Partida Rol por web

Horus - II

¡Juntos! (Cap. III)

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14/03/2016, 15:50
Nathan Morrison

Nathan no estaba para nada tranquilo. Había intentado disimilarlo... paliar el nerviosismo con una actitud sobrada y socarrona pero interiormente la cabeza le bullía de información que no sabía muy bien como encajar. El asunto de sus padres veinte años atrás resultaba ahora una losa pesada más que un sueño embriagador y el hecho de que aquella mujer de extraño aspecto casi hubiera secuestrado a la hermana de Mike respondía a una pesadilla más que a unas vacaciones. Afortunadamente apareció Fadil y, cuando Nat pensaba que estaban a punto de empezar a llegar ciertas dosis de cordura inmaculadas de la resaca del día anterior, todo se volvió aún más caótico; alarma, gritos, reproches... Mal. Muy mal. Cada uno de aquellos jóvenes reunidos parecían sacar lo peor de sí mismo. Pero, ¿acaso no lo había hecho ya el bailarín? Él era canadiense... santo cielo, y eso, en Egipto o en cualquier otra parte del mundo, significa ser amable, correcto y considerado. Pero su "yo" neoyoquino se había impuesto con palabrotería fácil y puyas de salón. - Ni una más... - se prometió para sí.

Con un par de pasos ágiles, Nathan bajó los escalones que separaban la terraza y la pérgola bajo la cual el resto se protegían del sol de Egipto del límpido oasis en el que Omar y Estel aún observaban las fotos que había sacado ésta sólo unos minutos atrás. Realmente se imponía algo de agua en la nuca... refrescar la cabeza y dejarla reposar antes de que la paranoia la dejase inservible aunque, igualmente, esta se negase a abandonar a sus huéspedes una vez había hecho presa en ellos.

Las manos del joven recogieron algo de agua y la dejó caer sobre su pelo a la vez que revolvía su cabello castaño. El agua sobrante resbaló por su cuello y su camisa impregnando el cuerpo del bailarín en un intento, quizá frustrado, de aclarar las ideas.

- ¿Consideráis prudente que vayamos todos? Quiero decir... creo que es mejor que no nos dejemos llevar por la paranoia. Vayamos unos cuantos y el resto que esperen aquí. Juntos. Si empezamos a volvernos locos esto puede acabar realmente mal y hasta ahora no tenemos indicios de que esto sea nada más que una broma de mal gusto.

Nathan se había dirigido a todos en general. Quería calmar los ánimos pero lo cierto es que él mismo estaba nervioso. Demasiado como sonar convincente.

- Si obviamos el hecho de que con el asunto de la alarma no ha aparecido ni un alma... - completó en voz queda sólo audible para quienes se hallaban más cerca de él.

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14/03/2016, 16:10
Oliver Booth

- Ostia puta, que rayada... - dije, aunque en realidad pensaba en voz alta.

Es verdad que allí no había aparecido nadie y eso raro, pero raro de cojones. No tenía sentido, si el hotel estaba a reventar de gente y además era de esos sitios en los que si se te cae algo al suelo al instante aparece un tipo y lo limpia con la mejor de las sonrisas. Nunca lo confesaré en público pero a veces tiro cosas al suelo a propósito para ver cuánto tiempo tardan en recogerlo. Es divertido.

El caso, que todo el mundo estaba histérico o algo y la alarma no hizo absolutamente nada.

"Menos mal que no hay un incendio de verdad, o estamos listos" - pensé.

Entonces todo aquel rollo me empezó a recordar poderosamente a algo. Porque estaba (casi) seguro de que no estaba pedo ni me había metido nada, así que no se trataba de una alucinación psicotrópica (y eso tengo algo de experiencia).

- Joder tíos, esto me recuerda un huevo a esa serie en la que unos tipos viven en una isla porque su avión se estrella... y luego hay unos tipos del pasado que hacían experimentos y la gente decía que en realidad estaban muertos... Sí, joder, ya sabéis, que el último capítulo fue una mierda - entonces me quedé callado y me acerqué a Nat.- Nat, tío, ¿tú estás seguro de que llegamos a aterrizar? A ver si en realidad el avión se estrelló y estamos muertos y esto es una especie de sueño raro.

