Partida Rol por web

Frio y quiebre.

Algo así como el hielo que se forma a través de millones de años o no, más bien como cristal puro que perdura por grandes lapsos y eventualmente se rompe como si no hubiese importado en nada todo lo que llegó a formarles. Así mismo fue como se sintió al instante exacto en que tuvo ese cañón de pistola a la cabeza e inmediatamente después viese a Ginnei hacer como le pidió y en esa insultarle, si bien justificadamente, haciendo que sus ojos mostraran el shock claro de la revelación, el miedo y su posterior actuar sumado en esta misma corriente de emoción al ver a Akemi actuar como hizo. Antes de poder bajar el dardo por su cuenta, todo esto ocurría lenta, muy lentamente, en menos que instantes, en menos que segundos y fue cuando sus neuronas se activaron procesando todo al mismo tiempo, viendo las nuevas acciones y reacciones, de las jovenes, de Hiro incluso y todo lo que esto significaba.

Ginnei se veía mal, jodidamente mal, Mary también pero lo merecía si bien había logrado escuchar que tenía una razón cuando ella la pronunció. Akemi, en su estado, aniquilaría a esa niña con justificación y a su vez incluso así podría ser herida de gravedad si dicha respondía. Ante eso, estaba el mismo Shinigami que parecía atento a las acciones del otro, del mafioso que al parecer era hermano de la niña/joven que le amenazó al mismo pelirrojo con un cañón en su sien. Por último, estaba Hiro, pero no menos importante y la jovencita con su arma. Ante esto, pensaba: ¿Cómo rayos hacías una jugada imposible en un campo como este? Por eso odiaba la falta de reglas en el mundo y el juego de mierda que era. Su gesto pasó a sonreír y reír con desesperación pronunciada, su garganta agrietándose, si eso significaba algo.

Sumando, restanto, multiplicando y conectando, pensó en todas las posibilidades. Hablar no serviría. ¿Cuando a él, el más carismático y querido de todos le había servido hablar? Nunca es cuando. Quería y debía defender a Akemi sin embargo sabía que ella misma era de la que debía ser defendida esa otra joven, si bien tampoco tenía razón de protegerla, mucho menos con lo que hizo, si buen justificada. Por otro lado, estaban todos los factores externos, puntualmente la niña con la pistola, Hiro mismo y Mary. Mary tenía que ser atendida por Ginnei ahora mismo y sin embargo Hiro... ¿Podría usar su poder en él considerando su situación? Akemi querría que lo hiciera. Al final, pensó en el centro de todo y recordó, ese flashback que la amable tipa de pelo celeste, su propia osadía de flacucho inútil brazos de fideo y el insulto de Ginnei, justificado, le hicieron recordar.

- ...

Pronunció o susurró algo en voz muy baja, que no era una palabra sino un gesto mirando a todos entonces, a todos, incluyendo a Sora y sus hermanas/amigas, incluyendo a Akemi y a Hiro e incluyendo incluso a los dos mafiosos hermanos, algo que simplemente decía: "Confíen en mí", a medida que iba recordando y avanzando.

Su dedo pulgar se frotaba por la base de su dedo corazón hacia abajo (o hacia el "tope" del mismo, si se veía así) haciendo algo, dejando el dardo en su bolsillo de pantalón junto al otro, ambos puestos, dejando ahora su mano desnuda del todo a medida que se movía hacia su objetivo, recordando. Por supuesto que sí, él la había cagado con ganas por ser, como dijo muy bien el sujeto a punto de ser afectado, un jodido malagradecido con todas sus letras. Recordó claramente pensar que estaba muriendo cuando él le había salvado porque sí.

- [______]

Seis letras, incluso concordaban con las de su nombre, ciertamente. Se rió entonces y extendió su mano para tocarle el hombro a Ginnei, y de no poder hacerlo, el simple gesto, gastando entonces su habilidad tal cual, pareciendo a toda presencia, que lo atacaría. Oh sí, lo "atacaría", de la manera que correspondía, pagándole la deuda aún cuando él hubiese insistido en que no anduviese con contabilidades humanas. Sonriendo ligeramente pero con un gesto contrario aunque parecido a esa expresión que había tomado, susurró.

_{- Save Hand.}

Su gesto era amable, raro, cabreado, agradecido... Ginnei era el único que podía verlo de frente directamente. Una inmensa mano más grande que una persona envolvería al sanador, segador y otros títulos varios llenándole con, bueno, Aura, y cargándole. ¿Podía el ánimo, el bienestar y la misma psique de una persona ser Intensificada y Emitida? No sabía, pero sí sabía que tanto como pudiese curar, curaría, a él, como él le había curado entonces, atando todos los cabos, pensando en que no fue Akemi la que empezó todo esto al ir a avisarle, y ni siquiera fue él cuando optó por irse y dejarle a Mary paso libre para provocar a Ginnei (o quizá dejarles solos en un cuarto), sino que fue él mismo desde esa vez remota en la prueba anterior al no agradecerle debidamente.

Y eso sería todo. Su movimiento para resolver el tablero en cuestión sería ese, curar a Gin.

Fin.

Akemi logró impactar en Phryne un solo golpe, un golpe en su abdomen que la lanzó un paso hacia atras, y que dolió menos que el tirón de orejas de su hermano. Las cadenas de Ginnei salieron entonces, deteniendo a Akemi finalmente...

