Partida Rol por web

Adelita enseguida notó que eso que estaba respirando no era normal. Ese aroma vomitivo... esos pinchitos invisibles que pinchaban desde las fosas nasales a los bronquios... esa forma de concentrar 50 pedos en su boca...todo eso no era normal... 

Primero tosió, roncamente, la brusquedad del aire contra los bronquios era evidente. Luego, para que se notara que ni los mismísimos vapores tóxicos del infierno la obligarían a hacer nada, exageró su misma tos, ¡COF! ¡COF! ¡HE DICHO COF JODER, COF! ¿Qué hago con el tipo este? Según tú, pasaba que había elegido mal a su oponente. Entre toses y toses exageradas, el bastón zarandeó al tú tóxico para que los gritos cerca de la oreja le dejaran una cosa bien clara. ¡TÚ HAS ELEGIDO MAL A ¡COF! TU OPONENTE! 

Todavía con Balder apresado con su bastón, Adelita corrió hacia la rama, con el tipo tóxico delante, como si de un escudo tóxico agarrado por el cuello se tratase. Después de pocos metros de caminata, se agachó para poner el bastón a la altura de las rodillas de Balder, y saltar en una embestida contra su espalda, intentando tirarlo contra la rama. ¡ESTE ES ¡COF! TU OPONENTE! ¡IMBÉCIL!

Tras lo sucedido, quedaba confiar en Kuroko y correr. No tardaron mucho en entrar a la tan comentada cueva, era allí donde debían encontrar a Sakura. Parecía un sitio normal, sin embargo, algo malo estaba por suceder en esa cueva. Una trampa similar a la que Harrison utilizó en el 2do examen para dispersarlos.

Esta vez sin embargo, no fue el suelo abriéndose lo que les hizo dispersarse, sino, que el mismo techo se abrió y antes de siquiera poder reaccionar, una serie de tubos bajaron a gran velocidad. Una vez encerrados cada uno en un tubo, estos comenzaron a succionar con fuerza dispersándolos a cada uno en vaya a saberse dónde.

Kaichi, Akemi, Ravenant, Natsume y Wade... Cada uno terminaría en un sitio diferente...

Por el dolor que sentías, habías sufrido una caída. Al abrir los ojos podías notar que no era mucha altura, estarías bien, solo es un dolor pasajero... Habías perdido la conciencia, por lo visto no fue mucho, sino, ya no te dolería. Un sonido metálico corta tus pensamientos haciéndote poner de pie casi al instante.

Al observar mejor, puedes ver a Sakura en una pantalla.

-VAYA!! parece que esos dos incompetentes no pudieron pararlos... Es posible que deba ocuparme yo, pero... no soy muy buena peleando, así que... Mejor les enviaré un regalo!! ♥-

Sin demoras, la enorme pantalla se apagó y volvió a esconderse en algún lugar del techo. Una puerta se abrió entonces a un costado, una puerta de la cual salió un enorme león, idéntico al que acompañaba a Sakura a todos lados.

Phryne podía ver cómo todos sus compañeros entraban a la cueva en busca de Sákura. Pronto estaría muerta, o eso podría pensar. Sin embargo ahora mismo había cosas más importantes en las que pensar, ya que parpadear podría significar la muerte contra estas bestias.

Para su desgracia, un sonido muy fuerte y pesado pareció provenir de la cueva, seguido de los gritos de todos sus compañeros. Los gritos se detuvieron tan rápido cómo habían comenzado, dejando trás de sí una nube de polvo y tierra.

Kuroko sin embargo conocía lo cabeza dura que podía ser Phryne cuando se lo proponía, por lo que dió un salto hacia atrás mientras dejaba a la chica hacer lo suyo, puede que esta vez, funcione.

Fuera de las celdas, la batalla entre Kuroko y Harrison seguía. Solo Phryne se había quedado allí, mientras el resto corrió hasta la cueva para encontrar a Sakura. Sin embargo, apenas entraron un sonido pesado se hizo eco, haciéndo vibrar el suelo y las celdas ya que relativamente estaban cerca.

El grito de sus compañeros se oyó luego de eso, cayándose tan pronto como se hicieron oir.

-N-Natsume!- Gritó Yuki girándose bruscamente en busca de su hermana, quien había entrado allí junto con el resto del equipo, incluída Akemi.

Jaime sonrió ante la eventualidad de los hechos, sin embargo, su ruleta seguía, y por lo visto, estaba en desventaja.

-Un héroe rata, eh??- Soltó con cierta picardía observando a Nakamura. El tercer disparo impactó en la diana. -Vaya, es interesante las metas que uno se propone cuando es inexperto... Como yo, que me había propuesto ser uno de los mejores cazadores del mundo y descubrir grandes tesoros!-

Ya estaba hablando cosas sin sentido, quizás para hacer tiempo o para despistarlos... Sea cómo sea, parecía tener algo en mente y querer esconder sus intenciones.