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15/03/2016, 00:24
Charlotte Dunne

Sean pasaba de ella como las ranas de la lluvia. Ya lo decía y lo seguiría diciendo, su hermano le hacia el mismo caso que al aire, es decir, ninguno.

Pero, de repente, el sonido estridente de la alarma enmudeció de golpe, justo cuando su hermano gritaba con todos sus pulmones al resto del grupo.

"¡La gente! ¡Los clientes, los empleados! ¡¿Dónde están todos?! ¡¿Por qué no aparecen para evacuar el hotel?!"

Y Lottie dejó de prestar atención al corte de su hermano y puso oído a su alrededor. Ni una mosca. No se escuchaba absolutamente nada. Y después de todo el estruendo, el silencio pesaba como una losa y era demasiado evidente. Sintió como todo el vello de su cuerpo se erizaba y una sirena comenzaba a sonar, pero ahora, dentro de su mente al encajar esa nueva situación fuera de lo normal.

-No te preocupes, Mike, vivirá. Bicho malo nunca muere-le dijo en referencia al corte de su hermano. Pero este no dejaba de moverse y hacer aspavientos. Y eso fue lo que la puso en guardia. ¿Estaba nervioso su hermano? ¿Nervioso él? Levantó sus dos manos, sí, Sean era más alto que ella aunque más joven, y le agarró la cara entre ellas, forzándolo a que la mirara a los ojos-¡Ya! ¡Vale! ¡Silencio! ¡Sean! –le levantó la voz intentando que se detuviera y dejara de gritar-Así no solucionas nada, ya hemos visto lo que querías mostrarnos. Ahora tenemos que ver porque no hay nadie aquí y averiguar donde está Mel, ¿vale? Eso nos dará respuestas-Sí, de acuerdo, estaba siendo todo lo objetiva que podía. Estaba sacando su lado de “hermana mayor” dispuesta a proteger a su hermano de cualquier cosa y eso incluía alejar de su mente la sensación que le había causado aquella muchacha y el desasosiego que sentía ahora mismo ante la falta de respuesta a la sirena de nadie del servicio como mínimo. La posibilidad de que todo el mundo estuviera ya despierto y alejado del hotel no le entraba en la cabeza. Y si se dejaba llevar por el gusanillo que se estaba revolviendo en su estómago ya no habría forma de controlar a su hermano-Respuestas, ¿vale peque?. Las que sean-Le lanzó una mirada intensa, y asintió-Pero me hace falta que te tranquilices, que busquemos un botiquín y que movamos el culo. También yo necesito saber si esto es una broma…-dijo lanzándole una mirada a Fadil que parecía igual de sorprendido que todo ellos- y quien nos la está gastando porque, o Fadil disimula muy bien, o está igual que nosotros. Y si es una broma, cuando nos lo digan, agárrame fuerte o no respondo de mis actos, ¿vale? Fadil, por aquí cerca debéis tener un botiquín con algo para desinfectar, ¿verdad? En todos los hoteles hay algo de eso a mano-le preguntó, tragándose el orgullo y sus ganas de pedir disculpas por lo de la alarma contraincendios. Ya habría tiempo para eso. La expresión de Fadil tampoco ayudaba a sacar el tema que, ahora, parecía casi insignificante ante lo que podía implicar lo que les había descubierto su hermano.

Se volvió cuando escuchó a Sam dirigirse a Mike y la alarma subió de tono-¿A qué te refieres con que se lo dijiste? ¿Qué es lo que estaba claro?

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15/03/2016, 11:31
Sean Dunne

Asintió a Oliver. Sean también tenía el nombre de la serie en la punta de la lengua, pero no le salía.

Esta herida no es nada. Estoy bien, en serio, Lottie. Nada de botiquines.

Giró el brazo para verse la herida del codo. Estaba envuelta en la camiseta, y no se veía nada, pero Sean es muy autosugestionable.

Ffffffff... Vale, botiquines, sí. Pero no es lo único que hay por hacer.

Todos los videojuegos, todas las series y películas, y algún programa de lo sobrenatural, empezaron en su cerebro a escupirle ideas. También aportaban su granito de arena para aumentar la paranoia de Sean.

Algún grupo debería subir a lo alto del hotel, y ver alrededor si hay... no sé, gente, vehículos. Encender la televisión y comprobar en el teletexto que tenga la misma fecha que nuestros móviles, aunque parezca una locura, y que recibimos la señal y no es solo un circuito cerrado que emita siempre lo mismo. Y... un plano del hotel. Tenemos que conseguir los planos del hotel, y ver qué no encaja. Y llamar al exterior, a casa. Solo para asegurarnos que las lineas de comunicación funcionan. Y... y...