Sin embargo, Akemi fue restringida con una sonrisa -Kai!- Dijo en un tono bajo, pero audible.

Tras esa palabra un hilo Rojo unía el meñique de Akemi con el abdomen de Phryne, parecía fundirse bajo su ropa... Sin embargo al ser un hilo de Nen solo era visible por Ginnei, Nakamura, Utau y Mary -creí... que debía cuidarme de tu amigo... Nunca creí que de tí, Gin- Dijo en un tono algo triste, pues, no entendía como su amigo la dejaba expuesta a un posible remate por parte de Nero, solo por proteger a Nakamura de una extraña, no sabía que Prhyne era también, amiga de Ginnei, pues, no la vió en todo el primer examen.

-Si disparas...- Miró entonces a Nero -Ella sufrirá los daños junto conmigo...- Dijo con una mirada decidida. Vio entonces como Nakamura bajaba su dardo, suspiró aliviada... -Escucha, no sé quien sea esta chica, pero si te importa, deja ir a Nakamura...- Le dijo entonces a Nero. No pensaba que Ginnei se opondría, incluso intentó detener a Nero de dispararle... Entonces una mano idéntica a la que salvó a Utau se dirigía en dirección a... Mary?? Los demás no podrían verla, porque no tenían Nen, pero Akemi y Ginnei sí. La mano, sin embargo, no fue a parar a Mary, cosa que hubiera sorprendido a Akemi... Sino que a Ginnei, lo cual la hizo sorprender aún más, no esperaba este desenlace... 

Una parte de su aura se infiltró entonces en Ginnei, quien ahora se sentía un poco más repuesto, incluso físicamente, cerrando levemente sus heridas y restaurando un poco de su Aura... Los ojos de la joven, perdieron su intenso color rojo, volviendo a su cálido azul, y su cara de preocupación, se volvió una de sorpresa

Aurora observo a Wabi con gran admiración y atención en el momento en que hacia su magia de la tele!!, Sempai era increíble!!! Nadie se le comparaba con su super poder!!! Y parecía que también lo usaría con el pájaro que volaba, ¿seria de alguien?, quien sabe!! Aunque había que admitir que era bien feo!!!, le faltaba un bonito bañooo!!!

La cara de Aurora cambio por completo cuando una ¿Jess? Dejo una bonita gatita a su cuidado!!! - yo la cuido!!! Yo la cuido!!!! - sus ojos se iluminaron por completo, no sabia quien era esa tal Jess... Pero estaba segura de algo... Era una persona muuuy amable!!!. Acaricio con cuidado a la gatita pero no pudo evitar frotar su cara con la de la gatita, era muy suabecita!!!!! 

El pájaro chillaba desde el aire -CUAJ!! TERCERA FASE, CUAJ!!- 

El examinador por su parte se pasaba el tiempo viendo como se movía la aguja del reloj, mientras que su pajarraco volaba para todos lados chillando.

Mientras, Nival hablaba con alguien, pero al voltearse porque estaba muy callado, notó que ya no estaba... Se habrá perdido entre toda la multitud de gente?? habían ya unas doscientas personas allí...

Sin embargo, pudo ver una cara conocida al voltearse... Kaichi apareció entre unas pocas personas, parecía que acababa de terminar el examen, finalmente encontró la salida

Observo la escena con desconcierto, el golpe que Akemi dio a Phryne me quitó el aire de los pulmones aún sin vínculo como el que poco después generaría. Las cadenas de agua la han frenado* antes de que siguiese, pero eso no le impide usar una técnica de Nen sobre ella, lo que hace que el color de mi cara se desvanezca. Mientras tanto, Nakamura llega hasta mí y comienza a... ¿curarme?¿Por haberle hecho caso aunque lo mandara al carajo? No estoy seguro, en verdad no entiendo muy bien las derivas de su pensamiento, pero aunque fuese por motivos desconocidos musito un "gracias" totalmente por inercia, dado que tengo los ojos como platos mirando a lo que Akemi acaba de hacer.

A medio tropezar con mis propios pies, me acerco hasta Nero con prisas sin apenas control, terminando apoyándome en él aún doblado rezando por que el contacto y la presión en el brazo sean suficientes para convencerlo.

- ¡Nero! Es cierto lo que dice... No dispares, por favor... -le digo aún con el color de la cara desvanecido por eso que yo se que ha pasado.

Después me encaro hacia Akemi, con una expresión que mostraba tanta variabilidad como la de Nakamura, aunque en mi caso es algo que todos pueden ver: indefensión, temor, duda, pánico, miedo... y enfado, que se notaba en los ojos que brillaban en plateado. No me voy a descontrolar, no me PUEDO descontrolar, es lo peor que podría hacer ahora mismo, pero Hades sin duda clama que golpee a Akemi. De no ser porque soy dolorosamente consciente de ese vínculo que ha generado, probablemente lo haría.

- A... Akemi... -comienzo con voz temblorosa- ¿Ha... has u-usado una téc...?¿Has usado Nen de manera descuidada sobre Phryne...? -el temor ante esa opción es evidente.

