Partida Rol por web

Nuestros protagonistas han pasado casi una semana de instrucción entre los muros de la Academia, un vasto complejo con infinidad de barracones prefabricados en medio de la nada y con absolutamente nada divertido que hacer salvo ir a la cantina y jugar a las cartas y a los dados.

Habéis tenido tiempo de reflexionar sobre la mierda tan gorda en la que os habéis metido, tan sólo os habéis llevado una alegría cuando habéis visto a Kaín y a Jahn salir de los tanques de bacta como nuevos. Los dos compañeros ya recuperados, traen algo de energía y alegría al grupo.

Marchar, desfilar, flexiones, abdominales, estiramientos, instrucción con armas y muy ocasionalmente, sesiones de tiro y manejo de explosivos. Ahora tenéis más claro que nunca que sóis carne de cañón, no valéis casi ni la munición que llevan vuestras armas, pero lo hecho, hecho está.

Empezáis a perder la paciencia cuando por fin os "sacan fuera", como parte del entrenamiento se os va a llevar hasta uno de los desiertos del planeta y váis a practicar los "protocolos de entrega de mercancías", concretamente con unos bidones de agua. No es precisamente el recurso más preciado ¿o sí?

Tras equiparos ahora sí, con el traje de un soldado imperial completo, os llaman frente a la entrada de la base un oficial y varios robots os esperan con media docena de criaturas que sólo algunos conocen: Dewbacks.

- Buenos días escoria. Espero que esta tarea sea de vuestro agrado, váis a tragar polvo de lo lindo y con un poco de suerte, quizás alguno no vuelva. Habéis tenido suerte en vuestra primera misión, pero aún no sóis soldados, recordadlo.

Aquí tenéis vuestros medios de transporte. Son Dewbacks, unas criaturas a las que tendréis que acostumbraros, pues en las zonas desérticas son empleadas por el Imperio. Son fantásticos animales de carga y, llegado el caso, pueden ser utilizados para embestir al enemigo.

Recordando el trato anterior decido no "solicitar" suministros medicos ya que no nos los concederian, esta vez opto por seguir el camino de nuestro querido Moess por lo que me coloco de la forma mas "oficial" y solicito turno para hablar.

-señor, no nos gusta el polvo pero si es por la gloria del imperio, por el emperador y por hacer que se sienta orgulloso de nosotros, tragaremos tanto hasta que nos volvamos adictos.... y bien, ¿cual es la tarea a la que nos encomendarán a la unidad esta vez? ¿cuanto tiempo tenemos para completar la misión

En los ojos de Antilles no había alguna duda de su malicia, ya estaba cansado de aceptar simplemente las ordenes, hacer la pelota, mostrarse competitivo y ambicioso ivan a ser las nuevas cualidades que demostraría a esos oficiales, si lograban completar las misiones como soldados experimentados, seguramente su trato cambiaria y les concederian permisos especiales.

- ¡Por fin algo de acción! - me alegro al ver que nos dan otra misión.

Seguro que en esta podré demostrar mejor mis dotes de mando. Tantos días de instrucción y ejercicio han ido bien, pero necesito poder mostrar mis cualidades de líder nato, para que mis superiores se den cuenta del potencial que tengo.

Al ver a las monturas, me giro a mis compañeros.

- Teneis suerte, al ser pueblerinos estareis acostumbrados a montar sobre bestias, para llevar las cargas al mercado y esas cosas...

En la entrada veo unas maravillosas bestias y cuando el oficial termina de hablar añado:

-No solo para embestir, un buen pisotón de parte de estos lagartos y adiós a quien se interponga… Señor-

Pongo una mano sobre el hombro de mi compañero Armando –Espero que no te conviertas en un lame-culos, engreído, vanidoso y sin modales como aquel- Hago una seña con la cabeza hacia Moess.

Acercándome a uno de los animales, el que parecía mas grande y aguerrido de todos -¿Puedo quedarme con este?- En la misión anterior había volado por los aires y convertido en una carga, no me pasaría nuevamente.

Ahora pasamos de la jungla al desierto, pero bueno después del tiempo sin parar con todos los músculos cansados no vendra mal un paseo.

- Bueno asi que ahora hacemos de repartidores, menos luchar contra los rebeldes vamos a aprender muchos oficios.

- A mí me es indiferente qué animal escoge cada uno, mientras los devolváis en su momento. A ver! los trajes: Recordad que vuestros trajes están perfectamente adaptados a los infortunios del desierto. Tened cuidado con el regulador de temperatura de vuestros guantes corporales, ya que osdeberá mantener con vida. Si se estropea no tardaréis en sentir los efectos del calor. En vuestros equipos hay una cápsula de humidificación que os permitirá sobrevivir lo suficiente. Mi consejo es que cada cual gaste su cápsula y no se la entregue a nadie.Prefiero un recluta muerto a un grupo de idiotas.

