Partida Rol por web

- Ah, eso...

Hana parece algo avergonzada.

- La verdad, quería preguntarte si sabías algo de Watanabe, pero he podido comprobar que no. Vaya sacerdotisa tenéis, ¿no?

Hana se da un golpecito en la cabeza con el puño mientras saca la lengua.

- Pero... ahora hay otra cosa que querría preguntarte. ¿Qué harás esta noche Lylia?

- No eres tan mal sacerdotisa. - Guiño el ojo a Hana.

- Hoy ha sido un día bastante peculiar. Mi intención era huir de casa. Aunque imagino que algo así te estabas imaginando.- 

- Digamos que he oído cosas. Si te parece bien, puedes quedarte un tiempo aquí, hasta que las cosas se calmen.

Una podría esperar que Hana dijera eso animada, deseando que alguien se quedara a dormir en su casa, pero hablaba de la forma más seria que Lylia había oído nunca de parte de Hana.

- Gracias. - Doy un sorbo de té y añado. - Tienes claro que solo voy a traer más problemas ¿Verdad? Aunque seas la sacerdotisa entendería perfectamente que la situación en la que estamos no sea buena idea traer más problemas. - 

Hana te mira y sonríe.

- Cuando acepté ser sacerdotisa acepté también verme envuelta en estos problemas. No tienes de qué preocuparte. Hay una habitación de invitados vacía. Prepararé un futón.

Y va a la habitación a prepararte un lugar donde dormir.

Me siento y termino el té en silencio. 

"¿Estoy haciendo lo correcto?" Me pregunto mientras bebo té en el templo.

La casa está en silencio mientras Hana prepara la habitación de invitados.

Demasiado en silencio.

Da mucho tiempo a Lylia para pensar en sus cosas.

Demasiado tiempo.

Al final Hana vuelve.

- La habitación está lista, Lylia. Aunque supongo que primero querrás hablar.

Hana te mira fíjamente. Es como si su mirada te penetrara el alma. Las veces que habías visto a Hana no hubieras esperado en absoluto que pudiera hacer una mirada así. Casi da miedo.

Estoy segura que Hana sabe lo que estoy pensando, me tapo los ojos com las manos y  digo. - No, la verdad. No me apetece hablar. -

Me quedo unos momentos y silencio y añado. - Ha sido un dia muy largo, no quiero que te lo tomes a mal pero me gustaria dormir para ordenar un poco todo...-

Te mira seriamente durante unos segundos más. Pero como una goma que se destensa, Hana cierra los ojos y sonríe.

- Claro, no hay ningún problema. Tienes todo listo en el cuarto de invitados, y puedes tomarte un baño antes de dormir si lo deseas. Que descanses Lylia~

Cuando despiertas, Hana ya está preparando el desayuno. Has podido descansar tranquila, y no tienes que preocuparte por ir ahora al colegio.

No tienes ningún mensaje de tu madre en whatsapp, aunque su última conexión fue a las 5 de la mañana.

Al ir a la sala de estar, Hana te saluda con un "Buenos días!" y en cuestión de unos segundos pone el desayuno en la mesa. Es algo sencillo, pero tenía buena pinta. Además, no lo habías tenido que hacer tú. Estabas muy poco acostumbrada a eso.

- ¿Tienes planes para hoy? A parte de lo que estuvimos hablando ayer, me refiero.

Me levanto, siendo una de las primeras veces que no salgo de mi habitación con los cascos puestos. Los he dejado al lado de la cama. 

Voy despeinada a desayunar, digo buenos días a Hana y me siento. No tengo muy claro si esperar a que Hana empiece a comer o no, en cualquier caso contesto. - Sí, tengo planes... Intentar continuar lo que empecé ayer. - Lo digo con el tono con el cual se me suele ver sonreír pero sin mover los músculos. - Mi objetivo es encontrar un trabajo. - 

Me quedo un momento en silencio y añado. - ¿Cuales son tus planes para hoy, Hana? -

- Hmm... supongo que tendría que limpiar el templo... y la casa también. Como de costumbre.

"Como de costumbre, pero lleva un día en el oficio"

- Ah, y debería hacer alguna visita. Si me da tiempo~

Alguna visita... ¿cómo habría sido el "traspaso de poderes" de Mei a Hana? ¿Cuánto habría aprendido Hana de Mei?

- Por cierto ¿Cómo llegaste a esta situación? Me refiero, a ser la sacerdotisa. - 

- Ah, eso. Mei suponía que algo así pasaría. Conoce mi problema y me ofreció ser la nueva sacerdotisa, así que me ha estado preparando para esto.

Hana se para a pensar.

- Aunque no sé si estaré al nivel de Mei para ser la sacerdotisa...

Miro un momento la ventana y añado. - Si me permites la indiscreción, aunque algo me dice que ya sabrás mi problema. ¿Cual es tu problema? - 

Hana parece que fuera hablar, pero cierra la boca.

De nuevo, parecía que fuera a hablar, pero vuelve a cerrar la boca.

Esta vez pasa más tiempo hasta que vuelve a abrirla.

- Es algo de lo que no me gusta nada hablar y que me avergüenza hasta decirlo... pero si puedo reconocer un solo error de Mei, es habernos ocultado su problema. ¿No crees que sería una sacerdotisa muy hipócrita si pidiera que me contarais vuestros problemas y yo me negara a decir los míos?

Hana sonríe.

- Mi problema es... era... que no quería trabajar. Hasta ayer vivía con mis padres, y hace un año que dejé de estudiar. Terminé bachillerato y busqué trabajo... pero ninguno era para mi. No duraba más de una semana en cualquier trabajo, y es que yo misma no quería trabajar. Estaba... muy bien con mis padres, ¿sabes?

Se sonroja. Puedes comprender por qué le da vergüenza hablar de ello.

- Pero eso se ha terminado... espero. ¡Ahora hay una nueva Hana!

Y se pone las manos en la cintura mirando hacia arriba, con orgullo.

Evito un momento la mira de Hana y añado. - Vas bien encaminada para arreglar tu problema, entonces. -

Después de unos momentos sin decir nada, cambio de tema. Pregunto sobre como conocio a Saki, sobre los demás y cuales serían las tareas cotidianas del templo. Cuando acabamos desayunar me despido comentando que quiero ir a la empresa de Satoshi. 

- Oh, pues a Saki la conocí... ¡no recuerdo! Pero hemos sido compañeras de clase desde que tengo memoria. ¡Y desde entonces hemos sido mejores amigas!

Te habla un poco de su vida con Saki en la primaria y secundaria. Realmente han llevado una vida normal, y parece que Saki siempre ha sido así.

- Al resto del grupito los conocí hace muy poco, y por este tema de los arcanos. No podía ser todo malo, ¿no?

Después te habla de las tareas del templo.

- Bueno... lo mismo que hacía Mei. Que es... limpiar y recibir a la gente. Mantener el templo en condiciones, y en casos extremos, ofrecer asilo. No es muy difícil, ¿no crees? Es como ser buena persona y cuidar tu propia casa a la vez.

Tras el anuncio de Lylia, Hana sonríe.

- Me parece genial. Me encantaría haber tenido yo esa fuerza de voluntad para ir a buscar trabajo de esa manera... ¿volverás a pasar la noche?

- No quiero molestarte pero si me dices que no es un problema creo que pasaré aquí las noches hasta que pueda valerme por mi misma. ¿Te parece bien? - 

Probablemente fuera la 4 vez que preguntaba si le parecía bien en menos de media dia, pero aún así no podía evitar sentirme extrañada por la generosidad de Hana.