Partida Rol por web

Otra mañana más, aunque me levanto con menos moral y ganas que últimamente. Supongo que nadie puede sentirse bien sabiendo que no va a pasar del fin de semana - Pienso amargamente mientras me levanto a desayunar con mis compañeros.
Raro en mí, tan sólo les hago un gesto con la cabeza a modo de buenos días y me siento a comer, aunque sin demasiado apetito precisamente.

Bien señor Herreforo, procuraré tratarlo con mucho cariño y tan sólo tensar la cuerda cuando tenga que disparar. - Asieto ante sus explicaciones. Alguna cosa más señor?

Estoy muerta, estoy muerta sin remedio y mi única posibilidad reside en aprender todo lo que pueda sobre los arcos antes del fin de semana..

- "Hay muchas dianas repartidas por toda la Escuela, prueba con todas ellas a diferentes distancias. La práctica es clave. Necesitas pasar todo el día disparando flechas. Le diré a dos criados que te sigan a todas partes llevando varios carcaj llenos de flechas.

Una vez consigas un buen índice de aciertos con blancos estacionarios empezaremos con los blancos móviles." -

Asiento ante las palabras del semielfo, a modo de compresión.

Está bien señor, me pongo ahora mismo con ello. Muchísimas gracias por su paciencia. Haciendo gana de mi habitual forma de hablar le respondo para luego irme a entrenar.

- El día va transcurriendo tranquilo entre entrenamientos.

- Para quienes ya han completado su entrenamiento especial, aparte de seguir los entrenamientos generales de mantenimiento fisico, el resto del tiempo es sobretodo de descanso.

 La mediana se sienta junto al enano. El cual la mira, viendo que que hoy no está con buenos ánimos.

 - Cuentame Bizcochito, cual es tu verdadero nombre?- Pregunta en tono confidencial.

Marronoso se despierta satisfecho, al probar los resultados del entrenamiento y el inmenso poder de golpe que este le habia proporcionado se sentia con una gran seguridad para encarar el torneo. Tras desayunar con tranquilidad, se da un tiempo para mirar alrededor de la mesa al resto de sus compañeros, como general de batalla simplemente fue haciendo un reconocimiento y una pequeña evaluacion sobre cada uno.

Este va a morir... este tal vez no... esta si... este tambien... este puede que no...

Mientras estaba sumido en sus pensamientos antes de encarar el entrenamiento basico de todos los dias, el intructor se le acerco para comunicarle su confianza en el y que debia ganar el campeonato.

-No se preocupe instructor, la sangre de mis enemigos cubrira las arenas en el dia del torneo.

Tras sus palabras continuo con el entrenamiento y los ejercicios correspondientes.

Trabajo, trabajo, trabajo, y como, como, como durante la agotadora jornada...

Me paso todo el día con el arco de un lado para otro, disparando a todas las dianas que hay esparcidas por la escuela, hasta que al final del día ya tengo el antebrrazo morado y los dedos con ampollas de tensar la cuerda contínuamente, aún así, no me doy por vencida: - si he de morir que sea peleando, no poniéndoselo fácil a alguien..

Desde que me levanto estoy pensando en las palabras de Herreforo. "Si no me dejan usar un arco en los combates, ¿qué voy a hacer? ¡Si lo que quieren es una ejecución que me aten a un palo como a Kurt!"

Lo único que puedo hacer es seguir entrenando con el gladius y rezar.

Cuatro días ya desde aquel primer combate en la Arena al que había asistido como espectadora forzada y no conseguía quitarse la sensación de asco, frustración y – porqué no reconocerlo, de miedo difuso – que se le había quedado adherida a la piel. El lamentable espectáculo de aquellos cientos de humanos borrachos, babeantes y sedientos de sangre la había impresionado más de lo que quería reconocer. Sus gritos y abucheos cuando la hicieron desfilar por la Arena junto con los demás gladiadores aún resonaban en sus oídos: la odiaban, odiaban a todos los representantes de su raza…y su vida estaba en las manos de esos puercos inmundos. Tuvo el convencimiento que si perdía en la Arena, no habría clemencia para ella.

Esa sensación le hizo redoblar los esfuerzos en los entrenamientos físicos, no porque pensara que fueran a ser de alguna utilidad en tan poco tiempo pero al menos por encontrar una vía de escape a la furia, la frustración violenta y ardiente que crecía en ella y que no lograba disipar, por mantenerse tan ocupada y agotada como para eludir la voz de su inquilino.

