Partida Rol por web

In Domo Domini

Escena de juego: Il Signore

Cargando editor
14/10/2021, 22:25
Director

[Música ambiental]

La nube de polvo se disipa en el aire, permitiendo a tus ojos ver el caos desatado a tu alrededor. Tus compañeros de armas pelean con fiereza, intentando atravesar el muro de escudos y cuerpos que impiden el paso hacia el interior de la fortaleza. Gritos de hombres y mujeres enmudecidos se oyen al otro lado, cada vez más lejos y más apagados. Muchos han conseguido subir desde el pueblo hasta la fortaleza de Santa Genoveva, y quienes no lo consiguieran se estarán guareciendo donde puedan. El ruido ensordecedor de los aceros y los gritos de ira se intensifican, sobre todo cuando por fin se rompe el tapón y tus hombres se abren paso poco a poco hacia el interior. Algunos han penetrado los muros con escalas, eliminando a los tiradores apostados en ellos y comenzando una escabechina en la retaguardia del enemigo. No lleváis ni dos horas y la victoria está casi en tus manos.
—¡¡Dejad de empujar, dejad de empujar!! —dice Siraj Farooq, tu lugarteniente— ¡¡Ensartadlos desde arriba!!
La sangría continua hasta que lográis irrumpir del todo en la plaza. Los pocos supervivientes del enemigo huyen hacia el interior de la torre del homenaje, donde tiene sus aposentos el todavía signore de estas tierras. Muy pocos se quedan en el patio a pelear, y de hacerlo no tardan en morir o rendirse. Algunos de tus hombres se lanzan al saqueo de los cuerpos mientras otros avanzan por el patio para tomar el resto de la fortaleza. Un pequeño grupo va hacia la capilla, de la que sale una tenue luz de vela a la vez que un griterio apagado cuando tus hombres se aproximan a la entrada. Otro grupo se lanza a por la torre e intentan tirar de la puerta o echarla abajo para subir, pero parece que resiste. Siraj te mira mientras limpia su cimitarra en las ropas de uno de los soldados defensores derrotados, como esperando tu siguiente orden.

Cargando editor
16/10/2021, 00:13
Luca Ecanti
Sólo para el director

Al mirar a su lugarteniente, una mezcla de alegría y tristeza atraviesa a Luca. Por un lado, la fortaleza esta a punto de caer, pero por otro, pronto los caminos de ambos se separaran. Intenta apartar todo pensamiento inútil de su mente hasta que todo acabe para centrarse en lo que ahora le preocupa.

- Tranquilos. - Alza su mano y su voz para calmar la adrenalina de todos los que le han seguido hasta aquel lugar, para luego dirigirse con una voz mayor hacia el interior de la capilla. - Quienes se amparen bajo la fe, han de saber que nuestra victoria esta asegurada, por lo que les conmino a salir si no quieren que nuestra paciencia y buenas formas se agoten.

Esperando que hicieran caso omiso a su advertencia, Luca se acercó a uno de sus soldados para ordenarle buscar una antorcha y un fuelle de la herrería, para amenazar con quemar aquel lugar si la resistencia proseguía.

- Respeto este lugar sagrado, pero haceos un favor a vosotros mismos y no me obliguéis a tomar medidas drásticas. - Volvió a dirigirse hacia el interior de la capilla. - Este conflicto ha durado mucho y su final es inminente, ahorradnos la última sangría de esta campaña.

Luca esperaría a que volviera su subalterno o recibiera una respuesta del interior de la capilla mientras aguardaba pacientemente con el objetivo de que sus hombres recuperaran fuerzas y ánimos tras la breve pero intensa batalla.

Cargando editor
16/10/2021, 02:04
Director

El soldado coge una de las antorchas utilizadas para prender los braseros y la enciende, mientras otro arrastra el fuelle junto a la capilla. El mensajero pasa al interior del pequeño templo y solo unos minutos después comienzan a salir los hombres y mujeres que se resguardaban en el interior. A la cabeza, un viejo sacerdote de ropajes negros y un crucifijo colgado del cuello, que sale guiando al grupo con una característica cojera. Este grupo de campesinos y algún soldado herido se apelotonan y buscan refugio en su número, siguiendo al padre allí donde vaya. Cayado en mano el sacerdote se aproxima hacia ti con una expresión perpétua de desazón.
Debe saber desde ya, signore, que mi gente y mi capilla están bajo mi protección —Contra todo pronóstico, tanto el acento como el tono del viejo son bastante inusuales, ya que no parece ser de por aquí o hablar asiduamente el griego, además de tener una voz bastante grave y profunda.— Yo contestaré por las ofensas de mi rebaño. Y a los villanos y sus propiedades, déjalos tranquilos. Respeta a sus hijos, que hasta hoy vestían los colores de messer Feraius, si es que son listos y dejan de luchar. Si cumples tu palabra, no tendremos problemas.
En cuanto acaba de hablar mira al grupo tras él y vuelve a continuar su marcha hacia el exterior de la fortaleza, en dirección al poblado.
Con el asunto resuelto pones la vista en el otro problema, pero parece haberse arreglado solo: la tropa de tus hombres que intentaba entrar a la torre del homenaje finalmente consiguió tirar la puerta abajo. Se oyen algunas voces que retumban en el cilindro de piedra, hasta que cesan por completo al llegar arriba. No pasa mucho tiempo hasta que uno de ellos baja a toda prisa para encontrarse contigo.
¡Mi señor! ¡Al bastardo lo han matado sus propios hombres! —Esperando que le sigas, se vuelve para guiarte hasta los aposentos del anterior señor de estas tierras.

