Partida Rol por web

Honor de Gladiador.

C20: Arena de Detritus.

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26/06/2009, 09:58
Angel.

Cada vez que el Eladrín entraba en ataque y estaba a punto de rozar al mediano una de sus cejas se levantaba, interrogante.
En un entrenamiento normal, Angel no era capaz de acercarse ni lo más mínimo con la gladius porque Champiñon parecía leerle los pensamientos... pero hoy tenía la mente distraida.
Así que Angel probó ataques cada vez más feroces para ver si traía de vuelta al mediano a la batalla, para luchar así prefería hacerlo con un muñeco.

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27/06/2009, 20:23
CALENDARIO.

TRANSCURRE UN DIA.

CUARTA RIQUEZA DE BANE 4480:

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28/06/2009, 23:58
[RIP] Champiñón.

Estos días llevaba atareado continuamente, tenía que poner a punto la casa, eso no duró mucho, pero luego debo prepararme para el desafio de las bestias, una lucha en la que todo serán posibles enemigos, ya que no se podrá confiar de sus antiguos compañeros. 

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29/06/2009, 08:24
CALENDARIO.

TRANSCURRE UN DIA.

CUARTA SANGRE DE BANE 4480:

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29/06/2009, 19:53
Arena.

- Es el día de la Sangre, el día de la lucha, la muerte y la Gloria en la Arena.

- Los luchadores de la Escuela Amarilla (Lagartija, Petaculos, Muñón, Marronoso, Bilis, Legionario, Babosa, Bella Mugiente y Zampatrancas) llegan temprano, acompañados del Instructor Amarillo, Limonero, Demoses y otros tres guardias. Se dirigen directos a la Sala de Descanso Amarillo desde los corredores subterráneos. Allí los esclavos de la Arena ya lo tienen todo dispuesto.

- Champiñón llega algo después, a la Sala de Descanso Roja, donde le espera Angel y algunos criados.

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29/06/2009, 19:57
Vocinglero.

- "¡¡¡Hagan sus apuestas, hagan YA sus apuestas!!! ¡Apuestas por el ganador absoluto de la prueba!

¡Dos a uno en favor de Champiñón! ¡Uno a uno el resto! ¡Uno a tres contra Babosa!" -

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29/06/2009, 20:01
Petaculos.

- ¡Vocinglero! Apuesto 10 por mí

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29/06/2009, 20:03
Vocinglero.

- "¡Anotado! Cojo el oro y aquí está el boleto de apuesta." -

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29/06/2009, 20:36
[RIP] Champiñón.

- "¡Apuesto diez oros por Babosa y diez por mí!" -

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29/06/2009, 20:37
Vocinglero.

- "Anotado y cobrado. ¡Toma tu boleto Campeón! ¡Apuestas cerradas!! ¡Se cierran las apuestas!!"

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01/07/2009, 12:31
Lagartija.

Orgullo y frustración, alegría y tristeza, satisfacción y dolor. ¿Cómo es posible que tales emociones, tan encontradas, puedan experimentarse a un mismo tiempo? Solo cuando en tu interior algo se ha roto.

Nuevo día de Arena. Nuevo día de esplendor y gloria logrados a partir de nuestras armas y heridas. Hoy se celebra el Señor de la Bestias y poco o nada sabemos de qué nos deparará la lujuria de sangre de este pueblo siempre hambriento de muerte. La presencia del Gobernador de Perditia no es sino sinónimo de complicación. En su afán por agasajar a su invitado, sin duda, el Gobernador de Detritus habrá echado la casa por la ventana. Se verá.

El rastrillo se alza. Al sur y al norte. Frente a nosotros, en la lejanía, el mediano con su capa roja, emblema de su nueva escuela se alza con su corta estatura en solitario. Resuenan los ecos de los músicos que anuncian el comienzo de los juegos. Tras los saludos, mis sospechas se confirman. Ocultas puertas laterales abren sus fauces y vomitan su contenido. Seis fieras, cinco lobos y un oso de aspecto imponente. Y la batalla por el triunfo comienza.

