Partida Rol por web

Horus - II

Mike, Melyssa y Samantha

Cargando editor
06/07/2013, 20:49
Ben Yaddow

Ben se levantó, para recibir el abrazo de su hija con una sonrisa y un ligerísimo e inconsciente encogerse de hombros. Ya estaba, lo había soltado. No es que hubiera conseguido nada con ello, pero, por lo menos ahora estaba en paz consigo mismo.

No era un hombre aleccionador, y más bien pecaba de parco en palabras. Pero amaba a sus hijos, y eso no requería de largas explicaciones. Sólo hechos, actitudes. Sentimientos.

Por ello puso todo su cariño en ese abrazo, y a continuación en el que le dio a Mike.

-Claro, claro, ya es hora de acostarse, y debéis estar reventados. Y yo, con mis historias, cuando lo importante sois vosotros. Hoy ha sido vuestro día, uno de los más trascendentes de vuestra vida. Perdonad, no quería en absoluto robaros protagonismo. Estoy muy, muy satisfecho de vosotros. Estamos, vuestra madre y yo. Orgullosos. En fin, mañana hablaremos de vuestros planes, y veremos en qué podemos ayudaros a realizarlos. Buenas noches, chicos.

Cargando editor
07/07/2013, 12:58
Mike Yaddow

Papá me abraza tras hacer lo propio con Melissa y le devuelvo el gesto, no se porqué pero siento que esta noche lo necesita, a pesar de que todo lo que acaba de contar parece una película de ciencia ficción él parece estar convencido de todas esas cosas que les pasaron. Le doy unas palmaditas en la espalda.

-No te preocupes papá, ha estado bien la conversación, un poco rara pero bien. Seguro que ahora te sientes mejor, no es que tuvieras la obligación de contarlo pero si era lo que necesitabas está bien. Yo te prometo que investigaré el asunto por internet, igual ha habido más casos como el vuestro. Y no te preocupes por mi noche, yo mismo me encargué de arruinarla a partir de la... Comienzo a contar con los dedos intentando hacer memoria. ...bueno no se cuantas copas de ponche he bebido ni cual fue la que me dejó tan mal.

Me giro hacia mi hermana y la abrazo a la vez que la levanto un poco del suelo, no pesa mucho así que no es difícil.

-Buenas noches hermanita. Espero que mañana nos des un poco de tregua y nos dejes dormir la mañana, al menos espero que se hayan acabado los preparativos de algo por unos días....

Cargando editor
07/07/2013, 14:42
Udjat

Habían pasado los años, y con ellos, las situaciones habían ido asentándose, como el buen vino, cada uno de ellos adquiriendo experiencia y solera.

Samantha seguía siendo un puente entre los dos gemelos, un eje, un hilo conductor. Era el punto de inflexión entre ambos, y mantenía el contacto con los dos, estuvieran donde estuvieran.

Ella seguía viviendo en Miami, aunque se había independizado de sus padres muy joven ya, a la que empezó a brillar como informática de prestigio, y sus trabajos se sucedieron en una progresiva escalada que ninguno dudaba que la llevaría a la cúspide. Por de pronto, su apartamento era una pequeña joya, un ático luminoso que, aunque pequeño, lucía como una piedra preciosa, y donde apetecía recalar de vez en cuando.

Esta fue una de esas veces, Sam les había llamado, ahora que coincidían los tres en la ciudad de nuevo.

Una comida, una charla, unas risas. Lo que se terciara...

 

Cargando editor
07/07/2013, 17:36
Mike Yaddow

Salgo del trabajo y me voy en dirección contraria a la habitual. Me ha llamado Samantha para que nos reunamos en su piso ahora que mi hermana acaba de volver de un viaje de negocios. Miro mi comunicador, si todo ha salido bien ya debería de haber aterrizado hace un par de horas. Al revisar los mensajes veo que la conversación chat que tengo con ellas ha estado activa. Ha llegado bien, se dirigía a casa para ducharse y cambiarse y luego iría hacia el piso de Samantha.

"Acabo de salir de trabajar. Voy para allá. Me alegro de que hayas llegado ok. Nos vemos en quince minutos."

Tecleo con destreza, estoy acostumbrado, no me gusta hablar al intercomunicador mientras voy por la calle si puedo evitarlo. Afortunadamente Samantha vive relativamente cerca de mi trabajo actual y no tardaré mucho andando. Hace tiempo que no las veo, Melyssa ha estado de viaje casi sin pasarse por casa unas cuantas semanas, volando de un sitio a otro y Samantha ha empezado un nuevo proyecto con su empresa y debe diseñar un nuevo sistema de seguridad. Me ha ofrecido varias veces que trabaje con ella formando parte de su equipo pero se que sería una carga para ella, al final terminaría cansándome de los horarios o del trabajo y la dejaría mal ante sus jefes, no quiero perjudicarla así que sigo disfrutando de mi actual labor de teleasistencia solucionando dudas y problemas comunes del nuevo comunicador de muñeca de Apple. Es gracioso que yo use el de la competencia, Apple nunca me ha gustado, pero el trabajo parecía divertido y aprovecho cuando puedo para convencer a los clientes que están pagando más por un producto que, aunque es bueno, no es mejor que el de la competencia. Probablemente un día me pille mi superior o alguno de los clientes me delete y vuelva a tener que buscarme otra cosa, pero que sería la vida sin esos pequeños riesgos. Si quieren que asesore bien a la gente que hagan un mejor producto y lo vendan más barato...
Me paro en un semáforo, es hora punta y no puedo arriesgarme a cruzar corriendo, así que aprovecho y vuelvo a teclear en el comunicador tras hacer una foto al tráfico y enviarla.

"Os dije que llegaría antes andando, si me hubierais venido a recoger todavía estaría esperando por vosotras, sobre todo conduciendo como unas abuelas."

Me río, eso no me hará ganar sus simpatías y seguramente se burlarán de mi porque ni siquiera tengo el carnet. No lo necesito.
Llego al portal y pico en el microlabis, me río mientras saco un recorte de revista del bolsillo con la foto del último actor guapo de moda que las tiene a todas locas para colocarla delante de la cámara, quizá a él les cueste menos abrirle. Mientras contestan espero que mi compañera de trabajo nunca descubra quien le hizo el destrozo en la revista, afortunadamente somos muchos trabajando allí. Me hace gracia, siempre pensé que las revistas en papel desaparecerían pronto y siguen vendíendose.
La broma no cuela y me descubren enseguida, no esperaba menos de ellas quito la foto y sonrío a la cámara antes de entrar en el portar y subir al ascensor. Cuando llego la puerta está abierta y solo tengo que seguir las voces de las amigas que se están poniendo al día. Hago gestos de pajaritos con las manos para criticarlas porque nunca paran de hablar cuando están juntas mientras me acerco a ellas.