En el frenesí de la tormenta de arena, recordó el nombre de la serie a la que trataba de hacer referencia Oliver. Haciendo una pausa, le señaló con el dedo.

¡Ya me acuerdo del título de la serie! Pillé una reposición de madrugada hace unas semanas, vi un capítulo y no quise saber nada más del tema. ¡Dios, era una ida de olla, Oliver! Se titulaba "Los cuentos del mono de oro", o algo así.

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15/03/2016, 11:54
Fadil Jannan

Fadil, después de haber estado tecleando también en su comunicador al mismo tiempo que Mike, se detuvo aliviado cuando la alarma dejó de berrear. Sin embargo el comentario acerca de la gente, o su ausencia, lo dejó unos segundos perplejo. Pero se rehízo casi al instante.

Levantó los brazos, impotente, y se encaró a ellos, intentando controlar su humor.

-Oh, por favor, ¿Queréis dejar de comportaros como chalados...? ¡Pero qué os pasa!? A ver, un botiquín. De acuerdo. El gps que le has puesto a Melyssa. Bien, te llevaré hasta la señal. ¡Pero dejad de hacer cosas absurdas! ¡y de decirlas! ¡Subirse a lo alto! Menuda paranoia. ¿Que no hay nadie alrededor....? No me extraña, os deben temer, con todo ese montaje que...

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15/03/2016, 12:07
"Hermano"

Se detuvo de golpe.

Porque un egipcio imponente, del tamaño de un tractor, apareció de pronto, salido de algún sitio, y se dirigió al grupo. Y, en concreto a él, a Fadil.

Hizo un gesto con la cabeza, y le dijo algo en árabe.

وقالت إنها تنتظر
 

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15/03/2016, 12:13
Udjat

"Ella os está esperando".

Omar lo entiende, y Mike lo traduce al instante con su traductor.

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15/03/2016, 18:52
Omar Echenique

Cruzado de brazos, digiriendo la información de Estel, asimilando el pasado remoto y anudándolo al presente, escuchando a los presentes, observando desde la distancia, una calada de vez en cuando, una bocanada velando su mirada. Sugestión, histeria, absurdo.

-Sígueme, Estel -dijo apenas unos segundos antes de que llegara el enorme egipcio, el tiempo justo para acercarse a la mesa de desayuno, coger una bandeja y arrojarla contra el suelo violentamente-. CLAAAAANKKKKK.

Confiaba en que el golpe fuera lo suficientemente fuerte como para acallar las voces.

-Callad ya, por favor. ¿Sois conscientes de la histeria que reina aquí? Creo que todos nos hemos dado cuenta de que las cosas no fluyen como debieran, pero si cada uno va a decir una cosa o tirar en una dirección, no conseguiremos nada -comenzó a decir, pero su discurso quedó interrumpido por la llegada del egipcio-. Bien, nuestro amigo acaba de informar a Fadil de que "ella" -entrecomilló la palabra ella con los dedos- nos espera. Algo a todas luces enigmático y quizá hasta ¿preocupante? De igual forma, la muchacha que vino antes y que se detuvo ante Sam, formuló una extraña frase antes de irse a la carrera "¿qué haces aquí?". Fadil querido, seguro que la mujer a la que ese chico grande y malo se refiere, podrá esperarnos un poquito. Y quizá tú tengas a bien explicarnos qué está ocurriendo, revelarnos la identidad de esa mujer, contarnos por qué has organizado todo esto y, quizá, hasta ser sincero en todo el proceso. Y Estel también podrá decirnos algo que creo es importante -señaló en alusión a lo que esta había descubierto-.

Guardó un instante de silencio. Miró brevemente a Lotti y a Estel, a las que sonrió fugazmente, antes de volver a hablar.

-Veréis, no tengo pruebas de nada. No bajo la forma de un archivo, fotografía o documento y aunque odie decirlo, todo esto, nuestra estancia, algunos sucesos inmediatamente anteriores a nuestra llegada a Egipto, parecen de algún modo relacionados con nuestros padres y su experiencia en Egipto de hace ya unos cuantos años. Estel, habla tú primero -con un gesto invitó a su amiga a compartir sus datos-. Fadil, tú después -la mirada oscura de Omar se clavó en el rostro de su pretendido anfitrión.