Quizás una opción de descripción de cómo se ve Ginnei, haciendo un paralelismo, sea un volcán a punto de estallar. Lo cual habida cuenta de que hace menos de un minuto que he estado un par de veces convertido en Hades, es bastante terrible. Aprieto los puños con gran frustración, de verdad me daban ganas de golpearla con todo esto, pero eso sería golpear a Phryne, y toda esta rabia acumulada me estaba envenenando.

- ¡Akemi! -grito ahora con clara molestia- No se cómo demonios lo has hecho para decepcionarme de tres maneras distintas en menos de cinco malditos minutos. ¡Piensa lo que quieras de mí, que importa! Pero a Dios pongo por testigo de que si eso que has hecho le causa mal a Phry, ¡no pararé hasta devolvértelo por duplicado! -¿qué importaba ya que supiesen que me ha dado en un punto sensible?

Apenas alcanzaba para, de manera inconsciente, no romper la técnica que había hecho hacia Mary para que se comenzase a recuperar de un momento a otro, pero tenía que soltarlo. Mi preocupación por la Kurta me había llevado a hacer varias cosas que habían terminado por arrastrar a Nero y otros por lo que había resultado ser, probablemente, uno de los caminos más peligrosos. Había tratado de ayudar, me había comportado tan bien como sabía con ellos, pero... ¿ahora qué?

El error de Nakamura había sido amenazarme, pero en seguida se había percatado de lo que había hecho mal. Quizás aún podía salvarse algo, o no, no lo se, entre cómo soy yo y cómo es él es imposible decirlo. De hecho, mirando en perspectiva me parece casi un milagro que llegase a implicarme algo con él en vez de limitarme a lo que solía hacer.

Pero... ¿Akemi? Después de parecer por completo alguien que merecía mi confianza, aunque aún no se la hubiese ganado por lo casi imposible que era eso, ¿qué puñetas le había pasado de repente? En cuanto dije a Hiro que no se metiese, salió corriendo a buscar a Nakamura como si no se fiase de mi. Después, ante el fallo de Nakamura que había sido amenazarme, con la evidente respuesta de Phryne que también hacía lógico que no me era ni mucho menos ajena, ella había sido la única en reaccionar de manera agresiva, como si la amenaza de Nakamura con uno de sus dardos hubiese sido la más inocua de las presentes siendo, en verdad, probablemente más peligroso el dardo que cualquier pistola. Y ahora, para terminar, había arriesgado de manera estúpida la vida de Phryne por su más que estúpida forma de ver la situación, ignorando cómo mis cadenas se habían lanzado también en la dirección del arma de Phryne para desviarla y evitar posibles daños a Nakamura a pesar de todo, todo eso a costa de mi propia salud incluso, porque aunque no fuese claramente consciente del daño ya me había visto escupir sangre las otras veces que había invocado a Hades. Sangre más negra contra más me hubiese envenenado su presencia, lo que también delataba que esta vez había pagado un doloroso precio por ese instante de poder para detener su agresión. Esa agresión que había terminado por colmar con esa insensatez, como si alguien que no fuese ella hubiera sido quien ha atacado ahora en primer lugar.

Si pudiese soltar todo eso en el segundo en el que los desplantes habían pasado de nuevo por mi mente, lo haría, pero sólo era un instante, sólo un momento de certeza sobre los pésimos resultados que me habían causado las repentinas y extrañas reacciones de la Kurta. Todo tan veloz, tan inesperado...

Tan frustrante...

Finalmente, izada por el puño de Ginnei y notando como la espada salía de mi pecho haciendo que me faltase la respiración me dejo en el suelo. La pregunta que me hizo resonó en mi interior haciendo que me preguntara que responder antes eso. Mi vista estaba ya medio borrosa, di un tosido antes de conseguir responder.-Creo.... que no es momento.- Dije mientras veía como todo aquello se sucedía en un continuo no parar de involucrados. Dios, como odiaba la gente que se metía en asuntos que no eran suyos. Cuando la voz de Miki sonó en la sala, con las pocas fuerzas que me quedaban medio tirada en el suelo y apoyada en la pared que hacía poco había estado bebiendo, eleve mi brazo haciéndole una seña con la mano indicándole que parara.

Por el momento era de las pocas cosas que podía hacer, no estaba en condiciones para meterme en la otra pelea provocada por un cumulo de amenazas sin sentido. Aun en mi estado todo aquello me resultaba estúpidamente absurdo. Si bien la gente se equivocaba en sus acciones, al menos cuando era yo la que lo hacía, el odio generado únicamente iba hacia mi persona. En aquel momento, aquellas acciones de Ginnei habían conseguido traer la locura a la sala.

No sabía quién era la chica de pelo azul, pero por la manera de moverse y como habían respondido Ginnei y Nero, parecía conocida, y hasta un mínimo importante para ellos. No fue cuando finalmente conseguí comprender las palabras que había dado Akemi cuando mi boca, dando una tos mas esbozo una sonrisa ensangrentada.

Mi pelea había comenzado ante la idea de Ginnei de que había marchado por poder. Poder que me había negado hasta el último momento cuando había visto que no iba a atacarme únicamente a mí. Aquella muchacha de ojos rojos simplemente había usado un poder recién adquirido contra alguien que no conocía y casi sin tener claro que haría. Un poder contra una persona que, para los que hacía poco eran sus compañeros, parecía una persona importante. Realmente una manera de actuar coherente. Igual que la de aquel tergiversador de palabras amenazando en el peor momento posible, atacando en mitad de una pelea en la que se había pedido que nadie se inmiscuyera.

