Partida Rol por web

Después de semanas de adiestramiento, kilómetros recorridos en largas marchas y sesiones maratonianas de clases sobre el Ejército Imperial, los reclutas habían logrado su objetivo, y eran orgullosos aspirantes a formar parte de la mayor maquinaria armada de la Galaxia. En poco tiempo finalizarían el periodo inicial de adoctrinamiento y empezarían a realizar pequeñas misiones operativas, recibiendo así la instrucción necesaria para acabar con la Rebelión. Para ello, contarían con la ventaja que proporcionaba Carida, al estar provisto de un medioambiente capaz de emular prácticamente cualquier escenario que se pudiera imaginar….

El oficial Pinaza hizo una de sus entradas triunfales en la habitación de los reclutas de su escuadra….

Reclutas, ¡A formar en orden! Después de lo bien que nos lo hemos pasado corriendo de aquí para allí, ahora os van a sacar de paseo por el planeta… No me avergoncéis, pequeños mamones…. Aún no tengo los detalles exactos de la misión pero lo que sí se es que os van a proporcionar fuego real…. Así que intentad no volaros un pie. Pasad por la sección de Equipo y luego a la plataforma de lanzamiento, cuando lleguéis al destino os darán las órdenes. Andando!!!!

Al llegar al almacén general de equipo les proporcionaron un blindaje adaptado a entornos semi-acuáticos, y unas cuantas armas…. La cosa parecía más sería de lo que esperaban, la misión que iban a encomendarles no debería ser más que un simulacro de la vida real… o no?

Tin contempló todo el material que se amontonaba perfectamente organizado en la armería, mientras que los instructores vociferaban para que no perdieran más tiempo. Aquello no parecía una simple práctica o maniobra más, pues llevarían blindaje de verdad y fuego real. Las órdenes hasta el momento habían sido demasiado escuetas y vacuas, pero el muchacho no dudó en recoger el equipo y en colocarlo allá donde debía.

Luego miró a sus compañeros. Ellos también estaban tan sorprendidos como él. Apenas habían cruzados unas exiguas palabras en el trayecto a la armería, pues sabían que si se retrasaban, el Sargento Pinaza les patearía el culo hasta alguna lejana estrella de una remota costelación.

- Parece que esto comienza a ponerse interesante... ¡¡Demasiado interesante incluso!!- miró a sus compañeros con una sonrisilla mientras mostraba una de las granadas de fragmentación.

Kadlo vivió los días siguientes en su estado natural de "paso de todo". Las exhaustas sesiones diarias también invitaban a ello. Aunque se fijaba en las costumbres y en las conversaciones de sus compañeros de habitación; tenía que seguir aprendiendo sus formas de hacer y sus costumbres, ..., para estar "preparado".

Entonces llegó el dia. Su oficial, en los típicos gestos y "delicadas" palabras a los que ya los tenía acostumbrados, les relató la buena nueva. Formaron sin dilación, era mejor hacerlo como le gustaba a su oficial, y desfilaron prestos hacia la armería.

Allí observaron que la cosa iba en serio. Sus rostros de preocupación así lo mostraban; bueno, el suyo, dentro de sus cánones, ..., que para los humanos sería lo más parecido a .... impertérrito. Primero fue Abstinius en comentar lo que estaban pensando, y Kadlo no pudo más que corroborar que se había acabado el juego y empezaba lo serio:

- Eso parece. - Fue la escueta respuesta, aunque era más su tono el que marcaba el sentimiento de preocupación.

Sin perder un instante más, comenzó a equiparse ....

Un golpe sordo llenó la estancia donde Erasmus y los demás se hallaban. Era Pinaza. Comenzó -como ya era habitual- a soltar improperios y despropósitos a diestro y sinistro. El recluta ya se había acostumbrado a aquella retahíla de insultos, amenazas y todo tipo de salvajadas que podía llegar a soltar el oficial en un breve encuentro. Les informó que le siguiesen al almacén, en busca de su nuevo atuendo y sus nuevos "juguetes".

Erasmus seguía a sus compañeros. Aquellas semanas habían pasado volando para el recluta, ya que, como les habían dicho, el adiestramiento con Pinaza era lo más parecido a una jodienda detrás de otra. No recordaba haber dormido tan plácidamente desde hacía meses, e incluso años, pero Pinaza había conseguido que durmiese mediante su entrenamiento todos y cada una de aquellas semanas. 

Finalmente entraron en el almacen, y observó la cantidad de material bélico que tenía la academia a su disposición. Iba a disfrutar de lo lindo.

De repente escuchó como Abstinius hablaba y el Duro le respondía. Parecía como si nunca hubiesen visto armas de fuego real:

-Vamos señoras, no hay que ponerse así!!! Es que nunca habíais visto un blaster? Mientras mantengáis apartado el cañón de vuestra cara, todo irá bien.Jajajajajajajajajajajajaja.