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16/03/2016, 00:09
Charlotte Dunne

Charlotte miró a Fadil como si fuera la primera vez que lo viera. Le había causado otra impresión diferente a la que ahora le estaba provocando desde que había aparecido en la terraza. Pero decidió, por el bien común y para tranquilizar los ánimos, no responder a sus comentarios.

Hoy tiene la empatía bajo mínimos. Parece como si no tuviera ni idea de la historia de nuestros padres… pero supongo que no todos nos tomamos eso de la misma forma.

Un enorme, inesperado y desagradable ruido interrumpió sus pensamientos. Se volvió rápidamente hacia el origen del ruido y miró sorprendida como una bandeja rebotaba varias veces en el suelo hasta quedar quieta y en silencio. Levantó la mirada y se quedó mirando a Omar.  Junto a él, Estel, y ambos los observaban con cara de… ¿de qué? Esto ya está siendo demasiado para ser tan temprano. Pensó cuando escuchó las primeras palabras de Omar tras el silencio que había provocado. ¿Histeria? Si él conoce a Sean desde antes de que naciera ¿Se extraña por esto?

Algo se movió en su campo visual, algo que llamó poderosamente la atención de la pelirroja por ser lo único con movimiento que se producía en la habitación en la que estaban desde que Omar había tirado la bandeja al suelo. Al girarse a ver que era, descubrió a un enorme egipcio que cruzó la sala en silencio, directo hacia Fadil.

Así que no somos los únicos en el hotel después de todo. Árabe de nuevo. Lanzó una mirada hacia Omar cuando escuchó hablar al recién llegado. Su amigo entendía perfectamente lo que aquel tipo estaba diciendo. Pero el rostro de su amigo permaneció impenetrable, hasta que comenzó a hablar de nuevo. Y Lottie conocía aquella mirada.

Una silla. Necesito una silla… esto no me va a gustar…

Pero no había ninguna a mano. Así que directamente se apoyó en la pared y fijó la mirada, primero en Fadil para ver como se tomaba las palabras de Omar y, después, en la silenciosa Estel.

¿Qué han descubierto ahí fuera? Voy a matar a Sean. Como su escapada directo a la alarma contraincendios haya hecho que me pierda algo ahí fuera…esta me la paga. Ella… ella… ¿la mujer que había venido en busca de Sam? No… no es ella ¿verdad, Fadil? Pensó, devolviendo su atención a Fadil y sin poder evitar recordar lo que ella misma había pensado hacia tan solo unos instantes.

“…Parece como si no tuviera ni idea de la historia de nuestros padres…”

¿Era Fadil quien decía ser? Habían confiado en ello desde el primer momento, no lo habían dudado siquiera.

Y las palabras de Omar le habían traído el recuerdo de una parte de la historia de sus padres.

Pero no, no puede ser. Hace treinta años de aquello y ella ya era una anciana por entonces. No tiene sentido, no, no lo tiene….   ¡Oh, madre mía! Me estoy sugestionando yo sola. Vale, de acuerdo Omar, tú ganas. Hay cierta dosis de histeria flotando aquí. Respira Lottie tonta, respira… que como esto sea una broma se van a estar riendo de ti hasta…hasta….

-Estel, ¿quieres contarnos que es eso tan importante que tienes que decirnos, por favor? Se corta el silencio con un cuchillo y tengo ganas de saberlo, para que mentir.
 

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16/03/2016, 00:23
Estel Highwater

Estel había girado nuevamente los ojos hacia la superficie ondulada del agua, tras haberlos arrancado del abismo oceánico que era la mirada de Omar. Su mente, azuzada por la adrenalina y la inquietud de haber descubierto una grieta en las leyes de la física, o de la cordura, comenzó a atravesar a ritmo acelerado el abanico entero de sus conocimientos. Dónde está, ¿dónde? Su pulgar comenzó a moverse otra vez, con el mismo frenesí, manipulando los controles de la cámara y exhibiéndole las fotografías recientes una y otra vez. Cómo es, ¿cómo? Y, tras largos segundos de incertidumbre y de no poder dar una respuesta adecuada a los estándares científicos, su mente hizo lo único que podía hacer: retrocedió desde sus conocimientos a sus recuerdos, y dio un salto sin escalas desde la prueba hacia la hipótesis.