Tomamos posiciones, distribuyéndonos sobre la Arena en un esfuerzo por lograr la máxima ventaja. Hoy es el día en que puedo dar mi máximo, donde mi condición de Líder de Combate servirá para ayudar en cuanto pueda a mis compañeros.

Las bestias, igualmente, hacen su elección. El oso, un monstruo cavernícola inicia una alocada carrera contra el capa roja, los lobos se centran en nosotros y la primera sangre se derrama. La de mi hermano de raza en lo que no será sino la señal de su dramático final.

Bruja, enanos, elfo y dracónidos pelean juntos en algo que no sé si se habrá visto pero que costará volver a ver. Doy el máximo de cuanto está en mi ser. Mis ataques son efectivos, no así el daño que provoco con ellos. Es mi punto débil y nada puedo hacer por mejorarlo. No hoy. Ayudo a mis compañeros, restituyendo su salud cuando puedo y están al alcance de mi campo de visión. Golpeo, resto vida, curo, ataco nuevamente. Pero hoy la gloria no es para mí. Mis esfuerzos son satisfactorios y veo con agrado que otros pueden acabar con los lobos. Pero mentiría si dijera que no lamento haber derramado la última sangre de uno de los animales salvajes. Uno tras otro van cayendo en un esfuerzo coordinado, pero mi hermano de raza está marcado por la muerte. En un postrer intento de liberarlo de uno de sus enemigos, intercambio mi posición con al bestia. Y mi Aliento de Dragón envenena cuanto está a mi alcance. Casi de inmediato, dos lobos más caen. Queda uno y su vida es breve.

Ajeno al destino del mediano, centrado en nuestra batalla, caído el último lobo veo con sorpresa su cuerpo en el suelo y al oso avanzar hacia nosotros. El ataque de la bruja tiefling parece enfurecerlo y con ojos inyectados en sangre carga contra ella. De inmediato, y haciendo caso omiso de la advertencia del elfo, rodeamos al gigantesco plantígrado para intentar acabar con él. Vano esfuerzo. La descomunal ira del animal se transforma en un torbellino de zarpas que cortan como cuchillas y fauces que trituran cuanto está a su alcance. A duras penas evitamos su contraataque. Todos menos él. Mi hermano. Y todos vemos su cuerpo roto en dos, muerto sobre la Arena. Mi corazón deja de latir durante un segundo, mi sangre parece enfriarse y la realidad adquiere la textura de un sueño. Pero no hay tiempo para el dolor. No ahora.

La tiefling herida necesita resistir y una muerte de los nuestros es más que suficiente por hoy. Y por ello, me uno a mi enemiga ancestral e insuflo en ella el fuego y el calor de nuestra sagrada Montaña de Fuego. Pero no es suficiente y poco después, yace inconsciente en el suelo. Un profundo deseo de venganza arde en mi seno y mis ataques contra el oso se multiplican y bajo la bendición de Kord, mi gladius se baña en su icor, sajando su carne, una y otra vez. Nuestros ataques combinados resultan cada vez más efectivos y finalmente la bestia cae muerta a nuestros pies bajo el último golpe del elfo. La gloria de un trabajo común desaparece ante la titularidad de la muerte.

Resuenan gritos y alabanzas, pero estoy sordo al clamor del público. Miro el cuerpo del dracónido, vestigio de una época pasada y dorada que con su muerte ha finalizado para siempre. Ninguno de los presentes sabe qué puedo llegar a sentir. Los unos se dolerán de su desaparición, otros, bañados por el clamor de la multitud, embriagados por la victoria no tienen tiempo para él. En silencio, me acerco a sus restos, me inclino y recojo un poco de arena empapada con su sangre verde. Así no olvidaré y, un día, subiré las duras y empinadas lomas de la Montaña de Fuego y arrojaré esta arena a su mar de magma. Hoy, la tierra de los dracónidos llorará en silencio de la muerte de su último gran general para satisfacción de los humanos. Hoy la Montaña de Fuego rugirá.

 

 

 

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01/07/2009, 14:24
Angel.

Angel observa, estudia y -sobretodo- memoriza movimientos, ataques, conjuros, destrezas, puntos fuertes y debilidades.

