Partida Rol por web

Miro a Marranoso sin decir nada, aunque comienza a darme menos miedo ya y más lástima.. - Mi primo va a pasarlo mal con la fijación que este " lagarto " ha pillado con él, por su bien, espero que pueda seguir entrenando y ser más rápido, porque este es una mole con patas y sed de venganza..

Mi vista se vuelve de nuevo hacia el instructor azul..

Yo preferiría seguir entrenando sin desafiar a nadie señor, aún tengo mucho que aprender. - Digo totalmente seria. Si no se reqiere nada más de mí, volveré con el elfo y Herreforo a seguir con mi entrenamiento. A lo que echo una miradita al elfo de " vámonos antes de que nos toque algo gratis " y luego me giro para marcharme y continuar conmis cosas.

- Una cosa es luchar cuando no tienes más remedio, a lo que casi comienzo a acostumbrarme, pero luchar para pasar el rato me parece una salvajada. Y más para que un centenar de holgazanes y gente sin escrúpulos se divierta a mi costa.

- El resto del día transcurre entre entrenamientos.

- Tal vez sea Bizcochito la que entrena más duro, con ayuda de Petaculos y de Herreforo.

- Aunque Bilis no se queda muy atrás, pese a que se entrena sola.

- Tapón y Marronoso siguen practicando una y otra vez la carga poderosa bajo la atenta mirada del Instructor.

TERCER OCASO DE ERATHIS 4480.

- Bilis ha completado su entrenamiento especial, es la única que aún no se ha pronunciado sobre los Desafíos, y hoy es el último día para declararlos.

- Los demás han decidido no retar a nadie y seguir entrenando.

Bilis calibró las palabras del instructor. Así que ahora le tocaría a ella decidir si luchar y contra quien y se sintió algo desorientada. Y enfadada. Bueno, el enfado empezaba a convertirse en un sentimiento habitual en ella desde que la habían capturado. Su mente racional analizaba cual de los gladiadores de la escuela amarilla sería el adversario menos difícil de vencer, pero su corazón rebosaba furia.  Odiaba que su única alternativa fuera luchar, no por poder, no por sobrevivir, sino como parte de un juego estúpido en el que ella era sólo una marioneta. Su vida, su destino ya no le pertenecían. No tenía remordimientos, ni sentía remilgo alguno en arrebatarle la vida a un desconocido para proteger la suya. Pero odiaba la idea de poner la vida de alguien en manos de  esa chusma sedienta de sangre,  odiaba no tener más recursos que alimentar a esa estúpida barbarie sin sentido, matar para proporcionar entretenimiento y placer a otros.

Escuchó como prácticamente todos sus compañeros rehusaban desafiar a nadie. Dora, la pequeña y escrupulosa mediana fiel a sus sentimientos, el enano fiel a su honor de paladín y el enorme dracónido fiel a su inmenso orgullo. Y el elfo que se mantenía callado, quizás analizando sus opciones como ella. Sintió cierta empatía hacia todos ellos, y se sorprendió de considerarlos compañeros. El haber sobrevivido a los primeros combates había creado un extraño vínculo entre todos ellos. Se sentía rara. Por primera vez, convivía con otros que compartían su destino. Era una sensación muy extraña.

Volvió sus pensamientos hacia los desafíos.

- Instructor, puesto que no me queda más remedio que desafiar a alguien, si quiero tener opciones en un futuro, desafiaré al enano, Babosa creo que se llama, a un combate de exhibición. Después de mi enfrentamiento con Lagartija, no quiero luchar con alguien con la capacidad de recuperarse durante el combate. Por ahora, al menos.

- "Bien, me gusta tu valor Bilis. Anotado queda un desafío a Babosa en un combate de exhibición normal. Espero que Marronoso pueda darte algunos consejos para derrotar a ese enano." -

La mente de Bilis se ofusca y por un momento se ve rodeada de un paisaje volcánico y oscuro. Una humareda negra oscurece el suelo y ríos de magma se ven por doquier.

La voz del demonio se escucha burlona, imitando el tono de voz del Instructor Azul:

- "Así que: "me gusta tu valor, Bilis". Pues a mí lo que me gusta es que por fin hayas abrazado tu herencia infernal." -

Repentinamente, Bilis es golpeada por arroyos de fuego líquido que se pega a lo que toca, derramándose sobre ella. Por un momento se siente arder en llamas, un fuego que prende sus ropas y las hace arder incluso después de que el fuego mágico haya desaparecido.

- "Estas son las Llamas de Phlegethos. ¿Te gustaría dominar este poder? Entrena durante dos semanas y sacrifica un alma, preferentemente a un humano, en mi nombre, y ese poder será tuyo." -

Declarado su desafío, Bilis se dirigió hacia el muñecote chamuscado que era su blanco de prácticas con la intención de continuar entrenando. Pasó cerca de Dora y el Elfo que también estaban entrenando cuando de repente se paró, gritó como si hubiera recibido un golpe mortal y cayó de rodilladas jadeando.

- Bastardo hijo de puta – dijo resoplando – ya hablaremos tú y yo…

Me acerco a Bilis al ver como cae de rodillas. Con mi estatura no iba a poder ayudar a levantarla, pero algo la pasaba..

- Bilis te encuentras bien? Qué te ha pasado? Pregunto preocupada a la tiefling.

- Por la tarde el sobre cerrado con el Desafío de Bilis a Babosa es enviado a la Organización de la Arena por mensajero.

