Partida Rol por web

la temperatura descendía mientras los estudiantes y el Dr. mantenían o trataban de mantener alguna que otra conversación, estar encerrados en aquellas circunstancias sí que hacía subir los egos y la irritación. Las tazas, ahora vacías, reposaban sobre las diferentes superficies durante la entretenida partida de Monopoly... O entretenida sólo para el que iba ganando, seguramente se avecinaba una volcada de tablero por el creciente enojo.

Pronto, se percataron que el guardabosques Pete había vuelto a su habitación en algún punto de la partida. Unos golpes provenientes de su habitación comenzaron a acentuarse cada vez más y ahora acompañado de unos gritos. - ¡NO! ¡Mamá! - Era difícil saber qué decía ya que los golpes amortiguaban la voz del guardabosques. Los niños y el Dr. corrieron rápidamente a la habitación para auxiliarlo, golpeando la puerta hasta poder abrirla de par en par.

La escena era hórrida, el guardabosques se encontraba luchando con una criatura fuera de este mundo, era una bestia con sed de sangre. El guardabosques, ahora herido, se abalanzó sobre el suelo para tomar su escopeta al mismo tiempo que la bestia se amedrentaba contra este, cortándolo por la mitad y dejando sus intestinos sobre la alfombra que recubría el suelo.

- E-es el Hom-b-bre O-so Cerdo... - Decía Pete con sus últimas fuerzas, momento que aprovechó para accionar el gatillo de la escopeta y volando los sesos de la bestia, salpicando toda la habitación y a los invitados refugiados de pies a cabeza. El cuerpo del hombre oso-cerdo reposaba sobre el suelo al igual que el guardabosques. 

En una de las paredes de la habitación se encontraba un tablero de corchos donde se mostraban diferentes fotos de una bestia en muy baja resolución, en un post-it ponía "Hombre Oso-Cerdo", acompañada de diferentes fotos de desaparecidos. Entre estas y más notas se encontraba un papel sacado de algún libro antiguo con el único texto legible: "...sangre probablemente podría contaminar al huésped... Convirtiendo... Oso-Cerdo... Aunque no... se da en todos los casos...".

El cuerpo inerte del hombre oso-cerdo comenzó a volver a la normalidad hasta adoptar la forma de una señora de avanzada edad, junto a la cama del guardabosques se encontraba una foto en un marco donde salía él y su madre saludando. Aunque su cabeza haya explotado, se podría entender que la señora era la madre del guardabosques.

El aceite de las lámparas era algo escaso, así que la luz estaría algo reducida en las próximas horas. Esta vez estaban seguros de una cosa, hasta el momento no había otro hombre Oso-cerdo y... Según la nota, algunas personas son más propensas a contagiarse de la "enfermedad".

¿Cuántos de ustedes estarán contagiados?
¿Quiénes serán?
¿Pete tenía incesto con su mamá o simplemente eran muy unidos?
¿Por qué siguen teniendo monarquía algunos países?
¿Chabelo se proclamará como último ser más longevo?

Me adelanto a todos a empujones, en primera instancia no he visto nada, ya que me había acercado sin ningún interés...

Importándome una mierda la sangre, sesos, vísceras en general, agarro el arma del guardabosques... No se que mierda pasa aquí pero eso... señalando con el cañón del arma a la vieja hay que sacarlo de la casa... miro al Dr. House... usted parece el mas competente de toda esta panda de gilipollas... apunta con el arma a todos... vuelve a apuntar a la vieja... baje al sótano a buscar... tablas, clavos, y algo para que la luz no se apague...

Tras ver todo de primera mano reaccionaria al sentir la sangre junto a partes de sesos encima de él. Correría despavorido empujando los que pudo para pasar hacia el extremo contrario de donde se encontraban todos (el cuarto del Guardabosque)

AHHHHHH!!!! ¡ESTA MUERTO!  Ahora ese otro cogió el arma y no deja de apuntarnos!

 ¡¡¡NOS ASESINARA!!!

Se limpiaría la cara y acercaría una lámpara a él, para no sentirse a oscuras y pensaría lo que su héroe haría, en cuyo caso heroína.

Que haría kathryn janeway si estuviera acá. 

Debemos pensar bien que haremos. de momento voto por dejar cerrado el cuarto de el guardabosque hasta decidir que haremos con ellos. Les recuerdo que afuera esta cayendo la de dios y no seria inteligente sacar los de la casa. 

¡NOS CONGELARIAMOS! 

Alguien que le quite esa arma Joseph. que tal tu Dr. House

Y por favor que alguien me traiga un café!