Aurora intentó hablar, pero su voz no dejaba su garganta... Quizás tenía la garganta dañada desde antes por haber usado su más poderosa habilidad, pero sea como sea, su órden jamás salió. La aguja penetró con fuerza en su cuello mientras un extraño líquido comenzaba a recorrer su cuerpo. Al mismo tiempo, un agudo dolor se abría paso a la vez que aquel líquido, provocando espasmos y convulsiones en la pelirrosa.

Una voz conocida retumbó en la sala mientras todos los científicos volteaban sorprendidos. Reconocías esa voz, era la voz de Silvia. Reconocías el lugar y la escena... Fue el día en que la conociste, el día en que te liberaste de esa gente. Aquel día habían terminado con sus investigaciones y era momento de probarlo en personas, y Aurora era una de esas personas.

No recuerdas mucho más que una fuerte explosión mandando a volar a todos los científicos, para luego ver a una mujer pelirroja observarte con cara preocupada y un amor desmensurado. Sus gritos mientras te caías inconsciente por el dolor eran cada vez menos audibles, hasta el momento en que te dió una bofetada

-DESPIERTA!-

El grito de Silvia te trajo de vuelta a la realidad... Ya no estabas en esa mesa, estabas en el bosque, donde habías usado tu grito, donde habías encontrado una enorme torre disfrazada de cueva... Estabas sola... Podías reconocer que aquel lugar era igual al sitio en el que te usaron para experimentar genéticamente... Ahora no quedaba duda, aquí posiblemente le estén haciendo lo mismo a otras personas... Aquí posiblemente estén creando más Auroras...

Era tiempo de moverse, estaba en sus manos elegir qué dirección seguir!

Cuando aquella aguja comenzó a entrar en la carne de Aurora, esta no pudo hacer otra cosa que tratar de gritar, por miedo, por dolor, por desesperación, pero las palabras no salían... nada de su garganta salía, su boca se abría pero los sonidos se negaban a abandonar su garganta... ¿Porque?....

La llegada triunfal de Silvia ilumino por un segundo su esperanza echa añicos en aquel segundo... - viniste... - fue lo que llegó a pensar, y con aquel alivio, una vez mas calló inconsciente...

Para ser despertada de un buen golpe... golpe que reconoció en ese mismo segundo, tratando de hablar pero sin poder decir nada se largó sobre esta dándole un gran abrazo, el cual no duró mucho - ¿Salir? - negó con la cabeza y señalo desesperadamente aquel lugar, luego a ella misma, luego haciendo gestos de explociones, para al final, darse cuenta que su cuerpo temblaba... y que a pesar de querer destruír ese lugar, su cuerpo solo quería correr de allí, ¿Porqué?, había gente sufriendo lo que acabó de ver, si no lo hacía ahora lo olvidaría por completo y no podría salvarlos.... ¿Porque me da tanto miedo? insistía en su mente, temblaba, pero seguía insistiendo con aquel lugar, señalándolo, haciendo gestos de golpes y seguir señalándolo, si ella no se lo permitía, Aurora sería incapas de contradecirle...

Los gritos casi la desconcentran, pero era Phryne y si era por tener algo de lealtad con alguién, ese alguien era justamente Kuroko, sin embargo esos gritos y luego el polvo, si era por entrar, quizás había perdido su oportunidad, sin embargo no había tiempo paras la dudas, y en medio de esa conmoción, la chica aprovecho para apuntar a los pies de Harrison justo cuando Kuruko dio un salto hacia atrás... el portal se abriría a los pies del enemigo para llevarlo a la deep web.

Se me abrieron los ojos como platos cuando noté los colmillos de mi doble aferradas a mi pierna... y noté como el disparo atravesaba cada uno de mis músculos de mi pierna sin encontrar resistencia hasta llegar a salir por el otro lado -¡GROAAAAAAAAR!- no pude retener ese rugido de bestia herida que me salió del interior. Pero no me quedé solo con ello... -¡TU ARREPENTIR DISPARO!- grité ciega de rabia mientras disparaba el proyectil pesado que le impacto en pleno pecho a la niña. Noté como la bala de gran calibre recorría mi brazo hasta salir.