Y si fuera…

Sus pupilas se contrajeron, mientras a su alrededor las voces comenzaban a volverse cada vez más bajas y lejanas, y el mundo continuaba girando… o no. O no.

Estel cerró los ojos.

Y si…

Su cadena de pensamientos se cortó de golpe, como su respiración. El ruido repentino de la alarma la arrojó de nuevo a la realidad, con tanta dureza que Estel pasó de la ligereza a la piedra, sus dedos rompieron en dos el cigarrillo que aferraban, y sus labios dejaron escapar un mudo sonido indescifrable. Sus ojos de pupilas buscaron frenéticamente a Omar al mismo tiempo que sus nudillos se volvían blancos alrededor de la cámara, asiéndola entre sus manos con la misma fuerza con la que uno aferraría el único punto fijo en medio de una tempestad.

Tras un único segundo, o quizás dos, su mirada captó el gran cuadro de la situación de la que Omar y ella parecían ser espectadores extraños, y Estel se relajó. Incluso con la herida de Sean atendida por Lottie, con la aparición estelar de Fadil y el otro egipcio, y toda la parafernalia que de pronto se había montado sólo a unos pasos de distancia. No sucedía nada. O, bueno, sí, sí lo hacía, pero no.

- Trossos de quòniam, collons – masculló en voz baja, antes de mirar de nuevo a Omar – Te sigo, sí.

No necesitó prepararse para darse cuenta qué iba a venir cuando la mano de Omar se dirigió a la bandeja. Permaneció impávida frente al estallido del metal, y frente al estallido subsecuente de palabras. Su único movimiento fue su mirada, que se paseaba distante y analítica por todos los presentes, en especial por Fadil y el recién llegado. Hasta sus manos se habían detenido, pero no su mente, que continuaba yendo hacia adelante y atrás sin parar.

- Por supuesto, Lottie. Aunque les pediré un poco de paciencia y lamento de corazón que nos vayan a esperar – dijo, una vez que Lottie terminó de hablar, observando a Fadil –, pues necesito unos minutos para mostrar las pruebas de lo que quiero decirles, para que no lo descarten sin más. Aunque no habrá forma de que, de todas maneras, no vaya a sonar como el resultado del mejor viaje de ácido del mundo – agregó, su voz repentinamente analítica transformándose en una breve sonrisa cínica, mientras volvía a prender la cámara – Porque esto que creo haber visto va en contra de todas las leyes de la física comprobadas, o de al menos todas las que me enseñó mi madre.

Estel giró la cámara encendida, apoyando el objetivo contra su pecho y desplegando la pantalla/visor para que ésta se volviera un extenso holograma en el aire y todos los demás pudieran verla sin problemas. La fotografía exhibida allí, en el cuadro que exhibía número de imagen y hora de obtención, mostraba la espalda de la muchacha nubia, casi un punto alejándose a toda velocidad.

- Éstas son las fotos que he sacado durante el tiempo que hemos estado aquí hoy – indicó, mientras comenzaba a pasarlas hacia atrás. La espalda comenzaba a hacerse grande, más grande – Prestad especial atención a las sombras y a los colores. Éstas fueron sacadas como ráfaga – la escena se reproducía hacia atrás en las fotografías, la bandeja se levantaba, la muchacha increpaba a Samantha, se alejaba – Ahora veréis imágenes de nuestros alrededores – agregó Estel, incluso aunque sus ojos estaban puestos en los demás, y no en la cámara.

Las imágenes mostraban los alrededores, el agua, el sol, las palmas, la arena. Una tras otra, reproducían diferentes enfoques que, casi todos, compartían algún tipo de elemento de la fotografía anterior.

- Dan la impresión que también son una ráfaga, como con la muchacha y Samantha, ¿verdad? – Estel detuvo la secuencia en una imagen, que mostraba agua, sol y palmeras – Pero no lo son. Observad la hora de esta foto – indicó y pasó a otra, también de agua, sol y palmeras, pero de tres minutos después – Y la hora de ésta – la cual databa de siete minutos después, con el mismo enfoque – Y la de ésta – una cuarta, mismos objetos, diez minutos más tarde.

Estel hizo una pausa, mirando al resto con una expresión indescifrable.