No entendía porqué sentía orgullo ajeno ante aquel mediano que le había liberado de aquella jaula, debía de sentir asco por aquel subser. Pero al verlo aparecer totalmente solo y combatir al más gigantesco y brutal de los enemigos sonrió, aprobando lo que veía.
Solo el momento en que se hizo el muerto -un acto algo reprochable- empeñó la buena impresión de el combate del capa roja, aunque en su interior Angel lo prefería vivo. Aún tenía muchos ataques que enseñarle.

Cuando el oso se dirigió hacia el grupo de la Escuela Amarilla Angel observó a la Tiefling, sus curvas y sobretodo su exotismo. Durante el resto del combate solo la observó a ella, mientras la semilla de una obsesión se iba formando en su cabeza.
Vió morir a aquel dracónico con aprobación, a la vez que veía como iban hiriendo a los demás. Se preguntó cuantos más morirían esa jornada, por el podían hacerlos pedazos a todos, mientras la Tiefling y el mediano se salvaran.

Vió como el elfo acababa con el oso y daba por concluida la batalla para que empezaran a trasladar a los heridos y empezar a tratarlos. Se abrió al momento la puerta de la sala Roja y entraron los sanadores con el mediano.
Angel asintió con aprobación al mediano. Nunca más volvería a sentirse mal por dejarse enseñar por ese subser, había demostrado toda su valía y Angel deseaba empezar a poder hacer lo mismo.

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01/07/2009, 15:27
[RIP] Champiñón.

Ángel y yo, sentados esperando lo inevitable, para él, su primera prueba, luchar contra la desconocida Zampatrancas, pero en un golpe del destino, la lucha no se llevará a cabo.

-¿Enferma?, increible- pienso al escuchar las palabras informativas.

 

Así, salimos todos los luchadores para acabar con las bestias, ¿quien será el señor de las bestias?, Ahora se verá. 

 

Yo solo, en al lado de una puerta, en el otro extremo, los luchadores amarillos, por suerte, ellos no saben luchar en equipo, y buscan la gloria individual...Peor para ellos... De pronto me veo solitario, y media docena de animales, mirandome, siento miedo, pues por su naturaleza, buscarán al solitario y pequeño, a mí.

 

Como predije, el oso se lanza a por mi, en una carrera infernal, en una carga poderosa, pero yo la esquivo, y eso me da confianzas, y me hace sentirme superior, mi primer error.

 

Me separé del oso con cuidado, para poder utilizar mi ballesta, me preparo para mi ataque clave, disparo el virote, pero increiblemente, el oso ni lo siente. rapidamente y sin apenarme disparo otro virote, ese lo apunto mejor, pero el daño producido no es el esperado. Mi segundo error

 

Mientras tanto, los lobos habían cargado contra los luchadores amarillos, poco me enteré, el oso ya descargaba su zarpa sobre mi, el impacto el brutal, y me derriba momentaneamente, le respondo rapidamente por su ataque, el oso gigantesco estaba a mi merced, me lanzo con mi daga a cortarle la espesa grasa, y el ataque es certero y satisfactorio, el oso queda ensimismado lo suficiente para un intento de mi huida, pero mis pasos son debiles, y el oso me alcanza, mi cuerpo cansado, al borde de la muerte, mi mente, viva, buscando salidas. Un tenía uferzas para mantenerme en pie, pero con epseranza me tiro al suelo, me hago el muerto, el publico se lo cre, y el oso también. Al final me deja y se lanza a por los luchadores amarillos.

 

Con los ojos cerrados, descansaba sobre la arena, esta guardaba un poco de calor, y estaba agusto, me hubiera quedado así todo el combate, pero el dolor que sentía era tremendo, y mi honor lo era aun más.

 

Tras recuperarme me levanto, el publico se da cuenta de mi treta, y abuchea, al menos estoy vivo.

 

Cuando miro la lucha, veo un remolino de zarpas marrones, y un cuerpo inerte caer partido, Marronoso, el Dracónido ancestral cae. A a partir de ahí, el combate se delimita a algunos disparos mios a distancia, y los luchadores amarillos luchando cuerpo a cuerpo contra el oso, en una de esas, bilis también cae, ¿desmayada o muerta?, no se sabe.