-Veo que las malas costumbres son difíciles de quitar. ¿A quien estáis destripando ahora? Sea quien sea merece que lo apartéis a un lado para abrazar a vuestro hermanito. Abro los brazos para recibirlas a las dos, aunque me paro a un par de metros de ellas mientras las observo como si hubiera encontrado algo extraño. ¿Soy yo o cada día estáis más guapas? Espero que no sea contagioso o no podré quitarme de encima a todas las mujeres de Miami.


Cargando editor
08/07/2013, 01:52
Melyssa Yaddow

El vuelo fue agotador, la ducha y el reencuentro, justo lo contrario. Revitalizada y con exceso de aventuras que contar, y escuchar, Melyssa desbordaba energía. Tenía por fin el trabajo de sus sueños, jefa de un laboratorio de criminalística. Samantha también había conseguido cumplir sus deseos de toda la vida. Su casa estaba acogedora y le quedaba muy bien, la caracterizaba.

- No me canso de esta vista, es lo que más echo de menos, después de ti... y de Mike. Su amplia sonrisa delataba lo bien que se sentía de vuelta a casa. Tenemos que aprovechar estos días, hay que ir a ese restaurante del centro, el de comida vegetariana, como me gusta la comida que tienen ahí. Ah, y a ver si pasamos por la cafetería del instituto... Ja, ja, ja, aún recuerdo cuando se me olvidaron los apuntes ahí, pensaba que me iba a dar un infarto, pero tu y Mike, conseguisteis otros, hackeado el portátil del profe.

Los recuerdos se pasaban por su cabeza, como los aviones en un aeropuerto. El ruido del intercomunicador la alborotó más, si eso era posible.

- Es Mike, ya viene. Sabes, he dejado de pedirle que venga a buscarme al aeropuerto, nunca llega a tiempo. Podría trabajar contigo, es un chico listo, empezó a reírse, si se lo dices, lo negaré. Si me escucha diciendo que es listo, no lo tenemos tranquilito hasta dentro de dos años. Aún vive con mamá y papá... Es un desastre...

Negó con la cabeza, recordándose a si misma que se había prometido, no ser una criticona, por lo menos, no los primeros cinco minutos. Mientras Sam acababa la comida, empezó a poner la mesa, sacando los platos, vasos, cubiertos y la botella de vino que había traído para la ocasión. El sonido de la puerta avisaba que su otra mitad había llegado, lo sintió antes de tocar el timbre, la alegría de volver a ver a su hermano estaba desbordante también.

Escuchó la risa de Sam y en cuanto vio la imagen del interfono, comprendió por que.

- Tenemos que ir al cine, Sam, no tengo ni idea quien es ese maromo. Entre trabajo y no conocer a nadie, estoy completamente desfasada. Además, eso de salir con mis subalternos... no sé, me ven sería y me respetan, no quería cambiar eso por dos horas de diversión. Aunque hay uno de los chicos del laboratorio... Está... 

La risa invadió la sala y así las encontró su hermano. Estaba tan feliz de verlo, que estuvo a punto de llorar, se ponía tan emotiva con cosas tan pequeñas. Lo abrazó con cariño y se empezó a reír con ganas por sus comentarios.

- ¡Mike! Eres un exagerado, aunque Samanta está radiante, es cierto... ¿y tu? Oh, no pensaba que iba a pasar, pero... te echaba de menos. Además del abrazo, le dio un beso en la mejilla y se quedó así un momento, quería llevarse ese recuerdo y sentir a sus hermanos abrazándola, en los momentos más difíciles. Cuéntame, ¿que tal todo, mamá, papá... tú?

Cargando editor
10/07/2013, 13:32
Samantha

Tras las bromas, las pullas y la juerga de entrada, Sam no pudo evitar emocionarse también de estar con aquel par de amigos, quizá las personas a las que más quería en el mundo.

-¡¡Hola!! ¡Qué contenta estoy de teneros aquí, y de veros así! ¡Felizmente, quiero decir! ¡Estáis guapísimos los dos!

Nada había cambiado en ella. Ni sus gafas antediluvianas, que seguía luciendo incluso ahora que la cirugía intraocular hacía milagros, ni el carmín jugoso de sus labios aún más jugosos, ni su mirada traviesa y expresiva.

El abrazo los había fundido a los tres, ella en el centro, y les apretaba a cada uno de ellos contra su cuerpo, agarrándoles por las respectivas cinturas.

Reía como una loca, zarandeándoles, besándoles ahora a uno ahora a la otra, mirándoles con su ligeramente bizqueante miopía.

Entre la cocina y la mesa habían quedado los platos y los cacharros a medio llevar, la comida que estaba preparando olvidada. Verlos juntos era algo que aunque sucedía a veces, no sucedía lo bastante a menudo.

Por fin les soltó, y dejó que los dos hermanos se zarandearan y besaran también, mirándolos con un mohín divertido. Y, tan diligente y eficaz como siempre, siguió con su trabajo allí donde lo había dejado, y el sonido de platos regresó al poco. De la cocina salía un aroma apetitoso, Sam se había vuelto una entusiasta de la cocina francesa, y elaboraba platos de gourmet sin dificultad, con la naturalidad de un chef.

-¡Os vais a chupar los dedos! Espero que tengáis hambre, y mucha, porque me he descontrolado. Me he ido dando cuerda yo sola esta mañana en el supermercado, y he comprado kilos y kilos de exquisiteces...

Iba trayendo platos de distintas cosas, y, efectivamente, el aspecto era de delicatessen.

Cuando hubo dispuesto todo encima de la mesa, ya preparada de antes por Mel con los cubiertos y copas sobre unos individuales, volvió a ellos, empujándoles sin miramientos y con mucho humor hacia las sillas.

-¡Venga, venga, sentaos y empezad a contarme! Mientras comemos quiero que me pongáis al corriente de tooooodo lo que estáis haciendo, ¡par de rompecorazones sin piedad! A cambio prometo contaros mis novedades, aunque seguro que no son ni la mitad de suculentas que las vuestras. ¡Pero estoy contenta! ¡Oh, por todos los dioses, qué ganas tenía de volver a estar juntos otra vez! Ya casi no reconocería vuestras caras por la calle. Si me hubieran preguntado, habría dicho que más o menos erais así...

Y se puso a hacer caras deformes, apretándose la nariz, sacando la lengua, y tironeando las orejas hacia fuera.

Cargando editor
15/07/2013, 13:18
Mike Yaddow

-Y tu sigues igual de guapa también Sam. ¿Todavía sigues con esas gafas? Al menos podrías ponerte unas Google Glass de realidad aumentada y no esas anticuayas.

En realidad me encantan la gafas de Sam y no le perdonaría que se las quitara, claro que cada año la ciencia avanza tanto que supongo que en cualquier momento decida quitárselas definitivamente. Las echaría de menos pero comprendo que su salud es lo primero.
Miro con sorpresa todo lo que empieza a salir de la cocina, la palabra exagerada creo que se queda corta ante tal cantidad de comida.

-Creo que has hecho muy poco, no me arrepiento de haber desayunado bien porque voy a salir de tu casa con hambre, si me lo hubieras dicho habría comido algo de camino aquí.