No podía dejar de pensar que aquello podía haber sucedido de otra forma, ¿Quizá sin el último ataque todo aquello habría podido resolverse con la única herida que la mía? Una herida que parecía haber parado de sangrar por alguna razón, aunque ello no significara que fuera a sobrevivir.

Quizá podría haberse evitado si Ginnei hubiera mediado su ataque contra las muchachas? Quizá de esa forma la amenaza no se habría ocasionado y todo habría sido mejor...Quizá la muchacha nueva podía haberse ahorrado el comentario y así no habría hecho que Hades tomara el cuerpo de Ginnei por completo....Quizá, yo misma, podría haber resultado más persuasiva si hubiera utilizado otras palabras cuando Ginnei me pidió cuentas....Quizá Ginnei podría haber esperado a resolver aquel asunto en privado, no en una sala con personas...O quizá simplemente tendría que haber dejado que lo que se había gestado en el bosque ocurriese sin inmiscuirme. Todo sería tan sencillo si se pudiera volver atrás....

Ah, pero volver atrás en el tiempo, eso sería demasiado bonito, si eso realmente pudiera darse a cabo yo misma no estaría allí. Mi mano se elevo para colocarse encima de mi herida del pecho y después mire mi palma ensangrentada. Ah, la sangre, una herida provocada en mi cuerpo, pero después de todo una herida física después de todo. Increíblemente no sentía dolor aquello me resultaba fascinante y a la vez normal. Llevaba ya tiempo con una herida aun peor que la que me habían ocasionado en ese momento, no una herida visible para el resto de las personas, una herida provoca en mi desgarrada alma. Mi rostro moribundo aun en aquel momento genero una sonrisa irónica. Por alguna razón seguía viva, no parecía que fuera a ser por mucho tiempo, pero seguí allí. Debería ser capad de contar los respiros que me quedaban con los dedos de mi mano y por alguna razón... seguía queriendo parar aquella absurda trifulca.

Mire la espalda de Ginnei intentando arreglar lo que se había provocado. Mi cuchillo tirado a varios metros de mi en el suelo, mis pistolas distribuidas por la sala y mi rifle allí tirado en el suelo, a pocos metros de mi. No me había percatado ni cuando me lo había quitado pero no me iba a molestar ni en alcanzarlo, después de todo con las fuerzas que tenia en aquel momento no iba a poder usarlo.  No, no podía actuar.

Me quede allí, sumergida en mis pensamientos . Cualquier movimiento que hiciera podría ser tomado como hostil así que simplemente dejaría que resolvieran los problemas de grupo solos, después de todo, tenían que darse cuenta de lo que yo me había percatado hacia tiempo, no había grupo alguno del que habían estado hablando en primer lugar.

¿Qué ocurría? Al parecer fue un interludio de tiempo muy preciso y bizarro. Fue como, calculando, el momento exacto en que dió el último paso o estaba dándolo, extendió su mano y entonces activó su habilidad de la Mano Salvadora, extendiendo su brazo hacia Ginnei para ejecutarle su técnica curativa entonces y entonces, tras hacerse la misma estar ahora en lo que estaba: Atrapado. Miró curioso a medida que las cadenas se unían desde el suelo hacia el techo y de vuelta, como venas pulsantes pero de... ¿Agua? Oh vaya. Se sentía como un títere o muñeco flácido incapaz de moverse pero era curioso. Trató de mover la cabeza hacia, sí, el agua. ¡Tenía sed, hace cuanto que no comía ni bebía nada como debía!

Pero no podía, el agua estaba contenida sobre sí misma usando, posiblemente... Oh vaya. Pensó en las implicaciones que eso tenía al considerar el modo en que tenía que materializar todo esto en un rango tan largo, creando una habilidad de área de efecto, control de grupos y elemental más encima. Asintió entonces tras confirmarse incapaz de beber el agua a medida que estaba medio colgando ahí, suelto y todo.

Fue sin embargo que observó entonces como Akemi usó su propio Nen, no, su propio Hatsu y la escuchó decir las palabras mágicas, no, la palabra mágica de tres letras, aquello junto con el modo en que ella también había hecho una técnica simbólica y además, claro, en tributo a él, nada menos. Medio colgando y torcido entre las cuerdas/cadenas elementales miró hacia atrás y el costado para verlo claramente, con un gesto fascinado y eventualmente explotando, tal cual, su ojo derecho llorando un tanto más que el izquierdo, sonriéndole, recordando gracias a eso y gracias a ella misma su objetivo, su realidad.

_{- Ake...} -Pronunció a esa distancia, conmovido, agradecido, genuinamente orgulloso de ella.- Te dije que me dijeras Tako, boba.

Se rió entonces, pasando de inmediato a la seriedad, como el "Joker" cambiante, tergiversador y payaso que todos le tenían por ser y que, como decían que era, sería. Entre lágrimas y risas sentidas tuvo claro su objetivo, enseriándose (si existía esa palabra, creía que sí) y pronunciando algo más, aún colgando entre aquellas odiosas cadenas, como su creador que al parecer no entendía ni entendería razones respecto a la situación, pero eso casi, casi no importaba, porque algunos juegos eran pura suerte, mala suerte igual.

