Partida Rol por web

- Escuchando el latir de las recámaras de las armas, me muevo hacia la otra puerta de la habitación y preparo mi cuchillo, asiéndolo como si para noquear a alguien, pero con la intención de cubrir el filo con la parte interna de mi antebrazo, dispuesta a actuar en la próxima oportunidad

El grupo de detrás del mostrador se muestra dubitativo sin saber si disparar al enmascarado de Panda por miedo a dar a sus compañeros, así que estos se lanzan contra su único oponente a alcance para enfrascarse en una lucha de monocuchillos que podrían dejar un hueso bien limpio.

Sin embargo esta vez no lo tienen tan fácil y Panda no se deja amedrentar, apartándolos de ella sin que consigan mas que realizar pequeños cortes en su ropa.

Por su lado Cabra intenta abrir la puerta de servicio a la fuerza, pero el cerrojo se le resiste y la falta de equipo unida a una carencia en habilidades de ladrona hace que no consiga abrir la puerta y entrar en el interior.

Finalmente los Pistoleros de detrás del mostrador se quitan las manías y se ponen a disparar a Panda independientemente de que esté en una refriega cuerpo a cuerpo. Sus "amigos" los maldicen, pero al menos no da en ellos y la chica se lleva un balazo en la pierna.

¡Aaaarg! ... -  Gruño con fuerza y los dientes prietos cuando un golpe en la pierna se convierte en un calor abrasador que me quema de dentro a fuera, casi aturiéndome y nublando mis sentidos durante una fracción de segundo que se hace eterna. Estoy expuesta. Mal ... Pero primero ... - Asesto un puñetazo al pecho de uno de los matones, para aprovechar el moment que le falta el aire y encadenarlo con un codazo en la sien.

Después retrocedo algunos pasos atrás, asta quedar a cubierto de los tiradores del mostrador

Cita:

Por un momento la mire y pensé como responder, pero al final calle cuando repare no solo que ya había decidido en su mente como iba terminar esto y yo no era nadie para obligarla a rehuir de su destino, sino que si me quedaba mas tiempo ahí, pronto iba acabar como Oca y bañar el suelo de mi sangre.

A la muy malas, arrastre a Oca hacia cobertura para evitar las balas, y luego hacia la furgoneta, tirando de ella malamente y como si fuera un saco hasta el interior de la zona anterior y cerrando las puertas tras de mi. Con apenas aire en los pulmones y temblandome las manos, mire a mi alrededor y así mismo a Cerdo.

-Necesito un botiquín medico.- Dije, buscando uno con la mirada.- Y también necesito un maldito medico.- Añadí, dándome cuenta de que mis conocimientos de medicina se resumían a vistazos rápidos a foros con titulares como ¨20 pasos para curar el cancer con remedios caseros."

Panda lanza varios puñetazos y codazos que los pandilleros encajan estoicamente y si bien no logra mas que leves moratones, al menos consigue apartarse de la linea de tiro de los que están detrás del mostrador.

Los pistoleros deben tomar la decisión de lanzarse a por la chica que lleva la mascara de Panda o salir a fuera a por los que huyen y terminan saltando el mostrador y correr hacia puerta, pistolas en ristre y apunto de disparar a Oca y Cuerva que se estaban escondiendo en la esquina de detrás de la puerta.

El conductor, Cerdo, puede ver como la cosa no parece haber ido muy bien. Cuerva arrastrando a una moribunda Oca, Cabra corriendo de la puerta trasera hacia la furgo y un grupo de tres matones saliendo apuntando sus pistolas como locos.

- Desde mi posición veo que Cuerva lleva a rastras el cuerpo de Oca - '¿Qué demonios?' - Pienso para mi - 'Si entro sola y no puedo llevarme por delante ni a uno solo... Mejor regreso y planeamos algo para más adelante!' - Y me dirijo hacia la furgoneta

No han terminado de entrar cuando Cuerva reaparece arrastrando el cuerpo inerte de Oca y se dirige hacia la furgoneta. Empezamos bien.

Salgo corriendo hacia Cuerva. -¡Déjala! Yo me encargo. ¡Vuelve al hotel para dar apoyo al resto, no quiero más bajas! - Le había salido la vena autoritaria. ¿No más bajas? Sabía que aquella misión tenía muchas papeletas de convertirse en un suicidio... pero no esperaba recibir bajas tan pronto.

Tomo a Oca en brazos, la meto en la parte de atrás de la furgoneta y trato de estabilizarla.

He dejado el motor en marcha, para que otra pueda conducir si hay que salir por patas mientras estoy remendando a Oca.

Los Pistoleros de Panda continúan buscando rodearla para seguir con su intento de paliza. Pero si bien los golpes de Panda no han logrado dejar mella, ellos ni tan solo logran rozarla. Si bien, poco a poco, van ganando terreno y acorralarla. 

Por su lado Cerdo estabiliza y reanima a Oca a base de narcoticos, dándole un chute que la hace despertar de una pesadilla llena de dolor. Puede notar sus brazos y cuerpo lacerado por los múltiples cortes que le han hecho y está toda empapada de sangre.

Estaba en un lugar cálido, oscuro como un mar de tinta, cuando algo me tomó violentamente de los hombros y me arrojó a la consciencia de la parte de atrás de la furgoneta, donde la máscara de cerdo flota sobre mi campo de visión... ¿Qué carajo? Me daba ya por muerta y en unas circunstancias bastante ridículas, nada más bajar del vehículo, peor aquí estaba de nuevo, hecha girones de carne y sangre en uno de los lugares más sucios e infectos sobre la faz de la tierra...
- GR... Gracias...- Susurré a nuestro conductor (ahora también enfermero) antes de hacerme a la idea de que tocaba volver al atolladero. Eché un vistazo rápido en la parte trasera de la furgoneta, por si en mi revisión anterior se me había pasado la exitencia de algún tipo de chaleco o armadura que me pudiese calzar sin gran esfuerzo, como si aquello fuese a frenar el goteo de mi esencia vital entre los dedos. Tras aquello y aún notando las punzadas del violento forcejeo con la muerte en todo mi ser, recuperé una escopeta y munición, había pasado de la vanguardia a la retaguardia, peor aquello no había terminado.

Tranqui Oca, tomate un minuto para recuperar el aliento. Mientras voy a darles un poco de apoyo moral a las compañeras - Quito el seguro de la escopeta y me aseguro de tener los slap-patch y la munición bien sujetos antes de avanzar hacia la puerta.

Tened cuidado pollos, hay un cerdo entrando en el corral. - Si bueno, prefería perder el factor sorpresa antes que llevarse un disparo de sus propias compañeras.

Cuando salgo de la furgoneta, me encuentro con que ya hay tres pistoleros cruzando la puerta. Están muy juntos y no tengo intención de darles la menor oportunidad de dispersarse, pero resbalo con un charco de sangre el disparo sale en otra dirección.

-Maldita sea mi estampa.