Jadeaba, quedándome mirando a la criatura que me devolvía la mirada de forma apática mientras me agarraba el muslo... ¡me ardía la pierna! Casi no podía notarla a pesar de poder moverla... pero hacerlo me llenaba de dolor. En cambio "eso" ni siquiera parecía notar el disparo que le atravesó el pecho -¿Que clase de monstruo es ese?- pensé... ¡YO SOY EL ÚNICO MONSTRUO DE AQUÍ! Necesito energía... necesito recuperarme... aggg... necesito... sangre... Entonces lo pensé... y comencé a reirme como una desquiciada -Je... jejeje... ¡JAJAJAJA!- me reía tan fuerte que hasta me olvidaba del dolor y me echaba para atrás.

Luego volví a mirar al frente con cara amenazante -¡TU MUERTA! ¡YO GANAR!- grité confiada. Ella había usado su sed de sangre para copiar la habilidad de las balas... mi Blood Craving todavía no lo había usado. Eso significaba que... ella no podía recuperarse bebiendo sangre... mientras que yo si. Pero por supuesto no se lo diría. Durante un segundo mis ojos brillaron con una centella roja, y en ese momento, aguanté la pierna mala para lanzarme corriendo contra la falsa Jess -¡YO GANAR! ¡PRESA SER VENCIDA!- grité con todas mis fuerzas. Aproveché mi brazo de metal para aferrar a la pequeña de la ropa de forma que no pudiera escapar, desenfundé mis dientes con una sonrisa perversa... y grité -¡HORA COMER!- y dirigí un fuerte mordisco contra el costado de la pequeña, con la intención de desgarrar su pequeño cuerpo para llenar mi cuerpo con su sangre.

Corro hacia el sacerdote cuando Adelita lo libera de Balder. Esperaba que lo matara, no me causaba simpatia ni molestia alguna desde la primera vez que lo vi. Tambien era una buena lección para el sacerdote, sí vivia para aprender del error de ayudar a alguien. Nosotros habiamos aprendido a la fuerza de Kuroko, aunque terminó resultando beneficioso para todos. 

Con Ruud en mis pies tiro los cuchillos a un lado con un gesto de manos. Cuando se separan se vuelven negros, luego insustanciales y se disipan en una estela negra. No aun habia un enemigo oculto y eso me preocupaba, asi que me enfoqué en el maldito. Lo sentia debilitarse por el vinculo que nos unia. Le costaba mantenerse en modo ultra-vision y comenzaba a pestañar pesadamente. Eran los ultimos segundos antes de que se cerrara. 

Doy el ultimo vistazo mientras sacaba el arco y montaba una flecha. Sino podia encontrarlo, almenos podia tratar de derribar al de la pistola.  

Yuki recibe nuevamente el impacto y, nuevamente, no parece recibir ningún daño de ello. La chica es indestructible y, sin que nosotros sumemos daño en esa suerte de diana, mi amiga no tendrá ningún problema en aguantar.

Miro el exterior, viendo de como se desarrolla la batalla en el exterior mientras mi proyección se prepara para hacer el daño mínimo necesario. Ese daño necesario para que no nos electrocuten a nosotros pero que no le haga nada prácticamente a Yuki.

 - "Estaremos aquí mucho tiempo parece. ¿Seguro que no quieres pelear a la antigua conmigo?"

Le digo a ese tal Jaime, a ver si se anima a terminar con esta farsa. Así no podrá ganarnos pues Harrison será vencido por Kuroko y el resto de los que no entraron y así Jaime quedará solo. No tiene mucho tiempo más. Lo único que me preocupa es esa explosión que hizo a Yuki preocuparse pero que aún no sabemos qué significa.

Prefiero no pensar lo peor.

No sólo fallé en mi técnica, sino que Balder se cubrió con el cuerpo del sacerdote que aún tenía como rehén… por un momento se me heló la sangre… aunque se podía decir que era la primera vez que usaba ese ataque y seguramente no era letal, Ruud no estaba en condiciones de recibir más daño, aunque al menos Adelita llegó a salvar una situación que iba de mal en peor.

Pero no era momento de dudar, estaba claro que aún no dominaba correctamente la técnica para controlar el ki y cualquier error podría costarnos la vida. Cerré los ojos medio segundo mientras inspiraba con fuerza, y con un movimiento explosivo que hizo que se me cayese el sombrero, me lancé hacia el enemigo Adelita había mandado a volar poco antes… si eso esfera era algún tipo de ataque, más nos valía acabar con él antes de que sucediese lo contrario por lo que lanzé un rápido corte a su mano.

Nada. Se encontraba ahí mirando hacia la absoluta nada, contemplando y comprendiendo tras las acciones que hizo antes e intentó hacer, meditando de una manera fugaz en pleno remolino destructivo y comprendiendo cosas que le hacían casi pensar que era o muy tonto o que pensaba demasiado, igualmente entendiendo otras que lo hacían comprender por completo o al menos de una mejor forma la situación real en la que estaba. Apuntando su mano hacia Jaime aún y con la otra hacia afuera, en una batalla que ya no podía ver por la pérdida de enfoque general o de foco personal, suspiró, molesto...