Notas de juego

Ponte en tu reserva de sangre 8/12 puntos restantes. Estás bastante entero, pero ya empiezas a notar el ansia de la bestia.

Cargando editor
17/10/2021, 08:03
Luca Ecanti
Sólo para el director

Luca sonrió aliviado ante la opción que tomaban sus enemigos de salir pacíficamente y sin oponer resistencia porque, bien es sabido que habría quemado la capilla hasta sus cimientos con los civiles dentro de no haber sido así. Todos estaban cansados de este conflicto y solo quería acabarlo sin perder ningún hombre más.

Tras intercambiar palabras con el líder espiritual de aquella comunidad, decidió responder a su mensaje.

- Nada habéis de temer tú o los tuyos si no os oponéis. - Dijo conteniéndose ante la amenaza del sacerdote y haciendo ver a sus hombres que ningún daño habían de causarles a aquel grupo. - Id en paz.

La ironía de la última frase le divirtió por un momento, antes de volver su mente al campo de batalla en el que se encontraba y dispuesto a concluir el asalto, oyó que su último problema había sido resuelto por los propios hombres del anterior señor.

- Siraj, que nadie abandone la torre del homenaje sin mi permiso. - Fue más una petición que una orden. Te encargo el perímetro mientras voy a ver qué ha ocurrido.

Su lugarteniente estaba a punto de tomar otro camino, así que había decidido que esa última negociación con los soldados enemigos la haría solo para acostumbrarse a que él ya no estuviera apoyándole.

Sin mucho preámbulo, se dejo guiar por sus hombres hacia los aposentos del señor de esas tierras desprendiéndose de su casco y envainando su espada en señal de que la batalla había acabado.

Cargando editor
17/10/2021, 14:01
Director

Siraj asiente con la cabeza a la vez que da un grito para pedir la atención de tus hombres. Todos comienzan a rebuscar en los escondrijos que pudieran usar los menos honrosos y cobardes de tus enemigos, además de amontonar los cadáveres en el patio y evaluar los daños.

[Música ambiental]

A medida que entras en la torre puedes ver las señas de lucha: una puerta desvencijada y tirada contra la pared, esquirlas de malla rota y alguna que otra huella de mano ensangrentada que se posa en el muro de la escalera. Aún con eso, está más limpio que como se encuentra el exterior de la fortaleza. Una vez arriba ves dos puertas: una cerrada a tu izquierda y otra de frente, abierta de par en par; al otro lado de esta, unos aposentos. El olor a quemado te llega de golpe, pero no ves ningún fuego, solo las telas que cubren el lecho, finas y bordadas, dándote la certeza de ser suaves al tacto. Un mobiliario algo burdo pero bien cuidado y ninguna ventana a la vista. Pero lo que más te llama la atención es el cadáver, o mejor dicho, la ausencia de él. Unas ropas de colores vivos, rojizos, muy señoriales. Por encima, una armadura ribeteada que no parece haber conocido batalla. Y debajo de todo ello y entre las ropas, solo ceniza. Quien te guiaba hasta el cuarto se queda de piedra al ver el suceso, mientras que el otro soldado que estaba allí no para de hablar en alto, intentando encontrarle un sentido a aquello. El único soldado enemigo vivo en la estancia está demasiado malherido como para comentar nada, por lo que se limita a mover penosamente la cabeza y las manos, como buscando el confort a unos minutos de su muerte segura.
M-mi señor, ¿qué... contra qué hemos estado luchando? —comenta el muchacho joven que hacía guardia mientras llegábais— Hace... hace nada... era una persona... ¿signore? —te mira con un gesto compungido, casi a punto de echarse a llorar, no sabes si por la confusión absoluta o por una absoluta sensación de horror.
Mientras, tu otro hombre se queda contemplando la escena, incapaz de decir palabra alguna.

Cargando editor
18/10/2021, 14:50
Luca Ecanti
Sólo para el director

Luca posa suavemente la mano sobre el hombro de uno de sus soldados y le obliga a mirarle fijamente a los ojos, intentando transmitirle seguridad y calma, para luego mirar al otro antes de dirigirse a ambos.