_{- Mada mada asonde nai.}

No pensaba que él de todos diría eso. Cerró los ojos entonces y se dejó caer, colgándose, cayendo casi como una especie de estrella teatral para luego abrirlos ampliamente y simplemente... Observar. Nada más. Atender, advertir, notar, hacer lo que él mismo mejor hacía.

El ataque contra Phryne no me lo esperaba, pero al igual que habia visto a Hades, no era tan idiota como para no saber que habia algo mas en todos ellos. Sus velocidades, sus fuerzas eran sin duda superiores. La forma de moverse de Akemi, dejaba constancia de ello y aunque de alguna forma, todo lo que esa mujer llevaba con ella y habia decidido lanzar sobre Phry no llego a alcanzar con toda su fuerza si la golpeo. Lo hizo de una forma quizas no tan brutal como cabia esperar, pero aun asi lo hizo. Mi unico ojo brillo con ira, con furia y con sed de sangre, una calra para todos los presentes, mientras mis dos manos desenvainaban mis armas apuntando directamente a la mujer que habia golpeado a mi hermana.

Ira, rabia, furia, templalas, usa el odio para enfriarlas. No te descontroles, no lo hagas, fijate en la situacion, calcula las opciones de cada uno. Calcula donde hacer mas daño, no te dejes guiar solo por tu necesidad de ver sus sesos esparcidos por el suelo. mis dedos frios sobre los gatillos dispuestos a mandarlo todo a la mierda. Con lo bien que habia ido hasta ahora y una subnormal tiene que mandarlo todo al aire. Uno de mis dedos temblo deseoso de verla sufrir, cuando sus palabras me alcanzaron. ¿Mis balas aunque le diesen a ella le harian daño a Phry? Frunci el ceño, mientras ahora si mis dedos se colocaban donde debian, a la espera de una roden simple de arrancarle toda la vida a ese hija de su madre. Mas mientras todo se centraba en una sola cosa, en dejar que viera de lo que era realmente capaz de hacer este tuerto... una mano. Una mano sobre mi hombro, una voz que conocia diciendo que lo dicho por la chica era cierto, que si una sola de mis balas le daba, eso afectaria a Phry. Mi mandibula se tenso, mis labios hablaron sin emitir apenas sonido, para luego colocar el seguro de mis armas y bajarlas lentamente, que no enfundarlas. - Suelta a mi hermana... - No habia demasiado juego para negociar en ese tono. Despues mire a Gin. - Explicame que cojones significa que le haya golpeado de esa manera... ¿Por que estas tan preocupado?

Solo Ginnei podria escucharme, las palabras fueron muy bajas, apenas susurradas. - Voy a matarla...

- A... Akemi... -comienzo con voz temblorosa- ¿Ha... has u-usado una téc...?¿Has usado Nen de manera descuidada sobre Phryne...? -el temor ante esa opción es evidente.

Tras la pregunta de Ginnei, los ojos de Akemi se abrieron enormemente, sorprendida, pues, claramente, no pensó en las consecuencias al actuar... Sakura se los dijo... Si usaban Nen contra una persona "normal", pasarían lo mismo que ellos... Lo mismo que Kairen...

El procesamiento mental fue abrumadoramente rápido, entendió lo que sucedía, y lo que estaba por suceder... Su mirada de sorpresa cambió por completo a una de pánico, pues, ahora ambas estaban conectadas, y lo que pasara a Akemi, le pasaría a Prhyne, pero también, lo que le sucediera a Prhyne, le sucedería a Akemi... Ergo, si la chica moría, la Kurta moría también...

El pánico la invadió antes de observar a Nakamura con una mirada de súplica momentos después de su comentario hacia ella, comentario que hubiera respondido de forma positiva, con una sonrisa, con un Tako quizás... Pero no ahora, donde la vida de ambas, peligraba seriamente. Sin embargo, el pánico, ayudándole a procesar mejor la información, le hizo comprender que ambos brazos del apostador estaban inutilizables, y que ya, no se podría hacer lo mismo que con Utau, quien observaba perpleja la situación junto a sus amigas, quienes cesaron sus intenciones al ver el gesto de Mary, que se reponía poco a poco por aquellas finas cadenas, que poco a poco fusionaban huesos, músculos y nervios, otra vez a su estado original...

Sin embargo, Ginnei ya casi no tenía Aura, y su técnica, era inútil en esta situación... Lágrimas de terror comenzaron a caer por los ojos de la Kurta mientras miraba a los lados, tanto a Nakamura como a Ginnei y Nero, y miraría a Prhyne si pudiera, pero estaba detrás suyo y la parálisis le impedía girarse 

-Y-Yo.. Lo siento!! LO SIENTO!! No pensé... No pensé que... Solo quise protegerla, a ella y a Tako!! Yo... No quería que matara a Tako ni que me mataran por  detenerla entonces...- Hablaba cada vez más rápido, nerviosa, no pausaba, no modulaba bien, y sumando que todo lo decía entre sollosos no era fácil entenderla... Fue ahí cuando dejó de hablar... Una bocanada de sangre salió de su boca al unísono que Prhyne, y al mismo tiempo, ambas chicas comenzaron a gritar por el aberrante dolor que sentían al despertar el Nen de forma violenta...