 

Al final, petaculos da el golpe de gracia, y es honrado como un heroe, cosa poco justa, pues el trabajo en equipo de algunos luchadores amarillos ha sido importante.

 

La primera vez que no gano, ojalá me acostumbre a ello.

 

Pues de nuevo, por segunda vez, necesitaba cuidados tras un combate, yo, el campeón, estaba deteriorandome, y eso me entristecía, aun así, un gesto del Eladrin, una mirada que no relataba superioridad, me reconforta otra vez, y comienzo a pensar que luché bien.

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01/07/2009, 16:15
Muñón.

Qué injusta había sido aquella jornada.

Harold meditaba de camino a la escuela lo que había ocurrido.

El combate había comenzado de forma extraña, con la manada de lobos asustada del gigantesco oso de las colinas. Afortunadamente - al menos por aquel momento- la criatura se lanzó contra lo que se suponía era el rival más letal: Champiñón.

Libres de la furia del plantígrado, los lobos plantaron cara al grupo amarillo. Una vez más, Harold rezó poruqe sus compañeros entendieran el valor del trabajo en equipo. Y una vez más, sus esperanzas se truncaron cuando, tras sus primeros ataques, el grupo se desbandó. La bruja Tieflin optó por ignorar al lobo que se abalanzaba contra ella para acabar con el lobo malherido por el propio Muñón. La avaricia de nuevo rompía la unidad.

Muñón se resignó, sabía que algo así iba a ocurrir, y tan sólo la presencia del enorme y poderoso dracónido antiguo le daba confianzas. Uno tras otro, los lobos cargaron contra ellos, y gracias al los dos dracónidos en epesecial a Marronoso, Harold puedo cubrirse y abrasar a una de las criaturas. Al menos ésa pieza no sería robada por otro.

Harold colaboró con el resto de gladiadores opara ir rematando a los lobos, que aunque se mostraron muy tozudos, acabaron muriendo. El grupo había corrido suerte dispar. Varias heridas graves, que Harold había logrado no sufrir.

Fue entonces cuando se escuchó el aterrador rugido.

Levantando la vista, Muñón observó cómo el oso de las colinas cargaba contra ellos. Sus compañeros lo rodearon mientras él mismo y el elfo, petaculos, lo atacaban de lejos.

Champiñón ha debido caer... es un rival duro... pensó el enano. El oso, rodeado, explotó en un éxtasis de destrucción, intentando golpear a todos alrededor de él. Al no lograrlo, concentró su furia en el gran y valiente Marronoso. El general... murió con honor.

Después todo ocurrió muy rápido. Legionario, que hasta el momento había permanecido inmóvil, seguramente aterrado por algún trauma relacionado con los lobos, reaccionó. Petaculos y Babosa, bilis y Lagartija, el propio Muñón. Todos atacaron a la bestia.

Pero el oso no notaba las heridas. Con un nuevo golpe aterrador, envió a Bilis a la inconsciencia. Legionario rugió a su vez desafiante contra el animal, que durante varios minutos lo atacó con saña y acierto. Y seguía sin caer. En esas, reapareció el Campeón. Champiñón parecía la viva imagen del sufrimiento. Hariold, experto en triquiñuelas, le guiñó un ojo.

¡Vaya, parece que sigues vivo!

Y ni aún con su ayuda caía el maldito animal. Nuevos golpes casi tumbaron al humano y al elfo. Nuevos conjuros, estocadas y cortes hacían mella en él. Por fin, tras un lanzamiento maestro de Petaculos, el maldito bicho cayó. Era el momento de llorar al dracónido.

Minutos más tarde, Petaculos era nombrado Señor de las Bestias, y el gobernador de Malatea, invitado especial, ofrecía regalos a los luchadores. El elfo y el propio muñó ya eran Gorgojos, y un nuevo camino se abría ante ellos. Sólo había que sobrevivir...

 

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01/07/2009, 16:30
[RIP] Babosa.

Nueva lucha estúpida para divertir a los aún más estúpidos.