Escucho opciones...

¡A mi me vas a quitar los cojones treinta y tres!... apunto sin tocar el gatillo del arma... se nota mi nerviosismo en mi voz pero no titubeo ni tiemblo con el arma... no me fio de ninguno de vosotros... sigo apuntando a todos... mi padre es militar y no es la primer arma que empuño...

La escena en la habitación es dantesca. No entiendo como esos críos no terminan vomitando al ver al hombre partido en dos y a su madre, antes convertida en esa cosa, si cabeza por el disparo de la escopeta. La puta de Cuddy si que iba a pagarme esto. Me estaba cabreando cada vez más, cuando el mocoso de mierda que casi se electrocuta acaba cogiendo la escopeta y se pone a dar órdenes, como si fuese el líder. ¡Si es un puto crío de mierda!

Escucho hablar a otro que parece tener más sesera y mientras el plasta de la escopeta está distraído con el que está hablando le doy una colleja. - ¡A ti quien cojones te ha elegido como líder de nada! ¡Y trae eso antes de que hieras a alguien! - Le dije sosteniendo la escopeta por el cañón para quitársela.*

- Si quieres ese material, te bajas tu solito al sótano a buscarlo, que para eso tienes piernas y manos. - Pues sí, estaba yo para bajar escaleras y subirlas con mi pierna si medio muslo. Saqué un frasco de mi bolsillo y de él una pastilla y me la tomé. Necesitaba esa vicodina o acabaría todo mal esa noche. De no ser porque no sabía cuanto tiempo íbamos a estar allí y mi dependencia a esa medicina, les hubiese puesto vicodina en el chocolate y estarían todos colocados y sin dar por el culo. Una parte de mí se arrepentía. La otra no, porque no podía quedarme sin ella.

- ¡A ver! ¡Todos los que tengan sangre o mierda de ese incidente, que vayan a lavarse! ¡Y tú! - Le grité al idiota que había cogido la escopeta. - Ve a quitarte el chocolate que tienes en la cara, que parece que tienes perilla de marica y luego te bajas a por lo que quieras al sótano, pero aquí no das una puta orden más o te aseguro que descubriras lo que es el first fucking. - Dije moviendo el bastón, dejando claro que iba a usar con él.

- ¡Vamos chicos! ¡Si se contagia por la sangre cuanto antes os lavéis menos posibilidades de enfermar y convertiros en esa cosa! ¡Y no quiero ver a ninguno llorar o le mando al sótano con el payaso este! - Exclamé refiriéndome claramente al idiota que quiso mandar... y miré al tonto del bigote y la corona, otro que iba a ir de culo esa noche.

Aquella situación no era para nada extraña para el joven Richard Rich, que un pobre terminara en un charco de sangre en su presencia era lo habitual, especialmente si estaba en horario de servicio.

-Estimados, en este mundo hay gente que cubren distintos roles en la sociedad. Unis como yo servimos para mandar, otros como el tipo de la escopeta servirá para defender los intereses de quienes mandan. Así que dejemosle su arma.

Dando saltos delante del doctor, intento sin éxito arrebatar el arma que tiene ahora en su posesión... Usted no me da ordenes... Ja!... si ni mis padres pueden conmigo, va a poder usted...
Me miro las manos y están llenas de sangre... las aireo, dejando caer trozos de cráneo contra el suelo... digo entre dientes y frustrado... Por si acaso, haré caso al tipo este... Pero que se ande con ojo ese panoli... mientras me encaramo con una silla al fregadero de la cocina...
Acto seguido digo... Si eso se queda en la casa y se vuelve a transformar, a ver como lo retenemos, capitán pescanova... le digo al Dr. yo lo dejaría fuera... mas que en una habitación... pero como te consideras el capitán del barco... ya secándome las manos... y tirando el trapo a la cara del que estaba después de mi en el fregador... ¿que hacemos?...

Al llegar a la habitación no puedo creerme lo que veo, nunca me han gustado las películas de miedo

-¡AYY, CARAJO!!- y vomito sobre la chaqueta de Tweek

Mareado por la experiencia voy asintiendo a unos y otros sin entenderlo muy bien, pero parece que el Dr.House tiene razón. Después de todo es un adulto, y aunque es un boomer de mierda mi mama siempre insistia en hacer caso a lo que te dicen. Y dice tacos como mi abuelito

-¿Y si en vez de sacarlo de casa solo abrimos la ventana y cerramos la puerta?, se congelarán como polos y no tenenmos que hacer cosas complicadas. Yo por si acaso voy a limpiarme las manos. Vamos Tweek, que eso empieza a oler mal-

Franco horrorizado se queda inmóvil hasta escuchar los primeros gritos.