Se me hace la boca agua viendo un plato tras otro, cada uno con mejor pinta que el anterior. Me siento en la silla más cercana cuando Sam me empuja para que empecemos a comer.

-Veo que has estado visitando el gimnasio, menudo empujón. A ver si un día vamos a correr o a dar una vuelta en bici. ¿Rompecorazones? Lo dirás por Melissa, yo sigo a dos velas y cierta bonita informática sigue sin querer darme una cita.

Me río, es como mi hermana, aunque siempre hemos mantenido la distancia pero es una chica muy guapa. Lo único que me ha impedido intentar algo con ella es hacer lo de siempre y meter la pata en la relación, eso estropearía la mejor amistad que he tenido nunca.

-Mi última chica me dejó hace un par de semanas, no era nada serio, nos conocimos una noche a través de unos amigos y salimos unas cuantas veces, pero parece que tampoco era capaz de aguantarme mucho, ni siquiera sabía jugar a la vídeo consola... Y en cuanto al trabajo... ¡Te va a encantar! ¡Trabajo para Apple! Si, no pongáis esa cara... fue lo mejor que pude encontrar y os diré que es divertido. Si alguna vez os compráis un Apple y no os mato antes, si se os estropea quizá consigáis hablar conmigo y os pueda convencer de que lo devolváis y os compréis un android. Supongo que a mis jefes no les haga mucha gracia y acabarán echándome, pero deben hacer las cosas mejor. Mira.

Le enseño mi comunicador de pulsera.

-¿Te parece el modelo de Sony estándar verdad? No es el último modelo como el tuyo pero.... si le metes este código... ¡Tachan! ¡La ultima versión de software! Y además lo abrí y le sustituí un par de componentes. Si queréis puedo hacerlo con los vuestros, harás muchas más cosas y mejor. Melyssa, te prometo que esta vez no entraré en tus mensajes ni correos ni mandaré nada a tus contactos indeseables. Debes admitir que te hice un favor, ese tío no te convenía nada, era un snob estirado...

Cargando editor
16/07/2013, 11:10
Melyssa Yaddow

El abrazo fue un momento, pero en el corazón de Melyssa, el tiempo se detuvo. El olor, el tacto, los sonidos, todos sus sentidos captando cualquier pequeño detalle. Un momento que quería llevarse con ella en sus viajes, que quería tener de compañía para el resto de su vida. Suspiró y se separó de ellos, mirándolos con los ojos a punto de soltar una lágrima. Estaba tan feliz...

Había visto antes la cantidad de comida, pero hasta que no vino en platos y llenó la mesa no realizó de lo variada, exquisita y apetecible que era. El olfato hizo su trabajo y el cerebro reaccionó mandándole al estomago la bien conocida sensación de hambre.

No hizo falta que Sam dijera una segunda vez que se tenían que sentar, recordaba muy bien lo mucho que le gustaba su comida. Era más que eso, todo venía acompañado de muchos recuerdos, de otros momentos como este que pasaron hace demasiado tiempo.

- De gafas nada, dijo mientras llenaba su plato con un poco de todo, las técnicas de hoy en día son... milagrosas. Básicamente, acaban la intervención en un minuto y solo tienes que colocarte una fina banda de... Se paró en seco mirando la cara de los dos. Sabía que siempre les agobiaba con sus conocimientos y que era muy pesada. Sonrió con su carita de niña inocente y se sentó. Perdón... dijo riéndose, quería decir, que si te apetece cambiar, te puedo recomendar un buen oculista. Pero estás guapísima, no te hace falta ningún cambio. Tendió la mano, para acariciar el hombro de su amiga y le guiñó un ojo.

Negó con la cabeza y se rió al escuchar a Mike quejándose de lo "poca" comida. También le hizo gracia el empujón que Sam le dio. Y claro, como no, llegó la discusión sobre relaciones. Nada sorprendente en lo que contaba su hermano y Sam todavía no contó nada.

- Bueno, nada nuevo en mi vida, ya sabéis que siempre me pasa lo mismo. Los que me rodean me miran como a una profesional, así que no les impresiono con mi aspecto... Pero... Nuca me falta algún que otro amigo con quien... Su risa cristalina llenó el lugar. En realidad, no dejaba indiferentes a los hombres. Entre la sonrisa, sus ojos, su forma de ser, era una mujer deseada, pero la mayoría no se atrevían a dar el paso. Melyssa no lo veía, ni cuando estaban estudiando, ni ahora, solo se sorprendía cuando nadie le rechazaba una invitación, da igual si era para salir a cenar, ver una película o salir a correr en el parque.

- No entiendo... porque trabajas para Apple si puedes trabajar en cualquier lugar... Nunca lo entendí. Y claro, aquí tienes mí comunicador... y tranquilo, lo de los correos no me importa, puedes entrar y hacer lo que quieras, desde cualquier lugar. Que me he dado cuenta... Ese tío era un snob, pero parece que tengo un imán para ello, ningún chico normal no me invita a salir...


Cargando editor
21/07/2013, 12:40
Samantha

Allí estaban, de nuevo, mejor que nunca. Los tres. Sam escuchaba y reía, contenta como unas pascuas, feliz por haberles sentado a la mesa, su mesa, repartiendo cucharadas de cosas en cada plato, los ojos chispeantes tras sus gafas. Que, desde luego, no pensaba dejar mediante una intervención, por mucho que sólo durara un minuto como Mel estaba diciendo.

-Ya me conoces, los bisturís, de lejos, y si es posible, virtuales.

Se rió, y siguió escuchando. Hizo una mueca cuando hablaron de sus relaciones, sonriendo y asintiendo. Sí, ninguno de los tres había tenido demasiada suerte en esta faceta.

-Pues a mi no me miréis, sigo más sola que la una. Ya, también tengo algún que otro "amigo especial" -con los dedos remarcó las comillas- de vez en cuando, pero nada serio. O mejor, nada que dure.

Sacudió la cabeza. Sam era una romántica, a pesar de su aspecto pragmático. Pero así eran las cosas, la relación ideal la esquivaba, y sólo existía en su deseo, y en sus sueños.

De pronto levantó una ceja, al escuchar a Mike. Y le miró, bizqueando de nuevo, mordiéndose un labio.

-¿En serio trabajas para la Apple ahora...? ¡Quién lo hubiera dicho de ti! ¡Jajaja! Bueno, mi intercomunicador lo tienes vetado, ni hablar, que eres capaz de hackeame cada circuito biointegrado y escucharme hasta las tripas!!

Su rostro desmintió sus palabras, era una puya más, Sam confiaba en ellos más que en nadie en el mundo, y, con toda seguridad, no sólo le cedería el intercomunicador, sino que no le importaría que la escuchara donde fuera.

-Pues yo iba a proponerte que me ayudaras, Mike. En mi nuevo trabajo, me han pedido que ingenie un nuevo sistema de encriptado de seguridad. Estoy estudiando algo relacionado con las ondas sonoras, puede ser revolucionario. Si les hablo de ti, te contactarán y te ofrecerán colaborar. ¿Qué te parece? ¿Te animarías? Lo digo en serio.