-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!- Gritaba, pero no pedía que el dolor se detuviera... Tenía miedo, sí, pero sentía que lo merecía por su estúpido error... Pudo matarla, pudo crear un nuevo Kairen, y lo sabía... Reaccionó, se dejó llevar por su velocidad y sus emociones, pero no pensó que esto podría pasar... Podría parar el dolor golpeándola, dándole una bofetada, pero estaba paralizada, y aún si no lo estuviera, soportaría el dolor con ella, era lo mínimo que podía hacer por hacerla sufrir esta tortura... Lo vivió en carne propia una vez... Sabe lo agonizante que es... Esta vez, no pediría la muerte, esta vez, sufriría... Entre agonías, soltaba cada tanto un -Lo siento...- 

Al fin parecía que se había terminado este examen. La verdad es que había sido un coñazo. Varias trampas, granaads, gente que se moría de forma inutil sin poder hacer nada... Pero finalmente encontré la salida y conseguí llegar a tomar un poco el aire, aprovechando el momento para tomar una buena bocanada de aire puro con la sensación fresca del mar a nuestro ladro. Echo un vistazo y veo a varios de los "finalistas"... Me alegra ver que mi equipo inicial se encuentra al completo y mientras voy andando veo también a Nival, del cual me pongo delante suya- Menos mal que se cuidarme... Le comento con una sonrisa sarcástica.- Está bien eso de abandonarme cuando exploro más salas con trampas.- Ni siquiera me molesto en esperar una contestación suya mientras sigo adelante para saludar a Haru, Ark y Gotu- Hey chicos, me alegra ver que pasasteis la prueba. Que tal os ha ido? Muchos líos?

El cañón de su arma apoyado en la nuca del sujeto que amenazaba a Hades y de paso, a Gin, agregando más tensión a un ser tan volátil como era Hades, esa chica moriría, el sujeto al que apuntaba, quizás también, las chicas atrapadas en las cadenas, también, y aunque no eran del interés de Phry, si lo era su amigo pero no había previsto que los que estaban ahí no eran personas prudentes, que al contrario, cada una de ellas era un peligro en sí mismo, y de haberlo sabido, le hubiera disparado directamente al que amenazaba a su amigo, por lo menos así, alguien hubiera recibido algo de dolor de su parte y no todo ella. 

Un golpe, ni siquiera la vio venir ni tampoco moverse, solo vio esos ojos rojos, ojos enormes ojos rojos, ¿acaso?, no tuvo tiempo de pensar cuando todo el aire de sus pulmones salió con violencia por su boca, arqueando hacia delante, pero antes, su dedo índice iba a apretar el gatillo, no iba a peder la oportunidad y claro, aquello no era un acto reflejo al golpe, sino era el milisegundo de voluntad que tenía para poder usar esa bala que ya se la había jugado a ese chiquillo que deseaba ser un héroe pero que salía a ser defendido por otra persona, ojos rojos, ojos rojos.... Recordó aquello. Es increíble como los pensamientos pueden circular mucho más rápido cuando se está a tope con la adrenalina. 

Aun sentía el peso de su arma en su mano, su amada Colt a la que había bautizado como Asimov, pero antes de que pudiera ejecutar su tiro, que a esa distancia podría haber sido mortal, algo golpea su mano y pierde su arma que sale volando a unos cuatro o cinco metros de donde estaba cayendo y emitiendo un sonido metálico. Un disparo se percutó saliendo la bala hasta quedar incrustada en una de las paredes, sin herir a nadie. El dolor se hizo intenso, ahora iba recorriendo su pecho,  y un sabor a bilis con sangre le inundó la boca. Sin su arma, desprotegida, ni se había dado cuenta que había sido Gin el que la había detenido, a sabiendas su amigo de que ella no dudaba en muchas cosas, que no se detenía en reparos morales infantiles, entre el bien y el mal, pues se consideraba sobre ellos, pues, el bien y el mal solo eran concepciones morales religiosas, lo que valía era los motivos de los actos. Proteger a los amados, salvar a una nación. Hacer justicia. Un motivo en sí mismo que brindara bienestar a la mayoría. 

Dolor, y luego parálisis, no es que antes no hubiera recibido un golpe así, aunque claro, este había sido como una reunión de toda una paliza en un simple golpe, ¿o habían sido varios?. ¿Varios?, ¿cómo? Había sido tan rápida, siendo que ella misma se considera veloz, hay que serlo para poder escapar de los peligros. Dolor, y luego... todo fue muy claro. Eran como si hubieran abierto una ventana y todo se viera más iluminado, pero ese destello sólo duró un suspiro, una palpitación de su corazón, cayó, lentamente,  su cuerpo desplomaba mientras las voces de todos se hacían lejanas, hablan tras un espejo, o ella misma estaba en el agua, porque así los escuchaba y asumió que hablaban, pues movían sus labios...