-AHHHHH! DIOS MIO!

Uno de los chicos toma el arma apuntando como un psicopata a los demás mientras franco vuelve a inmutarse, en cuanto deja de apuntarlos Franco corre a los baños para lavarse lo mas rápido que pueda.

El chico de pelo rojo y dudosa descendencia irlandesa estaba dormido delante de su ficha, le toco la plancha, se la cambio a Tweet por su taza de chocolate, y se levanto sobresaltado al escuchar los gritos de alguien con mamitis aguda.

-Por los clavos clavados de San Patricio, que es to do este alborotto. -Se acerco de los últimos para ver aquella escena de gente sin cabeza, ni mitades de cuerpo y no pudo hacer otra cosa mas que desmallarse encima de R.Rich al mas puro estilo drama familiar.
-Por la madre pa tría, esto es horrible. -Esputo desconsolado.

- Precisamente porque no soy tus padres, tengo más ventaja de la que crees, enano. - Respondo al piojoso al que le quité la escopeta. Estaba descargada y manchada de sangre. - Genial, yo también tendré que lavarme y la escopeta, salvo que aparezcan más cartuchos, no vale más que para golpear con ella... y ojo chaval no sea que la estrene contigo. - Le dije con tono de pocos amigos a aquel criajo que se había pegado a mí, mientras que los demás empezaban a dar síntomas de estupidez infantil.

- A ver, estan mu-er-tos. Ninguno de los dos se va a levantar. Lo que hay que hacer por ahora es cerrar esa puerta, no entrar más en esa habitación y lavarse bien la cara y las manos... - Uno de ellos tenía sesos en la cabeza. - Tú mejor a la ducha... que tal y como vas el lavabo no te servirá de nada.

Y tal y como hiciesen los críos, me lavé las manos, como si fuese a operar y de paso limpié la sangre de la escopeta usando una de las toallas ya mojadas por el paso de los críos para dejarla lo mejor posible. Usé esa misma toalla ya mojada y demás para limpiar el pomo de la puerta del dormitorio, que había quedado con sangre, la abrí y tiré la toalla contaminada dentro. Apoyado en mi bastón regresé a lavarme las manos otra vez.

Como me jodía, tenía una enfermedad que no conocía delante mío, muestras por toda la habitación, seguramente algún contagiado y mi equipo de diagnóstico y mi hospital estaban demasiado lejos como para poder averiguar como se transmitía eso, porqué a unos sí y a otros no y encontrar una cura a esa enfermedad. Porque sin duda era una enfermedad.

Al menos el crío al que le quité el arma parecía querer colaborar conmigo. Los demás se comportaban como críos.

- Yo no puedo subir y bajar escaleras. Así que si bajo al sótano me costará subir. Cuando me dijiste que bajase a por esas cosas, tenías una idea,  ¿no? Ahí tienes un montón de manos ociosas que pueden ayudarte a coger lo que necesitas. - Le dije más tranquilo sin saber aún que la puerta del sótano estaba cerrada.

Miré a los críos, debía asegurarme de que se habían lavado bien o tendríamos problemas y así de paso aquel macarra pelota, podría elegir a quienes llevar al sótano de los que considerase limpios. Pero antes revisé sus manos y su cara.

- ¡A ver mocosos! ¡Dejad de llorar y de cuentos de terror y todos a formar aquí delante! ¡Os quiero en fila frente a mí, con las manos extendidas hacia arriba! ¡Vamos! - Miré al que me acompañaba. - Tú te quedas a mi lado. De los que vea limpios, elige a los que necesites para subir las cosas, los que vea aún con sangre, les mandaré que se laven de nuevo. Y los que no colaboren... ¡Aquellos que no colaboren les sacaré de la cabaña y les dejaré morir en la tormenta cogelados! - Amenacé y estaba claro, al menos por mi parte que lo haría. - ¡Así que espero que ninguno me de problemas!

Y así fue como fui examinando a crío por crío que tal se habían lavado y mandado a algunos a repetir el lavado. Pero por lo general, todos los que se ofrecieron "voluntarios" se habían aseado bien.

