Partida Rol por web

Aurora se acercó a cuidar a los enfermos. Sakura no entendía lo que decía el niño rubio, pero veía que Aurora tenía buenas intenciones y los trataba bien. Observó a Garou a los ojos, con una mirada seca y apática

-Mentí... Los lobos no son para nada de eso. Contento?? quieres saber la razón?? Esos lobos matan a otros seres para comerlos, y muchos animales son sacrificados o pasan por dolorosos procesos para la extracción de las hormonas que le inyectas a tu cuerpo, no creas que no te he visto inyectarte en la sala de espera*-

Entonces miró a Ginnei, quien según el muchacho rubio podría ayudar -Él?? el que está convulsionando?? es como pedirle a un ciego que guíe a otro ciego... no me extraña una idea tan "brillante" viniendo de un niño tan inocente- Soltó haciendo énfasis en brillante

Volvió su vista a Garou, quien con sus brazos cruzados y su ceño fruncido parecía reclamar por respuestas con un típico berrinche adolescente -Qué... Esperas que te de una razón para matar lobos?? No la tendrás, el examen consistía en TRAER un lobo por cada tres personas, solo eso. Si alguien mató a algún lobo no fue por una orden mía- Observó al resto, algunos parecía importarle poco, pero otros parecían completamente ofendidos por las palabras de la examinadora -Estos lobos han asesinado a otros animales para comerlos, y han desplazado a los demás depredadores obligándoles a cazar en zonas urbanas- Entonces se detuvo, no era una causa suficiente y lo sabía, ella misma entendía que así era la naturaleza, que el humano lucha contra ella en lugar de convivir con ella., pero no había razon de matar a tantos lobos solo por eso, la verdad es que esos poblados no le importaban, que se muden y ya, ciudades hay muchas, bosques como estos no. Entonces, comprendiendo que esta razón no la llenaba ni tampoco llenaría al muchacho, decidió explicar la verdadera razón, sin fundamentos que lo hagan parecer valerosa -Qué vas a entender?? solo eres un niño... Gente es asesinada y raptada todos los días, animales salvajes atacan a personas inocentes que buscan convivir cerca de la naturaleza y escapar de la ciudad, criminales gobiernan las calles desde las sombras, y líderes mundiales se llenan de dinero mientras sus ciudadanos mueren de hambre! ESE es el mundo al que vas a adentrarte como cazador! Y si no estás listo para aceptar un mundo tan crudo deberías marcharte del examen y volver cuando hayas madurado un poco, vuelve a tu casa o tu pueblo o lo que sea...- Soltó de forma seca entonces. Se giró a ayudar a los enfermos, el león observaba atento, cualquier reacción.

Nero entró corriendo a donde Ginnei se encontraba. Le costó un poco reaccionar, quería tirarse a la rubia, pero por lo visto le engañó... Es que nunca aprendía que las mujeres bellas eran peligrosas??

Entró rápido pensando que Ginnei podría estar mal, y efectivamente allí lo vio, convulsionando. Niño estaba cerca suyo, pero la examinadora por su parte discutía con el niño rubio, mientras que la pelirosa cuidaba a Akemi y Nakamura.

Quería regañarlos por descuidar a su amigo, pero eran mujeres, y no podía hacerlo, su naturaleza se lo impedía, así que solo quedaban dos niños, Tadashi y Nakamura. Este último estaba igual que Ginnei, ni al caso, y Niño aunque no hacía gran cosa, estaba junto a Ginnei, como Tadashi, por lo que descargó toda su frustración en el pobre Garou

-Mocoso! cierra el pico un rato y deja a los mayores trabajar, quieres??- Soltó entonces.

