Partida Rol por web

Miro al guardia y pongo cara de preocupación..
Yo lo voy a intentar, pero es que ya he dicho mil veces que no he tocado un arco hasta que llegué aquí.. aish.. empiezo a sentirme un poco presionada..

Un guardia sonríe a Bola de Sebo con cruel ironía.

- "Parece que tu jefe Kurt el Narco morirá mañana en la Arena. Espero que Bizcochito lo deje como un colador.

Malditos Chuches de mierda, espero que acabéis todos muertos como tu jefe, puto camello." -

El Instructor Azul se dirige a ti en privado:

- "Mañana lucharás en la Arena por vez primera. Te enfrentarás al mejor guerrero de la Escuela Amarilla. Espero que ganes. Además, si sales vencedor se te concederá alguna ventaja en el Campeonato de la semana que viene: tal vez poder usar un escudo además del gladius, o poder llevar una armadura de cuero, o tal vez usar un arma más pesada." -

- "Me gusta que abraces tu sangre demoníaca, pequeñaja. Espero que pronto seas libre para volver al Bosque de la Sangre. Te estaré esperando, quiero que me des un hijo fuerte que no sea una decepción como tú." -

Un criado te comenta:

- "Es una pena que no salieras victorioso, Petaculos. Está claro que Bizcochito no sabe disparar un arco." -

Alcanzas a escuchar a dos criados cuchicheando sobre ti cuando creen que no les oyes:

- "¿Habías visto alguna vez en tu vida a un tipo tan feo?" -

- "No, pobre desgraciado. Más le valdría que le maten en la Arena..." -

Cuando pasas a su lado, un Guardia te comenta:

- "Hay que joderse, la chiquitaja nos representará en la Arena. ¿Quién lo hubiese dicho?" -

Se levanto tras una nueva noche luchando a brazo partido contra la muerte que le carcomía en su interior.

El magro desayuno no ayudaba a recuperar fuerzas por lo que apenas lograba mantenerse medianamente estable y listo para el día a día. Una rutina que le hacía hervir la sangre por la inutilidad y pérdida de tiempo que representaba para él. Al menos había alguien mas que compartía plenamente su punto de vista y se encontraba en su misma situación.

- Piensa - Dijo a Bizcochito - Que si es tu flecha la que logra la victoria en el cuerpo del preso, este magnífico abujero supurante donde malvivimos será mínimamente mejor, al menos una temporada, con alimentos de verdad.

Cuando veo la apariencia del humano, me preocupa que se vaya a morir una noche sólo en su celda, ya que parece que su salud es muy vulnerable.

Vale, lo intentaré! Pero para que estemos mejor aquí. Digo más aimada..

Luego me acerto a Herreforo y le hablo en bajo para que sólo escuche él mi petición.

Señor Herreforo sería posible que la cama más cómoda que me gané pasara a la celda del humano? Su salud es mala y creo que rendirá mejor si descansa en una cama más cómoda por las noches.

EL draconico mira al instructor con unos ojos decididos y feroces.

-No lo defraudare maestro.

Dice simplemente, ya que las palabras eran justas y no cabia mas que decir. No lo haria pr su nuevo maestro, o por su nueva escuela, lo haria por el... para recuperar su nombre y su orgullo de guerrero.

Se encoje de hombros, conteniendo un acceso de tos.

- Mientras lo haga y nos haga ganar a mí no me importa quién nos represente esas estúpidas pruebas físicas. - Escupió un cuajarón de sangre a un lado. - Siempre que vaya el mas apto.

Se levanta cansado después de otra noche de entrenamientos especiales, había sido dura, pero seguramente provechosa, al despertar oye como alguno de los criados se refiere a el, como muchos otros lo hacían  normalmente, aunque acostumbrado a ello, eso no significaba que le gustara y no lo cortase de raíz...

Mientras se acercaron a  entregar los utensilios de aseo se levantó del suelo y tiró la manta que le tapaba del duro frío a un lado, se acercó a los criado tímidamente y escondiendo como podía el rostro para intentar no asustarles, ya al lado del que había oído, alargó el brazo agarrando al criado por el antebrazo, puso su rostro delante del suyo un instante, el suficiente para asustarle, para después en un susurro en la oreja decirle...

 - No tientes la suerte muchacho, soy lo que soy y no se puede arreglar... Pero puedo conseguir que te parezcas a mi, entiendes lo que digo... Vigila tus palabras cuando estés cerca mío...