Esta vez no iba a cargar como un loco, mi objetivo era hacer que Lagartija sumase puntos y si podía sumar algo yo pues mejor.

Cinco lobos y un gran osos. El oso se fue a por Champi, Peta fue a por el oso y todos le dejamos solos.. ya vendría a robar más tarde.

Lagartija y yo, limitados por el escaso daño que provocaban nuestras armas poco pudimos hacer más que servírselos en bandeja al resto. De hecho Lagartija no estaba luchando para ganar, sino para ayudar a todos a sobrevivir.. admirable aunque a mi parecer un tanto inútil. Ni siquiera le iban a dar las gracias por ello.

Los lobos murieron sin cobrarse victimas aunque se habían merendado casi a Marronoso, hoy no era su día. Todo fue fruto del robo de presas, cosa que cabía esperar... pobre iluso mi amigo lagarto. Tuve un par de encontronazos con Peta en medio del combate. Estaba ya bastante harto de ese elfo y ya le había advertido en otro combate que me las pagaría. La cosa no llegó a más...

Champi, haciendo gala de su poder como Campeón se hizo el muerto ante el oso y este por fin vino a por nosotros. Era una mala bestia y yo solo una pulga cojonera a su lado.

No me aparté ni un solo segundo de su lado lanzando montones de tajos que abrían leves brechas en la carne del oso, desangrándolo de forma lenta pero constante. El resto se movía, se iba y volvía yo seguía ahí aferrado con constancia.

Marronoso se partió en dos debido a un garrazo del oso.. fue el único memento en el que me moví.. cogí su mangual y proseguí desgastando al oso. Hice caso omiso a la provocación de Peta sobre que esa era el arma del gran reptil. Para mi era un gran reptil muerto con un mangual que él no necesitaba y yo si.

Llegaron los momentos finales del oso, Bilis había caído, Legionario estaba para el arrastre y yo seguía como una roca ahí plantado sin apenas un par de rasguños. Tal vez Lagartija podría.. pero no, apareció quien todos esperábamos. Petaculos volvió a hacer de las suyas y se llevó la victoria.

En fin, otra lucha estúpida e inútil sin beneficios para los que no nos cobramos presas a pesar de haber herido a muchas de ellas.

Cogí mi Gladius, escupí sobre ella y esperando a Lagartija me fui de la arena.

"Una prueba para Gorgojos donde los grandes han sufrido y en la que el peor luchador de la escuela ha salido caminando sin apenas rasguños.. que ironía.."

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01/07/2009, 17:32
Legionario.

El día del señor de las bestias había llegado, era el día en el cual podría demostrar o quizá no, su valor y destreza ene el combate, a penas sabía que el escalofrío en la espalda presagiaba que reviviría su trauma pasado.

Salieron todos a la arena mientras se escuchaba los aplausos y aclamaciones del público, en seguida descubrirían de que se trataba la prueba, entonces sucedió, de repente salieron las bestias y Legionario ya no se encontraba en la arena, no estaba muy lejos de allí, en una pequeña aldea de cazadores.
 

 

Hacía unos días se habían encontrado varias reses que cuidaban para alimentarse muertas por lobos, y decidieron hacer una salida para cazarlos y así alejarlos de la aldea, Legionario pidió a su padre acompañar la expedición, el experimentado cazador no vio objeción, así el chaval podría empezar a conocer el oficio, o al menos eso pensaba.
No tardaron en encontrar el rastro de los lobos, y con ello la madriguera, aunque parecía más grande de lo normal decidieron entrar...
Lo que sucedió dentro Legionario no lo recordaba con claridad o no quería hacerlo, pero en su imagen reconoció a un enorme oso, el cual rugía con ferocidad, en el suelo yacían los cadáveres de toda una manada de lobos cuando se lanzó con ferocidad al grupo de cazadores al sentirse amenazado, o quizá por que en la sangre solo tenía simple sed de sangre, miembros de los cazadores saltaban mientras la sangre salpicaba las paredes y el suelo, gritos y agonía a su alrededor, y su padre en afán de defender a su querido hijo se tumbó encima protegiendo a este, los sonidos de los gritos y el crujir de huesoso rotos estremecían al pequeño joven que se sentía seguro bajo el cuerpo de su padre que apenas se movía, no sabía como podía ser que a su padre no le sucedía nada. Pasaron muchos minutos inclusive horas hasta que el joven decidió salir del regazo de su padre, lo que vio le quedaría grabado en su memoria a fuego, cuando fue a ver como estaba su padre la incomprensión y la locura invadió a todo su ser, el cuerpo estaba totalmente inerte y donde debía estar la cabeza se encontraba el cuello despedazado ensangrentado, el chaval salió corriendo de ese horror en busca de no se sabe el que...