- Ahora volved a verlas. Prestad atención a las sombras, a las ondas del agua y, como punto de referencia más claro, al sol. Primera foto, minuto 0 – pasó de la última foto a la anteúltima – Segunda foto, minuto 3 – pasó a la anterior – Tercera foto, minuto 7 – pasó a la última – Cuarta foto, minuto 10 – Estel frunció las cejas, observando a los demás – Notáis algo raro, ¿verdad?

Volvió a pasarlas, una vez más, mientras los miraba. Las imágenes mostraban las mismas cosas, en encuadres parecidos, y… en sombras similares. Y posiciones similares. Como si las imágenes hubieran sido sacadas en una ráfaga, en el lapso de uno o dos segundos… aun cuando la hora mostraba un lapso de tiempo considerable entre ellas. Un lapso en el cual nada, absolutamente nada, había cambiado ni un milímetro de lugar. Nada de lo que debía haber cambiado.

- Sólo tengo una hipótesis que explica lo que estamos viendo, o lo que está probado en estas fotos – dijo Estel, y levantó una mano para señalar a los alrededores – Nosotros estamos viviendo, sí, y estamos claramente ubicados en el espacio. Pero aquí mismo, donde estamos ahora… - miró un momento al agua, y luego a todos los demás – Bien, aquí el tiempo claramente no está pasando. No realmente. Nada se está moviendo salvo nosotros. Incluso las olas del agua – señaló, gesticulando hacia allí, antes que alguien pudiera objetar – se están moviendo en un loop cerrado de tres o cuatro fotogramas, y repitiéndose una y otra vez sin parar. También lo puedo probar con las fotos.

Sus labios se volvieron una línea, y bajó la cámara.

- Es como si estuviéramos en un pocket universe, o una realidad virtual, mientras que en otro sitio continúa transcurriendo la realidad. Sólo escuché la posibilidad no ficticia de algo como eso de boca de mis padres, de su experiencia – la leve sonrisa sarcástica que había nacido en sus labios se apagó, y Estel giró hacia Fadil – ¿Estás al tanto de si alguien nos ha abducido de nuestro universo para algo, o a ti también te está tomando por sorpresa?

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16/03/2016, 11:36
Charlotte Dunne

~
Lottie escuchó a Estel, de principio a fin, intentando seguir los razonamientos de su amiga sin perderse ni un ápice. Se acercó hasta ella cuando vio que les mostraba el visor de la cámara y miró cada una de las fotografías que les enseñó, intentando llegar al punto al que su amiga los quería llevar. Hasta que lo hizo. Llenó de aire sus pulmones y no lo soltó hasta que de nuevo pasaron ante sus ojos todas las fotografías de la cámara rápidamente, en la segunda exposición que hizo Estel. Comprendiendo.

Miró a Estel a los ojos. Dijeran lo que dijeran los demás, le daba igual. A nadie conocía mejor que a ella o a Omar y sabía, perfectamente, que nunca bromearían con aquel tema. Dio un paso atrás, dejando que los demás pudieran ver la cámara con más espacio si querían, y buscó con la mirada a Sean. Era él quien le preocupaba.

El no debería estar aquí. Solo ha venido por mi...

Aquel pensamiento lo tuvo millones de veces antes de salir de París rumbo a Egipto. De hecho, estuvo a punto de no comprarle el billete y dejarle en casa a posta. Ya aquella idea nació en Madagascar, cuando recibió allí la invitación para ir a la inauguración. Pero ella siempre había creído la historia de sus padres, nunca la había puesto en duda, siempre se había maravillado por ella y siempre había querido ir ella misma a Egipto. Conocer aquella tierra, sus olores, sus sabores, todo lo que sus padres le habían contado. Nunca se hubiera perdido aquello, sabía que tarde o temprano realizaría ese viaje, y aquella oportunidad era buena. Por eso, al recibir la habitación ni siquiera lo hubiera dudado, aun con la sombra de William planeando sobre ella en la isla. La curiosidad le había podido, nunca había sopesado si existían probabilidades de que la historia se volviera a repetir, y había dejado que Sean la acompañara pensando que sería una experiencia bonita y divertida, aun cuando él, desde el principio, se había negado en redondo a que fueran. Y ahora, era cuando las palabras de una Sam que permanecía callada, se le hacían evidentes. Fadil, Olivier, Nathan, Mike, Mel, Estel, Omar, Sean y ella misma. Todos eran hijos de aquellos que treinta años antes habían vivido aquella experiencia. Y ahora, ellos mismos, sus hijos, acababan de repetir el inicio. Una reunión, una inauguración. 

