Partida Rol por web

Antes de que consiguiera llegar a mi objetivo note como algo se aferraba a mi alrededor  frenando y cortando mis músculos. Un grito de dolor resonó desde lo mas profundo desde mi ser antes de ver como un golpe de la espada de Hades se introducía por mi pecho sin darme tiempo casi a reaccionar entre el primer ataque y el segundo. De mi boca salió un borbotón de sangre, intentando paliar los daños internos que acababa de causarme. Mi mano perdió fuerza y el cuchillo se soltó de ella cayendo con dos pequeños sonidos metálicos en el suelo.

Casi colgada siendo atravesada por aquella espada sabia que mi tiempo había acabado. Notaba como me costaba respirar, mis pulmones encharcándose de sangre mientras empezaba a ver borroso, veía como había cadenas también atrapando a gente de la sala, pero estas no parecían heridas. Ginnei, aun sosteniendo la espada me miraba.  Sus palabras sonaron confusas para mi. ¿Por qué? Era una buena pregunta... ¿Por venganza? ¿Por poder? ¿Por placer? Finalmente aun colgada y con un hilo de sangre corriendo por el lateral de mi boca respondí palabras mudas para los presentes de la sala. Me quedaban demasiadas pocas fuerzas para hablar lo suficientemente alto como para que me escuchara alguien más que quien tenia delante.

Takuro soltó una risa, una risa audible y clara casi al lado de Mary. Pensó entonces en que debía hacerle cierto remake a una cierta habilidad suya para poder leer backstories dramáticas, porque vaya si eran todos este montón de tipejos un montón de dramáticos exagerados. Él solo actuaba porque eso era, un payaso, un jugador, un relator y un apostador, el drama era su carta de presentación como un comodín humano, pero ellos eran tan insoportables, realmente. Suspiró tal cual y habló.

- Venga, Gin, obtuviste lo que querías. Ah, y suéltale las cadenas a las chicas de allá. -Apuntó a las chicas de pelo verde, en particular la que él mismo había curado y sus dos amigas.- Anda, cabrón.

Se siguió riendo con esa misma cara que había estado ejecutando todo el rato. Bufó entonces algo aburrido y medio inclinado ya que, por flaco que fuese, era más alto que los dos, en donde Ginnei era un enano o semi-enano y Mary era, bueno, una MILF chiquitita, paradoja andante, aunque de contenedor pequeño con pura maldad, aún con todo su d-r-a-m-a. "Puta aura gastada por nada", pensó.

- Te voy a dar exactamente cinco segundos, mi hermano. Uno, no, espera, mejor contar al revés. ¡Cinco, cuatro, treeeeeee-es, doooooooooo-os, uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu-no...~!

Y a medida que se acercarse a la cuenta regresiva tendría el dardo listo para, bueno.

Para algo, dependiendo del actuar de Ginnei y según su sabiduría y madurez le hicieran moverse.

- Porque... aun tenia que... salvar a alguien.-

Esto es lo que dijo, para los que tiraron xD fue algo troll... ._.

Wabi soltó una risita ante la respuesta de Nubecita, y prosiguió con su labor de traductora. Se reflejó en los ojos de Jess, removió la mucosidad acumulada en la garganta, y le comunicó:
 ​Dice que eres grande, que tu cabeza es cómoda, y que te des un bañito, por ahí  -  ​Y señaló hacia el agua cercana.

Aprovechando que había extendido un poco el brazo para señalar, Wabi alargó los dos brazos por completo, miró arriba, y empezó a moverlos arriba y abajo, como si pudiera volar. Empezó a moverse en círculos concéntricos a los del pájaro del capitán, y chilló igual de desagradablemente que el pájaro. ​¡Oye! ¿¡Sabes qué hay que hacer!? ¡Cuaj!  ​Y escupió una bola de mocos al suelo.

El dolor del ojo me paralizó, como suele hacer en casos donde se premia con la vida la rapidez. Puta suerte. Habia otra puerta por la que no habia cruzado, un hueco en la pared y una sala llena de monstruos matandose. Recupere la movilidad en los dedos, metí la mano en el bolsillo y toqué la moneda. Estaba ahi, ¡claro que estaba ahi! No iba a ponerse a correr como bien deberia hacer yo.  Muevo la mano a la cadera, muevo la bota derecha, la mano izquieda. Frío, duro, estaban ahi. A ninguno le habia dado por correr ante semejante cosa. ¡Perfecto! Son tan insensatos como yo. Muevo la espalda, el arco seguia sujeto, la aljaba aun tenia unos cuantos proyectiles. Podría... 