- Hemos luchado contra el mal. - Resolvió intentando apelar a las viejas historias que contaban las ancianas a los niños. - Y por lo tanto, sólo quedan los restos que ha dejado el fuego del infierno que le ha consumido, imperceptible para los humanos.

Aquella explicación tan surrealista no era de su estilo, pero no creía que una mejor explicación apaciguara a sus hombres y, sentirse parte de las fuerzas del bien quizás justificara para sus corazones las atrocidades que habían acontecido a lo largo de toda la contienda.

- Sabed que hemos hecho lo correcto y que ahora nos alzamos como adalides de lo que es puro y bueno en este mundo. - Siguió con su discurso triunfalista. - No os pido que olvidéis lo que habéis visto aquí, pero muchos de los que nos han seguido todo el camino no lo habrían hecho de haber sabido a lo que nos enfrentábamos, por lo que os pido que mantengáis todo esto en un rincón de vuestro ser, sin compartirlo con nadie.

Luca pensaba que no estaba convenciendo en gran medida a los muchachos, quizás por su falta de convicción o porque aquella explicación resultaba inverosímil, así que intentó aferrarse a las creencias dogmáticas que suponía que tendrían.

- Confiad en mí y en vuestros compañeros, hermanos de armas que luchamos y morimos juntos en aras de convertir este mundo en un lugar mejor lejos del alcance de las fuerzas de la oscuridad. Hemos hecho lo correcto. - Les dijo apretando su mano con el cuerpo de sus soldados. - Descansad el resto del día mientras aseguramos lo que queda de fortaleza.

No creía que aquel lugar requiriese de su presencia, así que esperaría a que los muchachos se tranquilizaran para luego salir a observar la situación que se vivía en la fortaleza y, de ser necesario, declarar la victoria frente a sus unidades.

Cargando editor
18/10/2021, 16:25
Director

Tus hombres se limitan a mirarte y observar los restos de tu enemigo, incrédulos aún de lo que han visto. No hacen preguntas ni contestan a tus palabras más allá de asentir y callar. Irán tras de ti arrastrando los cuerpos de los hombres de Feraius, incluido el del moribundo, al que rematan clavándole un puñal en la garganta.

Una vez fuera la tropa se acerca con decisión, aunque claramente desorientada. Reconoces esos rostros de duda, ya se los viste antaño a tantos otros que salían por primera vez de la batalla. Remigio se presenta ante ti con una armadura mugrienta y algún que otro corte en la cara.
Cuarenta y cinco muertos entre los defensores —el joven mira detrás de ti y de reojo puedes ver a tus dos hombres saliendo del torreón con los cuerpos de dos soldados enemigos— Cuarenta y siete. Solo dos o tres heridos. Algunos eran de leva, pero la mayoría parecían soldados profesionales. De los nuestros hemos perdido a dos, aquel par de muchachos que reclutamos en Perugia hace un mes. No hay grandes daños, si acaso una escala astillada, alguna chabola del pueblo y roturas en las puertas de la fortaleza, que necesitarán parches si queremos aguantar una ofensiva. —Te mira a los ojos con frialdad y guarda silencio hasta que le despides, y es entonces cuando asiente y se pone entre la tropa que se reúne a tu alrededor, esperando que des por concluida la toma de Tregina y su fortaleza. Entre ellos también se presentan Siraj, tu escudero Penrod y Alonso, que antes siquiera de comenzar a celebrar ya le está dando a ese odre extraño con forma de lágrima que lleva siempre consigo. Quienes único no se presentan son la gente del pueblo, que parecen haberse marchado pendiente abajo hasta sus casas en el poblado, o haberse quedado allí desde el principio del asedio. En cualquier caso, tienes la atención de tus muchachos. Más o menos entusiasmados, más o menos cansados, te atienden.

Notas de juego

Pregunta de trasfondo: ¿Conocía Luca a Piero? ¿Y más allá de su status social, como es el hecho de que compartía su naturaleza?

Cargando editor
20/10/2021, 00:17
Luca Ecanti
Sólo para el director

Por fin había concluido la campaña y había ganado, con un coste de vidas bajo para los estándares que acostumbraba en el pasado. Preguntándose a sí mismo si de alguna otra forma aquellos dos reclutas hubieran podido sobrevivir al conflicto, se reafirmó a cargar con sus muertes sobre su conciencia antes de hablar ante la tropa.

- Esta victoria nos pertenece a todos. - Dijo consciente de que muchos de los allí presentes no creerían sus palabras. - Ahora nos toca disfrutar de las mieles de la victoria. Descansad y festejad a partes iguales hasta dentro de dos días, donde decidiré el destino de la tropa.

Nunca sabía como dirigirse a sus hombres fuera del campo de batalla. En la lucha todos tenían como objetivo sobrevivir pero, una vez concluida cada quien tenía sus propios objetivos.