Y a la vez, apaciguado.

Toda semilla de duda había sido apagada cuando entendió lo que pasaba realmente. Aquel era el problema de ser inteligente o al menos capaz cerebralmente cuando eras tonto, como un contraste exacto con su compañero de situación, que era alguien mentalmente simple pero en contraste, astuto, y que decía exactamente el asunto como era.

- No lo niego, que soy inexperto y que casi, pero casi, no te la he jugado en nada, Jaime. Tuviste una chance casi absoluta de hacérmela pero me arrastré hacia arriba por milímetros. -Tronó su cuello entonces, comprendiendo, mirando hacia los lados, a Hiro, a Garou, a su propia celda y a Jaime. ¿Logró Emitir o no? ¡Maldición! Agregó:- No solo era casi obvio que puedes acumular los daños de la ruleta tantas rondas como te de la gana, sino que además puedes, como le dije a Hiro antes, asegurar o al menos cambiar la chance para que le pegue a otros, muy como puedes a conveniencia deshacer jaulas vacías para reducir tu probabilidad numérica.

Tomó aire, se venía para largo y esperaba que aguantasen su bla bla. No es que tuviesen opción.

- Suponiendo que ella no sea una Mary Sue tal cual e ignorándolo, digamos... -Habló casi para sí mismo por sus términos excepcionalmente bizarros y modernos, diría.- Aquella mujer de pelo blanco debió dejarte deshacer su jaula igual muy como los tres Hiros clonados te lo permitieron. ¿Por qué? -Pensando entonces, miró a Yuki, claro, la última persona en la Jaula, ellos cuatro y Jaime, más la jaula vacía de Phyrne.- Un sexto de probabilidad que no te conviene, por lo que, si pudieses deshacer su jaula, sería un quinto sólido, ya que obviamente quieres pegarle a alguien y... -¿El daño acumulado? ¿Cómo se traducía ese daño? ¿Electricidad igual que el caso de los que no jugaban?- Y está por ejemplo, Yuki-san, que como no participa no puedes dirigirle el daño, solo a los que hemos ido atacando ronda por ronda hasta que acumules suficiente poder para matar a alguien. Sin poder emitir hacia afuera, sin poder hacer nada excepto cagarme en mis pantalones o suicidarme por un balazo, una ruleta rusa dentro de otra... -Pensaba en voz alta. ¿Qué faltaba? Algo había, algo tenía que haber, pero todo le había hecho oído sordo, vista gorda y completo desdén, desinterés, abandono. Parpadeó firmemente y entonces profirió.- No puedes salir pero algún maravilloso plan tienes, se nota, porque todas mis provocaciones... ¡No te han afectado en absoluto, eh, Jaime!

Gritó, tal cual, pero sin pasarse, exclamando, mirando al mayordomo aquel. ¿Tenía que concentrarse? Sí, tenía qué... ¿Pero cómo? Si seguía testeando inútilmente sería entregarse y ya, lo cual no era correcto, pero por otro lado no iba a abandonar la puesta como un poco profesional. Sí, ya sabía lo que tocaba. Ante una situación o apuesta imposible, sacarse un as del culo, tal cual. Tomó aire tanto como pudo y espiró, profiriendo.

- No necesitas a estas personas, y el intercambio con Kuroko en esta jaula es imposible. Solo te quedo yo. ¿Y sabes, Jaime? Quizá... Quizá podríamos, en otras vidas y condiciones haber sido colegas de juegos. Una pena. Así que, sin más, escúchame...

Observó a Jaime entonces, desafiándole, apuntándole.

- Suelta a Hiro, suelta a Yuki, suelta a Garou y decidamos esto tú y yo en una sola instancia, un ataque, una muerte, menos mierda. ¿¡Qué dices!?

Todo este tiempo había estado, aparte de hablando, trajinando con su cuaderno y empezando a escribir algo. ¿Qué? Pues algo, claro. Por otro lado, sacó el habitual trocito de papel para casi pensar en no lanzarlo y dejarse electrocutar, pero no hacerlo entonces. Al final, arrugó el papelillo en una bola y lanzó dicha con SHU para producir el mínimo daño necesario hacia la diana, casi impactando en el costado de esta a riesgo de mear el pote, pero sin hacerlo al final, golpeando en dicha efectivamente. Odiaba los juegos mal posicionados, forzados, muy fáciles de ganar o imposibles de hacerlo, así de simple. Sabía casi por seguro que no podría apelar a las emociones inexistentes de este hombre aún con su buena actuación de ser humano, pero sí que apostaba a llamar al apostador dentro de él, de Jaime.