Que tonta he sido... La mayor del grupo y aquí estoy, inocente... Y me traigo a mi hermano...

Apretó los labios y se cruzó de brazos. Ya estaba hecho, ahora no  podía cambiar nada, solo podía ir hacia adelante. Las cartas estaban echadas y treinta años no eran nada para aquella que les estaba esperando. Y no quería pensar en las razones. Se forzó por no dejar que su mente corriera a mil por hora imaginándose las razones, porque sabía que no llegaría a ninguna idea tranquilizadora. Todo llegaría en su momento. Ahora era el momento de Fadil. Paso a paso, con tranquilidad.

Con tranquilidad, sí, pero esto sería diferente si Sean no estuviera aquí....soy responsable de él... no puedo dejar que le ocurra nada... no a él, nunca me lo perdonaría...¡Va! ¡No, Lottie! Para adelante y con tranquilidad, poco a poco, no vayas más rápido que los acontecimientos. Ya sabes que pensar así nunca te ha ayudado en nada, todo lo contrario.

Respiró hondo antes de hablar-Creo que es tu turno, Fadil. La exposición de Estel ha sido clara-se dirigió a él intentando mantener un tono neutral de voz, sin perder tampoco de vista al enorme egipcio. Desconocía realmente a quien se estaba dirigiendo. Si ahora le decía que él no era quien había dicho ser, no le vendría grande. Eso explicaría varias cosas.

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16/03/2016, 17:02
Samantha Johnson

Estaba tan nerviosa que no notó la herida que Sean obtuvo para demostrar que algo muy raro estaba pasando, pero fue efectivo al ver que nadie salió al sonar la alarma. Hasta Fadil se dio cuenta de que algo sucedía, pero aún había quien no lograba entender que todo aquello tenía que ver con ellos. Conocía a Ben de toda la vida y al escucharlo hablar sobre lo que pasó hace tantos años no pudo cuestionarlo, pasado el momento de estupor.

- El padre de Mike, Ben, realmente no contó nada de lo que pasó hace tanto tiempo con vuestros padres, pero sólo con escucharlo podías notar la angustia, hasta miedo. Investigamos un poco y descubrimos que para los supervivientes ocurría lo mismo, algo inexplicable les había sucedía. Literalmente inexplicable, y terrible... -Notaba como la circunstancia erizaba su piel-. Lo que quiero decir es que matemáticamente es imposible que estéis aquí. Vale, tuvimos algo de culpa, pero es demasiada coincidencia que los que más difícil lo tenían -Miró a Oliver y Nathan-, resulta que el "trabajo" los traen aquí porque mi Jefe es dueño de este lugar.

Agitó las manos mientras mantenía los ojos cerrados. No quería dejarse llevarse por teorías conspirativas, pero lo que estaba sucediendo no podía ser una simple coincidencia.

- Vale, vale... Yo sólo quiero llegar a Mel. Ver que está bien -Tenía que centrarse porque esa mala sensación no la abandonaba- Eso es todo, y Nat tiene razón. Puede que haga falta que alguien esté aquí por si... Por si alguien aparece.

Si la situación podía llegar a ser más loca apareció un enorme egipcio que esta vez se dirigió a Fadil.

- ¿Qué ha dicho?

Por lo pronto Nat coincidía en que no estaban reunidos por casualidad, o como poco que la circunstancia guardaba mucha relación con los padres. Luego de eso, Estel aportó lo que eran pruebas físicas. Eso sí que la centró. Algo real, comprobable.

- A ver... -Asintió a medida que explicaba lo que estaban viendo-. Pero... -Miró al egipcio que aún permanecía con ellos-. ¿Creéis que puede aclarar algo?¿Fadil?

¿Universo paralelo? Eso era mucho suponer, aunque la congoja de Ben cuadraba más con ese hallazgo. Y aún así no quería creer en algo así. No podía.

- Mike... -Se acercó a él para obtener esa seguridad necesaria. 