Maldición, ¿se habia convertido en algo? Sentí la pupila detras del parche dilatandose y contrayendose freneticamente. ¿Todos podian ver esas cadenas? ¿De donde mierda habian salido? Descuelgo el arco y monto una flecha. ¿A quien le deberia dar? ¿A la psicopata que le disparo al sacerdote? ¿Al psicopata que puso las cadenas? ¿Al que está metido en medio de eso como si fuera la hora del té? 

La curiosidad mató al gato, a mi me podria hacer algo peor. Miro a Yokaku y a Ruud.

-¡Vamos a la salida, pues! ¿O esperan la alfombra roja? 

Aun me dolian el corte del brazo, y el de la pierna me impedia moverme bien. Sentia el pegoste de la sangre bajo la ropa. Maldita sea. ¡Y el doc estaba ahi! ¿Llegó con el raro por la puerta de las hachas? ¿Como hicieron para esquivarlas? Preguntaria despues. Vivir es lo primero, luego podria matar toda la curiosidad que quisiera hasta volverme asesino serial. 

-Adelante muchachos. 

Estaba apurado, sí. Pero no entraria primero. No otra vez. Me toco el corte del brazo.

Ni Nero ni la chica me responden pues están concentrados en lo que sucede. Entonces me fijo en que aparecen cadenas rodeando a varios de los presentes y eso no me gusta: Utau y las otras chicas están encadenadas al suelo y Mary está atada con cadenas con pinchos que dañan su cuerpo.

Entonces, se mueve rápidamente y atraviesa a la mujer con su espada. Abro la boca, sorprendido de lo que sucede y veo como siguen hablando, mientras a ella le cae un hilo de sangre por el lado de la boca.

Corro hacia ellos y me pongo la lado de la espada, entre ellos dos y pongo las manos a los lados, abiertas antes de hablarle a Ginnei:

 - "¡Vamos, ya fue suficiente, Gin! ¡Ya aprendió la lección! ¡Termina con esto, por favor!"

Mi tono es una súplica, nada más. No voy a atacar a Ginnei, pero tampoco quiero que nadie muera, ni siquiera Mary. No sé si lo que me había dicho es cierto o no, pero aunque no lo sea, no creo que merezca morir: Nadie murió por su actuar y todos pasamos igual la prueba. Solo no quiero más muertes.

No era lo que deseaba, ni por asomo, pero era previsible, si no era ella, era cualquier otra cosa que lograra salir a toda esa oscuridad del interior de su amigo y que se manifestaba con todo ese odio y maldad, era maldad pura aunque no lograba determinar si era sólo sádico o era realmente consciente de lo que podría hacer, y era diferencia era clave, porque diferenciaba a un loco de un sociopata calculador. En todo el tiempo que lo conocía, no lograba determinar aun los alcances de la psicología de Hades, sólo podía presenciar como tomaba posesión del cuerpo de Ginnei y lo lastimaba, aunque con eso, el o ambos, lograban concretar sus objetivos que casi siempre estaban relacionados con el asesinato. 

Algo nuevo, eso sí, se había manifestado en ese momento, aquellas cadenas que se habían materializado y que habían pasado entre algunos para ir contra dos chicas en especial, por eso supo que Hades no tenía intensión de matarlos a todos, de querer hacerlo, los detendría a todos. Entornó sus ojos e imagino que la mujer comprendería que no era el mejor momento para ser valiente o darse las ínfulas de arrogancia, pero la había juzgado mal y la chica ahora recibía en el pecho una herida que era letal. Hubiera sido más sencillo cortar su cabeza, simplemente la hubiera separado de su cuello, un delgado cuello y aquella escena se hubiera terminado con una cabeza rodando como un balón. Pero no, el pecho ensangrentado y la sangre cayendo, gota a gota al suelo, gotas que darían pasado a una poza. Era sucio matar a una persona, pensó, por lo menos de esa forma, pues si sacaba esa espada y ella estaba aun viva, la sangre saldría expulsada por las últimas palpitaciones de su corazón y mancharía las ropas de su amigo. 

Otro chico pregunta su nombre, incluso como su hermano, de pronto se habían preocupado más de su presencia que del hecho que Hades estaba ahí y que había manifestado una nueva forma de presencia, cadenas... Phry mojó sus labios, se mantuvo en silencio, agregar algo listillo para la escena no serviría, intentar detener a Hades, podría costarle la vida y con eso, la salud mental de su amigo y su amistad con Nero, además, esa chica no parecía merecer su intento de protección. Phryne, a diferencia de Ginnei, no creía en la necesidad de proteger a todos los desvalidos, ellos debían defenderse así mismos, pero sí creía en la necesidad de detener al tirano y que cabeza fuera exhibida en una picana en la plaza pública, junto a todos sus seguidores y sus pecados. 