Hace un gesto a varios de los robots que emiten una serie de pitidos y salen zumbando. Al poco vuelven cargados con armas y equipo variado.

- Ésto es más de lo  que os merecéis - dice señalando al equipo.

¡Espléndido! Por fin armadura decente, con esta pinta parezco un jefazo. ¡Cómo me gustaría pasearme ahora por mi barrio y dar unas cuantas palizas!

Lo que ya no me gusta tanto son nuestras monturas.

—Realmente ¿tenemos que ir montados en esos bichos horrendos?— susurro sin que me oiga el oficial, solo mis compañeros.

—Pueblerino serás tú, tío, que yo soy urbanita —le digo a Moess, que sigue tocando las narices con lo de la clase social y tal.

La misión parece chupada: llevar agua, los aguadores del desierto. Con suerte alguien sediento nos atacará y podremos dispararles a quemarropa, algo que siempre me hizo ilusión.

—A sus órdenes— digo tras saludar marcialmente y con ganas de empezar. Trato de subirme al primero de los dewbacks, que juraría me mira con malos ojos. Si intenta morderme o algo, lo achicharro.

—¿Cual es nuestro destino?

Aun no habíamos empezado y Moess ya la estaba liando, no aprendería a trabajar en equipo en la vida, de momento habría que verlo a el montando.

- Como quereis que marchemos, en línea o en parejas, yo ire preparado con el lanzagranadas.

Esta belleza seguro que puede reventar más de una cosa.

-¡Excelente! Muchas gracias señor- Le saludo marcialmente y me pongo a preparar mi montura, le cargo con sus respectivos bidones de agua, me cuelgo el equipo -La verdad Jaral, me da igual como avancemos, lo importante es llegar-

Me giro a mi animal pensativo –Mmm… Ahora ¿Cómo te llamare? Debe ser un nombre imponente, audaz, fuerte, que imponga mucho respeto… Te llamare… ¡Skypper!-

Estoy por subir a mi nuevo compañero cuando me doy cuenta de algo y vuelvo a dirigirme a nuestro superior –Señor, disculpe mi indiscreción pero ¿Podría solicitarle un par de binoculares para examinar el camino por donde avanzamos? Nunca está de más estar un poco mejor preparado- “Solo espero que no me linchen demasiado por esto”

Mientras estaba examinando el estado físico de los Animales, no puedo evitar echar un bufido cuando oigo el comentario de Moess, y sonrío de forma natural con el de Jahn, que parecía hacer oidos sordos al de este

-Tranquilo terion, seguro que Moess se refiere a que tu capacidad de beber es digna de alguien de pueblo. miro hacia el aristocrata

-Moess recuerda lo que hablamos el otro día, por cada falta de respeto se paga una ronda a los demás, ¡ya llevas una!

Me quedo escuchando atentamente al oficial mientras los robots nos traen el equipo, cuando este llega me lo equipo con cuidado, de forma que no entorpezca mi movimiento la pistola en el cinturón el lanzagranadas en la espalda y el rifle reglamentario del imperio en mano, cuando veo la granada no puedo sentir una sensación desagradable, ya que mi camarada fue herido por un artefacto parecido, y al ver la observación de Jahn y temiendo me una reprimenda bestial, intercedo por el

-señor, pienso que el imperio desperdicia sus ilimitados recursos en darnos tantas armas tan caras y racanear en otras cosas mas importantes, me gustaría cambiar estas granadas-digo señalando la mía y la de Moess-por unos binoculares y un medipack, si usted lo cree posible, señor, echando cálculos el imperio se ahorraría unos 300 créditos, señor.

cuando el oficial se calma le hago una señal a Jahn y le muestro el animal que según mi criterio es el mas vigoroso de la manada, y busco uno tranquilo para mi.

- ¿Cómo se supone que nos subiremos a estos bichejos? - Para alguien acostumbrado al ambiente urbano aquellas bestias de carga o monta o lo que fueran no era algo usual.

Rondó a la criatura que le asignaron examinándola, seguía sin saber como funcionaba aquel monstruo, pero el pitufo se acercó a suponía que hacerse con su funcionamiento y le dejó hacer.

Chafaba la arena quemada por el sol mientras esperaba, sintiéndose aliviado de estar dentro del traje imperial en lugar de abrasarse en aquel ambiente. El rifle bláster permanecía entre sus manos, aferrándose fuertemente a él ante el recuerdo de su primera misión. Esta vez nada lo cogería por sorpresa.