— Gin... — susurró, pudo haber dicho Hades, de hecho, volvía a parecer y sus vellos se erizaron ante su presencia, incluso al borde de la inconsciencia le causaba miedo, era el coco, básicamente, pero al mencionar su nombre, no por ayuda sino como advertencia, fue cayendo en medio de destellos que lograba ver, energías como si una brisa envolviera a algunos, cadenas, y cuando se recogió, un hilo rojo, pero que no era claro, por lo menos no podía estar segura de lo que estaba viendo, era como un sueño, y asumió que era por el golpe que le habían dado y que el aire que había faltado a su cerebro le estaba causando alucinaciones, eso pasaba a veces. Sinceramente era asombroso que lograra razonar todo eso mientras iba cayendo, sin desesperarse ni un segundo.

Sin embargo esa calma se quebraría cuando sintió dentro de sí un destello que anticipó al fuego que comenzó a surgir desde su vientre, un fuego o eso creía que era. UN grito de dolor, a mismo tiempo que Akemi comenzaba a sentir lo mismo. Era fuego, era un torrente que estaba transformando ahora su sangre en lava que la quemaba desde dentro, doblegando su voluntad y sacándole todo el aire posible hasta dejar sus pulmones sin nada de oxígeno, mientras la lava llegaba a su cerebro. Dolor, dolor, agonía, todos sus huesos eran quebrados, calcinados desde dentro, era pero que la muerte, una violencia que no sabía que era posible justo antes de que cada una de sus terminales nerviosas explotara haciéndola sentir la violencia y el miedo de morir en medio de aquella tortura intensa y que jamás terminara. Llevó sus manos a su cabeza y jaló sus cabellos, arqueando su espalda y luego fue su pecho, su corazón que era aplastado, apartado por una garra bestial que avivaba el fuego que la estaba consumiendo en vida. Luego sintió como se iba desintegrando, como su cabeza se separaba de su cuerpo, sus brazos, su vientre, cada miembro se iba despedazando...

Abrió sus ojos y sólo habían destellos, muchos destellos que trajeron consigo las imágenes más dolorosas de su vida, su madre, los golpes, el olor a carne quemada y los remordimientos a los que no siempre se enfrentaba. Aquella tortura no terminaba y parecía no estar dispuesta a cesar. Si fueron segundos, no importó, fueron dos o tres vidas antes de que todo fuera calmándose,  hasta quedar en una paz mortuoria. Tendida en el suelo, puesta de costado y en posición fetal, con el cabello cubriendo su rostro. Un sudor helado la cubría por completo, algunos mechones azulinos se le pegaban a las sienes. Todo había acabado, pero ¿despertaría?... No se movía, incluso su pecho parecía no balancease al son de la vida.

La luz del sol me cegó al salir... ¿Cuánto tiempo habíamos pasado allí dentro? Escuché el ruido de la charla que se mantenía allí fuera.

Traté de localizar con la mirada a alguno de mis compañeros. Allí estaba Ark. Caminé, algo mareada, pero con paso ligero hasta llegar a su lado. En mi mirada se podría leer el desconcierto debido a lo visto hacía apenas unos segundos.

- Se... se están matando. Ginnei se ha vuelto loco y... ha atacado a la del rifle.  - dije, apoyándome en su hombro para no perder el equilibrio y apartando el pelo de mi cara. - Un médico trataba de ayudarla pero... - Sacudí la cabeza - ¿Dónde cojones estábas?

Le miré bastante seria, ya algo más recompuesta. Entonces, tras de mi, apareció Kaichi. Aunque estaba fatigada, no pude contener una sonrisa al verle venir. Después de todo, había sido nuestro compañero.

- Me alegro de que estés bien Kaichi... Yo apenas recuerdo las últimas horas. Había demasiado caos... ¿Viste a Ginnei?

Nero me pregunta tras mis palabras a Akemi, bajando sus armas para mostrar que ha cedido por el momento y no va a disparar a Akemi, lo que agradezco en mi cabeza aunque mi preocupación no deja que se me note.

- Ni idea del ataque, y mi preocupación es que mejor te prepares para correr... -pienso en lo que va a pasar de un momento a otro, la cantidad de cosas que van a suceder simultáneamente.

Antes de que se desate el caos, cojo a Nakamura por el cuello de la camiseta, aunque se nota en mi actitud que es más por ser el lugar más viable para sujetarlo mientras pienso en otras cosas, no porque le fuese a amenazar, y entonces las cadenas de agua de repente se desvanecen... Bueno, no exactamente, lo que pasa en verdad es que el agua, que ya no tiene su "cobertura" de Nen para mantener su forma, cayó a plomo sobre buena parte de las personas de la sala. Mi mano lo que hizo es que él, que se había dejado colgar en las cadenas, no cayese de bruces, sino que de manera casi inconsciente lo ayudo a parar sobre sus dos pies para incorporarse mientras los dos gritos desgarraban el ambiente como un cuchillo rompería una tela.

No había palabras para él, no en ese momento. Sí, quizás hubiese cosas que hablar, o quizás no, fuese cual fuese el caso la cuestión era que "no ahora".