Recogió sus enseres y y los observó detenidamente. Descubrió para su sorpresa, que aquellos trajes eran para entornos con altas probabilidades de entrar en, digamos lugares muy húmedos, y Erasmus precisamente, no era un gran nadador.

-Mierda, parece que vamos a mojarnos. Que putada. Odio tener que mojarme cuando no es día de ducha!!!!! Olo espero que si me voy al fondo de algún lago, alguien le quite la anilla a una granada, y me la lance antes de morir ahogado.

Frunció el ceño y con un gesto de desaprobación, comenzó a quitarse la ropa y enfundarse su nuevo atuendo.

Parecía que la instrucción tocaba a su fin... o no? Era aquello una prueba más, elevada al cuadrado por su realismo? O era una operación REAL? De momento no tenían forma de saberlo. Aunque la realidad del equipo así lo mostraba. Talram no pudo por menos que sentirse algo inquieto, nervioso, quizas un poco asustado. El no había venido aqui para ser un soldado de asalto. El quería comandar un destructor, surcar el espacio dirigiendo una de las maquinas más destructivas de la galaxia. Pero sus deseos no contaban allí, como había comprobado durante aquellas semanas. Decidido a no mostrarse rebelde, ni caprichoso, se dirigió a recoger "su" equipo y prepararse. En teoría ya sabían todo lo necesario para usar aquellos pertrechos de forma más o menos decente... pero el hecho de que las armas ya no fuesen de entrenamiento lo ponía nervioso. Y por desgracia, pese a su formación como senador, donde el ocultar los sentimientos era norma, su estado de inquietud se le notaba. Haciendo un esfuerzo por controlarse, el noble comenzó a desvestirse y colocarse la armadura. Auel contacto endurecido parecía que lo tranquilizaba un poco... Qusio habñar, decir algo animoso...pero no fue capaz.

Ataviados con los correspondientes trajes de soldado de asalto, pero con adaptación para el terreno que visitarán, el grupo de reclutas del oficial Pinaza se dirigieron al hangar donde les esperaba una lanzadera que les llevaría hasta la zona de la misión, un enorme terreno pantanoso. En cuanto se colocaron en sus puestos el vehículo se puso en marcha... una voz familiar retumbó a través de los comunicadores del casco...

Damiselas, su objetivo es muy simple e incluso alguien tan inútil como vosotros no tendrá dificultades para entenderlo. Deben recuperar el material de detonación de un edificio al otro lado del pantano y, de paso, conocer qué ha ocurrido con las tropas que estaban encargadas del mismo, ya que hace días que no responden a las llamadas del alto mando. Clarito, verdad?
Deberán recorrer el pantano a pie, ya que el puente que empleaban antes las tropas está destruido y rodeado de impenetrable maleza. ¿Alguna pregunta?

Pues parece que nos meten en una misión real, ..., aparentemente ..., pensó Kadlo. Terreno desconocido, difícil y aliñado con un "no sabemos lo que ha pasado", ..., y encima con una supuesta munición desaparecida y que podrían utilizar contra nosotros, ..., vamos, que estamos siendo utilizados de carnaza ....

Las funestas espectativas se seguían haciendo un hueco en la mente de Kadlo. Era consciente que su bienamado oficial les iba a ayudar, como mucho, más bien poco. Pero también era consciente que no decir nada podría también irritar a Pinaza. Con lo que a riesgo de convertirse nuevamente en el blanco de las críticas y chanzas del oficial, Kadlo se aventuró a formular una pregunta neutra pero que les aportaría más información, ..., si Pinaza estaba dispuesta a darla:

- ¿De cuánto tiempo disponemos para llevar a cabo la misión? - dijo llanamente, y se preparó para la, casi seguro, réplica a la altura que sólo Pinaza sabía dar.

Ante la pregunta del durosiano, el oficial Pinaza dibujó su característica medio sonrisa que precedía a una de sus célebres pullas. Si es que aquel alienígena se las ponía a huevo....

No hay tiempo límite, melenas. Lo que me estoy planteando es enviarte a ti solo, ya que con tu fisonomía de rana igual cruzas el pantano en un plis.... Pero no se que hay después e igual necesitas la ayuda de los mamoniferos... Jajajajaja

Ahora en serio. Esto no es un ejercicio por lo que cuanto antes lleguéis, averigueis qué coño ha pasado y recupereis el material.... Mejor.

¿Alguna otra duda?

Las sospechas de Abstinius por fin se confirmaron, aquella prueba no era un ejercicio de entrenamiento, si no una misión imperial en toda regla. El joven cadete había peleado con uñas y dientes para estar allí, descendía de un linaje de guerreros sin igual, y no estaba dispuesto a arrugarse ante los cometarios del sargento Pinaza, por mucho pantano que tuvieran por delante. Si había que tirar de bláster... ¡¡Se tiraría de bláster!!