Terminó de escribir algo, un título entonces, una serie de detalles, todo en japonés, y luego un único punto, como una lista de algo. ¿Qué era? Pues era, quizá, su as en la manga, porque sabía que todo esto se encontraba arreglado a favor de Jaime, claro.

- ¡Total, la casa siempre gana, no tiene qué perder! ¡Luego encierras a los demás tras matarme, podrías hasta encerrar a Kuroko, considéralo!

¿Por qué le ofrecía ayuda? ¿Quería darle a Hiro chance de pelear con él? Quizá. Legítimamente, era una apuesta, la apuesta final, seguramente. Tomó aire y miró a Jaime con seriedad y casi, con una amistad triste que no podía ser, esa camaradería que nunca recuperaría por completo y que hace mucho ya perdió. Sonrió levemente con ese gesto contrariado y... Aguardó, sin más, sin TEN encima, sin usar las manos, nada excepto haber atacado a la diana.

Aquello que Nakamura Takuro estaba escribiendo en su hoja era su posible as final o comodín fatal, literalmente, en texto, muy como había hecho mentalmente con todas sus técnicas de Nen pero ahora en directo, tal cual, quizá como una nota, como un intento de promesa o hasta disculpa para quienes tuviese que traicionar al no cumplirles el no morir. Apostaría todo, sería un profesional.

Hatsu

"Playtime", "Asobijikan" en Japonés, "Hora de Jugar" en español.

Técnica Cero: "Fin del Juego" / "Game Over"

Efecto/Uso:

"Game Over" es la representación de todo lo que el espíritu del jugador posee por fuera y desde la base de su alma, ojos, manos, movimientos: Aceptar que el juego debe terminar para poder empezar en primer lugar, algo así como la frase clásica que dice que 'al final del juego todas las piezas vuelven a la caja', tal cual.

Teóricamente, esta técnica lograría Emitir el Aura del usuario de Nen para permitir una última oportunidad o una jugada más allá de la derrota directamente, pudiendo desafiar los resultados del juego, por fuera del juego y del tablero mismo. ¿Qué hace a términos prácticos?...

Condiciones/Compromisos:

• Morir.

•

Su letra era buena, medio cursiva y como se esperaría de alguien con dedos largos pero por lo demás exacta, pretendiendo ser manuscrita pero siendo últimamente imprenta, extraña incluso. No había puesto ni los efectos reales de su supuesta técnica cero o base más allá de lo que representaba como con todas las otras él bien sabía ni las otras condiciones necesarias más allá de que su existencia llegase a un final preciso y directo.

¿Ahora qué? Una buena pregunta.

Me pregunto en qué momento habré pensado en la supuesta sencillez del plan, que ya tenía dos veces de fallar por lo mal estructurado, era el dilema de orquestar con tanto apuro y luego verse inmerso en el pánico de la improvisación enfrentada a la dificultad. Habíamos sido dispersados como novatos en su primera misión, pese a que teníamos ya las cicatrices de la experiencia en esta maldita isla. Quedé anonadado en la primera emboscada dentro de la cueva, pero ahora aunque pudiese sentir aflicción, ¿que puede sorprenderme a estas alturas? Ya he visto de todo, sufrido de todo, un animal suelto no es más que un intento de abusar del shock, golpear al cadáver de mi sensibilidades escéptica.

-¡Ya que estamos!-Grité con voz apagada, distante al riesgo que pudiera correr-¿No me dirás ahora que eres una especie de León experimental que habla y usa Nen como un maestro, verdad?- Porque eso sería lo único necesario para hacerme saltar la línea de la cordura-Sea como sea, no te quiero dar tiempo de responder...

Pasaba por completo de dejarle invocar su trascendente técnica animal o que arremetiera viéndome con ojos de gacela. A menos que...

-Si de alguna manera me oyes, cosa rara, deberías saber algo-Le dije a la bestia amarillenta adquiriendo una pose defensiva, por si las moscas-La gente a la que sirves, son bastardos despectivos que ya han experimentado sin moral alguna con los tuyos, y seguirán así hasta acabar con cualquier naturalidad posible si les sigues colaborando-Continúo apagado, era difícil cambiar de tono-Aunque da igual, sólo eres un León que piensa en mi apetitosa carne...

Me apresuré a preparar una defensa, mi grandilocuencia sería inútil si se trataba en efecto de un estúpido león manipulado genéticamente para hacer más hueco en su estómago y sus dientes más agudos. Preparé el aura para que fluyera cual coraza protectora a mi alrededor, esperaría a que demostraba ser en efecto una víctima más o sólo unas fauces sanguinarias.