La noticia, dos días atrás, dada por un exultante instructor, de que finalmente empezaba el Campeonato en un par de días, cayó como un mazazo sobre su cabeza: combates a muerte. De alguna forma, se sintió liberada al haberse acabado la espera y tener al fin fecha y casi hora para enfrentarse a la muerte. No sintió miedo, ni siquiera expectación, sólo nuevamente una oleada de furia y determinación. Una buena combinación para sobrevivir.

Resuelta, se había dirigido al instructor:

- Puesto que en breve tendremos que luchar en serio, te pido que me autorices a entrenar mis propios poderes. Rodéame de guardias, si no te fías de mi, pero te di mi palabra de no utilizar mis artes en contra vuestra y la mantendré. Pero si quieres que dé un espectáculo digno en la Arena y que tenga alguna posibilidad de vencer a un amarillo, necesito afinar mis propias habilidades porque no es con esto – dijo mostrando el gladius que sostenía en la mano – con lo que lograré ganar. Esperaré tu decisión – acabó saludando al instructor con una incitación de cabeza y se dirigió a área de entrenamiento para seguir con los ejercicios.

Por la noche, ya en su celda, agotada pero con una pétrea determinación en la mirada, Bilis se sentó en el suelo con la espalda apoyada en la fría pared de piedra y las piernas cruzadas, respiró hondo y cerró los ojos. Era hora de tener una conversación seria con su otro yo…

 El enano se entrena con gran esfuerzo, practicando as estocadas, una y otra vez, hasta la saciedad, hasta que su cuerpo realiza el movimiento sin necesidad de tener que pensrlo. Practica fintas mientras lanza estocadas, para acto seguido recuperar su guardia.

 Eltiempo que no está entrenando o comiendo lo dedica a reflexionar en los preceptos de Pelor, buscando algunos pensamentos que lo logren serenar.

- Al caer la noche todos vais a descansar, excepto Caraculo, Bola de Sebo y Bizcochito, que siguen con sus entrenamientos especiales.

- Esta noche, Caraculo completa su entrenamiento en Reflejos de combate.

- "En la Arena normalmente en Campeonatos de este tipo se permite el uso de toda clase de poderes, incluyendo la magia. No es algo que esté muy bien visto y es posible que el público no os perdone si perdéis, pero vosotros dos, Sifilítico y Bilis, tenéis permiso para entrenar con vuestros poderes de brujería." -

Calendario Imperial:
- Año: 4480.
- Mes: Erathis.
- Día del Mes: 11.
- Día de la semana: Ocaso.

Otra mañana más.. aunque está casi ni veía al levantarme. Me duelen los brazo, los dedos, el cuello.. definitivamente, no es una buen mañana, pero no hay tiempo que perder. Sin separarme de mi arco, dirijo mis pasos hacia la mesa del desayuno para comer algo.

Buenos días - Digo según me siento a la mesa.

Calendario Imperial:
- Año: 4480.
- Mes: Erathis.
- Día del Mes: 12.
- Día de la semana: Riqueza.

- Van pasando los días de la semana, bastante más tranquilos y relajados que la primera semana en la Escuela.

- Los que siguen entrenando en serio todavía son Bola de Sebo y Bizcochito, el primero supervisado por el Instructor Azul y la segunda por Herreroforo, que ha hecho que los criados acarren corriendo grandes dianas por toda la Escuela para que la medidana tenga blancos en movimiento contra los que disparar.

- Bilis ha empezado a entrenar sus negras artes de la brujería, para casi todos es un espectáculo antinatural y desagradable, por lo que en general os mantenéis apartados.

- En cuanto a los entrenamientos generales ya no os presionan tanto como al principio. Es criterio de cada uno si conforme se acerca el Campeonato de Detritus dedicarse a descansar y a dormir y comer bien, o entrenarse duro hasta el último momento.

Entre los etrenamientos de estos últimos días la verdad es que no he teido ni tiempo de hablar con mis compañeros, además, que ver a Bilis practicando sus extrañas artes me impone bastante así que decido matenerme un poco alejada.

En alguno de mis escasos momentos de descanso, me acerco al enano, ya que es siempre cordial y tanto tiempo sin relacionarme con nadie pasa factura a mi humor y mis ánimos:

Hola! - Saludo al enano alegremente ( con toda la alegría del que tarta de olvidar las horas que quedan para su muerte ). ¿ Qué tal llevas los entrenamiento? Yo creo que voy a llegar sin manos a la arena a este ritmo, creo que veo hasta borroso tanto enfocar.. Por cierto, mi nombre es Dora.