En ese instante lo soltó y se fue para tomar su desayuno habitual...

Herreforo escupe al suelo y se dirige a Bizcochito con mala cara.

- "Bizcochito, no puedes ser tan compasiva. ¿Sabes quién es ese tipo? Pues es un brujo, y los brujos pactan con demonios y sacrifican bebés en altares. En otros tiempos menos tolerantes cuando se les capturaba se les quemaba directamente en la hoguera. Hoy en día se les da una oportunidad dejándoles luchar en la Arena, pero no se puede ser excesivamente blanco con esa clase de escoria." -

Otro día que empezaba igual que el anterior. Otro día de agotador entrenamiento físico le esperaba. Salió al patio y miró con resignación las armas : gladius y daga. Sin mucho convencimiento inició el entrenamiento.  Sus golpes eran débiles y sin fuerza y apenas resonaban contra el monigote de hierro cuando por casualidad daban en el blanco. Hizo acopio de toda su voluntad y disciplina para seguir golpeando incansablemente y no dejar que la frustración y la inutilidad de todo aquello la vencieran. No lo logró y sintió la furia y la rabia crecer en ella, la sensación de que el fuego corría por sus venas buscando con violencia la forma de liberarse. A punto estuvo de dejarlo salir para destruir el maldito monigote, pero se contuvo.

Dejó el glavius casi tirándolo junto a las demás armas, para seguir con el entrenamiento físico, a ver si corriendo lograba mitigar su frustración. Según se alejaba, se paró en seco, como si escuchara algo  y soltó una carcajada.

Si ya lo sé.. pero si tengo que pelear algún día a su lado, o al lado de cualquiera de los presentes, voy a necesitar toda la ayuda posible, y para eso necesito que estén todos en plenas condiciones.. Además todos los que estamos aquí tenemos ganada ya la muerte por un delito u otro..

-¿Darte un hijo? No me hagas reír. ¿De verdad piensas que tú, proyecto de demonio, eres digno de ser el padre de un hijo mío? Nada me has dado aún que merezca semejante honor y mucho tendrás que darme para que eso sea siquiera una remota posibilidad. ¿¡Decepción!? Tú si que estás siendo una decepción hasta ahora. Mucho ruido y pocas nueces…

Se levanta cansado después de otra noche de entrenamientos especiales, había sido dura, pero seguramente provechosa mira hacia algunos de los criados que están hablando entre ellos  con la cara un poco extrañada pero serena...

Los criados se acercaron a Caraculo para darle los utensilios de aseo mientras este se levantaba y tiraba la manta usada para dormir al suelo, se acerco a los criados de una manera extraña ocultando el rostro por alguna razón, ya cerca de ellos cogió a uno del brazo y se le acerco diciéndole algo al oído, enseguida los dos criados salieron corriendo con cara asustada a seguir haciendo sus quehaceres, pero con la cara un poco desencajada por la impresión que le había dado o por lo que le había dicho Caraculo...

Este sacó una sonrisa satisfecha de lo ocurrido y después de asearse se fue a desayunar un poco animado...

El entrenamiento era sencillo y fácil de cumplir, no por ello dedicó menos esfuerzo pues sabía que de ello podía costar e vivir o morir, habían escogido ya dos representantes de la escuela a la que pertenecíamos para la lucha del día siguiente, esperaba que consiguieran ganar, no por el echo de que a el le importase lo que les pasara, sino por lo que significaba, comerían bien en la escuela por los logros alcanzados y eso era beneficioso, Caraculo siempre miraba por su interés, y siempre sería así...

Por la mañana un criado dice algo que me anima.

- Quién sabe. Quizá todavía le quede algo de suerte.

No creía en ello.

"Suerte. No pudo ser otra cosa. Cierto es que no me salieron tiros muy buenos, pero aún así…"

Me levanto y me aseo, como siempre. Saludo a los criados e incluso hablo con ellos.

Salto al entrenamiento algo desanimado. Bizcochito me ha quitado el derecho a representar a la escuela, a hacerme famoso y sobre todo a dormir en una cama y a comer bien los próximos días. Pero "es mi recordatorio de no bajar nunca la guardia, así que cuanto más duela mejor".

Antes de que se fueran a competir le deseé suerte a la mediana con total sinceridad, porque la iba a necesitar.