Partida Rol por web

III Campeonato de RPW

[PARTIDA 4] Escena de juego

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13/02/2019, 13:12
[4] Julia Cruz

Notas de juego

¡Hola! :)

Me comenta la dirección en resolución de dudas que como se supone que Julia conoce cosas de los compañeros no hay una forma "oficial" de gestionar esto. Al ser una partida tan corta quería proponerte inventarme cosas sobre Andrew sobre la marcha y que te sumes (o no) a ellas según te parezca. Por mi parte tienes total libertad para que sean sólo chismorreos de oficina.

También me parece divertido dejar cosas abiertas como "¡Sé adónde vas los sábados por la noche!" o "¡Sé con quién hablas desde el teléfono de la oficina!" y que tú puedas completar con lo que te parezca adecuado.

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13/02/2019, 13:13
[4] Julia Cruz

Notas de juego

¡Hola! :)

Me comenta la dirección en resolución de dudas que como se supone que Julia conoce cosas de los compañeros no hay una forma "oficial" de gestionar esto. Al ser una partida tan corta quería proponerte inventarme cosas sobre Joanne sobre la marcha y que te sumes (o no) a ellas según te parezca. Por mi parte tienes total libertad para que sean sólo chismorreos de oficina.

También me parece divertido dejar cosas abiertas como "¡Sé adónde vas los sábados por la noche!" o "¡Sé con quién hablas desde el teléfono de la oficina!" y que tú puedas completar con lo que te parezca adecuado.

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13/02/2019, 14:49
[4] Alexandra Dupont

Notas de juego

Por mi parte no hay problema. Invéntate lo que tu retorcida mente quiera que yo actuaré en consecuencia (dando por echo que es verdad) XD ¡Que ironía que quien más sepa de mi es una de la que yo no se ni el nombre jaja!

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13/02/2019, 14:56
[4] Joanne Simmons

Notas de juego

¡Hola!

Vale, no hay problema :)

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13/02/2019, 19:54
[4] Julia Cruz

Cuando la rubia de bote me empujó me hice a un lado, dispuesta a dejar paso. Ni de coña iba a ser yo quien se pusiera en medio de esa. No seguía con detalle su carrera profesional, pero en los pasillos se decía que era demasiada casualidad lo de la caída por las escaleras del tipo que tenía su puesto antes. ¿Iba a ser yo la siguiente en su camino? Nasti de plasti.

Al oír lo de la brújula ni me extrañé, ni me molesté en comprobar la mía. Lo primero que pensé fue que la rubia ni sabría usarla. Seguramente le extrañaba que apuntase siempre al mismo sitio, en lugar de girar como los GPS caros. Después, sin embargo, le di la oportunidad de la duda al oír que no era la única. Claro que estarían todas rotas: bastante habían durado ya. Era lo que se podía esperar de una empresa que compraba cinta de embalar de los chinos para el mantenimiento, más cuando las malditas brújulas sólo las íbamos a usar aquel día.

—¡Aquí hay más cosas quemadas! —grité, desvelando así mi gran descubrimiento. Vale, no aportaba demasiado, pero era más que la tónica general. Y seguro que si no hubiera sido yo quien lo dijera incluso me felicitarían como hacían en su mierda de reuniones, cuando se daban palmaditas en la espalda por señalar cosas evidentes. Era prácticamente lo único que hacían, eso y dejar chicles pegados debajo de la mesa. ¿Sentía que me hacían de menos? Claro. Pero bueno, como decía siempre mi madre: la venganza es un plato que sirve con una sonrisa.

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13/02/2019, 20:59
[4] Julia Cruz

—Venga, vamos, Tarta de fresa —susurré entonces a la rubia, impeliéndola a seguir hacia arriba y usando el mote que había oído en más de una ocasión cuando se reunía con el nuevo director en su despacho y se creían que nadie escuchaba. Le dediqué entonces mi mejor y más amplia sonrisa. Si con eso no empezaba a tratarme mejor es que era más tonta de lo que parecía—. Los lloros vienen de arriba.