- Cada uno de vosotros está aquí por sus propias razones, pero yo os diré la mía. - Empezó a sincerarse esperando capatar la atención de los reclutas más recientes con los que no había interactuado demasiado. - Aborrezco el sistema que nos sujeta y, con vuestra ayuda, quiero romper esa rueda en la que giramos y a la que de otra manera estaríamos condenados a no poder salir. Como siempre digo, sin juramentos ni ataduras, hemos conseguido lograr una comunidad capaz de hacerlo, y de vosotros depende emprender una nueva vida o seguirme en el sueño que intento materializar.

Sabía que para algunos serían palabras infantiles y demasiado utópicas, pero Lucs realmente creía lo que decía y confiaba en las experiencias vividas de sus hombres.

- Os deseo la mejor de las suertes en el camino que elijáis y os agradezco vuestra ayuda hasta el día de hoy. - Dijo finalmente para retirarse.

Una vez alejado de las tropas, esperaba registrar la habitación del anterior señor en espera de algo de valor y adecentar algún sitio para descansar, pues sin duda tenía que protegerse en su descanso y pese a que la victoria estuviera en su mano, no sabía qué más cosas podrían ocultar tanto la fortaleza como el pueblo o que sorpresas o quehaceres le requerirían los siguientes días.

Finalmente, una vez asegurado su refugio, iría a desinhibirse con sus hombres en un ambiente distendido y aprovechar para intercambiar opiniones con sus subalternos.

Notas de juego

Puede que solo hubiera escuchado rumores y habladurías pero, para alguien que comparte su naturaleza, no le debiera haber costado mucho llegar a la conclusión de lo que en realidad era.

Cargando editor
20/10/2021, 17:23
Director

Tus hombres se muestran entusiasmados por tus palabras de agradecimiento, y ante la idea de que al fin van a poder echar raíces y disfrutar de la vida. Sin embargo, no parecen estar muy de acuerdo cuando mencionas lo de "romper la rueda", por uno u otro motivo y sabes que solo tu círculo más cercano comparte esta visión; de todas formas, tus hombres vitorean al oirte decirlo. Tras acabar el discurso todo el mundo se dispersa para buscar un lugar donde dormir, comer o beber, dentro y fuera de la fortaleza. Siraj aprovecha que están todos reunidos para pedir a un grupo de voluntarios que se le unan para recoger y enterrar los cadáveres en una fosa, a las afueras del pueblo, además de apartar los restos del combate para que sean más fáciles de limpiar luego.

Nada más entrar a tus nuevos aposentos, aparte de lo que ya pudiste ver antes —los restos de Piero siguen sin limpiarse— encuentras un par de arcones en los que rebuscas. Estos contienen una mezcla de los efectos personales de Feraius: ropajes de la misma calidad y estilo que los llevó esta noche, abalorios de cierto valor, escritos personales que relatan algunos episodios de su vida (unos en un latín vulgar inteligible y otros en un dialecto germánico que eres incapaz de comprender), unas correspondencias firmadas por una tal "Miriam Annadori" y unos pocos saquitos con sólidos¹. Esto sumado a tu patrimonio previo no te hace excepcionalmente rico, pero asegura tu oportunidad de mantener Tregina unos pocos meses. Como mínimo, sabes que nadie pasará hambre en ese tiempo.

[Música ambiental]

Pero no todo será trabajo esta noche. Suben por el camino de vuelta aquellos de tus soldados que bajaron al pueblo a festejar, soltando improperios y quejándose de la "falta de colaboración" de los locales. Parece ser que han decidido parapetarse en sus hogares, al menos, por esta noche. Pero el cabreo de estos hombres dura poco cuando llegan al salón de audiencias/comedor de la fortaleza, para ver que la cena está servida, la bebida corre de lado a lado de las mesas, y los cánticos y las notas de algunos instrumentos de cuerda ya resuenan por todo el lugar. Por lo a rebosar que están las mesas, dirías que han sacado todo lo que había en las despensas. Todos celebran y tú celebras con ellos, compartiendo espacio en una y otra mesa mientras algunos hablan de la batalla. No tanto de su significado, sino más bien de hechos concretos: gestos de misericordia, acciones de una habilidad increíble y descripciones cruentas contadas con sorna u orgullo. Algunas miradas se cruzan con la tuya, sean de los más novatos o tus subordinados de mayor confianza, pero nada más. Beben y celebran y tú con ellos, fingiendo, al menos, lo que tiene que ver con el yantar.