Era verdad, Sam estaba ahora muy seria, y se tocaba el puente de las gafas como hacía cada vez que estaba concentrada en algo importante.

-Es un proyecto muy grande, con mucho dinero detrás, y prestigio. Te vendría como anillo al dedo, además, con tu mente rápida y ágil...

Cargando editor
21/07/2013, 16:11
Mike Yaddow

-Ya has oído a Sam, no insistas. Nada de operarse. Además no te creas que es fácil conseguir unas gafas hoy en día, es mejor que conserve esas lo que pueda. A mi me gustan, le dan cierto aire de intelectual, cosa que sin ellas todos sabemos que no tendría.

Me rio, probablemente es la más lista de toda la habitación y de muchas habitaciones en kilómetros a la redonda.
Ninguno de los tres parecía tener una vida amorosa estable, aunque al menos Melyssa y Samantha tenían la profesional bien resuelta.

-Por lo que veo sigue resultándoos bastante fácil hacer "amigos". Digo imitando exactamente el mismo gesto que ha hecho Samantha hace un momento. Creo que vais a tener que darme algún truco para mi, o quizás estoy equivocado y realmente debo intentar hacer amigos y no amigas. De momento voy a seguir intentándolo con las mujeres, no quiero competir contra vosotras en ese terreno también, estoy seguro que como siempre saldría perdiendo.

Como me imaginaba ambas reciben con sorpresa mi nuevo trabajo, pero no tenía ninguna explicación lógica que darles, la mayoría de las decisiones que tomaba no tenían ninguna lógica, quizá por eso me iba así, pero era feliz con esa vida, hasta ahora no podía quejarme. Además sabía que tenía los gastos pagados viviendo con mis padres y que ellos, o ellas me ayudarían en caso de necesidad, pero nunca había llegado a esa situación, siempre me las había apañado bastante bien. Era lo bueno de estar normalmente mucho mejor cualificado de las exigencias que los trabajos a los que optaba pedían.

-A la hora de recibir dinero no me he puesto muy escrupuloso, lo admito. ¿Además que mejor manera de asegurarme que no ejercen sus prácticas abusivas que trabajar desde dentro? He conseguido la devolución de unos cuantos productos defectuosos ayudando a localizar el problema e incluso he ahorrado alguna que otra reparación. Eso sí tengo que hacer la vista gorda en algunos productos para conseguir las cifras mensuales que me piden, pero ningún trabajo es perfecto y cuando intenté hacerlo por mi cuenta admito que perdía dinero, fue una utopía. No soy capaz de cobrar mano de obra o ciertas piezas en algunas reparaciones y los precios estándar son abusivos, pero haciendo lo que me parece justo no sacaba para vivir, siempre me ha faltado una buena socia que sepa administrar bien el trabajo. Si conocéis alguna chica guapa, con dinero y que esté dispuesta a invertir en una empresa de informática hacedmelo saber. Mientras tanto trabajaré para Apple mientras pueda, algún día se darán cuenta que no les reporto tantos beneficios como ellos quisieran, aunque he de decir que la gente a la que atiendo suele quedarse muy contenta, incluso me da rabia que se queden convencidos en volver a comprar productos de Apple.

Me rió ante sus respuestas con respecto a los comunicadores y rechazo el que me ofrece mi hermana mientras tecleo algo en el mío. Acto seguido en sus pantallas aparece una foto mía en forma de comecocos haciendo ruidos extraños mientras va de un lado de la pantalla a otro. En el caso de mi hermana ser que se sorprenderá, pero con Sam se que me ha dejado acceder, no esperaba que no se diera cuenta de mis pequeñas entradas o modificaciones en su pulsera.

-¿Creeeis que os iba a dejar con el sistema de origen? Solo lo haré cuando las empresas testeen sus aparatos antes de lanzarlos al mercado y dejar que sean los propios clientes los que encuentren los fallos. No os preocupéis, a parte del monstruito que estáis viendo y que no volverá a molestaros nunca los cambios que he hecho no son dañinos, solo he perfeccionado algunas cosas que no estaban bien ajustadas. Y Sam, no te creas que no me he dado cuenta que tu le has hecho algunos cambios al tuyo también, magistrales por cierto. Pero no quiero aburriros con charlas sobre comunicadores con todas estas delicias enfrente, sigamos comiendo.

Cojo más comida del plato con ánimo, está todo buenísimo aunque no se si podré terminar todo lo que me han puesto. Voy a tener que salir a hacer ejercicio muchas horas para poder compensar todo esto. Las miro mientras sonrío con los carrillos llenos. Se que a Samantha no le importaría seguir hablando de ajustes de software y demás cosas tecnológicas pero también se que Melyssa empezaría a poner caras raras hasta enfadarse, nunca le ha interesado ese tema en absoluto, cuando necesita que algo funcione simplemente nos lo pide a alguno de nosotros y se da por satisfecha así.
Mientras me quedo callado y masticando ellas aprovechan para sacar su tema favorito, encontrar un trabajo aburrido que me haga ganar mucho dinero y me de una estabilidad que no tengo en esta vida, aunque esta vez parece algo más firme y serio que otras divagaciones a las que me tienen acostumbrado, incluso parecen ponerse más serias de lo habitual.

-Vaya... no me esperaba algo así. No se que decir. Sam, sabes que no tengo problemas en trabajar duro, pero me cuesta adaptarme a los horarios y a las normas de las empresas y por supuesto no quiero poner en entredicho tu buen nombre. Se que las dos me estimáis y confiáis en mi, incluso más de lo que yo mismo lo hago, pero sobre todo no quiero decepcionaros. Un trabajo como ese es de una gran responsabilidad y no se si estaré a la altura, siempre se trabaja con mucha presión. Me encantaría trabajar con Sam, no tengo ningún problema con eso, creo que no podría tener una jefa mejor pero en esta ocasión si algo saliera mal no sería yo el único que pagara las consecuencias, ella también y no quiero ponerla en una situación así. Además el dinero y el prestigio no son cosas que me motiven para trabajar, no soy como vosotras que destacáis solamente por lo buenas que sois, me conformo con ser un don nadie y poder tener mi tiempo libre para hacer lo que me apetezca como ahora.

Me gustaría aceptar, pero sinceramente creo que sería más un problema que una ayuda para Sam. Se que a ella le alegraría mucho que aceptara y a Melyssa también pero no creo que pudiera estar a su altura. Intento diluir el tono serio de la conversación con el que no me siento muy cómodo y que vean que el bromista de su hermano y amigo no tiene remedio, que es mejor dejarlo como está.

-Además seguro que en tu gran empresa tienen estrictos códigos sobre no salir con compañeros de trabajo. Si esa es tu manera de rechazar otra de mis citas me veré obligado a aceptar el trabajo... Aunque si me dijeras que no directamente creo que te ahorrarías problemas a ti y a tu empresa.