Tomó a Ginnei en brazos -Tch! Mierda... Es por esos putos lobos??- Dijo girando a la examinadora -No, claro que no...- Se respondió entonces a sí mismo

Sabía que no era el veneno de los lobos verdes... Él había sido mordido, como Niño, pero ninguno convulsionaba... Entonces que fue?? -Mierda Giny, no me dejes!! Me escuchas?? Puta mierda! ERES MI PUTO HERMANO!! NO TE MUERAS ME OYES?!- Decía abrazando a Ginnei mientras una pequeña lágrima se escapaba de su ojo.

Ante esa pregunta lo único que pudo sentir era un desasosiego y vacío absoluto, el hecho de tener que decirlo a pesar de todo, el hecho de ser él quién tuviese que decirlo, pero no iba a mentir, no más. Todo esto fue por su culpa, por hacerse el comerciante con la vida misma, por no haber calculado mejor allá entonces, por cualquier razón realmente que el azar absoluto y el verdadero amo de todos los juegos, su único dios personal si es que podía haber algo así para él le hubiese condenado a este destino. Sospechaba el motivo por el que estaban así aún con distintos eventos, era simple, cuatro personas en donde Ginnei jamás fue tocado por los lobos y él tuvo su toxina venenosa en la boca por unos segundos, cuatro personas que no tenían nada en común excepto una cosa, claro, algo menor pero que a su vez fue un astuto golpe del hijo de puta ese, tenía que ser.

- Ahh... Ah...

Agotado no pensó siquiera en lo que pasaba pero por lo menos lo había dicho aún si la niña esta se negase a aceptarlo o se hiciese la que no sabía algo que literalmente pasó hace minutos. Tomó su lápiz y logró escribir algo a duras penas una vez más para luego empujar no solo el cuaderno sino que su propia mochila que tenía una única cosa bastante problemática para el estado en el que estaban, lanzando todo en dirección de esta mujer pelirrosa. Aquella podría leer cierto mensajillo entonces inmediatamente.

Takuro entonces se empezó a arrastrar, dando un "paso" con la mano, y otro y otro, como si fuese una especie de araña, como el bicho cobarde y débil que era, como el sujeto incapaz a diferencia de todos los otros que habían aquí, como el externo y el invasor del lugar, que llegó tarde y a ciegas. A medida que se movía como un bulto finalmente se arrojó a sí mismo para abrazar a Akemi por la espalda, en una forma quizá un tanto sugerente pero obligatoria, rodeándola por el cuello hacia abajo con ambos brazos, colgándosele cual parásito para decirlo.

_{- Kairen murió.} -Así, tal cual, directo y puntual, susurrado a ella de cerca.- _{Fue inmediato, apenas te pasó a tí, luego a mí y a él casi en cadena, a la vez...} -Algo le permitía hablar estando así, sujeto de ella, sin soltarla bajo ninguna circunstancia, usando sus manos para conectarse a ella, entrelazarlas pero rodeándola.- _{Todo esto es mi culpa por fallar, por no ser suficiente, cuando pudimos alejarnos de todo por nuestra cuenta. Si quieres odiarme, hazlo, lo merezco. Yo quería que estuvieramos los tres juntos... Lo siento.}

Y a medida que decía eso empezó a llorar, ya sin control, sin nada, sin gritos, simplemente quebrándose entre sollozos y convulsiones, pero sujetándola, a toda costa, aunque se le rompiera el cuerpo, honestamente no daba mucho más y sabía, por supuesto, que Akemi podría entrar en ese estado, ese misterioso elemento que ella tenía llamado "Kuruta" y destruírle, pero si lo hacía, sería solo a él y ya, que era el único aquí que merecía semejante destino, no como Kairen, no ciertamente, por eso la envolvió de esa forma.

Jaque. ¿A quién? Pues a saberse.

Aquel mensaje en el cuaderno escrito ahora algo más chiquito que el anterior decía, todo en letras apenas formadas y escritas a duras penas, como alguien que tiritaba el brazo y la mano cada dos por tres o a cada momento pero aún así logrando hacer algo vagamente legible, lo suficiente:

Aléjate y a todos de mí y Akemi, por favor. Gracias y perdona.