La noche siguiente despiertas² con un nuevo hálito de fría vida en tu nuevo lecho, sintiendo, tras hace quizá mucho tiempo, la suavidad de unas sábanas. Bajas de la torre después de prepararte y revisar lo que crees necesario, pasando por delante de la puerta aún cerrada, contigua a tus aposentos, hasta llegar a la base de la construcción. A la vez que terminas de bajar te encuentras de bruces con un par de tus hombres, a los que llevabas ya unas cuantas horas sin ver. De hecho dirías que no recuerdas haberlos visto durante la batalla. Uno de ellos se adelanta y se arrodilla ante ti con gesto serio y la cabeza gacha.
Signore, sabemos que nuestra conducta no fue buena para con nuestros deberes, y sentimos de todo corazón haber abandonado nuestro puesto cuando más se nos necesitaba —alza la frente y te mira a los ojos— Pero se excusa el por qué dejamos el puesto, pues una pareja de mujeres huyó del sitio hacia el norte, intentando despegarse del destino de su señor. No las pudimos atrapar, pero por Dios os juro que no somos desertores. Creímos poder ganarnos su favor atrapando a esas arpías antes de que escaparan.
El otro se limita a estar de pie tras su compañero, apretando con fuerza la empuñadura de su espada mientras te mira con gesto contrito, y esperando que des tu veredicto.

Notas de juego

¹Moneda de origen bizantina de uso común en el mercado internacional, conocida popularmente en Europa occidental como "besante".

²Réstate 1 punto de sangre.

Cargando editor
21/10/2021, 13:03
Luca Ecanti
Sólo para el director

La nueva noche se abría paso y la sed despertaba en Luca, que no estaba de demasiado buen humor cuando el impulso irrefrenable de sangre le acechaba. Para colmo, de entre todas las cosas que podrían requerir su atención, aquellos dos hombres se presentaban con una excusa que quizás en otro momento habría considerado tolerable.
 

- Las excusas son algo usado para justificar un fracaso. - Dijo intentando contener su irrefrenable deseo de alzar la voz. - ¿Qué poseían esas mujeres para que dos de mis hombres se ausentaran de una batalla crucial?

Dejó una pausa tensa, pero también se estaba haciendo esa pregunta a sí mismo, dudando del poco juicio de aquellos hombres.

- No podéis abandonar vuestro puesto y volver con las manos vacías. - Dictaminó finalmente mientras pensando un castigo para aquellos hombres para luego dirigirse al arrodillado. - Perdimos dos hombres en esta batalla, así que como castigo recibiréis cada uno cuatro latigazos, dos por cada víctima. Encargaré a Remigio vuestro castigo.

Suponía que aquel castigo serviría como pequeño escarmiento para aquellos dos leales y como ejemplo para la tropa de que no era un líder demasiado blando ni excesivamente duro, pues era más que probable que Remigio se apiadara de ellos y eligiera a un hombre no excesivamente fuerte para realizar aquella tarea. Además quería que le planteara una idea de cómo se veía el tráfico de carretas y las posibilidades de aquellas tierras, además de encomendarle averiguar en qué empleaban su tiempo la gente del pueblo.

Sin nada más requería su presencia frente a aquellos hombres, quería intentar hablar con Alonso, de aún estar sereno, que si ya había acabado con todo el licor de la fortaleza y las reservas, puede que hubiese hecho una lista de asuntos que requiriesen su presencia o un pequeño inventario de lo que ahora tenían en su poder. Además de preguntarle por la correspondencia encontrada, particularmente por el nombre que las firmaba. 

Sin embargo su mayor plan para esa noche, una vez concluido con sus intenciones, era alimentarse lo suficiente para poder tranquilizar a la bestia por los siguientes días.

Notas de juego

Reserva de sangre actualizado a 7/12

Cargando editor
21/10/2021, 18:29
Director

Los dos soldados se miran entre sí cuando determinas el castigo. El que está de rodillas hace el amago de intentar explicarse, pero simplemente calla y acepta lo que haya de venir. Haces que Remigio se encargue del asunto, confiando que lo hará con justeza. También le comentas sobre la actividad del pueblo y la viabilidad del territorio en su plano económico, a lo que te responde que pondrá a sus hombres a vigilar el pueblo desde esta misma noche; sin embargo comenta que los cálculos no son lo suyo, y que quizá Alonso esté más enterado de cómo gestionar el comercio.

Al visitar a tu borrachuzo administrador, lo encuentras tirado en uno de los tronos del comedor con un par de jarras de madera del tamaño de una pinta tiradas por el suelo. Le pateas o mueves de alguna manera para llamar su atención y a duras penas termina por despejarse. El viejo atiende a tus peticiones y no parece estar muy al tanto aún de los asuntos o el inventariado del lugar, por lo que te pide hasta la noche siguiente para poder ponerlo todo en orden y, quizá, incluso hacer una reunión formal junto a Remigio, Siraj y algún miembro que represente a la comunidad. Te sugiere que vayas a ver al clérigo para comenzar a formalizar tu relación con Tregina y presentarle la invitación formalmente, pudiéndolo encontrar de vuelta en la capilla. Sobre la mujer de las cartas te comenta que conoce poco, pero que ha oído hablar de su apellido. Se trata de una dinastía longeva, cuya fundadora se ubica alrededor del inicio de las invasiones lombardas. Prácticamente ninguno de sus descendientes ha sido un hombre, siendo su actual cabeza la tal Miriam de las firmas. Te dice que antes solían tener más relevancia en el Lacio, pero que a día de hoy son solo un pequeño feudo al Este de Tregina llamado "Civitatella Annadori", a uno o dos días de camino dependiendo de la velocidad de la montura. Por la cantidad de las cartas y el contenido de las mismas, te comenta que es clara la relación de iguales entre Piero y Miriam, por lo que también sería conveniente hacer contacto con la noble, aunque solo fuera para conocer su reacción a las novedades.