Me río, al fin y al cabo es una gozada poder ser sincero entre la gente a la que aprecias, sin tener que dar rodeos o excusas innecesarias.

Cargando editor
02/08/2013, 18:48
Samantha

Mientras trituraba con soltura el caparazón de una enorme pata de langosta, desmenuzaba el contenido y se lo comía aliñado con una pizca de una salsa cremosa y blanquecina, Sam escuchó los argumentos de su compañero, con una mirada escéptica, y no exenta de ironía punzante. Como no podía ser de otra manera.

Masticó con dedicación, tomó un sorbo de la copa de vino blanco que había llenado a medias unos minutos antes, se limpió los labios con unos toques de la servilleta, y siguió dejándole hablar.

Finalmente levantó una ceja de manera característica, casi cómica. Era esa Sam, la Sam en el papel de Rottenmeier, la institutriz, la profe rígida e intransigente. Se giró hacia Mel y juntó las manos sobre la mesa, como si fuera a soltar un discurso. Pero no, en vez de eso, se arrellanó en su silla, y sonrió a su querida amiga.

-Es que no va a cambiar nunca, ¿eh? Nada de ataduras. Nada de responsabilidades. Nada de proyectos fijos, a largo plazo, en un lugar concreto, nada de venderse. Ni al mejor postor ni a nadie... -suspiró, y sonrió de nuevo con la sonrisa dulce y afable, a pesar de su cerebro fríamente racional.- Bueno... mi oferta sigue en pie. -Ahora volvía a mirarle a él.- Y así seguirá indefinidamente, mientras yo esté dentro del proyecto. Pero, en fin, ¿y si preguntamos a tu hermana qué opina? -De nuevo a ella.- Melyssa, lo que le propongo es algo serio. Algo que nos mantendría en contacto, a él y a mi, pero también contigo, dado que nos tendrías a los dos juntos, en un "mismo pack".

Se rió, pero siguió mirándola, buscando su complicidad...

Cargando editor
09/08/2013, 22:27
Melyssa Yaddow

- Sí, si, lo sé... nada de operaciones... Con lo fácil que lo tienes hoy en día... y no le hagas caso a Mike, dijo mientras abrió los ojos más, preguntándolo con tal gesto de que va, no te hacen falta gafas para demostrar lo inteligente que eres.

Le costaba creer que Sam no tiene a más de uno, o de una, loquito por ella, era perfecta. Tampoco pudo evitar imaginándose a su hermano intentando seducir a uno de sus novios. la sonrisa no le duró mucho en cuanto su comunicador empezó a chillar.

- Ahora arreglas esto y me instalas lo que decías antes. No se enfadó, ni siquiera le dio mucha importancia, ya estaba casi inmune a ese tipo de bromas. Sabía que su hermano tenía más bromas guardadas y no le apetecía ceder tan rápido.

La oferta que Sam tenía para Mike era impresionante, sabía que su hermano era capaz de hacer el trabajo. Recordó la cantidad de otras buenas ofertas que rechazó, por no querer llevar camisa o por tener a saber que regla que a él no le gustaba. Siempre se escaqueaba y rechazaba los buenos trabajos y la reacción de Mike no se dejó esperar. Su mirada encontró a la de Sam y sus pensamientos eran los mismos, antes de que ninguna dijese algo.

- Yo sigo teniendo esperanza, ya sabes, soy demasiado optimista aveces. Si cogiera ese trabajo, podría tener un buen plan de ahorro que le permitiría en un futuro jubilarse bastante joven, eso quiere decir, dijo mientras sus ojos dejaban de mirar a Sam y ahora miraban fijamente los de su hermano, que dejaría de trabajar toda su vida como ahora, para poder gastar lo poco que gana en caprichos. Por no hablar, de que por fin podría tener su propio piso y llenarlo de... cualquier trasto que le dé la gana.

Cargando editor
12/08/2013, 15:01
Mike Yaddow

Mike suspiró mientras las chicas hablaban de él casi como si no estuviera. Ya estaba acostumbrado a que lo hicieran, incluso en ocasiones le parecía gracioso.

-¿Y que os parece si me dejáis decidir mi propio futuro? Pero como se que no vais a parar con ese tema ¿Me dejaréis llegar hasta el postre si os digo que lo pensaré? Después de comer podemos hablar tranquilamente del tema, conociendo a Sam seguramente tiene por ahí Dijo señalando una zona con múltiples cajones del mueble del salón. Una copia del contrato con todas las condiciones laborales, los pluses y una foto en bikini de mi futura jefa, vamos todo lo necesario para si en un momento de despiste acepto no me de tiempo a arrepentirme.

Y claro que lo iba a pensar, ahora mismo estaba pensando en ello. No es que fuera un mal trabajo, seguramente le encantaría, pero no sabía durante cuanto tiempo aguantaría sin cansarse o decepcionarlas, y eso era precisamente lo que no quería hacer.

-Además no se que tiene de malo que viva en casa de nuestros padres. Alguien tiene que cuidarlos mientras tu estás fuera. No deberías pasarte tanto tiempo viajando, los viejos te echan de menos y además la presión de los aviones y los cambios de horario te están empezando a afectar, ya comienzas a tener arrugas. Aquí mismo. Puso su dedo índice en un lugar de su frente, justo debajo de donde sabía se formaría una arruga cuando su hermana pusiera cara de indignación un instante después. ¡Aquí esta! ¿Sam? ¿Tu también la has visto verdad? Melyssa es capaz de decir que miento... Además si gano más dinero solo puede significar que gaste más dinero ¿Que os hace pensar que iba a dejarlo muerto en un fondo? Siempre quise abrir mi propia empresa de embarcaciones turísticas por los callos, por supuesto os dejaré invertir si queréis, nunca habréis hecho mejor negocio. ¿Os imagináis? ¡Todo el día en una barca tomando el sol! Rodeado de turistas de todo el mundo... ¿Mágnifico verdad? Pero de momento es solo un proyecto, necesito financiación para comprar los barcos y sacar los permisos... Y para eso hay que ahorrar, por lo tanto vivir en casa de nuestros padres es la oportunidad ideal para hacerlo, no podría pagarme un piso o un alquiler, vivir, gastar en caprichos y ahorrar a la vez. No se vosotras como lo hacéis, pero yo no podría.

Siguió comiendo mientras las chicas le ponían verde por lo que acababa de decir y Melissa buscaba algún espejo para comprobar que realmente no tenía arrugas y seguía teniendo la piel perfecta.
Vivir con sus padres no estaba nada mal, le dejaban bastante libertad y la convivencia era pacífica, era cierto que algunas chicas le miraban raro cuando se enteraban que vivía con sus padres, pero tampoco era un tema que no pudiera solucionarse invitándolas a conocerlo algo mejor. Mike simplemente era cómodo y no había nada más cómodo que tener la colada y la comida hecha a diario.