Aquello último ya eran trazos corridos de línea más que letras, pero alcanzó a darse ese lujo de escribirlo.

Al final no podía dejar de jugar, nunca.

Aurora observo a quien recién entraba, sus gritos llamaron su atención, estaba más concentrada en ver a la chica que con sus gesticulaciones parecía pedir ser asesinada - eso debe ser doloroso - su mirada era de preocupación, la persona que acababa de entrar abrazaba a otro que sufría lo mismo - él también?, que rayos pasa? - el cuaderno se movió una frase se leía en el, Nakamura se había esforzado por escribir aquello, no entendió el porque, o el para que, les susurró unas palabras a los dos ¿amantes?,  no estaba segura, pero era mejor no involucrarse, era mejor dejarles un momento, volvió a dejar el cuaderno cerca de los dos con el lápiz.

Se levanto y dedicó una ultima mirada a ambos y se fue con el recién llegado - Ya, va a ese bien, no llores, dale ánimos! Así mejora, no te desahogos con el niño, no tiene la culpa - posó su mano sobre el hombro de este y arrodillo junto a ellos - dejemos a tu amigo reponerse - agrego observando con una notable preocupación en su mirada - Los demás vean la entrada para que no venga ningún desgraciado por favor - sentenció tratando de cumplir antes de olvidarlo todo, capas debía dejarse aquel papel.

Señorita del León, puede controlar que no entren raros malos? - ¿como se le decía a los malos molestos?, estaba segura de haberlo escuchado alguna vez pero no lo podía recordar - esta maldita memoria!! - maldecía en su mente, por mas cosas geniales que pueda pensar no valían nada con esa memoria, suspiro - respira, que si no lo haces cuando el mejore tu no estarás - bromeo un poco con el sujeto volviendo a traer a la vida a su sonrisa felina, por suerte ellos no estaban tan cerca pero no estaba segura de que sea lo suficiente, parchesito sabría que hacer!! - donde estará parchesito? - se preguntaba viendo el lugar, tratando de recordar el por qué estaba ahí y como llegó.

Su voz salio como un susurro de sus labios, una voz que seguía siendo aguda, pero en un tono bastante bajo - no puedo solo darles la espalda, cuidare de que nadie se les acerque, y are lo posible para cumplir esto - concluyo acomodando el cuaderno con el lápiz - no se rindan! - se alejocon un ultimo aliento para la pareja

A pesar de que me había movido hacia los caídos, un sudor frío me invadió de repente. Mis piernas temblaron y, en mi precario equilibrio, caí sobre las rodillas. Traté de imaginarme qué podía pasar. ¿Hades? Pensé, quizás esta vez había ido demasiado lejos. quizás el daño que había causado a mi cuerpo por interponerme entre los lobos y Nero y Nakamura había sido demasiado fuerte... No lo había notado así, pero igualmente lo descarté al poco, ¿por qué el grupo de Akemi había caído también?¿Qué había compartido yo que el resto no hub...? 484. Concluí. Fuimos golpeados por 484 y sus momias. Concluí en mi cabeza en el momento justo antes de que mi cara alcanzase el suelo. El golpe me hubiese hecho ver las estrellas si no fuese ya un nudo de dolor todo mi cuerpo. Sentía como si mi alma quisiese escapar de mí, generándome un dolor indecible.

- Aaaahhh... -dije notando cómo todo mi cuerpo se estaba quedando sin fuerzas.

Noté cómo alguien me había levantado y cómo al rato me dejaban sobre otra superficie, aunque no me quejé. No respondía a la mayoría de las cosas: probablemente no fuese incapaz si el tal Nakamura estaba diciendo frases, pero al contrario que él yo estaba centrado en mi interior. Era como resolver un puzzle brindado por otra parte de tu ser que no conocías... No era la primera vez que pasaba por esta prueba. Recordando el suplicio que viví tratando de controlar mi legado, mis energías estaban dedicadas a mantener todo en su sitio y tratar de evitar, sobre todo, que mis fuerzas me abandonasen. Escuché a duras penas la discusión entre Sakura y Garou. Vida, muerte, los pobres lobitos, etc.