Por otro lado, cuatro grilletes se manifiestan en ambas muñecas y tobillos de Mary, cada uno unido a una cadena con tres eslabones, y todo el conjunto con un extraño brillo verdoso. No durará mucho, no se si servirá, pero la importancia de toda la sala está en este momento en una escala tan minúscula que bastante es que no haya cancelado la técnica de manera inconsciente. Aprovechando que he hacia la última posición de Nakamura, alargo la mano y tomo el rifle que antes había dejado apoyado en la pared antes de correr hacia Phryne. No iba a dejar eso cerca de tantas manos que podían tener algún motivo para disparar a la gente que me importaba o a mí mismo.

Con escaso cuidado, lo suelto en el suelo al lado de Phryne y le aprieto la mano con fuerza un instante, arrodillándome junto a ella, para que me sienta cuando me llama, tras lo que me predispongo a cogerla. Un sentimiento contradictorio me embarga, se lo que quiero hacer, pero... entonces recuerdo lo que he vivido estos días. Quizás es algo egoísta, pero prefiero mil veces arriesgar la vida de Akemi que la de Phryne, y se que esa "salida" nos la ha mostrado 484. Si es una suerte de emboscada o juego macabro... debo ir yo primero, así que cierro los ojos y las manos, que están preparándose para cargarla, retroceden hasta apoyarse en mis muslos por apenas un instante.

- Nero. -digo, esté o no a mi lado ya en ese instante, que probablemente sí- Lleva tú a Phryne, por favor, hacia la salida... Yo la llevaré a ella. -señalo vagamente en dirección a Akemi mientras lo miro con ojos serios- Si me oyes gritar, corre. Luego te lo explico. -concluyo al no saber si entenderá el motivo, cogiendo de nuevo el rifle y colgándomelo antes de cargar a Akemi. Mientras hago esta operación, levanto la voz- ¡Niño, te toca a Mary! -es la única persona en la sala que se que tiene fuerza como para cargarla (o quizás arrastrarla) y que se que no le va a hacer nada.

Por mis padres, que no vaya derecho a la boca del lobo...

El esplendor del sol había sido suficiente para renovar mi carácter ligeramente. Me sentía ya recompuesto, con los ánimos elevados y las ganas de vivir revividas, aunque todavía me pesase el dolor en los pulmones. Era extraño el dolor que sentía, y no parecía que fuese algo natural aquel malestar que tanto me asediaba, era diferente. Dolía, pero no como lo podría hacer un tiro a la rodilla o un golpe en el codo, era distinto. Preferí sentarme, evadiendo a todos los que estaban llegando y tratando de concentrarme en mis propios pensamientos por un rato, a final de cuentas el día había sido largo y no había descansado lo suficiente, como para empeorar mis problemas de sueño. Me senté recostado en una piedra, ajeno a lo que pasaba en el momento. Un par de murmullos llegaban, un loco había abierto fuego contra todos, ¿o era contra uno solo? Ni idea, tampoco es que importasen esos datos.

-Esto es...ah...lo necesitaba, reposar después de todo ese espectáculo de incertidumbre, y aún no me creo ni la mitad de todo lo que he visto. Mis ojos todavía no son capaces de procesar todo, pero qué se le puede hacer....

Dije para mí mismo mientras sentía el oleaje estrellándose inclemente en el deshuesadero rocoso de la bahía. 

No entiendo mucho de lo sucede a continuación, pero veo que Nakamura acerca su mano a Ginnei diciendo algo mientras que Akemi también usa palabras extrañas para decir que a la chica le pasará lo mismo que a ella. No entiendo a qué se refiere pero desde el final de la prueba anterior, todos ellos tienen capacidades extrañas y puede que esto sea un poco de lo mismo. Por suerte, Ginnei parece renunciar a la violencia e indica que no haya más ataques, por lo que todo queda en calma de un momento a otro.

El asunto parece resolverse al final y me pongo feliz de saber que ya no habrá más violencia entre nosotros. Los presentes son lo más parecido a amigos que tengo y no quiero que se hagan daño por malos entendidos y esas cosas. Pero las cosas parecen complicarse de más con lo que hizo Akemi, aunque no entiendo por qué.

De pronto, la chica nueva comienza a vomitar sangre y convulsionarse, como le sucedió antes a Akemi, Ginnei, Nakamura y Kairen.

"¿Terminará como Kairen? Espero que no pues parece ser alguien muy importante para Gin y Nero. Además, si Akemi tenía razón, morirá si ella muere."

Veo que Akemi también empieza a convulsionarse y vomitar sangre, por lo que me preocupo, aunque, recordando la prueba anterior, sé que no hay nada que pueda hacer. Solo queda esperar y ver si ella es capaz de sobreponerse y volverse más poderosa, momento en que Akemi también debería mejorarse. En este momento, lo importante es cuidarlas y terminar esta prueba rápidamente para que puedan descansar.

Ginnei me dice que me encargue de llevar a Mary, a lo que asiento con la cabeza y le respondo:

 - "¡Puedes confiar en mí, Gin!"

Me acerco a la rubia cuando siento como se me nubla la vista. Mis piernas quieren ceder pero me resisto y tiemblo, resistiéndome a caer. Siento algo que sube por mi garganta con fuerza y vomito una gran cantidad de sangre. Sin poder resistirlo más, caigo en el suelo, sentado y comienzo a convulsionar mientras mi consciencia se apaga. Siento dolor, mucho dolor mientras vomito y me sacudo violentamente hasta terminar de caer en la oscuridad. Oscuridad de la que no sé si saldré.