Partida Rol por web

- Supongo que sí... - Dice Saki con un intento de sonrisa. 

"Pero..."

- Y sin duda creo que eres la más indicada... 

"Pero..." 

- Seguro que puedes ayudar a mucha gente... 

"Pero..." 

- Pero... - Saki no sabía si debía decirlo, pero al mismo tiempo no quería reprimir aquello en ese momento. Aquel día se estaba librando de muchas cosas... No era momento de crear más problemas. - Pero... Pero hay algo que tengo que preguntarte. - Mira a Hana a los ojos. - Hana, ¿Hasta que punto acordaste esto con Mei? Quiero decir... ¿Que es lo que sabías sobre lo que iba a pasar anoche? 

Hana se muestra pensativa.

- Pues... Mei no me explicó nada. Mei me explicó lo que tenía que saber para ser sacerdotisa. No es lo que piensas exactamente. Con quién tenía que contactar en el ayuntamiento para cualquier cuestión, las condiciones para tener la casa del templo y mis obligaciones legales. Un poco rollo, pero era necesario. Aunque tal como me lo dijo, parecía que faltara aún mucho tiempo... por eso no te lo había explicado aún.

Es sorprendente, porqué no sueles verla así, pero Hana parecía... triste.

- Cuando vi ayer el mensaje en Whatsapp me temí lo peor, y cuando os vi reunidos el templo... supe que el día había llegado. Mei me dijo que algún día se tendría que marchar para seguir los pasos de su maestra, pero no de esta manera.

Saki no puede evitar fruncir el ceño de forma instintiva. 

"¿Mei tenía claro ya que iba a marcharse? ¿Entonces porque era necesario llegar a dónde llegó ayer? ¿Acaso estaba dispuesta a matarnos y después salir corriendo? ... Eso no tiene sentido, habiéndole ofrecido su puesto a Hana... ¿Qué es lo que me falta por saber? ... Es posible que Mei no tuviera planeado que las cosas acabaran en una batalla pero... Fue ella la que atacó en primer lugar, por lo que no creo que eso sea una posibilidad. Quizás pasó algo que no se... Atacó a Lylia... ¿Sabrá ella algo que no se? ... Dar vueltas en círculos sobre estás ideas no servirá de nada, y dudo que Hana me esté ocultando nada... Ella no es capaz de algo así." 

Saki mira a Hana, ahora preocupada por el humor de su amiga y por el rato que ella había estado callada. 

- Hay cosas que no entiendo, al igual que tú. Y deduzco que sólo Mei podría explicárnoslo todo... Pero hay que pensar que al menos las cosas han llegado a un buen final. 

- Bueno... Mei se ha ido. Aunque se ha ido siendo amiga de todos. ¡Eso es bonito! Supongo que sí, que ha terminado bien.

Hana parece algo más animada.

- ¿Vienes a tomar el té?

- Si, claro. ¿Por que no? Tengo tiempo... - Dice Saki, intentando animarse un poco. - Quizás puedas ayudarme a pensar una escusa que contarle a mi jefa. - Sonríe. 

Quizás no fuera algo bueno, pero Hana solía faltar muy de vez en cuando a clase, y de una forma a otra siempre tenía una escusa lista para cuando le preguntaban. Era una de sus "habilidades". 

Subís hasta la que hasta ayer era la casa de Mei.

Sigue como la última vez que la viste. Hana ya se mueve como si fuera su casa. Bueno... ES su casa.

- ¿A tu jefa? ¿Por qu... ¡Ah! ¡Ayer no fuiste! Pero no sueles hacerlo, ¿no?

Hana llega al comedor con el té y te sirve.

- Precisamente porque no suelo faltar es por lo que estoy preocupada, he llegado a ir incluso resfriada al trabajo. Preguntará porque no vine... Y no tengo nada que contarle. - Saki da un pequeño sorbo, pero se arrepiente rápidamente. Demasiado caliente. 

- Jajaja.

Hana ríe alegremente.