- Hi... Pó... Cri... Tas... -dije con esfuerzo, aunque no trataba de hacerme escuchar: la verdad es que me importaba un bledo.

Que se diesen golpes de pechos si querían o se rasgasen las vestiduras. Más de una decena de personas había muerto por los actos de 484 dentro de la sala, ¿quién había intervenido?¿Había entrado la "poderosa cazadora" con su león a evitar que masacrase a gente indefensa, al menos en comparación? No, ni de coña. ¿Y Fredek? Mientras yo trataba de curar al sacerdote, ¿quién había ido a detenerle? No estaba tan por encima de la mayoría. Y ahora se me venían a preocupar por esos perros cuando habían establecido unas reglas voluntariamente ambiguas. No me jodáis.

Levanté una mano cuando Nero se apoyó en mí y la apoyé... bueno, era mucho decir, más la dejé caer sobre él para mostrarle que seguía ahí. No obstante, mi mente volvía a estar centrada en mí mismo, tratando de arreglar el destrozo que había sufrido.

Me habia quedado paralizado ante la muerte de la señora, ahora se estaba ajetreando todo mucho por lo que espere que todo se calmara y algunos se fueran para acercarme a wabi -Por favor... dime que tu sangre no es lo que ha provocado eso - Le dije con una cara de susto -y sobre los lobos... ¿que te han indicado? no quiero que vayan con ellos si no quieren pero siempre podemos decir que ya que les ayudamos en este primer examen podemos ponerles de condicion que si en otra parte del examen necesitamos su ayuda una vez cada uno de nosotros por separado nos ayuden... no estaria de más...-

Wabi escuchó la preocupación de Wade. Y con razón... Por suerte (o por razón), y había llorado todo lo que tenía llorar, y ya se había sentido culpable, así que ahora solo quedaba un sentimiento de responsabilidad, y otro de tristeza. Una sola imagen del rostro del Morenazo se había guardado en su mente. 

No, yo tengo la gripe. *cof* *coh* hii... Reía para no llorar. Convenientemente, Wabi miró a un lado, cambió de tema, y procastinó su responsabilidad. Miró al grupo de cuatro lobos. Uno vio al de pelo divertido ayudar a su amiga, y quiere ir con él. 

Su cuerpo frágil estiró las manos con un bostezo placentero, y Wabi fue tumbándose, hasta estar con el suelo en la espalda, y el cielo en los ojos. Buenas nocheees.... 

Cuando llegamos llevando a Akemi a la sala de espera, mantengo mi mano sobre el hombre de la joven, dándole apoyo pero evitando también que sus convulsiones vayan a causarle daño. Me preocupa verla así y no sé qué es lo que está ocurriendo pues todo lo que los lobos le hicieron, también me lo hicieron a mí, incluyendo la mordida del lobo verde que me mordió a mí y a ella no. Entonces veo que a Ginnei también le sucede y que Kairen está muerto.

Entonces escucho como Sakura habla y que menciona al vendado. Pienso un momento y le respondo:

 - "El vendado la golpeó y mató a unos participantes. Luego rodeó con sus vendas los cadáveres y estos se levantaron para atacarnos. Kairen, Nakamura y Ginnei fueron golpeados por ellos. ¡Eso es lo que tienen en común!"

Digo, entendiendo que es culpa de ese hombre y sus actos, no de los lobos. Pero entonces ella dice que si lo superan, serán más fuertes. Sujeto la mano de Akemi, viendo si consigo ayudarla en algo, pues ella y yo somos amigos, probablemente la única amiga que tengo. Incluso me dio un nombre.

Me acerco a su oído y le hablo:

 - "Estoy aquí contigo. No te dejaré sola. Cuando despiertes me podrás llamar Hiro. Me gusta más, es más corto."

