Partida Rol por web

Horror en el Orient Express (2)

0.4.3 Hermana Lucía Sturzo

Cargando editor
07/08/2008, 20:39
Hermana Lucía Sturzo

Carta de la Hermana Lucía Sturzo al Padre Luigi Sturzo.

Londres, 19-Enero-1923
Mi querido Luigi:

¿Te has dado cuenta desde dónde te llega esta carta de tu hermanita, Tete?
¡Sí! ¡Por fin he salido de Italia! Por fin el Señor ha querido concederme mi sueño, íntimo, que no secreto, de ver con mis propios ojos los países y civilizaciones allende fronteras.

Sabes que vivo en el Vaticano con gran alegría, a pesar de que echo de menos nuestro bello paisaje de la Catania. Pero sabes también que en mis 24 años no he tenido otro deseo confeso que el de viajar.

Pues bien, ha sido un giro inesperado el que me ha traído hasta la Capital Británica, esa Londres que tanto aprecias, y en la que sueñas poder afincarte algún día, si tus obligaciones Eclesiásticas y tu complicada vida política te lo permiten.

El hecho ha sido que, como quizá ya te habrá llegado por otras vías, me he convertido desde hace poco en ayudante personal de Monseñor Giovanni Mercati (quizá alguien próximo, como un ilustre hermano mayor de larga trayectoria en la Acción Católica haya podido influir en eso...?), quien a su vez es la mano derecha del Archivero Mayor, Su Eminencia Francis Aidan.

Todo un cargo para mi, que consolida mi situación en el Archivo Secreto de la Biblioteca Vaticana; creo que soy la persona más joven con los derechos que he adquirido en toda la historia del Archivo Secreto.

Comprenderás que eso es un culmen perfecto para mis estudios no solo como bibliotecaria, sino también en mi licenciatura de Antropología. Por no hablar de mi afición a todo lo inexplicado y misterioso, cualquier pregunta que haya quedado sin respuesta pública, tiene un expediente en nuestro Archivo Secreto. A mi disposición...

En fin, sigo, que luego me regañas diciéndome que soy una charlatana compulsiva y que no te extraña que Dios me haya bendecido con la vocación... que era la mejor manera de recompensar al pobre hombre al que me tuviera destinada el diablo...

Pues bien, se da la circunstancia que hay una Sociedad Londinense de gente con mucho nivel económico y aún mayores dosis de curiosidad por asuntos, digamos, esotéricos, la Challenger Trust, que cada tanto celebran una reunión por todo lo alto para ponerse mutuamente al corriente de descubrimientos, investigaciones e incluso conjeturas no probadas. Y, de paso, echan la casa por la ventana.

El caso es que a esa reunión anual acude regularmente el Primer ayudante del Archivero Mayor, puesto que se considera que una Organización como la nuestra no sólo estará interesada en lo que se debata en el Trust, sino que es posible que sepa mucho acerca de ello, aporte o no alguna claridad al tema de la conferencia en cuestión.

Por tanto, una vez más ha sido oficialmente invitado Monseñor Mercati. Pero... Monseñor tuvo a bien caer en las garras de una terrible gripe hace unos días. (Si te he de ser sincera, creo que está algo harto de esas reuniones, y la gripe le ha resultado un verdadero regalo del Cielo). Y ha decidido poner a prueba mi "don de gentes" así como mi "capacidad diplomática" representando al Archivo Secreto Vaticano en tan Magno acontecimiento... (palabras textuales).

Por lo poco que he visto desde que he llegado, son gente muy adinerada, de alto nivel cultural, con grandes dosis de curiosidad y... de snobismo. Pero bien, las generalizaciones son tentaciones del demonio, así que no voy a caer en ellas. Mañana tengo la Conferencia, el evento digamos excusa para el encuentro anual. Y no quiero ir constreñida de miras a él. Veré de conocer a las personas con las que me cruce, y procuraré ser ecuánime cuando te las describa.

¡Y eso no es todo! Una vez finalizada la Conferencia, empieza otro evento... mucho más... interesante si cabe! Por lo menos para mi. Que Dios me perdone, estoy muy excitada, por que... ¿a que no imaginas...? ¡No, claro que no imaginas! Tu pequeña y tonta hermana Lucía se va de viaje... ¡en el Orient Express!

Bueno, mi querido Padre Sturzo, esta su servidora (y tremenda hermanita) se despide de vd. no sin pedirle a Nuestro Señor perdón en su nombre por el pecado de ¡envidia! en el que casi con seguridad acaba de caer usted...

Un fuerte abrazo, y que la paz del Señor sea contigo,

Lucía.

Notas de juego

Esto es lo que pienso que puede servir de historia de la Monjita, si te parece bien. Es algo irregular, pero bueno, ya me conoces...
:P
Si me das el placet la cuelgo en la ficha.
Un beso!

Cargando editor
22/08/2008, 12:29
Director

Porras, ¡pensé que había respondido ya al post!

¿Pues qué te voy a decir? Que para variar te has superado. Ya he copiado la historia en la ficha, con tu permiso, si quieres hacer alguna modificación adicional acuérdate de cambiarlo ahí tambien :)