- Antes de nada, Saki, sopla antes de beber. Y por otra parte - Hana se inclina y te da un toquecito en la nariz con su dedo índice - pensé que la chica inocente era yo. Deberías saber ya que todo el mundo tiene problemas alguna vez. Y estoy seguro de que tu jefa también. Has ido cada día, incluso cuando estabas enferma. No hace falta que mientas. Aunque tampoco digas la verdad. Di que tenías algo importante que hacer, o que estabas indispuesta. Es cierto, y has dado suficiente confianza como para no ponerte en duda. ¡Es el premio por ser una persona responsable a menudo!

Había algo en la actitud de Hana que incómodaba a Saki, pero no sabía apreciar de que se trataba. Intenta sonreír. 

- Tienes razón... Lo más simple será lo más efectivo en este caso. Y de todas formas quizás hoy me despida de ese lugar para siempre, estaba pensando en hacer prácticas en una empresa... Aún tengo que ir ahí pero... Quizás Watanabe también las haga. - "Lo que me vuelve a recordar que no tengo ni idea de cómo está..." - Aunque vamos a dejar de hablar de mí, la que querías hablar eras tú. Dime, ¿Cuales son tus responsabilidades cómo sacerdotisa? 

Saki tenía verdadera curiosidad sobre ello, al fin y al cabo lo de los arcanos no era algo que conociera el público en general... Una sacerdotisa tenía que tener una serie de tareas que realizar, cómo mínimo para "ocultar" sus verdaderas actividades. 

- Bueno... la tarea más importante es mantener el templo limpio, porque es un lugar público al que la gente puede venir cuando quiera. Y además de rendir culto a los dioses, aquí pueden buscar el apoyo moral de la sacerdotisa. Aunque eso no lo hace nadie... excepto los que tienen Arcano, claro. ¿Pero que más se puede esperar de una funcionaria? Jeje...

El humor de Hana...

- Digamos que mi trabajo consiste en cuidar del templo. Lo debo preparar para eventos cuando son las fiestas de la ciudad o para año nuevo, por ejemplo.

- Desde luego no parece un mal lugar para trabajar. - Dice Saki mirando a su alrededor, ahora que Mei no estaba cerca sentía que el templo había perdido ese aura de tensión que Saki solía notar al estar ahí. Ahora solo parecía un templo más. - No dudes que te vendré a hacer visitas, cómo vea una mota de polvo en el suelo te regañaré. - Dice Saki en tono cariñoso. 

"Ojalá esto sea definitivo y no temporal... No quiero decir directamente pero este lugar es tranquilo, quizás demasiado tranquilo para Hana. Se suele aburrirse de estás cosas muy rápido... Pero bueno, le daré una oportunidad..."

Pero Saki no podía evitar pensar en lo rápido que Hana había renunciado a otros trabajos... Renuncias provocadas por su problema...

"Su problema... Tsukihime, ¿Sientes al arcano de Hana?"

La verdadera pregunta no era esa. La verdadera pregunta se la tenía que hacer Saki a si misma, y era: ¿Siento yo a Tsukihime?

...

..

.

No. Tsukihime no estaba. Era una sensación extraña, como si hubiera perdido de golpe la capacidad de hablar con ella.

¿Pero cuándo habló Saki con Tsukihime por última vez? Podría haber sido esa mañana... pero el recuerdo está muy borroso.

Esto era extraño, muy extraño. Si Tsukihime era realmente parte de Saki, esto no podía ser una buena señal. Tsukihime no estaba.

TSUKIHIME NO ESTABA

- ¡Claro! Ven siempre que quieras, Saki. Y si quieres te puedes quedar a dormir algún día.

Hana da un sorbo a su té, pero en nada baja la taza y te mira preocupada.

- ¿Te encuentras bien? No tienes buena cara.

Saki abre muchos los ojos y se queda paralizada durante unos segundos. No sólo le han quitado a Tsukihime, si no que siente que ha perdido algo más. Casi como si alguien hubiera jugado con su mente... 

Pero cuando Saki consigue volver en sí, se encuentra a Hana mirándola fijamente. ¿Por qué? ¿Por que tenía que darse cuenta justo ahora? ¿Por que justo cuando tenía a Hana enfrente? Era muy tarde para no involucrarla... Y ahora era su trabajo, ¿No? ¿Cómo iba a decirle que no si quería ayudarla...? No sería la mejor forma de apoyarla en su nuevo puesto... 