Me río un poco, apenado por ella pues no quiero que sufra y se nota que está pasando por mucho dolor, por mucho sufrimiento y eso no está bien. No para mí. Miro a Sakura cuando dice que no hay nada que podamos hacer por ellos, que solo queda esperar. Aprieto con fuerza su mano, esperando a que las cosas pasen sin dejar de apoyarla.

Entro en la sala de espera tras la examinadora, los enfermos, por llamarlos de algún modo, y el resto que no sé porqué vienen, excepto niño, él tiene algún motivo para quedarse. Dentro de la habitación la cosa no es distinta, el grotesco espectáculo de gritos, convulsiones y sangre continúa. Si no estuviera acostumbrado a escenas similares a esta me habría ido nada más cruzar la puerta para evitar seguir mirando. Que quiera quedarme también tiene algo que ver en mi aguante, tengo que saber si Ginnei estará bien, y quizás de paso averigüe lo que les está pasando, esta “enfermedad” que tienen es demasiado rara.

No estoy del todo centrado debido a las múltiples distracciones y no logro escuchar bien algo sobre el vendado. Preguntaré luego, ahora no quiero interrumpir por si se dice algo importante, aunque no es el caso, se está teniendo una conversación que no tiene puto sentido sobre los lobos, ellos nos han atacado y han muerto por habernos defendido, ¿qué esperan? ¿Qué pongamos el cuello? Es muy absurdo lo que hablan, sobre todo si por no dejarte matar por esos animales salvajes te ponen de malo, gilipollas.

La puerta de la sala se abre para dar paso a Nero. Cuando este se tranquiliza un poco, algo difícil de lograr visto como esta su amigo, pongo una mano en su hombro en un intento de darle apoyo. No sé muy bien porque hago esto, no he estado en situaciones parecidas a la suya, no he encontrado a nadie al que llamar amigo, o familia, no dejo que eso suceda, pero supongo que Nero me ha caído bien y por eso intento ayudar aunque sea con un gesto de mierda.

Nos están echando ya de la sala, algo que no tiene mucho sentido si me echas a mí para dejar dentro a una puta cría que no tiene ni idea de nada, y a niño, que mejora a la del pelo rosa, pero tampoco tiene sentido que lo dejen dentro. No entiendo nada de esto, aunque paso de protestar ya, mientras la examinadora vigile a Ginnei todo irá bien, mejor que si lo hago yo seguro, pero antes hay una duda que debo resolver, creía haber escuchado algo sobre el vendado que debía ser contestado.

Algo parecido a lo que iba a decir yo contesta niño, se me ha adelantando. –Está en lo cierto– añado para que se tenga más en cuenta sus palabras. –Han sido golpeados por las momias de 484, excepto ella– señalo a Akemi. –Ella directamente estaba en las vendas de ese loco, la utilizaba con sus raros poderes– explico lo mejor que puedo para complementar la información. Todo esto me deja una gran duda, ¿se adquieren esos extraños poderes por ser golpeado con ese poder? ¿Cómo se llamaba? ¿Non? Algo así era… Necesito saberlo. –¿Lo que les está pasando tiene algo que ver con el non o como se llame?– pregunto antes de marcharme a la examinadora. Estaría bien saber más sobre esta extraña fuente de poder.

Aurora noto al niño cerca de Akemi - sera un triangulo amoroso?, pero es muy pequeño, aunque Cherry dice que la edad es lo de menos - pensamientos irrelevantes surcaban su mente, con tantos gritos apenas podía sentirlos - Aurora ahora no!!! Ese niño no debería ver esas cosas de adultos!!!! - pensó y corrió hasta niño, en el camino vio el cuaderno apenas de reojo - lo sabía debía dejarlos solitos!! - toco el brazo del niño - oye oye, se que estas preocupados pero hay que dejarlos un momento, ven que hay mucho alboroto en la puerta y es seguro que necesite una mano para sacar a la gente a patadas de aquí - señalo con su cara la entrada, hablaban sobre un tal 484, pero eso era lo de menos,los humos que se podían notar en ese lugar eran peligrosos -  aquí hay heridos y ellos comportándose así!, ¿puedes ayudarme? - dijo señalando la entrada, pensando que otra cosa decirle si no quería, el chico tenia en el cuaderno algo escrito con dejarlos, al menos cuidaría eso, y los ayudaría con eso.