—llega a cero te abriré el tercer ojo, risitas — se había movido hacia Nakamura, en medio de la conmoción, ella había sacado su Colt 45 y apoyado el cañón dorado de su cabeza,  — baja ese dardo y todos felices, guapo, no te las des de héroe ahora que el peligro ha pasado  — susurró, sacando el seguro, haciendo que el hombre escuchara como la bala había sido pasada lista para ser disparada apenas la chica apretara el gatillo. Nuevamente no le había dicho nada a Ginnei, tampoco quería que la amenaza del remedo de héroe sobre cuya cabeza apoya su arma, termina por despertar nuevamente a Hades, no porque le importara la seguridad de alguno de los que estaba ahí, a excepción de Ginnei y su hermano, pero sabía que Ginnei terminaría mal y no podría continuar con la prueba y eso si que no se lo perdonaría al risitas. 

La mujer estaba muriendo, realmente estaba en manos de Ginnei perdonarle la vida, algo realmente irrelevante en esos momentos para Phry. 

Escucho apenas el susurro que escapa de los labios de Mary, entrecerrando los ojos al escucharlo, no como si estuviese enfadado sino más bien porque no entendía por qué iba a traicionarnos para eso. Entendía no contarnos su historia, pero, ¿por qué ganarse enemigos? Sobre todo habiéndose metido en un grupo de gente potencialmente mortal.

Mientras pienso eso, Nakamura se acerca a decirme con el mismo aspecto con el que antes hablaba a Mary que suele a las chicas, para luego inmediatamente comenzar a amenazarme con uno de sus dardos, ante lo que lo miro de manera inflexible, viendo además cómo Phryne se acerca a apuntarle. Hiro también viene a pedir que termine ya, y con tanta gente alrededor no puedo más que decir:

- Ya basta, todos. -el tono pretendía ser de orden pero sonaba más cansado que otra cosa. Me giro hacia las chicas, sin perder de vista a Takuro ni soltar la espada de Mary (cosa lógica, si lo hacía iba a quedar todo el peso de la misma sobre su torso, cosa que si no la mataba al menos le haría mucho daño)- Entended por qué estáis atadas. Un movimiento en falso, que seguro podía suceder después de que la niña le intentase pasar una pistola a ella, podría haberse convertido en un tiroteo, en una masacre. Creo que Hades lo ha hecho por eso. -Bueno, eso porque yo lo había pensado o simple y llanamente por autopreservación, son las dos cosas más lógicas.- Las liberaré, pequeño ingrato. -le suelto a Nakamura, mirándolo con enojo- Si fuese otra situación y te hubieses atrevido a amenazarme, no te librabas de un bocata de nudillos, imbécil. -tras eso, con la mano izquierda, que es la que no sujeta la espada, cierro los laterales de la chaqueta de Mary por el cuello (porque la otra opción era sujetarla del sostén) y la sujeto con un puño, desvaneciéndose después la cadena en un instante y salpicando así un poco más el suelo con la sangre de la rubia al cesar la presión que los pinchos hacían sobre las heridas.

El sujetarla del cuello de la chaqueta es por lo mismo: evitar que cayese a plomo sobre el acero.

- Doctor. -digo después, en alto, dado que también me había hablado antes- Puedes largarte, lo tengo controlado. -sigo con seriedad.

¿Qué significa eso? Bueno, probablemente que o había decidido matarla o había decidido que viva, en ambos casos su intervención no era relevante para mi.

- El resto, lo mismo... No vamos a ganar nada de que esto esté lleno de gente, antes al contrario. Nero, Phryne... vosotros sí que quiero que os quedéis, por favor. -les pido, aunque el tono sigue siendo serio, un poco monótono incluso durante todo el discurso excluyendo el momento en el que había reprendido a Nakamura por su amenaza.

Finalmente, llevo a Mary hasta la pared, que no está muy lejos, y ahí le extraigo la espada con cierta velocidad para no prolongar la agonía, pero también con cuidado para no agravar los daños. Con lo que sabía de medicina, sabía que durante un rato podía llegar a convulsionar, pero que no había peligro de que muriese "de repente". Podía comenzar a tener un shock en cualquier momento, por eso la vigilaba y tenía en mente lo que debía hacer de ser así, pero contra más rato pudiese tenerla al borde de la muerte, mejor. Le quito también el rifle y lo apoyo al otro lado de mí, ahora sí que no creía que tuviese más armas, aunque igualmente estaba precavido, un simple puñetazo con Nen podía ser peligroso.

Tras eso, se ve que comienzo a hablar con Mary con la boca chica para no dejar que el resto escuche nuestra conversación, callándome en el acto si alguien que no fuese Nero o Phryne se acercaban.