 

Y ahí se encontraba en ese momento un gran oso, luchando contra los cazadores, despedazándolos, los lobos esparcidos en la arena muertos, algún cazador había caído ya, pero esta vez el chaval se había convertido en hombre, y se podía enfrentar a aquella bestia, salió disparado contra el enorme oso y sin parar a pensarlo y sin mirar a ningún otro lado se enfrentó cuerpo a cuerpo, dándole sus mejores golpes, rajando parte de sus patas traseras, e hiriendo al animal de gravedad, Legionario estaba enfurecido y rabioso y apenas se enteró que estuvo apunto de perecer en uno de los ataques del oso, aún así continuó atacando, de repente uno de los cazadores acaba con la vida del oso y Legionario se queda paralizado, lo que ve a su alrededor le deja estupefacto, no eran cazadores, eran los compañeros de celdas, por un momento parecía no saber que hacer, miraba a su alrededor como no entendiendo lo que sucedía, finalmente reaccionó y se dio cuanta que había perdido una oportunidad mas de ganar su libertad, poco a poco se retiró pensando en lo sucedido, las imágenes del pasado le invadían una y otra vez mientras atravesaba la reja, de nuevo tendría pesadillas, o al menos eso creía...

 

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01/07/2009, 18:47
Bella Mugiente.

Esta vez tengo demasiado trabajo y no creo que pueda soportar la vision de las bestias hiriendo a mis compañeros sin poder estar yo en la arena con ellos, asi que cojo el taburete que siempre uso para empinarme y ver por la ventana y lo arrimo a la mesa. Estoy sola en la sala por asi decirlo, Zampatrancas silenciosa como siempre y Limonero y el Instructor deseosos de ver el resultado por las ventanas no reparan en mi para nada.

Comienza el combate. Los gritos del publico asi me lo hacen intuir. Limonero grita -!Lobos! !Son lobos! !Y alli ahi un inmenso oso! !eso si que es una bestia! - y como para confirmar sus palabras llegan hasta mis oidos sus aullidos y sus gruñidos, que sobrepasan el clamor del publico.

Me concentro en unirme a Moradin mas que nunca desde que llegue a la Escuela, hoy muchos dependen de el. Ensimismada en mi misma, concentrada hasta tal punto que pierdo la nocion del tiempo, una exclamacion del Intructor me hace volver a la realidad Marronoso ha muerto...ha muerto el draconido Me vuelvo hacia ellos, incredula, pero por la expresion de sus caras es cierto, el inmeso draconido nos ha dejado, Moradin lo ha llamado a su lado.

Aprieto los puños y vuelvo a concentrarme, no quiero pensar que si Marronoso ha caido que les podra pasar a los demas. Agacho la cabeza y mi pelo me cubre la cara por completo, evolviendome en un circulo de paz y comunion con mi dios.

De nuevo un aumento de las voces, el Intructor y Limonero gritan tambien contentos. Me vuelvo lentamente para mirarlos, el combate ha tenido que terminar. Ansiosa salto de la banqueta cogiendola y arrimandola a la ventana. Lo primero que ven mis ojos es el cuerpo partido en dos de Marronoso. No puedo apartar la vista de el... Sin aliento recorro la arena buscando al resto y mi cara se ilumina al ver de pie a Varian y a Heresunge, no puedo resistirme a dar un suspiro de alivio y parte del peso que soportaba mi corazon ahora es mas ligero de nuevo. Busco al resto y alli estan todos...no...me falta alguien....Skara! ¿donde esta la tiefling?