Una persona normal rompe en llanto cuando muere alguien, una persona normal siente pena, siente que su alma se desgarra, y lo expresa mediante gritos, patadas, llantos desconsolados... Akemi no. Ya había perdido todo, su clan, el clan Kurta, fue completamente exterminado por un grupo de bandidos, ya no está, no existe!

Hoy perdió a un amigo, le dolía, le desgarraba el alma, pero no gritó... Se quedó sin voz la vez que perdió a su familia y amigos, gritó tanto como pudo pero nadie se levantó para hacerla sentir mejor. Se quedó llorando y gritando en medio de la aldea, durante un rato, durante horas, durante días... y su llanto no cambió nada...

Sabía que llorar no cambiaba nada, pero no pudo evitar hacerlo, sin embargo, lloraba como alguien que veía una novela, como alguien que observa los acontecimientos desde afuera y siente pena por los que lo viven... Lloraba despacio, con calma, mientras por dentro se rompía... Se hizo bolita, abrazada por Nakamura desde la espalda... Estaba rota, como cuando lo perdió todo, pero esta vez alguien estaba allí para mantener juntos esos pedazos, para evitar que se dispersen luego de romperse...

Todo lo que dejó salir, fue un leve sollozo, tenía miedo, de que si lloraba muy alto, Kairen se pusiera triste y Nakamura se preocupase... 

Entonces escuchó las palabras de Niño, y aunque no mostró señal alguna de sentirse bien, porque no lo hacía, sufriendo y habiendo perdido a un amigo, sí era cierto que se sentía mejor, y que el hecho de que Niño aceptara su nombre, le provocaba una gran felicidad, felicidad que fácilmente era opacada por los eventos actuales, pero que la ayudaban a sobrellevarlo un poquito mejor..

Acabado, inconsciente y prácticamente muerto.

Así estaba cuando actuó por última vez y logrando ganar su propia 'apuesta' en donde Akemi al final no había estallado en rabia y gran poder, simplemente resignándose y quedando él, el llorón, mucho peor que ella de un modo gracioso mientras él se le colgaba a la chica. Al final, terminó cayendo inconsciente sin poder mucho más, realmente. Al menos hasta posterior.

Ya despierto y solo con la examinadora a su vez que Akemi y Ginnei, que probablemente o estaban aún inconscientes o simplemente por su cuenta, se acercó a ella recordando lo que vió entonces, suspirando entonces y dirigiéndose a ella, buscando dirigirse a la mujer debidamente.

- Mis disculpas, ayer me pasé, ciertamente. -Suspiró refiriéndose a la pequeña y estúpida apuesta que intentó.- Tengo que pedirle algo, dos cosas, de hecho, aunque en teoría es solo una.

Sí, "pedir", esta vez estaba en actuar sumiso, como lo sería un lobo mostrando su panza a otro debido a que falló su intento de negociación con dicha, tal cual. Tras considerar eso recordó que arrojó su mochila a otro lado y la recogió así como el cuaderno, lapiz y todo, volviendo a con Sakura.

- Quisiera saber qué decía ese diario o, si es posible, tenerlo junto con las posesiones de Kairen. Por otro lado... -Tomó aire y lo pidió, nervioso primero y luego determinado, como el fuego que poblaba su cabello coloridamente.- Quisiera pedirle, por favor, si es posible conservar el cuerpo de Kairen, congelarle o algo hasta terminar la prueba exitosamente o salir descalificado de esta.