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16/03/2016, 19:39
Mike Yaddow

Mike sonrió a Charlotte cuando intentó tranquilizarlo por la herida de su hermano, fue una sonrisa nerviosa, aunque se alegraba de que Sean no estuviera muy herido. Al igual que ellos Charlotte y Sean se preocupaban el uno por el otro a pesar de todo.

-Habrá que ponerle algo de desinfectante por si acaso, aparte de eso creo que no habrá problemas en que te den de alta soldado, ya has oído el diagnóstico de la doctora. Pero tranquilízate un poco Sean, vamos a tomarnos esto con calma.

El consejo también iba para él mismo, todo aquello le había puesto un poco alterado, pero hasta que no encontrara a Mel no iba a calmarse, de daba igual donde estaba el resto del hotel, el resto del puñetero Egipto, ahora solo le importaba su hermana. Iba a tomarle la palabra a Fadil sobre lo del gps cuando ante ellos se presentó un negro impresionante, incluso aún más que el último ligue de su hermana, por alguna razón el servicio de aquel día no terminaba de gustarle mucho a Mike. Las palabras del egipcio encontraron inmediata traducción en la pantalla de su comunicador.

Ni se quien es ella ni me importa, primero encontramos a mi hermana y después...

Un golpe metálico a sus espaldas hizo que se volviera asustado para comprobar que había sido Omar.

-¡Joder Omar! ¡Me has dado un susto de muerte tío!

Omar tradujo al grupo las palabras del egipcio mientras Mike sentía como su corazón acelerado se tranquilizaba un poco. Al parecer él y Estel también estaban teniendo extrañas sensaciones con todo aquello. La fotógrafa comenzó a mostrarles una serie de fotografías a las que Mike no prestó demasiada atención, para él no era el momento de aquello, ya tendrían tiempo de ver las fotos más tarde, pero entre unas cosas y otras la gente comenzaba a emparanoiarse y a Mike le parecía que estaba de nuevo frente a las historias increíbles de su padre, incluso Sam comenzaba a contagiarse del ambiente.

-Perdona Estel, si no te importa echaré un vistazo a tus fotos más tarde, estaba distraído con lo de Mel.
-Tampoco le parecía tan extraño que unas fotos sacadas casi a la misma hora y en el mismo lugar se parecieran. Que Fadil no hubiera abierto la boca desde hacía rato si y eso comenzaba a hincharle las narices, no se olvidaba que todo esto era culpa suya, él lo había organizado todo y había sugestionado a todos con los recuerdos del pasado de sus padres.- Fadil ¿Te quedaste mudo o qué? Mira, no se a quien te dice este tío que tenemos que ir a ver, pero primero encontramos a mi hermana y después ya hablamos ¿Ok? -Subió el brazo y le enseñó la señal del gps, si no reaccionaba lo dejaría allí, encontraría a su hermana y después ajustarían cuentas.- ¿Vamos o no?

Miró a Sam haciendo un gesto afirmativo ante su preocupación y la atrajo un poco hacia él pasando su brazo por detrás de su espalda para que su amiga se tranquilizara, él también quería encontrar a Mel antes que nada.

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16/03/2016, 22:51
Fadil Jannan

Fadil, efectivamente, se había sumido en un silencio sepulcral. Inmóvil, mantenía fijas las pupilas en el suelo, frente a él. Hubo un instante, durante la exposición de las fotografías que Estel había tomado, en el que sí se mostró interesado, fue el único momento en el que fijó su atención en algo que parecía estar dejándole perplejo.

El inmenso egipcio que había hablado de "ella" en árabe frunció el ceño e hizo acción de adelantarse y decir algo, pero Fadil le detuvo con un gesto de la mano. Las explicaciones le correspondían a él.

Pero después, pareció dudar. Si iba a darles alguna explicación, no sería la que ellos esperaban. No, ellos estaban a la espera de su respuesta, de una respuesta que aclarara la situación, algo que les devolviera al mundo real, que les hiciera despertar de aquella incongruencia. Sin embargo él formaba parte de ella... tanto como los demás.

Finalmente desistió.

-Vamos.

Dijo simplemente. Y fue toda una declaración.

Echó a andar hacia el interior del Hotel, hacia el punto en el que el gps de Mel indicaba que estaba. Ni siquiera se volvió para comprobar que le seguían, como si no le importara que lo hicieran. Sólo tras unos metros, ya en el dintel de la siguiente puerta se giró, y repitió:

-Vamos...