En ese momento se abren las puertas de la sala, los curanderos la traen inconsciente, la han debido de sacar pronto de la Arena. De un salto me bajo del taburete y corro hacie ella mientras la ponen en una de las camitas. La reconozco de un vistazo, nada que sea grabe. Respiro aliviada y con confianza situo mis manos en sus sienes y como siempre en estos casos, la luz que emana de ellas recorre su cuerpo y se apaga en pocos segundos. Su respiracion cambia y se vuelve mas tranquila, sonrio Pequeña bruja tiefling,ya ha pasado lo peor pienso mientras le acaricio la frente para tranquilizarla. Me siento a su lado y le agarro la mano, esperando a que los demas lleguen de la Arena.

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01/07/2009, 21:10
Bilis.

Un nuevo día de combate. Rutina de sangre, heridas y muerte. Voy por propia voluntad, a dar espectáculo a la chusma. De nuevo.  Necesidades de supervivencia. Sé que ya no se trata sólo de mantenerme con vida; sé que mis compañeros se hacen cada vez más fuertes; y sé que si quiero ser capaz de defenderme de futuros desafíos debo prestarme al juego de acumular victorias para ascender en esta surrealista pirámide de poder que es el escalafón de gladiadores. La única forma de conseguir mejorar mis habilidades para seguir luchando y matando. Como casi todos, es la única razón por la que acepto semana tras semana combatir en la Arena.  Triste vida. 

Salimos a la Arena, escuela amarilla en la puerta sur y en el otro extremo, solitario y pequeño, el Campeón de Detritus, el mortífero mediano.  Esta vez nuestros enemigos serán bestias, cinco lobos en un lado y un formidable oso cavernario al otro.  Los lobos parecen atemorizados por el plantígrado, pero se lanzan hacia nosotros en cuanto el formidable animal avanza resuelto hacia Champiñón. Y empieza el combate. No lucharemos como equipo, lo sé, cada uno busca sus propias victorias individuales. Que así sea. Mi primera víctima es un lobo, maltrecho después de recibir el impacto de una bola de fuego de Harold. No puedo dejar escapar esa oportunidad – pienso mientras lo remato a pesar de tener otro lobo pisándome los talones. 

Ataques de unos y otros con mayor o menor éxito.  Moviéndome y atacando con mis hechizos de fuego apenas soy consciente de lo que unos y otros hacen. Ahí está Lagartija, el más honorable de nosotros, atacando y ayudando sin cobrarse una presa. Admirable.  Varian, persistente y resistente, atacando sin éxito a los lobos cercanos. Harold a distancia moviendo su bola de fuego a la búsqueda de víctimas; Elessar, el oportunista  reservando sus mejores golpes; Marronoso parece enorme rodeado de lobos que no le dan tregua y el humano, retirado ¿aterrorizado o esperando su oportunidad?. A lo lejos veo caer al mediano, ¿derrotado por el  oso? 

Los cinco lobos caen y todos parecen retirarse ante el formidable oso que, cansado de juguetear con el cuerpo inerte de Champiñón, decide buscar en nosotros nuevas víctimas.  Aprovecho la ocasión para dirigir mi fuego hacia él antes de retirarme. Mala estrategia. La bestia furiosa se abalanza sobre mi y en un abrir y cerrar de ojos lo tengo encima. La muerte encarnada en una bestia descomunal.  Algunos de mis compañeros se lanzan a un ataque cuerpo a cuerpo y el oso responde con un temible ataque que, por fortuna, logro esquivar. No así Marronoso. Lo veo caer partido en dos por las garras del animal. Marronoso, el enorme dracónido, el último vástago de tiempos pretéritos en los que su raza y la mía dominaban el mundo. Él, que fue testigo de esas épocas legendarias de cuyas historias y relatos se alimentó toda mi infancia y adolescencia, épocas en los que los humanos eran nuestros esclavos y no nuestros amos. Cae el último dracónido de la era gloriosa. 