Así, sin embargo, pensó en que no era un favor tal cual, por supuesto. Tal como ella habría explicado bien al otro joven que le cargó aquí, los humanos éramos un animal jodido y complicado pero a fin de cuentas, otro más como todos y teníamos que sobrevivir, ergo, sacó de entre sus cosas, cosas.

- No digo que piense pedirlo gratis, claro. Siento que si le entierro no podré dejarle ir nunca, y que sus familiares o personas queridas merecen verlo, eso y que el 484 no use su cuerpo como uno de sus zombies vendados. -Asintió entonces, mostrándole. Joyas, bienes, objetos tasados de partes del mundo varias e incluso elementos de juegos y lúdicos como dados u otros que podrían sacar, en el lugar correcto, fortunas pequeñas... O no, dependía mucho. Al final sabía que todo esto que ofrecía podía o no ser valioso o incluso no importarle a ella, ya sea por no querer darse la lata de venderlo, coleccionarlo o incluso, no querer dinero.- Sería todo, creo.

Así, se mantuvo en esa postura, de nuevo, negociante pero sumisa, aguardando serio, determinado.

Aceptando, ya por fin, al menos un tanto.

Terminaba el primer día de entrenamiento y meditación para entender este nuevo poder que habíamos adquirido. Era extraño pensar cómo se estaban desarrollando las cosas en el examen, y saber que no había terminado ni de lejos... Muchos iban a morir antes de que esto terminase. Alcé la vista hacia Nakamura y Akemi y les dije:

- Akemi-chan, Nakamura... Hay algo que debemos hablar. -hablaba con seriedad, ambos ya sabían que el asunto de Mary me tenía muy cabreado, pero había más cosas- En primer lugar, siento lo de Kairen. No lo conocía mucho, pero creo que habíais pasado algo más vosotros. Fue muy valiente, no se qué clase de azar dictaminó que él cayese y nosotros no... Aunque si alguna muerte de todas las que he visto en estos dos días -al decir esto se me notaba abatido, parecía absurdo el tiempo en el que el número de muertes que había visto hasta la fecha (en ésta forma, al menos) se había multiplicado- ...merece ser recordada es la suya. -sentí que estaba hablando algo de más al respecto, así que preferí dejar correr el tema- Quiero deciros algo que no sabéis... Quizás no sea algo tan valioso como la forma de jugarse la vida de dos personas que no estaban adiestradas en combate por protegerte, Akemi, pero debéis de saber que no fue fortuito que mi equipo y yo estuviésemos tan cerca. Ellos me siguieron a mí, y yo os seguí a vosotros. -les confesé

Nakamura estaba hablando con Sakura, algo que parecía importante. Gin podría notar que le estaba (Takuro) mostrando a Sakura una serie de... ¿Cosas? Todo tipo de cachivaches pequeños pero por lo demás que parecían de variable valor, tal vez tasables, tal vez items raros o... No, pero que podrían serlo. Por lo demás, Gin notaría que Takuro parecía bastante afligido y mucho menos odioso y altanero que cuando estuvo allá afuera en donde reveló el asunto de la mujer sniper. Tomó aire entonces y, sin dejar de atender ni esperar la respuesta de Sakura ni la conversación con ella, le respondió a Gin de reojo, mirándolo un poco, ladeándose pero sin quitarle la visión a Sakura, algo así como diagonalizando su postura para mirarlos a ambos a la cara en el ángulo exacto.

- Fue mi culpa, mi dios, el azar, hizo que pasara esto, por no ser apto, por no preverlo, por razones, y por eso cargaré con la culpa hasta que la existencia acabe. -Declaró sincero, creyéndose cada palabra que decía.- Ya lo acepté pero seguiré viviendo con ello tanto como se pueda.