Después de esas palabras me dirigí a las escaleras, con una satisfacción sin igual creciendo en mi pecho. Joder, qué bien había sentado. Aquello podía empezar a ponerse divertido. Mucho. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

He dividido el post en dos al susurrar. ;)

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13/02/2019, 21:38
[4] Andrew Rogers

Notas de juego

Me parece perfecto, por mi parte tienes libertad.

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13/02/2019, 21:39
[4] Andrew Rogers

Andrew se sintió un como un pusilánime al ver que Alexandra y Julia entraban sin temor en la habitación contigua. No era machista y creía profundamente en la igualdad de oportunidades pero su orgullo masculino se había visto herido y no quería parecer un cobarde delante de tantas mujeres. Quería entrar en la habitación pero le fastidiaba dejar sola a Joanne.

-Afuera está lloviendo y es de noche, creo que nuestra única opción es pernoctar aquí, venga, busquemos un buen sitio.- Dijo con una sonrisa optimista. Entonces, atendiendo al aviso de Alexandra, miró su brújula, la cual, también había dejado de funcionar. También falló la linterna y cuando quiso imitar a Joanne utilizando su móvil pudo comprobar que tampoco funcionaba. 

-Pero, pero... ¿como es posible?- Dijo sin comprender. Le parecía demasiado complicado preparar algo como aquello y comenzó a dudar si realmente seguían jugando. Al verse envuelto en oscuridad el miedo y la incomodidad le obligaron a seguir a Julia y Alexandra en su exploración de la casa. -Bueno, quédate ahí si quieres.- Le dijo a Joanne como si quisiera disculparse por dejarla sola

Entró en la habitación donde estaban las otras dos mujeres. -¿Oíd, a vosotras os funciona el móvil?- Preguntó preocupado. -Tampoco me va la linterna.- Se quejó.

—¡Aquí hay más cosas quemadas! -

-¿Y la niña?¿Y la bandera?.- El pobre Andrew era un mar de dudas e inseguridades, comenzaba a estar realmente aterrorizado.

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13/02/2019, 23:09
[4] Alexandra Dupont

Ni siquiera me sorprendí cuando Joanne dijo que no haría nada. Al fin y al cabo, era su tónica general en la empresa, no hacer nada y quejarse mucho.

“Con suerte, los despidos serán verdad y ella será una de las afortunadas. Joder que bueno sería”

Seguía revisando la sala cuando oí como Andrew nos hacía notar que los móviles tampoco funcionaban ¿Pero que estaba ocurriendo ahí? Esto se estaba saliendo de madre ¿Cuánto más les tendrían danzando por ahí? Todos se estaban poniendo nerviosos por lo que, a pesar de que no me apetecía nada, decidí intentar relajar la situación.

- No creo que debamos preocuparnos chicos, al fin y al cabo, saben que estamos por aquí por lo que, si la lluvia se va de madre, seguro que vienen a buscarnos. –

Y mientras hablaba fue cuando noté que la alfombra estaba un poco levantada en una posición extraña. Me acerqué a ella y con la bota, la moví un poco para ver si ocultaba algo debajo. Cual fue mi sorpresa al ver que, bajo dicha alfombra, había una trampilla.

“Claro, un sitio perfecto para esconder la bandera.”

La vieja se alejaba en dirección a las escaleras que subían al piso de arriba por lo que di un fuerte silbido para que se detuviera y de paso llamar la atención de todos.

- Atención, he encontrado algo, aquí hay una trampilla. El sitio perfecto para esconder una bandera y… -

Y entonces se me acercó esa chacha y lo que me susurró me puso los pelos de punta, sin que nadie me oyera, me aproxime a ella

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Y cuando terminé lancé una risita.