- Os llegan noticias a través de varios de los criados que han estado de compras por la ciudad:

* Al parecer un legionario se volvió loco en mitad de las festividades conmemorativas del quinto centenario de la fundación de la Décimotercera y asesinó a seis personas.

* El Instructor Amarillo se ha adelantado y saltándose todos los procedimientos a la torera, lo ha comprado como esclavo luchador directamente en el Juzgado, sin pasar por el Mercado de Esclavos. Así que los Amarillos tienen ahora a un psicópata asesino con experiencia militar en sus filas...

* El Reportero del Gladiator's Digest está ahora en la Escuela Amarilla. Al parecer se han invertido las tornas y ahora son ellos más populares que vosotros. Y más teniendo al Campeón y al Subcampeón entre ellos. El hecho de tener a ese legionario asesino añade la necesaria componente de morbo a la función.

Entre los entrenamientos de la tarde nos comentan la nuva adquisición de la escuela amarilla, cosa que realmente no me hace ninguna ilusión y bueno, lógicamente tampoco se la hará a ninguno de mis compañeros.

- Si no llegaba con mi primo, que me alegro muchísimo de que haya conseguido ganar, ahora tienen a un asesino pirado.. Cada vez se nos complica más el asunto, como nuestro instructor no tenga alguna idea nos van a enterrar a todos.. No creo que los que aquí quedamos podamos hacer mucho más de lo que ya han visto.

EL colosal draconico seguia asborto en su entrenamiento, las heridas de su cuerpo no habian sanado del todo y le recordaban constantemente la deuda que tenia para con el mediano.

Ahora que ha conseguido un arma y una armadura sera ams dificl acabar con el, solo tengo que conseguir un golpe limpio. Solo uno y sera mio.

En un momento de descanso Marronoso observa a la tiefling descargar su ira sobre su muñeco de entrenamiento. Ve como la mediana se acerca hacia ella para ayudarla cuando esta cae de rodillas sobre el suelo.

Tal vez deberia darle algunos avisos sobre Babosa... es un buen luchador y si consgue llegar al cuerpo a cuerpo sera el fin de la demonio.

- El resto del día y la noche va transcurriendo entre entrenamientos.

Continúo dándome ánimos a mi misma durante todos mis entrenamientos..

- Si ya estás muerta y lo único que tienes que hacer es pelear, olvida que tienes conciencia, es lo mejor que puedes hacer. El lagarto tiene razón, tengo que pelear o morir, y como lo de morirme no me hace ilusión especialmente, al menos se lo tendré que poner difícil a esa panta de sicópatas asesinos de la escuela amarilla.

Después de usar tan a menudo el arco, ya ha dejado de dolerme el antebrazo y los dedos de tanto disparar flechas, aunque con total seguridad, pediría tambié que me entrenaran para el combate cuerpo a cuerpo, ya que después de ver pelear a mi primo, creo que la rapidez es un favor a tener en cuenta y con mi tamaño, al menos rápida si que soy.

 Tapón enseña y practica la habilidad con Marronoso, deforma insistente, una y otra vez, pero en los momentos en los que no entrena o come está sumido en sus reflexiones, orando en voz baja. Cuando habla a sus compañeros, durante las pausas entre entrenaientos y las comidas, se le ve sereno y tranquilo.

 Después de tanto tiempo, en el que se ha mantenido apartado de Bilis, se le acerca y cruza palabras formales tales como un "buenos días" y demás.

 En uno de esos escasoso momentos durante el día, en los que hay una breve pausa entre entrenamientos y las comidas Bannor se acerca a Bilis.

 - Hola Bilis. Veo que estás entrenando de valiente, como debe ser. Has demostrado una férrea voluntad y determinación desde que estamos en estas condiciones.- Habla de forma pausada, serena.- Me ha parecido notar, que no estás sola. Que alguien, algún ente, que compate tu cuerpo. Y que ta vez tenga que ver con tu... herencia racial. Puedo ayudarte de algún modo para controlarlo?

- Termina el día del Ocaso y el de la Riqueza transcurre con la rutina normal de entrenamientos.

- Llega el día de la Sangre, día de luchas en la Arena, día de Desafíos. ¿A quién habrán desafiado los luchadores amarillos?

TERCERA SANGRE DE ERATHIS 4480.

POR LA MAÑANA.

Bilis se levantó del suelo y oyó a Dora…¿preocupada?  Le resultaba extraño y curiosamente agradable.

- Sí, estoy bien no ha sido mas que…nada…Una demostración de poder de mi…mentor. El pago por ser lo que soy. – sonrió levemente – Quizás en otro momento, te contaré mi historia. Gracias.

Y Bilis volvió a sus entrenamientos preguntándose si los esfuerzos amistosos de la mediana sobrevivirían al descubrimiento de la verdad sobre ella y su demoníaco inquilino.

La sorpresa de Bilis fue inmensa cuando el paladín se dirigió a ella. Se quedó mirándole unos segundos sin saber qué contestar.

- Vaya, me sorprendes. Por tus palabras, supongo que sabes de dónde sacan los hechiceros de mi raza su poder. En efecto, tengo un mentor sobrenatural rondándome y nuestras relaciones son…conflictivas, digamos. Pero no te equivoques, no es sólo una cuestión de herencia, sino también de elección. Y creo que poco puedes hacer por ayudarme. Sin embargo agradezco tu preocupación y quien sabe, puede que en algún momento necesite tu ayuda.