- ¡¡Señor!!...- preguntó con reparo pero sin miedo a las chanzas de su superior. Él estaba por encima de todo aquello, de toda burla o presión. Lo único que podría evitar que se convirtiera en el mejor piloto de Tie-bomber de la flota sería un disparo láser o el bocado séptico de alguna raza alienígena (por suerte Kadlo parecía bien domesticado) - ... ¿Se conoce si la flora y fauna del pantano es potencialmente peligrosa? ¿Su atmósfera es tóxica? ¿El equipo que llevamos nos permitirá movernos con soltura en su campo gravitacional?-  Tin no quería dejar ningún detalle al azar. Sabía que en dicha misión se jugaban la piel y quién sabe si promocionar dentro de la maquinaria de guerra imperial.
 

La primera intervención del duro había despertado la curiosidad del recluta Cipher...

Hombre!!! El super-motivado a la carga!!! La flora no creo que suponga un problema.... con la fauna tendría más cuidado, dicen por ahí que en las zonas más profundas habita algún ser que pudiera poneros en apuros.... Por no decir que os comería sin mucho miramiento...

La atmósfera y la fuerza gravitacional es la misma que en la academia... No vamos a cambiar de planeta, aunque alguno tenga la mente al otro lado del universo.... A pesar de la cercanía el pantano no es buen lugar donde perderse...

Talram escuchó con atención las preguntas de sus compañeros y las mordaces respuestas del oficial Pinaza. La mision no parecía un simple paseito por la naturaleza del lugar. Era una mision en toda regla, y deberían estar muy atentos a lo que allí pasase. El ex-senador pensó que podría preguntar al oficial, y se le ocurrió uan idea. Cualquier clase de información sería util en aquella su primera misión como soldados.

- Señor, hace cuanto tiempo exactamente que no hay comunicación con el grupo encargado del edificio? Y fue un informe corriente? O se comunicó algún tipo de problema?

Luego, mientras esperaba respuesta, si es que la habría, el joven comprobó sus armas y equipo una vez más, más por hacer algo que lo distrajese de los nervios que por precaución...

Pinaza se puso serio. Había algo en la pregunta de ya ex-senador que le borró la sonrisa....

Pues mired usted, señor Byncekass, ese es un detalle que no me han dado.... De hecho, no sabía de la existencia de ese polvorín hasta esta mañana... El alto mando tendrá sus razones y yo no voy a pedir que me las expliquen.

Pidieron "voluntarios" - e hizo un gesto con los dedos de ambas manos simulando unas comillas- para esta misión y ustedes se ofrecieron... Creo que pueden hacerlo y si no..... Pues el Ejército Imperial no habrá perdido gran cosa.

La falta de información parecía molestarle más de lo que querría reconocer, sobretodo para alguien al que gustaba tener todo bajo control.

El oficial esperó un momento más por si había alguna duda más que solventar, y cuando el silencio se hizo patente se volvió hacia la cabina de pilotaje. En breve llegarían al punto 0.

El vehículo de transporte traqueteó mientras se posaba en un pequeño pedazo de tierra firme en medio de un enorme y lóbrego pantano. Allá donde se mirase la densa maraña de vegetación lo ocupaba todo, y se hacía difícil encontrar un trozo de suelo que no estuviera sumergido en la negra y pestilente agua.

La puerta se abrió y los reclutas bajaron cautelosamente, bláster en mano y lanzando miradas de un lado a otro. Pinaza asomó la cabeza por la escotilla y con una desabrida mueca levantó el brazo hacia el frente...

Por allí está el polvorín secreto. Según tengo entendido hay dos formas de llegar hasta el edificio, vadeando o nadando.... De cualquier manera os lo pasareis bien. No falléis, el Imperio no admite errores.

Y antes de que pudieran preguntarle cómo coño saldrían de allí cuando cumplieran la misión la lanzadera de elevó y se perdió de vista....

Erasmus había permanecido en silencio desde que salieran del almacén. Tener que mojarse le había puesto de mala leche, ya que no se caracterizaba por su gran estilo natatorio. Pinaza les comentó la misión, y al preguntar si teníanb dudas, Erasmus calló. Conocía las contestaciones de Pinaza y no tenía ganas de ser vilipendiado por placer. Y más después de las puyas que lanzó al Duro y Tin.

Escuchó con interés todas las indicaciones que Pinaza les dio al respecto, y cuando llegó la nave, marchó detrás de sus compañeros, rumbo la interior de la barcaza.

El panorama que veía por la ventanilla no le hacía ni puñetera gracia. Aquello era un cenagal, y tenía muy mala pinta. Un paso en falso, y acabarían pasto de algún animal que ni siquiera la madre naturaleza sabía que había engendrado. Aquello estaba perdido de la mano de dios.