- Tú puedes subir a buscar a ese niño, al fin y al cabo, no creo que hagan falta tantas personas para un rescate de este tipo. Con una persona será suficiente y si tienes problemas, puedes pedir ayuda a nuestra “compañera” – Y le dediqué una mirada de asco a Joanne. – Andrew, acompáñame abajo, habrá poca luz pero tengo un mechero por lo que entre los dos podremos encontrar esa bandera y demostrar que, a pesar de tantos problemas – Y señalo a la casa y al techo refiriéndome a la lluvia. – Sabemos trabajar en equipo. –

Entonces dejo de lado el asco que me da la alfombra y la levanto, tomo el pomo de latón de la trampilla y la levanto. Antes de empezar a bajar, saco mi mechero y lo enciendo para empezar a bajar.

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13/02/2019, 23:10
[4] Alexandra Dupont

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Me aproximo al oído de esa gorda desgraciada para asegurarme de que nadie nos oye y la rodeo los hombros con mi brazo.

- Escúchame zorra, no sé qué te crees que sabes, pero no eres nada, una puta mierda puesta ahí solo para fregar el suelo que pisamos. No tienes ni idea de con quien estás jugando, pero jódeme y te arruinaré no solo el trabajo, también te destrozaré la vida. ¿Me entiendes? –

Y lanzo una risita para que todos me oigan como si estuviera contando algo divertido.

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14/02/2019, 00:09
Director 4

La madera de la escalera crujía con cada uno de los escalones que pisabas, ascendiendo hacia el piso superior de la casa acompañada del haz de la linterna, que oscilaba con cada paso que dabas. Como si se tratase del canto de una sirena seguías ese llanto tenue, salpicado de sollozos, que parecía guiarte hacia la niña que habíais oído ya en el bosque. Y tal y como una de esas melodías el lloro cesó en cuanto pusiste un pie en la primera planta. 

Aquel piso parecía haber sido el más dañado por el incendio y casi nada quedaba en pie en ese lugar. El techo estaba agujereado en algunas zonas y la lluvia se colaba por los huecos, golpeteando contra la madera del suelo con un soniquete arrítmico. Las paredes estaban totalmente ennegrecidas y los huecos donde habían estado las puertas, con los marcos totalmente quemados. No había ningún mueble reconocible, tan sólo cubría el suelo un amasijo de cenizas embarradas y restos de maderos informes. 

Tampoco encontraste ni rastro de la pequeña, la luz de tu linterna sólo te mostraba los restos de lo que podría haber sido el hogar de alguien mucho tiempo atrás. Sin embargo, un brillo por el rabillo del ojo atrajo tu atención hacia la pared de una de las estancias donde, colgada de un gancho, había una llave de metal, plateada, totalmente limpia y bien bruñida. Casi parecía titilar con vida propia, como si te llamase con cada pasada del haz que la rozaba. 

Notas de juego

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14/02/2019, 01:34
Director 4

La sala en la que Andrew entró en busca de las dos mujeres que se habían adelantado debía haber sido en otro tiempo un comedor. Aún albergaba los restos de algunos muebles chamuscados que se habían salvado parcialmente del incendio. Las estructuras de las paredes y el techo parecían haber aguantado bastante bien los envites del fuego y del tiempo, a pesar del estado deteriorado que mostraba toda la estancia.

En el centro del comedor se podían ver los restos de una alfombra carcomida por el incendio y mordisqueada por alguna alimaña. Estaba cubierta por polvo y cenizas pero Alexandra había encontrado debajo una trampilla, con una manecilla de latón para abrirla.

En la pared de la derecha había una puerta desde la que se vislumbraban unas escaleras de caracol que ascendían hacia el piso de arriba y por las que Julia se marchaba en ese momento.

Notas de juego

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14/02/2019, 01:35
Director 4

Alexandra tuvo que tirar con fuerza de la manija, incluso pasó por su mente que la trampilla estuviese atascada por culpa del tiempo y la humedad. Pero una vez empezó a abrirse las bisagras giraron con facilidad dejando a la vista una abertura hacia el sótano. Una vaharada invadió sus fosas nasales con un fuerte olor a polvo y moho que dejaba un ligero escozor en la nariz y un regusto a agua estancada en el velo del paladar.

