía recuerda el momento en el que se entero de que Dulcinea habia muerto.Parece que su hermano no puede dormir, y ella tampoco consigue pegar ojo.

No he hablado apenas en todo el día como is mi mente estuviera en otro lado.
Me he limitado a observar a los demás y desconfiar de ellos en silencio.

 Miro a Rais y le digo: de acuerdo, esta vez no haremos lo que hicimos ayer: vamos a estar dando vueltas por el pueblo todo el tiempo, para tratar de cubrir la mayor cantidad de territorio posible. Separarnos no es buena idea, porque nos arriesgamos a que nos maten o a que nos acusen de asesinos, si lelgara a pasar algo. Pero, confiando en Dios, esta quizas sea una noche traquiela. Vamos

Y me dirijo a la puerta, donde le espero para salir.