La enorme estatura del oso ocupa casi todo mi campo de visión pero veo borroso a lo lejos a Champiñón levantarse del suelo y oigo a la estúpida chusma abuchearlo por hacerse el muerto. Mareada por la pérdida de sangre, el oso se alza ante mi y sé que no aguantaré un nuevo ataque cuando siento mi cuerpo recobrar energías: Lagartija está usando conmigo su poder de curación. Le debo una, aunque caiga en este combate, encontraré la ocasión de pagarle esa deuda. Lo miro agradecida, si bien sé que no resistiré mucho los embates de la bestia. Sólo tengo una opción, intentar alejarme…Dolor y oscuridad son mis últimos recuerdos. 

Una sensación de tibieza en mi cuerpo y la presión de unas manos cogiendo la mía. Abro los ojos. Bella me sonríe. Le devuelvo la sonrisa. Empiezo a acumular muchas deudas con algunos de mis compañeros – pienso agradecida.

 

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02/07/2009, 00:25
Petaculos.

Cita :

- Suerte en el combate, espero que se te dé bien.


"Aposté contra ti y perdiste, ¿por qué no has tenido suerte, Marronoso?"

Sabíamos que no iba a ser fácil. Que podía ser una masacre. Aún así, casi toda la escuela se apuntó. Y en consecuencia ocurrió lo que había de ocurrir.

Entre nosotros y Champiñón, al fondo de la Arena, aparecieron nuestros enemigos, cinco lobos y un auténtico oso cavernario. Recordaba haber visto uno en las tierras bárbaras, con las colas de quince flechas colgando de su cuerpo y que segía matando, un ser temible.

Y más temerario que valiente avancé hacia él, solo, pensando que me seguirían los demás. Hicieron bien, aunque en su momento no lo vi así. La criatura, afortunadamente para mí, me ignoró. Habría muerto si hubiera cargado contra mí. Lo sufrió Champiñón.

Había salido a la Arena con la intención de luchar al lado de mis compañeros. Pero nadie me creería si lo contara. Al fin y al cabo, luchando cuerpo a cuerpo soy prácticamente inútil, y mis únicos golpes con posibilidad de éxito me dejan desarmado y a merced de mis enemigos, por lo que no puedo hacer otra cosa que racionarlos. Aún así, lo intenté repetidas veces cuerpo a cuerpo contra los lobos, ayudando a Marronoso, quien ya herido en el frenesí de la batalla casi me envuelve en su llamarada de fuego.

Ya todos mostraban un absoluto desinterés por el resto.

"¿Soy yo el culpable, comencé yo todo esto?"

Este día, Bilis inició el robo de víctimas, atacando a los débiles e ignorando a los próximos. Los ataque se sucedían sin preocuparse por quién hubiera al lado. Yo esquivé a Marronoso, pero no él a Muñon. Y la cosa continuaba...
Cita :

"Has obrado bien elfo, igual que hiciste con las Mutarachas."

El mismo enano que fue el primero en seguirme en los robos de víctimas, que durante la semana había estado amistoso, que hoy seguía más interesado en "anotar"... no dudó en atacarme a traición al pasar junto a él cuando me dirigía al lobo más cercano. Mi percepción del combate cambio necesariamente. Ya era inútil intentar luchar codo con codo. Cuando pude me alejé y empecé a "anotar".

Y en éstas acabamos con los lobos y vino el oso, después de haber acabado con Champiñón, o eso pensábamos.

Ignorando mi advertencia, todos se lanzaron a por él. Y ése fue el fin de Marronoso, el épico guerrero que no conocía ni el miedo ni la prudencia.

Al final, sin Bilis, pero con Champiñón y Legionario resucitados, jugándomelo todo y a punto de caer, murió el oso de mi mano. Sabía lo que ocurriría ahora: las miradas, los rencores, la regañina de Limonero... Pero esta vez no habría cerveza con Marronoso. Y todos jugaban al mismo juego, nadie salvo quizá Lagartija podía mirarme por encima del hombro.

Mientras llegaban los camilleros y recogía mis dagas fui llamado a la tribuna. Allí, el Gobernador me dio mi premio y el de los otros ganadores de la prueba.

- Gracias, gracias, gracias... - Era todo lo que acertaba a decir. No me atreví a pedir para Marronoso un funeral de Liberto.

Y así volví a la sala de descanso de la escuela.