-¿Y esta tarde habéis quedado con alguno de vuestros múltiples amantes? Dijo con socarronería. ¿O queréis que hagamos algo juntos? ¿Paseo en bici? ¿Ir al cine? ¿La playa? ¿Que os machaque a la vídeo consola?


Cargando editor
16/08/2013, 23:31
Melyssa Yaddow

Los dedos delicados y suaves cogen un trozo de pan y lo moja en una de las deliciosas salsas que con tanto cariño preparó Sam. Con una paciencia, que normalmente no suele tener, Mellysa empieza a limpiar sus dedos con una servilleta, uno a uno, pasando finalmente a taponar suavemente sus labios.

- Yo no tengo ningún problema... dijo después de respirar profundamente, alargando más su respuesta, siempre y cuando te ocupes de tu futuro, porque para ti, suele haber solo presente. Tiró la servilleta sobre la mesa con un gesto que quería mostrar enfado, pero que no le quedó del todo bien.

- Y lo malo de vivir con mamá y papá, no es que los cuides, es lo contrario, ellos cuidan de ti. Ignoró por completo los otros comentarios de su hermano. Ya deberían de estar descansando, bastante tiempo, dinero y energía gastaron en nuestra educación...

- ¿Arrugas? Le dio un manotazo para quitarle el dedo que apuntaba su frente y las, supuestamente... arrugas. Aún así, aprovechó que tenía que retocar su maquillaje, para comprobar que su hermano mentía, como siempre. Es que se me quitó el pintalabios... Y créeme, incluso tú puedes llegar a un límite de gastos, pero solo hay que ganar suficiente como para no poder gastarlo, y nooo... nooo ganaras ese dinero con tu negocio... de... ¡no tengo ni idea de que me estás hablando...!

- Aarrgghh... contigo sí que me van a salir arrugas, dijo en un final y empezó a reír, como siempre se ha dado cuenta demasiado tarde de que su hermano solo busca sacarla de quicio. Y noo... no he quedado con nadie más que con vosotros dos, luego iremos a ver a mamá y papá, si os apetece, si no, os dejo y me voy sola, quiero pasar a saludarles antes de seguir con el tour de la ciudad y de nuestros lugares favoritos.

- Venga, Mike, no seas tonto, por lo menos piensa sobre la oferta que te hace Sam, lo harás bien, lo sé, puedes conseguir grandes cosas si te lo propones. Se levantó y le dio un beso en la frente, dejándole una bonita marca de su pintalabios rojo vivo, le guiñó el ojo a su amiga para que sea su cómplice en esta inocente bromilla de nada y empezó a recoger los platos que se quedaban vacíos, llevándolos a la cocina.

Cargando editor
18/08/2013, 18:46
Mike Yaddow

Melyssa parecía querer enfadarse aunque no lograba conseguirlo del todo, sin embargo sus gestos para intentarlo eran bastante divertidos. Mike reprimió la risa pues no quería provocar más a su hermana, en cierto sentido no les faltaba razón a ambas pero simplemente Mike tenía otra forma de afrontar la vida, no era tan previsor como ellas.

-No es que tan solo haya presente para mi, solamente que no miro tan lejos en el futuro como vosotras, se que ambas necesitáis tener planificados y asegurados vuestros próximos cincuenta años para no estar de los nervios, pero yo puedo vivir sin saber lo que voy a hacer dentro de unos meses.

MIke no pudo evitarlo e imitó a su hermana repitiendo el gesto de arrojar la servilleta contra la mesa, aunque si cabe lo hizo de una manera más torpe y exagerada.

-Bueno, no cuidamos mutuamente. Además pueden viajar e irse cuando quieran, no soy yo quien se lo impide, incluso si quisieran estar solos en la casa no tendría problema en buscarme otro lugar, tengo algún amigo que me acogería o puedo compartir piso con algún estudiante. Hay una amiga que tiene un piso para ella sola con unas vistas estupendas y parece que tiene un sofá bastante cómodo también.

Miró por la ventana, las pistas de la playa y el mar eran un espectáculo, u ese sofá seguramente era más cómodo que muchas camas. Después miró a Sam y le sonrió, estaba seguro que por un tiempo corto estaría dispuesta a acogerlo, pero nunca la pondría en ese compromiso.
Como esperaba Melyssa cayó en la trampa de las arrugas y no pudo evitar mirarse en un espejo con la escusa de retocarse un poco mientras criticaba su negocio sin tan siquiera analizalo.

-Hay muchas empresas de turismo que podrían beneficiarse de nuestros servicios de visita a los cayos, sobre todo si ofrecemos algo diferente: motos acuáticas, catamaranes... Hay muchas posibilidades, pero veo que no te interesa.

Lo único que le interesaba era que aceptara la oferta de trabajo que Sam le había hecho. No dudaba que fuera una oferta muy buena, pero tenía serias dudas de que fuera a dar la talla por mucho que ellas insistieran en que si lo haría. Además no era lo mismo dejar cuaquiera de sus trabajos que dejar un proyecto tan importante en el que Sam le había metido, eso le haría sentirse presionado y no creía estar preparado para eso aún. Quizá en un futuro.

-Ya os he dicho que lo pensaré y os he pedido lo que necesito para pensarlo, creo que estoy siendo razonable.

Mike se rió, al menos podían empezar por sacar la foto en bikini de la jefa, el resto seguro que ya lo tenían preparado y sería muchísimo más aburrido y difícil de ver.

-Me parece bien, hace mucho que no nos ven a los tres juntos y seguro que se alegran. ¿Sam podrás venir tu también?

Por supuesto él los veía todos los días, pero se alegraba porque sabía que sus padres siempre esperaban con deseo las visitas de su hermana y San siempre era bien recibida en su casa, los padres de todos los consideraban hermanos entre si practicamente.
Mike recordó la noche de la graduación, el punto donde habían comenzado a separarse sus caminos, sobre todo con su hermana. Y por alguna extraña razón pasó rapidamente toda la noche hasta llegar al momento en el que su padre les había contado aquella experiencia tan extraña que había tenido. Por supuesto no habían tardado mucho en contárselo a Sam también, así que ella también era conocedora de aquella extraña historia. Su padre jamás había vuelto a sacar el tema y la resaca del día siguiente y la búsqueda de universidades habían hecho que el asunto quedara enterrado entre los recuerdos, como algo que Mike no sabía muy bien si realmente había sucedido aquella noche, aunque en el fondo tenía claro que todo había sucedido como recordaba. Se recostó hacia atrás en la silla relajado mientras ponía sus manos por detrás de la nuca.

-¿Os acordáis de aquella extraña historia que nos contó nuestro padre la noche de la graduación? ¿Alguna ha intentado averiguar algo sobre ello?

Mike no lo había hecho, pero repentinamente le había entrado la curiosidad. Él era así, de repente le daba por algo y se interesaba por el tema hasta que otra cosa se cruzaba por su cabeza sustituyendo la anterior.

Cargando editor
19/08/2013, 13:33
Samantha

Con su mejor sonrisa puesta, Sam escuchaba, gorjeando de vez en cuando una carcajada llana y franca.