Estaba oscuro abajo y las sombras parecían oscilar, escondiéndose en los rincones cuando la luz de la linterna o del zippo de Alexandra las perseguían. Andrew y ella alcanzaron a ver una escalera de mano de madera, estrecha y con aspecto inestable, pero que parecía suficiente para bajar los dos metros y medio que había de distancia hasta el suelo. 

Cuando descendieron y lo pisaron una nube de polvo se levantó a sus pies, quedando suspendida en el aire por un instante antes de dispersarse. Allí abajo no se escuchaba el sonido de la lluvia y el silencio se extendía como un manto pesado y funesto. Causaba respeto alzar la voz en ese lugar, como si estuviesen estorbando el sueño de aquella casa al invadir sus entrañas. 

Con la ayuda de linterna y mechero pudieron comprobar que se encontraban en una zona de paredes irregulares de piedra, excavadas directamente en la roca. Tal vez por eso no había sufrido daños por el incendio, que parecía haber respetado por completo aquella estancia. Era una especie de depósito, con varias cajas apiladas que en su día debieron contener distintos tipos de alimentos. Todas parecían estar vacías, tal vez comidas por las ratas que habían dejado sus excrementos en los rincones. 

En una de las paredes había una puerta una puerta de madera normal y corriente. 

Finalmente, en otra de las paredes había una puerta ornamentada de metal grueso que no tenía cerradura, manecilla ni forma alguna de abrirse a simple vista. Su superficie era lisa en el centro y estaba labrada en los bordes, con motivos retorcidos de zarcillos que se enredaban en sí mismos de forma tortuosa y que recordaban de algún modo a los tentáculos de un pulpo. 

Notas de juego

Acompañad vuestros posts de una tirada de Notar, por favor :).

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14/02/2019, 01:37
Director 4

Uno a uno se habían ido marchando del vestíbulo y al final Joanne se había quedado sola en la entrada de la casa. Sola, pero en la compañía fiel de su petaca. El silencio se extendió por aquella planta de la casa y la mujer pudo adivinar que todos sus compañeros habían subido o bajado, cambiando de piso. Fuera, la lluvia arreciaba, podía escuchar las gotas caer sobre los árboles y sobre el tejado de la casa, por encima de su cabeza. 

Su intento de abrir la puerta sólo sirvió para que Joanne se diese cuenta de que no era capaz de hacerlo. No parecía que estuviese atascada, no exactamente, sino que la sensación que tuvo fue como si alguien estuviese empujándola desde fuera, impidiéndole abrirla. 

El teléfono móvil seguía sin funcionar, aunque Joanne tenía su propia linterna en la mochila, y dio igual los intentos que hiciese con la puerta: no fue capaz de conseguir que se abriese. La soledad iba cargando más sobre sus hombros a cada instante que pasaba ahí y el silencio comenzaba a hacerse demasiado pesado. Opresivo. Asfixiante. El ambiente parecía estar cargándose de electricidad estática, como si un chasquido de los dedos fuese suficiente para prender una chispa, como si aquel edificio en ruinas estuviese conteniendo el aliento en el momento previo a un estallido. 

De repente Joanne notó un movimiento cerca de ella pero al mirar en esa dirección no vio nada, tan sólo la silla que había caído cuando entraron. Sólo que esa misma silla ahora se estaba elevando en el aire sin que nadie la sujetase. Osciló, levitando a metro y medio de distancia del suelo y luego se lanzó en el aire hacia la mujer, impactando en la pared que tenía justo a su lado y cayendo al suelo después. 

Entonces se escuchó una risita que parecía venir de la estancia contigua. 

No quiere jugar y se comerá su corazón —dijo una vocecilla infantil que parecía pertenecer a una niña pequeña.

Notas de juego

Una tirada de Espíritu, por favor :).

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14/02/2019, 01:55
Director 4

Notas de juego

Cuidado con los destinatarios ahora que os habéis separado, por favor :).

