Partida Rol por web

Tras el alucinante final de acto que acababa de presenciar gracias a Cuerva y Cerdo, sentí como si mi corazón quisiese volver a bombear por primera vez en años. Iba a morir en muy poco tiempo peor me quedaba claro que, por actos como este, cada segundo podía valer la pena. El que estos hijos de puta me hubiesen acuchillado a base de bien, dejándome medio muerta hasta que el cerdo fue capaz de arrancarme de las sangrantes garras de la muerte, no hacía que sintiese más aprecio por ellos. Obedeciendo las sugerencias de la hacker (eso debía de ser si comprendía bien lo que había pasado con aquel ariete teledirigido) avancé hasta los cuerpos dispersos por el suelo dando matarile con mi recortada a los que fui encontrando, tomándome mi tiempo por si Panda, Cabra o el propio Cerdo querían hacer los honores a alguno de aquellos puercos, mientras tarareaba el inmortal Singing in the Rain. 

Me aparto de un salto, casi cayendo de bruces por el suelo cuando los vehículos arrancan a toda velocidad y me toma un buen par de largos segundos darme cuenta que son "las nuestras" quienes están actuando. Me reincorporo cuando las ultimas piezas del impacto aun están rondando por algún lugar y los lamentos y gemidos agonizantes de los supervivientes empiezan a sonar.

Hostia puta ... - Pienso entre el asombro y la frustración. - Esto ha estado guapo.

Parece que todo ha acabado y me siendo vacía. Igual de vacía que antes de empezar. Matar a esos desgraciados me ha resultado placentero, pero necesito mas. Quiero mas. Por ello me acerco a comprobar los supervivientes, chequeando cual de ellos parece que puede sobrevivir. A uno de ellos, por motivos que no siquiera me molesto en evaluara, no lo hará. Introduzco el cañón de la escopeta en su boca y disparo sin pestañear, rociando a sus compañeros de sangre pulverizada y restos de cráneo.

Una de mis compañeras se lleva a la fulana bizca para charlar. Me parece bien. Yo no lo haría, pero no le quitaré del placer de dialogar. Vuelvo hacia la furgoneta en silencio ...

Cerdo se llevó a la chica del parche (Noonko) a la parte de atrás de la furgoneta y le hizo un sitio junto a Oca donde trató de estabilizarla y luego que recuperara la consciencia.

-Muy bien, parece que vas a salir de esta cariño. Pero no te duermas todavía. No, no te puedes dormir aún. A ver, cuéntale a papá Puerco cuánta gente hay dentro, cómo van armados y qué medidas de seguridad tienen. Sé lo que estás pensando, piensas que no deberías querer decirnos nada y sin embargo, un calorcito reconfortante te anima a mostrarte amigable, es el suero que te acabo de inyectar, sabes lo que quiero oír y los dos sabemos que te mueres de ganas por contármelo. Además, en cuanto lo hagas, te inocularé una dosis de opiaceos de alta gama que te harán olvidar esta mala situación.

Noonko solo sonrió y escupió sangre a la mascara del cerdo.

Entro en la furgoneta, viendo como cerdo empieza a hablar con la chica del parche. Que locuaz. Que estéril. Pienso a medida que sus palabras van surgiendo desde el interior de la máscara, y efectivamente la respuesta de la chica no me sorprende. Genial. De repente se dibuja una sádica sonrisa por detrás del panda de plástico. Vuelvo cargar un cartucho en la escopeta dando un paso al frente. Encañono la mano derecha de la chica y disparo sin mediar palabra alguna.

El estallido del la escopeta resuena ensordecedor dentro la furgoneta, dejando por unos segundos un agudo pitido.

La adrenalina ha decaído un poco tras meter unos cuantos cañonazos bien dados, he de ser sincera a mi cuerpo, al dolor y a las circunstancias, vuelvo al interior de la furgoneta a sentarme un segundo, será cómodo no tener que controlar la situación de cada uno de mis músculos y ranuras durante un par de minutos. Conecto mi reproductor de audio y lo pongo en modo altavoz pero con el volumen bajo, mientras veo como Cerdo trae los restos de la oriental y procede a interrogarla.

Cuando Panda se acerca, ante la esperada respuesta de la Pistolera, y le pega un tiro en la mano poco me falta para aplaudir. Tras eso le pego un escupitajo a su cabeza, que también estará cargado de tinte rojo. No love tonite!

Cerdo trata de evitar que Noonko sufra ningún daño. Y se encara a Panda y Oca.
-Fuera de mi furgoneta. Si queréis entrar en el edificio sin información, nada os lo impide. Pero mi furgoneta es mi puto templo y aquí dentro no muere nadie. Y cuando digo nadie es nadie.