-Jajajajaja! Qué tenemos aquí?? Un moralista?!-

Una sonora carcajada femenina parecía salir de unos parlantes en ambos lados de la sala. Por la misma puerta por la que el León había entrado, una pantalla se encendió mostrando el rostro de Sákura, la examinadora del primer examen. Llevaba puesto un casco y disfrutaba de comida chatarra mientras se la veía disfrutar de tu combate. Quizás otro no lo hubiera notado, pero una persona con tus ojos podía ver que no era solo tu pantalla la que observaba… Al parecer, habían intromisiones en su territorio por al menos cuatro flancos. Eso era una buena señal, pues, pese a que no se la notaba nerviosa, seguramente lo estaba, ya que sus fuerzas deberían estar divididas en estos momentos.

Era normal que se mostrara confiada, como cazadora profesional era muy seguro que no mostraría debilidad, pero no sabía que, como asesino profesional, tenías tu experiencia, y sabías que seguramente ella no estaba en una posición segura.

-Vaya… Quién diría que el asesino daría lecciones de moralidad a un león, eso no se vé todos los días, sabes??- Concluyó. Miraba una de las muchas pantallas que se reflejaban en sus ojos. Podía verte, era seguro, por lo que debería haber una cámara por las proximidades. Al menos estabas tan seguro de ello como de que aquel león era el mismo que la acompañó durante todo el examen. Era más que seguro, estaba asustada si había enviado a su León. Qué otras cosas habría enviado a las otras salas dónde seguramente estarían los demás?? Quizás alguna tendría uno de esos lobos negros del primer examen??

No había tiempo para pensar en detalles tontos, el problema era este. Estabas encerrado y solo había una salida, la misma que el León había usado para entrar a la sala. Era obvio que Sákura no te abriría gustosamente si derrotaras a su mascota, por lo que tendrías que ingeniártelas para que abriese la puerta.

Sin embargo como era de esperarse, el león no tardó en atacar. Pasó el tiempo gruñendo y rugiendo, casi advirtiendo del peligro que representaba, o quizás imponiéndose como la bestia salvaje que era. No respondía a tus palabras, ni tampoco daba indicios de entenderlas mientras merodeaba de un lado a otro observándote con ojos de depredador. Quizás no te viera como una gacela, pero estabas seguro que si le dejabas hacerlo, te comería como si fueras una.

Con un salto majestuoso, la bestia se abalanzó con las zarpas por delante, deseosa de caer encima de ti para clavar sus fieros colmillos en tu carne. Mientras tanto, la risa burlesca de Sakura se podía oír de fondo, casi segura de lo que acontecería a continuación.

Ahora es cuando se definía todo, cuando finalmente la batalla entre Jess y su contraparte terminaba. Con un rápido movimiento, aún pese al dolor, Jess logró levantarse con fuerza, moviéndose mucho más rápido que su rival. Pese a no parecerlo, había quedado resentida tras el impacto de la bala.

La voluptuosa figura crecida no tardó mucho en llegar hasta la posición de su apática pero adolorida rival, y con un fiero mordisco logró enterrar sus colmillos en la carne de su víctima, desgarrándole el torso mientras un hilo de sangre salía de la boca de la pequeña. El mordisco fue tan fuerte que un pequeño “crack” podía oírse al cerrar su mandíbula, eran algunas de sus costillas rompiéndose. Ahora solo quedaba evitar el contra-ataque…

Sin embargo, en esa fracción de segundo, una extraña visión atacó con fuerza la mente de Jess. Sin saberlo, acababa de consumir la sangre de su “yo” original, su verdadero ser, siendo ella solamente un clon de una Jess mejor, o al menos así lo entendía su débil mente.

La visión estallaba con violencia en su cerebro haciéndole recordar los momentos más dolorosos y tortuosos de su vida. Pese a que los recuerdos no eran suyos, sino de su original, podía saborear el helado de fresa que comía con su madre mientras su padre pagaba al encargado, y sin entender cuándo, se sintió inundada por un extraño aroma hasta desfallecer. Despertaría días más tarde en una mesa, desnuda y con sus extremidades atadas. No podía precisar con exactitud si estos seguían siendo los recuerdos de su otro yo, o eran los suyos, pero de algo estaba segura… Eran dolorosos, y no le gustaban. Algunos de los recuerdos eran tan vívidos que hacían gemir de dolor a Jess mientras luchaba contra su rival y contra sus visiones, visiones que revelaban un pasado tortuoso y una realidad asquerosa… Ella no era real. Existía, sí, pero no era un “ser humano” del todo, sino, un conjunto de genes en un cuerpo, un experimento fallido debido a la falta de autocontrol. Solo era la sombra de alguien más, alguien mejor y más poderoso, alguien, que desde sus comienzos había sido, un ser humano real.