¡Cac Naofa!, ¡Cac Naofa! Soltó a gritos el pequeño irlandés abrazando su peluche en el momento que Pete murió -Lo mataron, no puedo creerlo, de verdad no puedo El Hombre Oso Cerdo no es real, se necesitan estudios para confirmar su existencia- Hablaría incrédulo dando su opinión Yo estoy de lado de Joseph Al ver el arma en sus manos se quedo sin opciones mas que apoyarlo, al menos eso fue hasta ver que el arma cambiaba de propietario oiriúnú chun maireachtáil, Apoyo a quien tenga el arma en sus manos De uno de sus bolsillos el pequeño irlandés saco una moneda de oro tirándola al aire varias veces para probar su suerte.

Vale, panolis... se va a acabar la luz... y mientras que el Capitán Pescanova no sea un gusiluz... hay que pillar cosas, como he dicho antes he visto un sótano por ahí... señalo con el dedo la dirección... ¿quien me acompaña a recoger materiales?...

Sin perder un momento me limpio cuidadosamente las manos y luego voy a enseñarselas al doctor House, momento que aprovecho para hacerle algunas preguntas

-¿Porque vino a una excursión infantil?, ¿de verdad es doctor?, ¿doctor de que?, ¿porque no puede bajar escaleras?, ¿Cual es el tumor mas grande que ha visto alguna vez?, ¿Conoce al doctor Strange?...-

Y así, sin hacer caso a Joseph y sus planes con el sótano

Viendo que nadie me acompaña y que cada uno esta a lo suyo y la poca luz que queda, ya titilaba... Vale colgaos, vagos de mierda... doy un brinco del sillón... Lo tendré que hacer yo... me voy refunfuñando hacia la entrada del sótano... si alguien quiere ayudarme, ya sabeis donde encontrarme... joder... que asco de gente... saco un mechero de mi bolsillo que apenas alumbraba ya que también estaba casi en las ultimas... veamos que puedo encontrar... voy bajando los escalones...

- No, no soy gusiluz, pero si te meto una vela encendida por el ano, quizás alumbres lo suficiente esta noche. - Le dije al parias aquel, pero al menos parecía tener ganas de colaborar. Yo no podía ir con el bastón y la escopeta inútil en mis manos y que aquel niño dijese que seguiría a quien tuviese el arma me dió una idea. - ¡Eh! ¡Futuro gusiluz! - Le lancé la escopeta. - Yo no quiero tener un séquito de mocosos detrás mío, solo que me hagan caso en caso de urgencia y por ahora necesito pensar y moverme tranquilo. Tú necesitas más "el palo del poder". Así que hala, a mandarles. Y a partir de ahora te llamaré Dedo y Medio de Frente.

Y de golpe se me pegó uno de aquellos mocosos con mi preguntas, mientras yo empezaba a revisar lo que había en aquella planta, abriendo muebles y demás. La noche iba a ser larga y querrían cenar... - Encima de puta niñera.

- Porque una bruja malvada me engañó y me hizo venir. - Le respondí al crío mientras abría cajones. - Sí, soy doctor. Mi especialidad es la nefrología y la infectología... - Me iba a tocar explicar que era aquello, pero seguí respondiendo a sus preguntas. Quizás el mocoso me sirviese de algo al final. - Porque no me apetece bajarlas y subirlas. - Respondí seco al tema de las escaleras. - Pues ahora mismo estoy viendo muchos por aquí, normalmente los llamo parásitos. Se acomodan en el útero de una mujer, empiezan a crecer y salen nueve meses después por un hueco que se llama vagina por entre las piernas. Las mujeres se encariñan con esos tumores o parásitos y les ponen nombre y todo, y les van viendo crecer y crecer... Busca al más alto o gordo de todos y tendrás delante el túmor más grande de esta sala. - Le dije con sarcasco al crío, algo que no entendería.

Luego me habló del doctor Strange.

- Sí, he operado con él y todo. Era un buen médico hasta que tuvo el accidente y se retiró. No he vuelto a saber de él. - Le dije sin hacerle a penas caso ya, empezaba a cansarme con tanta pregunta. ¿Acaso no se callaría nunca?

Oigo al Dr. diciéndome algo, subo los pocos escalones que había bajado, me giro y en ese momento cae en mis manos la escopeta, compruebo que esta descargada, sacando los cartuchos y me la hecho a la espalda con la correa... Sabia que volvería a mis manos... Miraré si hay cartuchos... voy bajando otra vez los escalones...

Tras varios intentos para abrir la puerta del sótano, por fin Joseph lo lograría a costa de casi romperse un hombro al desatascarla. En el sótano se verían unas cajas con periódicos antiguos, unas sillas y chatarra, ah, también un pentagrama dibujado con sangre sobre el suelo.