Los robots ayudaron a los reclutas a auparse a las criaturas, el oficial vio con malos ojos aquel hecho, pero no dijo nada. Seguro que era de los que pensaba que un recluta imperial tenía que subir solito allí arriba.

El oficial tiende un mapa a uno de los robots, el cual acciona un mecanismo por el que las piernas se le alargan y asciende hasta la altura en la que Moss está, el robot le tiende el mapa.

- Ahí en ese mapa tienen marcado su destino caballeros, unas instalaciones militares en medio del desierto a las que tendrán que hacer llegar los bidones de agua que les mencioné- hace una señal y los robots empiezan a cargar cuatro grandes bidones de agua en cada una de las monturas-

- ¿Binoculares? ¿medpacks? ¿ PERO QUÉ OS HABÉIS CREÍDO IDIOTAS? ¿LA JODIDA GUARDIA CARMESÍ? ¡VENGA Y SALID DE MI VISTA!

grita ahora que los bidones han sido cargados, tenéis instrucciones y el mapa...

Con la ayuda de los robots, logro asirme encima de mi montura. Parecia fácil, pero me doy cuenta que es necesario algo de pericia.

- ¡Te llamaré Mesenger! El mensajero que cavalca por el desierto.

Con una sonrisa de satisfacción, me giro a mis compañeros mostrando el mapa.

- Ya podeis ver que se dan cuenta de quien tiene dotes de mando aqui, y quien debe dirigir este grupo.

Miro el mapa, esperando poder entender como interpretarlo y que no nos perdamos...

Me acomodo sobre el animal, la verdad es que no me creo que mi culo sea el mismo una vez que acabe el viaje pero bueno, desde luego aqui no hay nada facil.

- Mi montura sera bicho caminante que basicamente es lo que es, y felicidades Moess tener el mapa implica el doble de responsabilidad y el doble de castigo, sino acabamos como huesos en la arena puede que te pongan unos grilletes...

Y asi empieza una nueva aventura de los aguerridos soldados del imperio.

Sonrio hacia mi compañero.

- Me empiezas a caer bien, Jaral. Junto con Terion, serás un estupendo suboficial.

Esperono mi montura, mientras intento hacer malabarismos para que no se me caiga el mapa con tanto ajetreo.

Tras consultar el mapa, llegas a la conclusión de que sólo hay dos caminos posibles para llegar hasta el destacamento avanzado:  una ruta corta que según figura en el mapa está poco transitada y pseudoabandonada, y otra ruta más larga que es la que suelen usar habitualmente los convoyes que llevan soldados, armas y suministros a la base. La elección es sólo tuya.

Ante las increpaciones de mi "querido" oficial, le respondí con la mas gratificante indiferencia, ya estaba harto de los insultos Racistas y estaba claro que Moess tampoco estaba mucho por la labor del "bien común" solo tenían que mirarle, le habían dado un trozo de papel y estaba mas feliz que que un tonto con una nueva datapad, afortunadamente Jaral le puso los pies en la tierra...o donde quiera que sea.

tras examinar por ultima vez todas las monturas (menos la de Moess) me subo por mi propio pie a la mía frente a la mirada del oficial y el señor portador del mapa.

me coloco entre Jahn y Terion miro al frente y suelto una frase épica

-y así una vez mas, nuestros anónimos héroes del Imperio intergalactico, se enfrentan al peligro, y una vez mas, solo armados hasta los dientes y con su valor como motivación principal

Escojo la ruta corta.

Miro al mapa, con la esperanza de haberlo leido e interpretado correctamente.

- Muy bien chicos. Despues de árduas deliberaciones y esas cosas que hacen los oficiales y que no quiero aburriros explicando, dudo que lo entendais, vamos a ir por una ruta en que llegaremos enseguida y cumpliremos nuestro cometido con la mayor celeridad. Eso demostrará a los jefes que yo soy el adecuado para mandar y vosotros sois un buen equipo.

Y dando un golpe seco con los arreos a mi montura, empiezo a cabalgar.

- ¡En marchaaa...aaa..aaahhh! - la fuerte sacudida del dewback casi me tira al suelo.

-missa no entiende tussa, missa muy estupido, missa piensa tussa perdido, missa agradecido tussa piensa nossa buen equipo-los chiss también tenían sentido del humor, algo retorcido, lacónico quizás pero eso nos hacia interesantes para las demás razas.

con esta gracia a mis espaldas echo una mirada de complicidad a mis compañeros con una sonrisa enigmatica.