Antes que pudiera reaccionar a tanta información, su cerebro se vio inundado de dolor. Desde aquella posición, con sus manos agarradas a la cintura de la pequeña Jess y su boca engulléndola, su torso quedaba completamente desprotegido, y siendo tan grande, no supuso problemas para que la pequeña disparase desde su boca hacia el corazón de la enorme Jess.

La bala la atravesó, dejando un enorme hoyo en su pecho. Su corazón se detuvo y su cuerpo poco a poco comenzó a achicarse, lo que provocó que su mandíbula se llevara consigo un pedazo de carne de su enemiga… No era mucho, pero si moriría, se llevaría consigo todo lo que pudiese… Aún en sus últimos momentos no dejaría de ser una bestia combativa.

Para cuando la pequeña Jess tomó control de su cuerpo, sus piernas no respondían, sus ojos se nublaban, y cayó de rodillas ante lo que pensó sería un espejo… No fue hasta que el “espejo” comenzó a tomarse la cabeza mientras se sacudía con violencia, quizás abordada por horrendas visiones luego de haber visto uno de sus clones, o quizás esa unión parasitaria que la técnica de Jess generó, haya causado dichas visiones. Lo cierto es que, aquella niña comenzó a gritar con fuerza mientras se sujetaba la cabeza mientras corría entre los árboles, alejándose cada vez más, dejándote morir de a poco.

-AHHHHHHHHHHGGG! N-NO!!! NOOOOOOOOO! DEJENME EN PAZ!!! NO SOY UN MONSTRUO!!!-

Pronto su voz dejaría de oírse, pronto todo dejaría de existir, y solo una delgada línea te separaría de la muerte… Tu Hatsu. Blood Craving te permitía curarte absorviendo la sangre de tus enemigos, y en este caso, con un trozo de carne en la boca y toda la sangre que habías absorbido, bastó para cerrar la herida en tu corazón, permitiéndote vivir otro día más. No por ello estabas bien, ya que tu cuerpo dolía, no podías usar una de tus piernas, y tenías una hemorragia interna… Si bien estabas pronta a sanar, no estabas en tu mejor día…

Cerca de ti, solo habían dos cadáveres y las costas, no había señal de que alguien estuviera cerca para ayudarte, y quizás, tampoco lo estarían para matarte, por lo que eso era un punto a favor en tu situación actual. Pero en estos momentos, tu gatita habría sabido hacerte sentir mejor.

Tras las palabras que buscaban de una vez romper la armonía que mostraba el mayordomo, el disparo de su arma impactó en la diana. Esta vez había sido diferente, esta vez Jaime usó SHU. Si bien el solo uso de SHU no era suficiente para alarmarlos, pues, sabían que Yuki podría resistir ese nivel de daño, el susto llegó cuando al bajar a cero la cuenta, una macabra sonrisa se dibujó en la cara de su enemigo.

Quizás pudieron pensar que estaba comenzando a perder los nervios ante las reiteradas provocaciones, sin embargo, nada estaba más lejos de ser verdad... Su calma era debido a lo meticulosa que su técnica era, ya habiendo previsto situaciones similares a estas, quizás por ser inteligente, quizás por ser experimentado...

El contador bajó a cero, y entonces la imagen de Yuki se iluminó para luego ser marcada con una cruz roja. La jaula en la que la chica de hielo se encontraba desapareció haciéndose pedazos, y ahora ella se encontraba fuera del juego. Estaba perfecta, nada le había pasado, pero ya no formaba parte de la técnica de Jaime. Confundida y asustada, golpeteaba la jaula que encerraba al mayordomo mientras gritaba que la dejara entrar.

Sin embargo, una corriente eléctrica atravesó el cuerpo del mayordomo mientras este peleaba para evitar las convulsiones... Tras acabar, pequeños hilos de humo salían de su cuerpo

-Jeh- Una mueca similar a una sonrisa salió junto con un sonido, un sonido que emulaba quizás una risa contenida -Ejem...- Aclaró su garganta y enderezó su columna antes de seguir -Cómo bien dices, tengo un plan, sí... Mi técnica es simple, solo necesito que jueguen, pero, quienes no respetan las reglas no pueden participar de mi juego... La pequeña niña helada se ha salteado tres turnos, y eso me permite echarla del juego... Ahora solo somos nosotros cuatro... Sin embargo, me temo que no puedo dejar ir a tus amigos, pelirrojo-san, porque no podría reactivar mi técnica nuevamente con ellos, al menos no durante el día de hoy... Ya había atrapado a Kuroko, por lo que no podré hacerlo otra vez, y es por ello que he de concentrarme en ustedes, Harrison deberá hacerse cargo por su cuenta de todos modos- Soltó volviendo a su tono formal

No pudiendo oír las palabras del mayordomo, Yuki soltó un -N-Necesito saber si Natsume está bien!! Y-Ya regreso!!- Aunque no se retiraba, simplemente los observaba como pidiendo permiso para partir. Si bien era cierto que ya no podría formar parte de la técnica en otras 24 horas, y que actualmente era inútil tenerla cerca... Lo mejor era dejarla ir.