Tras la larga pero enjundiosa conversación vas a buscar sustento entre los oriundos del lugar. Recorres las calles del pueblo —aún bastante desierto— quizá todavía meditando sobre si visitar o no al religioso y el resto de tu conversación con Alonso. Entonces te topas con el primer habitante de Tregina desde el asedio: una joven a la que reconoces de haberla visto salir de la capilla tras el padre. Apariencia de mendiga, algo paliducha de piel y baja de estatura. Se cubre con la capucha de su túnica de arpillera, por lo que verle la cara se hace algo complicado desde tu ángulo. Está sentada contra la pared, encogida, a un lado de una pequeña plaza localizada en el centro del pueblo, donde el elemento más llamativo es una cruz de piedra bastamente tallada, justo en medio. La muchacha parece entretenida con algo que tiene en las manos, pero a menos que te acerques no vas a poder fijarte bien en lo que es.

 

Cargando editor
22/10/2021, 15:40
Luca Ecanti
Sólo para el director

Como era de esperarse, nada nuevo bajo el sol respecto a Alonso. A veces lamentaba ser tan dependiente de alguien tan incapaz en algunos momentos, pero no le quedaba otra y frecuentemente sostenía que mejor valía malo conocido. 

Deambulando hacia el pueblo, estaba decidido a hablar con el sacerdote, que al parecer era el guía espiritual del pueblo, pero también quería hablar con su contacto, Omobono, cuando las cosas se hubiesen calmado para saber algo más sobre el pueblo. Sin embargo, algo llamó la atención de Luca en su paseo nocturno y, con una mezcla de incertidumbre y curiosidad, se quiso acercar a la persona, sin saber muy bien que podía pasar. No sabía qué esperar pero sostuvo la empuñadura por su cimitarra sin desenvainar por si era alguien que le guardaba rencor a los soldados invasores.

- ¿Te encuentras bien? - Le preguntó fríamente con cierto desprecio. 

Cargando editor
22/10/2021, 17:51
Director

Al acercarte, lo primero que ves desde arriba, es que sostiene una rata de pelaje cobrizo bastante grande. En cuanto se percata de tu presencia la chica coge la rata y la intenta esconder entre sus pobres ropas, a la vez que te mira con gesto de terror e intenta alejarse sin levantarse del suelo. No emite palabra alguna, pero sus ojos temerosos te lo dicen todo.

Cargando editor
23/10/2021, 17:00
Luca Ecanti

Luca no sabía cómo tomarse aquello, pues parecía que aquel roedor sería la cena de los próximos días de la muchacha. Después de ver aquellos ojos, se preguntó qué terrores había sufrido o esperaba sufrir de ahora en adelante y cómo él podría solucionarlos.

No quería hacer uso de sus dones para averiguar más de aquella mujer, así que simplemente tomo una actitud menos agresiva frente a ella y con una voz suave se comunicó, sin esperar ninguna respuesta.

- A donde voy pueden darte algo mejor para vestir y comer, pero eres libre de quedarte aquí. - Se limitó a decir sin saber si entendía sus palabras, no queriendo atosigarla con demasiada verborrea, para luego seguir su rumbo hacia la capilla del sacerdote verificando si le estaba siguiendo alguien más o no.

Cargando editor
24/10/2021, 12:20
Director

La muchacha se mantiene quieta sin decir nada, mirándote a los ojos con esa mezcla de temor y confusión, y justo al irte de vuelta a la fortaleza para ver al sacerdote en su capilla puedes sentir de alguna manera que la chica ya no está ahí. No la has oído irse a pie, y si miras para cerciorarte de que no ha sido una mala pasada, solo ves una rata —esta más pequeña que la de la chica— metiéndose por un hueco en la base de piedra de una de las viviendas. 