Los dos gemelos eran su familia, más, incluso, que la propia, la de nacimiento. No se llevaba demasiado bien con sus padres, siempre tan exigentes e insatisfechos, y tampoco con su hermana pequeña, una muñequita Barbie de dieciocho añitos, que había llegado de rebote cuando sus progenitores ya no pensaban en más hijos que en ella. Pero la niña llegó, y ellos la criaron, la estaban criando, como si fuera un objeto de porcelana frágil y valioso, y así les iba, a unos y a la otra.

Mel y Mike, Mike y Mel, esa era su verdadera familia, y les quería mucho más que si fueran sus propios hermanos. Sí, porque sin las ataduras de la sangre... bueno, nunca había dudado de su propia naturaleza bisexual, y... ¿por qué no admitirlo...? ambos hermanos la atraían, y mucho. Y no habiendo lazos de parentesco, nunca se sabía hasta qué punto ese amor fraternal podía conllevar algo más... y con cual.

Volvió a soltar una carcajada, aunque ni ella misma supo si se debía a sus pensamientos, o a alguna de las pullas que se estaban lanzando, como una auténtica batalla de tomates, a cual más maduro y chorreante.

-Bueno, bueno, bueno... ¿arrugas...? -Le lanzó un beso a Melissa, con uno labios tan rutilantes como los que ella estaba retocándose con el carmín.- ¡Será que no has visto tus incipientes canas, mi querido Mike! ¡Me recuerdas a tu padre! ¡Jajaja!- Y el beso fue ahora para él.

No era cierto, desde luego. Ni lo de las canas, ni lo de que Mike se pareciera a su padre. Ben era un buen hombre, excelente. Pero no tenía ni la chispa, ni el humor, ni era ni de lejos una cuarta parte de listo e inteligente que Mike. Ni que Melissa, claro. Porque aunque ambos hermanos se sabían distintos entre sí, y así lo enfatizaban, Sam sabía por propia experiencia que los dos eran excepcionales. Y brillantes.

-Me encantará acompañaros a visitarles. -Se había vuelto a poner algo más seria, aunque seguía sonriente. Miró a Melissa con un aire nostálgico.- Hace mucho que no les veo, demasiado. Como tampoco a vosotros. Y estoy muy contenta de teneros aquí... -Se giró hacia Mike- ...aquí donde, por cierto, eres bienvenido siempre que quieras, incluso para quedarte, ya sabes. Y te deseo que tu idea prospere y triunfe, en serio. Aunque piensa con calma mi propuesta, no acepto un no ahora, sino cuando lo hayas meditado bien. Es una compañía muy importante, puntera. Habrás oído hablar de ellos, quizá, una multinacional con sede en Nueva York, la Stevenson Enterprises. Me llamaron de su bufete de abogados, para organizar el encriptado de los datos del bufete y del holding. Y querían un sistema distinto, algo revolucionario e inédito, y quiero trabajar con ondas sonoras, la Stevenson es la propietaria de una discográfica, Transgression creo que se llama, me parece un guiño adecuado.

Ahora fue ella la que guiñó un ojo al informático, animándole. Por lo que decía Sam, ahí había mucho trabajo que hacer, y mucho dinero. Y tiempo por delante.

No siguió, sin embargo, con el tema. Había dejado caer la bomba, ahora él debía recogerla, si quería, o dejarla pasar. Conocía a Mike, y no era un cobarde, pero tampoco era un hombre dado al sacrificio y al esfuerzo constante. Por lo que respetaría su decisión, y no le agobiaría para que se diera prisa en tomarla.

Frunció el ceño, pensativa, recordando.

-¡Hum! Sí, recuerdo toda esa... historia. Extraña es poco, la verdad. Si no conociera a Ben, diría que... bueno, que andaba colocado cuando la contó. O cuando creyó vivirla. No me malinterpretéis, no me imagino a vuestro padre como un fumeta redomado, ni tampoco metiéndose nada más fuerte que un chupito o un whisky. No. Precisamente por eso lo digo.

Cargando editor
21/08/2013, 18:52
Mike Yaddow

Acogió de buen grado la broma que le devolvía Samantha y le sonrió.

-Siento no estar de acuerdo, las únicas canas que tengo son alguna que otra cana al aire de vez en cuando. Y si... soy igual que que mi padre, todo el mundo me lo dice.

Se echó a reír, si que tenía ciertas características que indudablemente había heredado de su padre pero en líneas generales no se parecían en nada el uno al otro. Parecía que los tres irían a visitar a sus padres, como en los viejos tiempos.

-No te preocupes, no voy a impedir que puedas traer a tus "amigos", de momento por mucho que le pese a Melyssa, seguiré en casa de nuestros padres mientras me sigan necesitando. No pudo evitar reírse, aunque fue parando a medida que Samantha le explicaba en que consistía el trabajo, parecía que había algo interesante. ¿Transgression? Conozco a algunos grupos de esa discográfica, aunque supongo que las transgresiones solo las permitan en la música y no en sus otras áreas de trabajo. ¿Estás segura que quieres meterme ahí? Creo que oí el nombre de la compañía en alguna noticia. ¿Ondas sonoras? Vaya, eso parece muy interesante. Supongo que habrás estudiado las frecuencias que utilizan las ballenas y los delfines para comunicarse entre ellos, es impresionante. En general los animales son mucho más sensibles a esos aspectos que nosotros. Por ejemplo un silvato para perros, tu no oyes nada pero el perro si. ¿Quieres que los Hackers comiencen a tocar silvatos en vez de a teclear para romper la seguridad de una empresa? En todo caso es muy original, un campo de trabajo muy interesante ciertamente. Supongo que estás pensando en algún tipo de sensor ultrasensible que pueda captar distintas magnitudes de ondas y después habría que diseñar un sistema transmisor que a la vez mande una señal codificada...

Como a veces le pasaba se había embalado él solo a hablar de un tema interesante, aunque no para todos, la cara de Melyssa le había avisado que estaba hablando de más en aquel momento. Decidió callarse mientras le hacía un gesto a su hermana mostrándole que no había podido evitar comenzar a divagar sobre aquel asunto que parecía tan interesante. Seguramente a Samantha no le importaba, pero ya hablarían de eso cuando no estuviera Melyssa delante si ella quería.

-Eso es lo que le dijimos, que algo debieron inhalar durante la explosión o el derrumbamiento del museo donde estaban y les provocó aquellos sueños extraños, lo raro es que parece que todos tuvieron el mismo. En todo caso nunca más volvió a decirnos nada y yo tampoco le di mucha más importancia al asunto, pero ahora que lo he recordado me resulta todo muy curioso.

Cargando editor
22/08/2013, 14:47
Melyssa Yaddow

Entre ir y venir de la cocina Melyssa escuchaba a su hermano contando como él es distinto y otras excusas que ya se sabía de antes. Volvió a entrar cuando la imitó, tirando la toalla sobre la mesa y empezó a reír, revolviéndole el pelo, como castigo. Tenía una curiosa manera de hacerla enfadar y hacerla feliz, tres veces en un minuto. Odiaba esa forma de ser, pero también le gustaba, era, entre otras, lo que hacía a su hermano único.