Por fin llegaron al sitio de la misión. Bajaron lentamente de la nave, y Pinaza los abandonó en aquel lodazal para que se buscasen la vida, con una pobre indicación y muy mala folla. Las caras eran un poema. Aquella era su primera misión real, y ni siquiera tenían a un supervisor que les diera unas indicaciones. Pinaza volvía a mostrar su lado mal duro, haciendo honor a su criba de soldados.

Para romper un poco el hielo, Erasmus se giró hacia sus compañeros, y mirando al Duro le dijo:

-Dime, en que dirección cae tu casa?Jajajajajajajajajajajajajaja.- Se dirigió a todos- No se vosotros, pero yo personalmente no quiero nadar en estas aguas. A saber a que insecto, animal o cosa podemos servir de alimento. No me gusta la idea de acabar siendo un montón de heces de algo. Llamadme tradicional. Propongo vadear. Que decís?

Kadlo se sentía realmente fuera de lugar. El sitio no se parecía en nada a su tierra natal ni en ningún otro que hubiese estado. Empezaba a estar nervioso ante la sensación de humedad del ambiente, pese a ir enfundados en el traje de asalto.

Erasmus fue el primero en romper el hielo de la situación, y lo hizo con una especial atención hacia su persona, ..., por si no tuviese suficiente con Pinaza, ahora se sumaban sus compañeros:

- No, mi casa no es tan húmeda, ..., y dudo que pudieras sobrevivir. Pensaba que nos ibas a enseñar el hogar de tu gente .... - Contestó en una especie de mecanismo de defensa entrenado durante varios años de situaciones similares. Pero rápidamente dibujó una sonrisa, dentro de sus cánones, para identificar que continuaba con la broma que Erasmus había empezado - Estoy de acuerdo con Erasmus, ..., digamos que es la primera vez que estoy en un entorno de estas características y no estoy nada seguro de cómo avanzar o reaccionar ante los posibles peligros ...., prefiero vadear en la medida de lo posible.

Cipher se irguió sobre el yermo fango. La visión de aquel retorcido pantano era completamente desalentadora, pero eso no era suficiente para quebrar la fortaleza mental del joven cadete. Mientras comprobaba que nada se había perdido durante el salto de la lanzadera, escuchó las chanzas de sus compañeros y la sugerencia de Erasmus. Vadear era una buena idea, pero no tenían ni la más mínima idea de cuánto tiempo les ocuparía...

- Sólo espero que las raciones nos aguanten el tiempo necesario... y el agua potable...- dijo mientras miraba en su equipo. Luego recogió su bláster y se dispuso para comenzar la dura travesía.

Erasmus observó el entorno. Era hostil como el solo, pero aquello no lo hechó para atrás. Miró al resto de sus compańeros. Excepto Tin, los otros no parecía que tuviesen muchas ganas de ponerse en marcha, así que sin pensárselo dos veces, cogió su mochila y con voz firme dijo:

-Muchachos, pongámonos en marcha. Si nos quedamos aquí quietos, seguro que esas raciones no nos durarán ni una jornada. Vamos!!!

Krueger comenzó lo que parecía que iba a ser una dura marcha a través de aquel cenagal.

El joven y estoico cadete miró al Kruehger y asintió. Quedarse inmóviles durante mucho tiempo en un medio tan cenagoso jugaba en su contra desde el minuto uno, con lo que debían ser raudos en sus decisiones.

- ¡¡Venga que alguien comience a abrir la marcha y nos dirija hacia la dirección del polvorín!!- aseveró Tin - Yo me encargo de la retaguardia.- afirmó mientras colocaba su bláster en posición y cargaba todo el peso de su equipo sobre sus hombros.

Nada impediría que se convirtiera en piloto. Nada, ni nadie...

Los reclutas empezaron a organizarse y la primera decisión fue desechar la posibilidad de cruzar a nado el trecho que les separaba de la otra orilla. Los rumores que se escuchaban en la cantina sobre criaturas peligrosas podría haber influido. Así que Erasmus se puso al frente seguido de cerca por Kadlo, que a pesar de su aspecto no era anfibio. Tras ellos un taciturno Talram, aquel no era su sitio, era un animal de las relaciones políticas y no estaba cómodo ni con el apestoso pantano ni con el horrible vestuario que le hacían llevar. Cerraba la marcha un entusiasmado Abstinius, poniendo todo su empeño en hacerlo lo mejor posible. Solo así podría progresar...

El ambiente estaba saturado de humedad, y a ratos costaba respirar. Avanzaron con paso firme sobre un suelo pedregoso con el agua negra a la altura de las rodillas, lentos pero seguros. Y de repente todo saltó por los aires. El guía voló por los aires en un torbellino de fango y agua sucia...