Echo a las dos fuera y sigo con Noonko.
- Veamos cielo, ¿qué es eso que tenías tantas ganas de contarme?

Aparte malamente y como pude el cañón de Panda, haciendo que las balas cruzaran a centímetros de la piel y ropas de la mujer y chocaran contra la pared de la furgoneta. Cuando Cerdo se encaro a estas, le apoye en su decisión.

-Ya le habéis oído, esta es nuestra, nos lo hemos ganado después de salvaros el culo con el truco de los coches. Si estáis aburridos, en el edificio hay mas con lo que podéis jugar.- Dije sacando un comunicador personal y lanzadoselo a Oca, que parecía mas mentalmente capaz y dispuesta a ponerse en retaguardia.- Cuando sepamos mas, os mandaremos información.

Una vez se fueran, si es que los convencía de ello, y nos dejaran a solas con Noonko, me acuclille junto con Cerdo y mire a la tuerta.

-Tranquila, con nosotros estarás segura, no somos salvajes, no te vamos a volar la mano si no empiezas a hablar.- Dije, no siendo una fan de la tortura, y no compartiendo la sed de sangre de mis compañeras, mientras sacaba la pistola y dramáticamente la recargaba.- Te desangrarías demasiado rápido y entrarias en shock en cuestión de segundos, no, volarte cada dedo de la mano es mucho mas efectivo y lento.- Dije apuntando el meñique. Una vez mas, no una fan de la violencia gratuita, pero si de hacer cuanto fuera necesario para parar esos bastardos de existir un segundo mas.

Noonko parecía ser mas que reacia a hablar, pero Cerdo estaba obrando su magia de matasanos para ablandarla a base de drogas y agentes químicos. El doctor podía ver como la mujer se relajaba, su pupila se dilataba y poco a poco su voluntad se iba torciendo.

Pero Panda no parecía tener la misma paciencia y estuvo a punto de disparar a Noonko, solo siendo evitado en el ultimo momento y haciendo que la furgoneta terminara con un enorme boquete a un lado.

Después de unos segundos de tensión, Cerdo y Cuerva eran los únicos que estaban con Noonko mientras las otras dos salían a que les tocara el aire.

-Que os jodan.- Decía la chica con un atisbo de voluntad. -Puede que el edificio este medio en ruinas y no tenga bonitas torretas. Pero Jonas tiene los chuscos y Kevin os va a destrozar con su trituradora.-

Sin embargo la realidad es que la Pistolera no se daba cuenta que su habladuría no tenia filtro.

- Y claro, nosotros no sabemos donde está Kevin y por eso nos volatilizará con la trituradora. Si supiéramos la forma de eludirlo o caerle por la espalda tendríamos una posibilidad. Pero tú jamás nos dirás lo que necesitamos saber. ¡Maldita sea! Jamás nos dirás que... 

Se podía ver que la chica se sentía mareada y confusa, sus ojos no lograban centrarse en vosotros y fruncía en ceño mientras intentaba formular pensamientos coherentes y responder.

-Si, Jonas está en la segunda planta , a la que saquéis la cabeza los chuscos os arrancaran la piel a tiras. Solo podríais pillarlo si subierais por el patio interior donde las viejas piscinas abandonadas.-

-Sacudió la cabeza intentando centrarse. -Se puede acceder a todas las terrazas, pero todas las ventanas y puertas están tapiadas con tablones. Así que lo tenéis jodido.-

-Kevin está en la cuarta planta, y mas os vale no llegar allí. Solo os faltaría cruzaros con los Godda Ikka.- Solo mencionar ese nombre hacia cambiar al completo el rostro de Noonko, como si les tuviera un horrible miedo. -Bueno, no los encontrareis físicamente, pero no se toman a la ligera una interrupción.-

Por la forma que lo dice parece decirlo por experiencia.

Aguanto la mirada unos segundos a Cerdo, mientras va marcando territorio de su pequeño reino de 4 ruedas y ahora un agujero. No estoy enfadada, o al menos no con él. Como quieras... resuena en mi cabeza. Sin mediar palabra bajo de la furgoneta, convencida en volarle la boca a la china en cuando ya no le sea necesaria y tenga la menor oportunidad. Sin importarme las promesas que hayan hecho otras personas.

Bajo de un salto a pie de calle y el macabro escenario de coches y cuerpos desencajados me da su bienvenida. Oca aparece después de mi, desterrada también del reino del puerco y la puerco. La miro y me encojo de hombros, como si no entendiese que esta ocurriendo, pero me diese igual. Luego levando la vista hacia mi tumba, ansiosa por llegar a ella. Apoyo la escopeta sobre el hombro empiezo a andar despreocupadamente hacia la entrada del edificio, mientras una canción silbada emerge desde dentro la máscara.