- Sabes muy bien que no te van a pedir que te marches de casa y más te vale dejar a Sam tranquila, no necesita un vago en su sofá.

No pudo no seguir riéndose con ganas, cuando Sam se fijó en sus canas ni mucho menos en la respuesta que este le dio... "una canita al aire" Aprovechó para darle una suave colleja y sacarle la lengua en cuanto empezó a protestar. Se volvió a sentar en la silla, tomando otro sorbo de vino y mirando el vaso unos momentos, como si en el se encontrara lo que estaba buscando con su mente. Escuchó a su hermano seguir hablando de su... "sueño empresarial" y le respondió después de un largo suspiro.

- No es que no me interese, no es eso, para nada, dejó de mirar el vaso para posar sus azules ojos sobre la cara risueña de su hermano, pero si te gusta el compromiso, ¿que te hace pensar que no te vas a aburrir de este negocio en unos meses, y de que no acabes así con el poco dinero que tienes? Como dice Sam, espero que si te metes en eso, que sea un éxito, por ti.

Volvió a sus propios pensamientos mientras Mike y su querida amiga hablaban de la oferta de trabajo que ella le hizo hace poco. Aprovechó para pensar en sus padres y en la alegría que sentía al saber que iba a volver a verlos. La dulce sonrisa de su madre y la siempre inocente mirada de su padre. Y en su padre siguió pensando cuando sus compañeros de mesa acabaron con los aburridos detalles sobre cosas que ni entendía ni quería aprender, y su hermano recordó el extraño suceso que pasó en la noche de graduación, cuando papá les contó aquella extraña historia.

- Deberíamos de mirar sobre ella en internet, bueno, vosotros... Si encontramos algo, se lo podemos decir ahora, cuando vamos a verles. Mientras tanto yo acabo de recoger... Así hago algo útil. Su rostro mostraba la alegría y la curiosidad de una niña de cinco años. Se sorprendió a si misma, pero era algo en lo que pensó varias veces desde aquella noche y no le gustaba dejar cosas sin resolver... sin una explicación lógica.

Cargando editor
25/08/2013, 10:38
Mike Yaddow

-Claro que no me van a pedir que me vaya de casa, nuestros padres me necesitan, sobre todo cuando tu no estás, a veces tengo que ponerme una peluca para que crean que has vuelto a verlos. Miro a Melyssa y Samantha divertido. Vaya, vaya, así que tenemos por aquí confesiones femeninas... Si a Sam no le gusta tener vagos en el sofá, os informo que de mi nunca se ha quejado ninguna mujer, ni en sus sofás ni en ningún otro sitio, así que por ese tema no os preocupéis. De todas formas ya os he dicho que seguiré viviendo con mis padres y que de tener que trasladarme compartiría piso con algún estudiante o algo así. ¡Sería como volver a la Universidad! ¡Pero solo con la parte de las fiestas!

La perspectiva era tan alentadora que incluso le daban ganas de hacerlo inmediatamente, pero había otros muchos aspectos en los que no estaría tan agusto como en casa, así que mejor dejaría esa idea como plan B para el futuro, para que luego su hemana y su amiga dijeran que no pensaba en el futuro...

-Bueno, ese negocio tiene todos los alicientes para proponer retos y novedades cada día, aunque solo sea por la gente nueva que iría, turistas, curiosos, aventureros, estudiantes... Todavía tengo que pensármelo, es tan solo un proyecto pero nada firme aún, solo quería que supierais que tengo planes de futuro, pero veo que más que tranquilizaros he conseguido lo contario. A veces no se que queréis de mi, por eso me da miedo trabajar con vosotras.

Cuando su hermana sugirió buscar información sobre lo que había ocurrido le pareció una buena idea y saltó de la silla hacia el ordenador de sobremesa de Sam, encendiéndolo como si fuera suyo, había muy pocas cosas que Sam y él no compartieran y desde luego los ordenadores no era una de ellas. Y anque podía buscar información desde el intercomunicador de la muñeca siempre había preferido tener bajo sus dedos un buen teclado y un ratón para aquellas cosas.

-Vaya, veo que has tocado el sistema de arranque, es casi instantáneo. Me están dando ganas de abrir a ver que tienes ahí dentro, esto va como un cañón. Abrió el navegador y buscó a su alrededor, su hermana había desaparecido llevando unos platos a la cocina. ¡Melymel! Deberás ayudarme, las dos deberéis hacerlo. Si os soy sincero no recuerdo nada relevante que pueda investigar. ¿Alguna se acuerda el año de la exposición, o como se llamaba aquel supuesto benefactor que organizó todo aquello o el nombre de la muestra o algo? Solo recuerdo que fue en algún país árabe y poco más. La memoria no era lo suyo, desde luego, y habían pasado muchos años desde que su padre les hablara sobre el tema. Solo se me ocurriría meter en nombre de papá y algo de una exposición a ver si sale algo....

Mientras Sam y Mel hacían memoria se dedicó a escribir en el navegador: Ben Yaddow exposición arte antiguo. Quizá eso le llevara a datos más relevantes.

Cargando editor
25/08/2013, 13:01
Samantha

-Oh, por favor, Mike, ¡qué desastre de hijo!

Se rió de buena gana con sus comentarios, y se acercó sentándose junto a él. Para ello arrastró una silla cercana, y empezó a husmear por encima de su hombro, con el ceño fruncido.

-No, no, veamos... -apartó las manos de su amigo del teclado, con toda naturalidad, para teclear ella a su vez.- "Egipto, Yaddow, hallazgo, tragedia".

Y brotó, como una catarata de datos surgida de golpe, brotó un surtidor de información.

Allí estaban. Recortes de periódico, artículos en revistas científicas, incluso blogs de gente aficionada a la arqueología. Y al esoterismo. Una mezcla extraña, como extraño había sido el episodio.

-Mmmm... habría que filtrar. Porque aquí hay montones de cosas, a cual más bizarra...

Pero lo que tenían eran nombres. Eso sí. Los compañeros de su padre, la Mastaba de Horhotep, el mecenas que murió en el incidente inexplicable, Olam Al Hassim... nombres, lugares y fechas.

Sam siguió las pistas, buscando en links dentro de links. Ascendiendo o descendiendo dentro de la marea de datos...

La información se remontaba al 2010, y allí se reflejaba lo sucedido. La campaña iniciada por ése egipcio, Al Hassim, la participación de varios poseedores de antiguas reliquias, entre ellos su padre. El proyecto de exposición en la propia Mastaba descubierta, y... el "accidente"...

Sam dejó entonces de nuevo el teclado en manos de Mike. Y leyó, leyó con avidez lo que la pantalla mostraba, escudriñó las fotografías, cada palabra, cada detalle.

Notas de juego

Ok, adelante, dadme palabras y os pongo resultados, juguemos!

;)