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14/02/2019, 10:06
[4] Joanne Simmons

Joanna pensó que la bedel debía estar sintiéndose en inferioridad, pues hace lanza una evidencia como si acabara de descubrir la panacea. La había perdido de vista, pero se la imaginó esbozando una sonrisa bobalicona y esperando una palmadita apremiante en la espalda. Puso los ojos en blanco, dando forma a un gesto de desprecio. 

De sobras se estaba dando cuenta del tono negruzco que tomaba su alma y de la afluencia cada vez mayor de aquel tipo de pensamiento ponzoñoso y de mala puta. Pese a eso, hacía tiempo que no trataba de luchar contra eso, al comprobar que nadie merecía la pena en aquella compañía como para mantener algo de empatía en pleno rendimiento. 

Después devolvió la atención a su móvil, cambiando el rictus facial a puro drama, mientras intentaba en vano reiniciarlo, resetearlo y todo lo que estuviera en sus manos. De ser un caso aislado podría haber pensado que se trataba de una desafortunada avería, pero la contingencia común le ponía los pelos de punta. La organización no se iba a molestar en hacer este tipo de cosas, a menos que hubiera colocado inhibidores de frecuencia o lo que fuera para hacer la jugarreta, pero se le antojaba un poco conspiranoico. No obstante, ella había leído cosas... en el “Muy Interesante”. Cosas de ese tipo de sitios con campos electromagnéticos o lo que fuera que hacían petar los dispositivos electrónicos.  

Se encontraba inmersa en esa vorágine de pensamientos, cuando el becario dijo algo que hizo que levantara la mirada y le taladrara con los ojos. ¿Se iba? ¡Se iba! 

- Espera ¿estás de coña? - dijo, irritada. No quería quedarse sola, pero tampoco iba a entrar. ¿Cómo era posible que siguieran con aquella mierda de la bandera? Su cerebro estaba haciendo cortocircuito mientras contemplaba aquel pringado con acné unirse al resto. 

No le siguió, pues sus Santos Ovarios no se iban a alejar más de dos metros del recibidor, pero avanzó un par de pasos lo justo para poder ver por el hueco de la puerta que daba al salón.  

- ¿Qué vais a hacer qué? - dijo, viendo como Dupont “rodilleras” tenía la intención de bajar por la trampilla- Seamos adultos, por favor. Esto ya no es un puto juego, os vais a partir algo y no tenemos móviles... ¡No voy a bajar a rescataros si os pasa algo¡ - advirtió, con su rabieta y volviendo a su punto de origen. 

Notas de juego

Post 1/2: común antes de mi separación del resto.

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14/02/2019, 10:11
[4] Joanne Simmons

Desenroscó, por tercera e indefinida vez el tapón de su petaca, pegando ahora un largo y amargo trago que le calentó las entrañas. ¡A la mierda! ¡El lunes ni aparecía por la oficina, si es que sobrevivían! Cagaría en una caja, metería su carta de renuncia dentro, la sellaría con cinta y la mandaría directamente a Dirección. ¡A la mierda¡ Nunca mejor dicho... 

Volvió a tantear la puerta, sólo para darse cuenta que no podía. Sintió ganas de llorar, pero era un gusto que no iba a dar a la rubia, que sin duda lo disfrutaría. Trató de luchar contra ella, pero lo único que sacó en claro esta vez es la sensación de que alguien estaba atrancándola por fuera. 

- Vale, no tiene puta gracia. ¡Vale ya! - dio un par de golpes en la puerta, dejándose ganar por las ganas de sentarse en el suelo y hacerse un maldito ovillo, en la medida en que el ambiente de lugar se espesaba y se hacía insidioso.  

Y lo hizo, pese a que sus ropas acabarían impregnadas de hollín negro. Sintió algunas lágrimas saltadas en sus ojos, pero se las arrebató de forma brusca de un manotazo y luego hizo acopio de su linterna, para darse luz en aquel lugar.  