Miró un poco enfático a Sakura deseando saber su respuesta a todo lo que le dijo antes, igualmente indicando que no le molestaba que Ginnei mismo escuchara el asunto mismo y detalles. Últimamente, pasó de odiar a Ginnei a apreciarlo, como un odioso segador sanador (sí, segador sanador) y maldición andante que no dejaría de joderle y a la vez ayudarle. Tras esto, ahora enfocó la mirada en gin (de nuevo, sin quitarla de Sakura porque necesitaba tener respuesta a lo que pidió, fuese la que fuese), sorprendido por lo que el de pelos castaños oscuros y la misteriosa cadena esa apegada a su cuerpo le dijo.

- ¿Ah? ¿Perseguías a Akemi? ¿Por qué? ¿O más bien, a nosotros? Yo no tengo ninguna gracia, pero... ¿Seguías a Kairen? -Se enfureció pero... Se calmó, suspirando, pensando en relajarse, recordando como se exaltó afuera y recuperando su paz enteramente.- No, nos seguías a los tres... ¿Por qué? Por favor dime, Akemi debería venir pronto para con nosotros.

Miró por ahí si estaba Akemi y luego esperó respuestas, de Sakura, de Ginnei, de todos.

Y de paso, saber qué ocurriría con eso, con el poder que había conseguido tras los golpes de la momia.

"Nen".

Había muchas formas de interpretar la muerte. Ese chico había elegido la suya y, si así era su visión, no iba a hacer nada por disuadirlo, aunque se notaba que su explicación no me había convencido. Si nuestra supervivencia en esa situación había dependido del azar, ni él ni nadie hubiese podido evitarlo, por lo que era absurdo culpar a cualquiera, pero bueno.

- Perseguir suena algo distinto, aunque supongo que se puede usar. Pero seguía a Akemi, a ti y a Kairen no os conocía. -especifiqué, dado que aunque sabía que seguía a un grupo, no me importaba cada componente cuando tomé la decisión- Junto a Aurora, la chica olvidadiza de pelo rosa, fui a atender a Akemi cuando 484 la atacó en la sala. Había oído hablar de los Kurta antes... no tengo información detallada, pero sabía lo que había sucedido. -volví la vista a Akemi- Yo... Bueno, digamos que no podía dejarte desprotegida después de lo que me dijiste en la sala. Reuní un grupo de gente que consideraba competente y fiable en su mayor parte y me adentré en el bosque tras vosotros... Quizás no estuvo bien por mis compañeros no decírselo, pero a fin de cuentas era un lugar tan bueno como cualquier otro para encontrar a los lobos. -tras pensarlo un instante más, solté una risotada cargada de ironía- ¡Y pensar que una de las que consideraba fiables es quien nos dio la espalda! Que irónico, ¿no? -concluí.

A fin de cuentas, de las 4 personas que no conocía en mi grupo, algo me hizo creer que Mary y el niño, a quien ahora llamaban Hiroki, eran los más fiables, mientras que Mugen y Tadashi eran los menos. Bueno, el segundo de esos dos últimos se había preocupado bastante por mí con el desmayo, mientras que el niño se había centrado en Akemi, aunque el que de verdad había estado conmigo era Nero, como siempre.

Sakura te observó, oía con atención cada palabra que decías, y ojeaba tus pertenencias con calma. Ya tenía la respuesta, no pensaba cambiar de opinión sin importar lo que le mostraran.

-Esto...- Dijo mostrando el viejo cuaderno -No vale nada para mí, pero para tí...- Observó tus pertenencias otra vez -Para tí esto es muy valioso...- Entonces tomó tu mochila, completa, guardó el cuaderno dentro y la cerró, sin quitarte nada. Te la devolvió con una expresión fastidiada -NUNCA dejes que alguien sepa lo que es valioso para tí, o lo usarán en tu contra y será tu ruina... y si tan valioso es tu amigo, no lo compres, gánatelo!- Eso último lo dijo ya con una sonrisa, y se sentía como si tratara de alentarte, alentarte a dar más de ti mismo para poder de algún modo honrar la memoria de Kairen. Su león rugió, llegaban más aspirantes, por lo que se alejó, dejando solos a sus improvisados pupilos.