No muy lejos, la prisión donde Jaime mantenía encerrados a tus compañeros, pareció decrecer en tamaño. La chica de hielo estaba fuera, y era ella la parte más importante del plan! Ella era la que supuestamente debería resistir todos los daños que Jaime propinara... Los otros tres corrían grave peligro dentro de las jaulas...

La chica solo se limitó a correr de camino a la entrada de la cueva, posiblemente a buscar a su hermana, o quizás, era una traidora?? Era posible que hubiera traicionado a todos y los hubiera abandonado dentro de la técnica de Jaime, aunque quizás fue el mismo Jaime quien la dejó fuera de la técnica, siendo la chica su piedra en el zapato. Lo que sí era seguro es que todos la estaban viendo, y ella iba corriendo bastante ensimismada...

Harrison no tardó en tomar un cuchillo de su espalda y lanzarlo con fuerza hasta la chica, un cuchillo que fue interceptado por Kuroko, quien usando TEN trató de frenarlo, pero mal posicionado como estaba y con la exagerada fuerza del homosexual, el cuchillo pudo atravesar sus vendas y hacerle un pequeño corte. Podrías pensar que no era nada, pero Kuroko te observó con preocupación.

Aún así no todo era malo, ya que enfocado en la chica, Harrison no pudo ver el portal a sus pies, y tras lanzar el cuchillo, sin tener donde pisar, cayó por completo en tu técnica. No tardaste nada en cerrarla, ya que en cuanto tocara el suelo saltaría para salir... No tardó nada en enfurecerse y comenzar a destruir todo con sus poderosas manos, y mientras tus indestructibles moguris se esmeraban en reparar, el daño parecía acumularse poco a poco... No lo podrías tener allí dentro eternamente, y lo peor, sabías que si querías utilizar a tus Moguris para algo, nadie detendría tanta destrucción y corrías peligro de perder tu técnica... Quizás no pasara nada, quizás se liberase... Mejor no arriesgarse

Perdiste de vista a la chica entre el humo de la cueva, entró... Kuroko se acercó despacio mostrando el cuchillo cubierto de una sustancia verde

-El maldito usó un sedante... Esto no me matará, pero si hubieramos continuado el combate a este nivel hubiera caído rendido a su pies en pocos segundos... Me salvaste, sabes??- Soltó acercando peligrosamente su cara a la tuya.

Sin embargo no tardó en voltear hacia la entrada de la cueva mientras se enderezaba -Esa fue Yuki, verdad?? Espero haberme equivocado... No debería estar fuera de la jaula- Dijo con preocupación observando la Jaula de Jaime y sus cuatro integrantes.

esa mole intentaba destruir todo, pero por más que abriera un puerta, llegaba al mismo lugar, sin embargo era demasiada destrucción y nunca fue su idea mantenerlo ahí dentro, así que aguardaría un poco, solo para ganar tiempo suficiente y se lo iba a informar a Kuroko cuando ya lo tenía encima de ella, con esos ojos que ahora si tenían vida y llenaron de calor las mejillas de Phry. Rayos, no esperaba eso...

— ummm creo qué hay que dar por muerto a alguno de los que bien entro, espero que no sea el mocoso — no se ve perturbado su tono de voz, a pesar de lamentar la suerte de los que fueron atrapados — es la segunda vez que te salvo la vida, Kuroko— ahí si lo mira a los ojos, luego de apartarlos de la chica — podemos irnos de aquí — sujeta la muñeca del hombre pero luego suspira, ahí dentro está su hermano, no podía abandonarlo por segunda vez.

  — sacare al tipo que tengo encerrado, su poder terminará por destruir todo, pero lo mandaré al lugar más lejano de los que tengo activado, no sé qué tanto tiempo nos dé, pero si no puedes pelear es mejor que te vayas, tengo un portal en la cueva donde nos vimos, te puedo mandar ahí — puso su mano donde estaba la herida — Pronto serás un estorbo — sonrió mientras que con la otra mano  activaba el portal más lejano, eso lo entretendría un rato, en lo que demorará en volver.

— yo debo entrar — susurró, observando por la pantalla de su Neko como la puerta se abría para liberar a su presa. Kuroko pudo notar cómo el aura de ella cambiaba, estaba activando zetsu aprovechando ese Segundo y la cercanía del hombre  para recuperar energías, además aún tenían su ajustada armadura puesta.