Ahí notó el movimiento, dirigiendo la mirada para encontrar nada, hasta que la silla comenzó a elevarse por sí sola. La observó oscilar con la cara totalmente desfigurada por el espanto, en shock, sintiéndose incapaz de moverse del sitio, incluso cuando impactó en su dirección chocando con violencia contra la pared cercana.  

La inercia le hizo protegerse la cabeza con los brazos de un impacto que nunca llegó. Pero luego volvió a descubrirse y emitió un grito de pánico, mientras se levantaba de un bote y volvía, sin pensar, a golpear la puerta de salida. La risita y la vocecita posterior no ayudó a lo contrario. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Post 2/2: solitario.

¿Hice bien la tirada, no?

Edit: me vi una falta ortográfica, perdón.

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14/02/2019, 10:42
[4] Alexandra Dupont

Cuando me disponía a descender, la irritante voz de Joanne me taladró los tímpanos. Como no, ya estaba quejándose. Otra vez.

-Tranquila cariño, somos mayorcitos y seguro que podemos cuidarnos sin necesitar de tu excelsa ayuda. Tu siéntate ahí y sigue aportando tu alegría y energía al grupo mientras nosotros aprovechamos a que esto no sea una total pérdida de tiempo. –

Esta era siempre la parte más difícil, la de tener que sonreir y fingir ante inútiles a los que prefereirías escupir a la cara.

“Pero debo aguantar. Cuando todo pase, recordarán a los que apoyaron a la empresa.”

Joder que ganas tenía de fumarme un cigarrillo. Al coger el mechero para bajar, instintivamente me llevé la otra mano al bolsillo donde aun me esperaban aquellas delicias de nicotina. Pero no lo haría. La imagen de Simmons con la petaca era ya bastante patética como para que yo me uniera a ella. Con cuidado, encendí el mechero y comencé a descender con cuidad por la escalera.

- Tiradas (1)
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14/02/2019, 11:45
[4] Alexandra Dupont

Lo primero que me golpeó al descender fue un fuerte olor a ambiente cerrado y húmedo que me obligó a arrugar la nariz. El ambiente estaba cargado de polvo y suciedad y casi podía masticarse el aire del lugar. Tuve que detenerme un momento para ahogar una arcada antes de seguir descendiendo.

Cada vez que descendía un peldaño, mi mente me rogaba que diera media vuelta alegando que aquello no era normal pero no quería escucharla. Hacerlo era admitir que estaban en un serio problema y que corrían peligro. Y no podía ser así. NO podía. Me giré hacia Andrew,

- La verdad es que hay que darles un 10 en cuanto a ambientación ¿eh? Se lo han trabajado mucho –

Necesitaba hablar, aunque fuera con aquel chico. Necesitaba distraer mi mente de lo que parecía cada vez más una realidad. Finalmente llegué abajo y un escalofrío me recorrió la espalda. Todos mis sentidos me decían que no debería estar ahí. ¿Pero que podía hacer? ¿Admitir ante el becario que tenía miedo y correr al lado de Joanne y la chacha? Este último pensamiento me dio fuerzas para continuar. No pensaba darle esa satisfacción a ninguna de las dos.

Con el mechero en alto comencé a inspeccionar la zona, notando primero la puerta de madera pero luego quedándome hipnotizada por la extraña puerta metálica que había al fondo. No sabía por qué pero la incomodaba y la atraía al mismo tiempo. Con la mano señalé a la otra puerta.

- ¿Podrías mirar a ver que hay ahí? Yo quiero inspeccionar… -

Y no terminé la frase. Tragué saliva mientras me aproximaba a ella. Las figuras que había labradas en el metal eran extrañas y algo me impulsó a intentar abrir la puerta. Di otro paso, mi corazón estaba acelerado ¿Por qué estaba tan nerviosa? ¡Solo era una puerta puesta por alguien con serios problemas mentales! Di otro paso, ya casi estaba. Extendí la mano y un frío me recorrió las puntas de los dedos. Finalmente apoyé la mano en la puerta e intenté empujar.