Suerte de la mascara, porque si no Cerdo me hubiera visto poner los ojos en blanco ante su mas que obvia actuación. Por suerte nuestra amiga estaba mas que drogada, así que sutileza no era un requisito, si acaso todo lo contrario.

-¿Godda Ikka? ¿Quienes son? ¿Vuestros jefes? ¿Te has encontrado alguna vez con estos? Dínoslo o te arrastramos al cuarto piso, para que puedas decirle en persona como has fallado cinco pirados con mascaras de entrometernos en sus negocios.- Amenace, entendiendo que les temía mas a ellos, que nosotros mismos.

Cuerva: Gh0st, conectate al transmisor de Oca y retransmite la información obtenida aquí. Cuando termines, haz un sondeo en el cuarto piso, tal como habla de ellos, huelo que Kevin debe comunicarse con Godda Ikka a través de la red o similar.

Gh0st: ¡Ok okie, Cuerva! ¡Marchando una conexión y un rastreo!

Tras todo el jolgorio que hemos montado no me corto en apagar el reproductor de audio, en modo boombox, cuando bajo de la furgoneta, expulsada por Cerdo y Cuerva, ejerciendo de torturadores oficiales. El disco, alguna cosa antediluviana a la que no podía poner nombre, pero con la dosis de oscuridad justa que me gustaba en mi música, volvió a empezar. 

Hago un par de pruebas con el comunicador y me quedo esperando mientras Panda se planta a mi lado encogiéndose de hombros antes de volver a enfilar la entrada de la morada de los pistoleros. Querría haber esperado a tener lago más de información por parte de nuestra invitada especial, pero tampoco me gustaba la idea de dejar tirada a Panda, sin saber qué podría encontrar dentro. Volví a cargar mi arma, palpé mi dolorida carne apaleada, rajada y supurante y la seguí, pero guardando una cierta distancia.

-¿Godda Ikka? ¿Quienes son? ¿Vuestros jefes? 

Que sus captores no tuvieran ni idea de quienes eran los Godda Ikka solo le pudo arrancar una sonrisa.

-Mas bien socios.-

 ¿Te has encontrado alguna vez con estos? Dínoslo o te arrastramos al cuarto piso, para que puedas decirle en persona como has fallado cinco pirados con mascaras de entrometernos en sus negocios.-

La frase le arrancaba ciertos recuerdos incómodos en Noonko. Normalmente los controlaría sin problema, pero las drogas de Cerdo la habían dejado sin filtro y era incapaz de contener sus emociones. La amenaza de que la llevarías a ellos no parecía despertar temor alguno, ya se daba por muerta igualmente.

Pero aún así su ojo orgánico se humedecía de lagrimas. -Ellos ... me ...-

Paro de hablar para apretar los dientes y tomar aire para recuperar algo de voluntad y autocontrol. -Si, me he cruzado con ellos.- simplemente terminó.

Curiosamente Noonko dudaba. Y ¿Qué era aquella humedad en su ojo?¿Acaso estaba llorando? ¿Eran socios de mutuo acuerdo o socios a la fuerza? - Oye, ¿acaso alguno de ellos te hizo daño? Ya sabes que no somos muy simpáticos y no hemos venido a hacer amigos sino a saldar unas cuentas pendientes. Si tienes algún asunto con uno de ellos o con varios, podemos darles prioridad. A nosotros nos da igual por quien empezar y no esperamos llegar hasta el final, así que si tienes alguna cuenta que saldar con alguno de ellos dínoslo. Nos gusta saldar cuentas, también las ajenas. No tenemos otros planes para hoy ni para el futuro. - ¿Y por qué no? En eso estaba siendo sincero. Además, tenía curiosidad por saber qué podía hacer dudar a una mujer tan fría como Noonko. No suplicaba por su vida, ¿qué era aquello que la alteraba entonces? 

-Kevin.-

-Si lo encuentras, destrozalo, es un hijo de puta.- Decía Noonko sin poder evitar su verborrea dado las drogas. En situaciones normales estaria lejos de decir nada. -Antes, los Pistoleros, solo nos dedicábamos a cosas sencillas, controlar el territorio, drogas, palizas ... luego Kevin se alió con los Godda Ikka.-

-Intenté salirme, pero no solo no me dejaron, mataron a Matt, secuestraron a mi hermana pequeña y me viol...- Sus palabras se cortan, lo que fuera que iba a contar era un recuerdo demasiado intenso para ella para decirlo incluso debajo de las drogas. Intentó cambiar de tema. -Jonas es tonto, pero no malo. Solo se preocupa de sus perros y de obedecer a Kevin para que no le haga daño.-