No pierdes mucho más tiempo y llegas a la capilla, donde te encuentras con una pareja singular: el propio sacerdote y quien parece ser su sacristán, a quien también viste la noche pasada entre los refugiados. El sacristán se encuentra haciendo sus labores de limpieza cerca de la entrada cuando te ve llegar. Pega un respingo y se levanta lenta pero nerviosamente. No tarda en ir a avisar al cura de tu presencia, pero este parece demasiado ensimismado mirando los restos de un viejo mosaico a un lateral de la capilla. Desde ahí puedes fijarte en la composición: tres mujeres, una de ellas requiere algo o reconoce a alguien con su gesto, mientras las otras dos lloran pesadumbrosas¹. Son lo más colorido del edificio (y quizá de toda localidad) con diferencia. El sacristán no te quita ojo de encima, pero más por miedo que por tener malas intenciones. Por otro lado, el viejo parece seguro y nada nervioso. Te mira de reojo a la que entras, como invitándote a acercarte si le quisieras hablar.

 

Notas de juego

¹Puedes tirar Inteligencia + Teología si quieres saber más.

Cargando editor
25/10/2021, 10:23
Luca Ecanti
Sólo para el director

Tras la extraña escena de la mujer de las ratas, Luca vuelve a su plan inicial y llega a la capilla, intentando no darle muchas vueltas a la misteriosa desaparición de la mujer.

Consciente de que el sacerdote ya ha advertido su presencia, se acerca primero al muchacho más joven con la intención de conocerle un poco más, aunque sin gastar demasiado tiempo en aras de no ofender a su anfitrión.

- Hola muchacho, bonita obra. - Le habla de manera cordial intentando empatizar un poco con el gusto por el particular cuadro. - No nos presentamos el otro día, mi nombre es Luca y creo que rondaré por estas tierras un tiempo.

Sin duda había dejado la conversación abierta para algo que quisiera decirle el chico, pero no iba a perder tiempo en aquella conversación para pasar a dirigirse al mandamás de aquel lugar.

- Vengo a presentarme debidamente, esperando intercambiar opiniones de ahora en adelante. - Le asalto con un gesto arrogante aunque con verdad en sus palabras. - Espero que ninguno de tus fieles sufriese ningún mal, pues fueron las órdenes que recibieron mis hombres y ninguno de ellos ha de librarse de un castigo si las incumplieron.

Luca estaba más interesado en la arquitectura de aquel lugar que en las previsibles muecas del sacerdote, así que deambulaba por la sala mientras hablaba, una vez dijo su primera frase.

- Me gustaría que me contarais sobre vuestra relación con el anterior señor, su trato hacia el pueblo y del pueblo hacia él. No vine aquí a cambiar un tirano por otro, por lo que debéis creerme si os digo que me gustaría mejorar la vida de los pueblerinos en la medida de lo posible, y creo que para ello nos necesitaremos mutuamente.

Tras finalizar su petición, volvió a prestar atención a su interlocutor mirándole fijamente intentando escudriñar sus pensamientos a través de su mirada y evaluando su lenguaje corporal a la hora de responder, si es que lo hacía.

Notas de juego

Como no tengo Teología, no puedo tirar.

Cargando editor
25/10/2021, 19:16
Director

El sacristán atiende tus palabras sin cambiar demasiado su disposición, y sientes el peso del respeto que impones en sus palabras, que acompaña con una ligera reverencia.
Signore, mucho gusto... yo soy Bonfante Lore, el sacristán de esta congregación. Eh... —Para cuando se le llega a ocurrir algo que decir, ya estás hablando con el padre. De hecho, este hace un gesto para que el hombre abandone la capilla y os deje solos.
Sus hombres, signore, se han portado todo lo bien que pueden hacerlo unos invasores —no parece tener intención de dirigirte la mirada— Y en cuanto a su preocupación por nuestro bienestar, no es algo que le deba importar más allá de nuestra seguridad. Proveemos para nosotros lo suficiente como para no necesitar limosnas de nadie —deja de mirar el mosaico y va andando hasta sentarse en uno de los tablones que hacen de banco, esperando que lo sigas— Feraius era un hombre con capacidad para no molestar. Atendía a razones y dejaba que yo me encargara de tratar con sus súbditos. Yo, signore Luca —te mira con su par de ojos pequeños, enrojecidos y de pupilas penetrantes— protejo a esta gente de los males que aquejan el alma, así como los que les afectan a sus carnes. Así ha sido desde que llegué a este pueblo, y así me encargaré de que sea hasta que el Señor me llame con él —deja un silencio, como para dejar notar el peso de sus palabras— Haré lo posible por aguantarle como hice con messer Feraius durante décadas, pero, y esto espero que lo recuerde bien, no permitiré una sola falta contra mi gente. Y que Cristo —señala con su fino y decrépito dedo al Cristo crucificado al fondo de la capilla— tome estas palabras como mi promesa. ¿Algún asunto más? Estoy cansado y quiero dormir —vuelve a quitarte la mirada.
Durante todo su monólogo le has visto como un hombre seguro de sus palabras, nada frágil y muy determinado. Ya te has encontrado a más de uno con esta actitud desafiante, por lo que no crees que sea imposible de quebrar, si es lo que buscas.