Notas de juego

Perdón, hice la tirada en el primer post ya que la hice antes de pensar en dividir mi intervención en dos post.

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14/02/2019, 19:40
[4] Julia Cruz

La verdad es que cuando escuché lo que me decía la rubia me sentí bien, hasta noté un calor satisfactorio en la parte inferior del vientre. Su forma de rodearme con el brazo, de mantener la discreción, de amenazar... Estaba claro que había dado en la clave. Sabía que aquello podía ser divertido... Pero estaba siendo aún mejor. Además, esa forma de decir que me destrozaría la vida... ¿Qué iba a hacer, desconectarme la tele de la corriente? Porque tampoco es que yo hiciera mucho más.

Decidí dejar que ella se fuese por su lado y yo por el mío. Que encontrase la bandera si es que estaba abajo y que se luciera... Para mí había cosas más importantes, como la posible niña en apuros.

Aún así no se me borró la sonrisa mientras subía aquellas condenadas escaleras. Cada crujido de estas me iba erizando un poco más la piel, pero cada vez que pensaba en la cara que había puesto Tartita de fresa... ¿Se había puesto pálida o sólo me lo había imaginado? Joder, seguro que ella aún estaba dándole vueltas a qué sabía yo exactamente o a qué hacer conmigo. Que se atreviese a hacer algo, que se atreviese.

Cuando me quise dar cuenta me encontraba casi jadeando por culpa de las malditas escaleras. Hacía ya unos cuantos años que había dejado de prometerme empezar el gimnasio cada lunes, aunque yo le echaba la culpa de encontrarme así a que todo debía estar lleno de polvo y claro, así se respiraba peor.

En cuanto llegué arriba me quedé callada y escuchando, dispuesta a seguir el sonido del llanto... Algo que no fue posible cuando sólo podía oír la lluvia.

—¿Hola? —pregunté, alumbrando delante de mí con la linterna y luego a uno y otro lado. Incluso al techo, por si acaso.

Aquello era demasiado extraño. La verdad es que cada vez estaba menos segura de que hubiera una cría, pero también de que esto fuera parte de la prueba. Quizá era una broma preparada por alguien tiempo atrás y se la habían dejado aquí. Lo que sí me resultaba incomprensible era que los demás prefirieran meterse en un sótano que esto, fuera verdad o mentira.

—¿Hola? —repetí más alto, empezando a moverme por el lugar.

Caminaba con cuidado, porque sólo me faltaba caerme en un sitio como este. Seguro que la rubia ni se dignaba a ayudarme si me partía una pierna.

—¿Hay alguien?

En ese punto mi voz salía un poco tomada, más de lo que me habría gustado reconocer. Y es que el sitio daba mal rollo. Mucho. Y aunque seguramente no tuviéramos cobertura, saqué el teléfono móvil, preparándome para llamar a emergencias. Quizá no hubiera niña después de todo, pero más valía pecar de cauta. Además, con el nudo que empezaba a notar en la boca del estómago me sentía más segura teniendo una ambulancia a golpe de dedo.

Recorrí el piso entero sin darme demasiada prisa, mirándolo todo con atención y caminando pegada a las paredes. La verdad es que me sorprendió un poco no encontrar a nadie, ni tampoco encontrar algún aparato del que estuviese llegando antes el sonido. No sabía con quién o con qué estaba jugando al gato y al ratón, pero cada vez me encontraba un poco peor. Y lo más extraño fue lo de la llave. La miré con desconfianza, por limpia, y me lo pensé varios segundos antes de cogerla. No me gustaba tomar lo que no era mío... Pero si estaba así tenía que ser porque la hubieran dejado allí después del incendio, así que podía ser parte de la prueba. A lo mejor iba por ahí lo de trabajar en equipo.

Con un suspiro me reñí a mí misma por haber empezado a ceder al yuyu que me estaba dando el sitio. Eso me pasaba por irme sola. Así que me dispuse a reunirme con los otros, dispuesta a continuar la conversación con Tarta de fresa... O con cualquiera de los otros.