- Hana... No conviene que nos pongamos nerviosos todavía pero... Creo que tengo un problema. No puedo contactar con Tsukihime es casi como... Cómo si ya no estuviera dentro de mi. - Saki frunce el ceño, y tras unos segundos añade. - Hana, ¿Puedes comunicarte con tu arcano? ¿Podrías...? ¿Podrías preguntarle si siente a Tsukihime en mi interior? 

- ¿No puedes contactar con ella? Es realmente extraño.

Hana tuerce ligeramente la cabeza mientras te mira con el ceño fruncido.

Se frota el mentón con los dedos índice y pulgar.

- Es raro Saki. Yo creo que Tsukihime sí que está. ¿Estás segura... que estás bien?

- Eso creo, al menos. Yo no me siento mal, de hecho hasta el momento estaba siendo un buen día. - Dice Saki totalmente sincera. - De hecho, me pasó algo parecido una vez pero... No así, no de está manera... - "Kronos no está cerca...". - No parece que sea lo mismo... - Se comienza a preocupar. - A lo mejor debo esperar... Al fin y al cabo creo que no todos pueden comunicarse con su arcano todo el tiempo... A lo mejor es algo temporal, ¿No?

- Bueno... todo es temporal. Pero si fuera a ser mucho tiempo podría ser hasta peligroso. Hmm... HMMM...

*Hana piensa sonoramente*

- Es posible que te intente decir algo. ¿Qué razón podría tener Tsukihime para desaparecer?

- ¿Una razón...? - Dice Saki, a la que le ha sorprendido la idea de Hana. 

"¿Tsukihime quiere enviarme un mensaje? ¿Pero que ha pasado hoy para ello?" 

Tsukihime estaba tan cansada cómo Saki aquella mañana, pero no había dicho nada... ¿Verdad? Saki aún sentía que estaba olvidando algo importante... Su encuentro con Chika, pese a la sorpresa que se había llevado al saber que Chika era un arcano, no parecía nada lo suficientemente importante cómo para que Tsukihime tuviera que desaparecer. Después habían estado Atsuko y la carta de Mei... La carta... ¿Habría sido por eso? Saki no sabía cómo sentirse sobre ello aún, y más ahora que Hana era la sacerdotisa, pero aún así no era cómo si no lo hubiera asumido. Y finalmente estaba Atsuko... Habían mantenido una conversación intensa, pero parecía haber salido bien, ¿O es que acaso Atsuko se guardaba un truco bajo la manga que Saki no conocía? 

La cabeza de Saki es un lío, todo parecía posible en aquel momento, y nada parecía lo suficientemente razonable. 

- Ni idea... ¿Tú crees...? ¿Tu ves algo raro en mí? 

Hana se acerca a ti y te quita las gafas. Está lo suficiente cerca como para no verla borrosa, y está muy cerca tuyo. Te mira directamente a los ojos.

Aún estando cerca, dice:

- Pues ahora que lo dices... parece que tus ojos son más profundos que antes. Más... intensos, o algo así. Tienen cierto brillo.

Finalmente se aleja. Pese a que la situación no sea tan extraña viniendo de Hana, te sorprendes a ti misma con fuertes latidos en el corazón.

De alguna manera, sabías que Hana era realmente la nueva sacerdotisa. Sus ojos... estaban juzgando los tuyos.

- Pero no sé si tendrá que ver con la desaparición de Tsukihime. ¡Por el resto eres la de siempre, Saki!

Conforme se acercaba Hana, Saki se iba enrojeciendo más y más. Cuando por fin se aleja, Saki se había convertido en un tomate silencioso. Pero acaba recuperándose al rato. 

- Tendré que darle tiempo... Quizás sólo necesite un descanso. Al fin y al cabo Tsukihime es una parte de mí pero es también una consciencia independiente, puede que esta vez haya estado despierta mientras que yo dormía o algo así... Sólo espero que aparezca para poder preguntarle.