Notas de juego

Puedes probar tirando Inteligencia solamente, entendiendo que podrías haber escuchado alguna a alguien con nociones hablar de esta imagen. Misma dificultad y éxitos.

Cargando editor
26/10/2021, 15:04
Luca Ecanti
Sólo para el director

La conversación estaba siendo mucho menos fructífera de lo que Luca había esperado al dirigirse allí, pero sonrió al ver que aquel sacerdote no se amedrentaba frente a él, en una mezcla de desafío y autoconfianza.

- Gusto oír que el pueblo vive decentemente, por lo menos. - Le reafirmó tras escuchar sus someras explicaciones. - Pero me preocupa que el criterio que tengamos ambos sobre lo que es suficiente.

Luca dejó un momento de silencio en un intento de que su interlocutor reflexionara sobre sus diferentes creencias, pero dudaba que lo fuera a hacer.

- Viniendo hacia aquí, he visto a una muchacha harapienta con lo que podía ser su comida para los próximos días, una rata. - Explicó Luca sutilmente a ver si podía averiguar algo más de aquella misteriosa mujer, o al menos algo que se delatara de la expresión fría del cristiano. - Puede que el pueblo no quiera nada más porque no conoce algo mejor, y mi intención es ofrecérselo.

Ahora esperaría un sermón sobre la humildad, vivir con poco y devotos a Dios y esas pamplinas que había escuchado otras veces, lo que le recordaban a los feligreses como un mantra mientras ellos mismos se enriquecían a su costa.

Creyendo haber acabado con la presentación formal, se despidió de aquel hombre de manera correcta cordial y quería salir del edificio, no sin antes darle un último vistazo a la pintura que antes le llamo la atención.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro 2 por inteligencia, oculta.

En otras versiones de vampiro recuerdo no poder tirar teniendo 0 en la habilidad de conocimiento, error mío, disculpa.

Cargando editor
26/10/2021, 19:09
Director

La joven Voica come al día y tan bien como los demás —te dice con tono de reproche— Su obsesión extraña con esa rata es su único problema, ya que en lo demás es una cristiana ejemplar. Y no se equivoque, signore, hemos estado aquí desde siempre y hemos aguantado de todo. Vos no traeréis el Cielo a la tierra por muchas ínfulas que os deis. —Nada más decir eso se levanta y no espera respuesta ni gesto de despedida, perdiéndose en la oscuridad de la pequeña sacristía, a un lado del altar. Bonfante parece haber estado esperando en la puerta hasta que termináseis, y con las palabras airadas del cura interpreta que la conversación haya acabado y entra a toda prisa con la cabeza gacha para reunirse con él y, probablemente, terminar con sus labores por este día.

Por tu parte, antes de marcharte, echas un último vistazo al mosaico y recuerdas vagamente algo que te contó un cristiano griego hace unos cuantos años acerca de las "miróforas", que según explicaba tenía que ver con tres mujeres que habían presenciado la tumba vacía de Cristo; las primeras de toda la Humanidad en conocer tal milagro. Si atas algunos cabos —el número de mujeres representadas y el nombre de la capilla de "Tres Marías"— sacas sin problema que deben hacer referencia a dicha escena, o por lo menos representar a las mujeres en general. No hay rastro de más detalles en el mosaico debido al paso del tiempo, pero no te quedan muchas dudas sobre esto.

Notas de juego

No, si no hace falta que te disculpes, hombre. Solo que en lugar de no dejar oportunidad ninguna, prefiero que tu PJ tuviera oportunidad de haber escuchado hablar sobre la escena del mosaico. Y si puede ser me gustaría que hicieras todas las tiradas abiertas, más que nada para poder controlar el tipo de tirada para cuando haya que realizar varias en un mismo post.

Por cierto, aún no has cazado y creo que tenías intención de hacerlo, ¿intentas buscarte algo de comer, te alimentas de alguno de tus subordinados o lo dejas para otra noche? Y por si también ibas a buscar a Omobono.

Cargando editor
27/10/2021, 16:10
Luca Ecanti
Sólo para el director

Como era de esperar, Luca no iba a ganarse la confianza de aquel sacerdote que sólo confiaba en el altísimo, pero no le dio más importancia a aquellas descaradas palabras que habían llenado la conversación, pero se las pasaría por alto, por ahora.

Habiendo sentido que había perdido el tiempo, decidió ir a buscar a su cómplice Omobono, para saber algo más del pueblo de boca de unos de sus habitantes, si es que no se le había ido al santo al cielo y debía regresar a la seguridad de su nueva casa.

Notas de juego

Iba a ir a buscar a Omobono, pero si no me da tiempo, regreso.

Sobre alimentarse, viendo todas las cosas que he hecho, creo que lo más sensato sería alimentarse lo justo de un siervo del rebaño para no meterle en más problemas en un ciudad más desconocida y insensata de lo que primeramente había pensado.