En el momento en que voy a acercarme a la puerta a echar un vistazo la puerta me da en el afilado morro tirandome hacia atrás tras la puerta, aunque la salvo rodando hacia atrás por encima de mi hombro... si esque ha eso se le puede llamar salvar el golpe...
Levantandome como un resorte y al ver que este tipo no nos va a enchironar respondo - Sisisisi, todos amigos, claro claro claro - digo con mi afilada sonrisa- menos ese y ese... y eso de ahí- digo señalando a los dos encapuchados maniatados y al escombro que ha quedado del tercero. - Yo soy *KosjOthDaraxtrix* sisisisi, con acento al principio y al final claroclaroclaro como es natural sisisi, ¿no será momento de una partidita no?- digo sacando la pequeña piedra de uno de mis numerosos bolsillos, "vaya no... parece que no es un buen momento aun nonono..." pienso mientras cambio mi expresión a otra más seria como si me importase la seriedad del tal Reginald.
El ataque de furia de Reginald es tan repentino como breve. Las palabras que siguen a la sarta de improperios dejan bien claro que el hombre sabe quiénes son los tipos de blanco. Si la fortuna les sonríe, se ahorrarán el interrogatorio.
—Zenda —se presenta la joven escuetamente—. ¿Te importaría ir más despacio, Reginald? ¿Sabes quiénes son esos tipejos? Shade y Kosj creen que son esclavistas, y Marcus ha reconocido sus insignias y dice que son fanáticos. Sean lo que sean, ¿qué querían de nosotros a plena luz del día en un establecimiento público? Y, disculpa, pero ¿quién eres exactamente? ¿Y quién es ese Svarlnerfin?
Reginald se aproxima a cada uno dándole un fuerte apretón de manos, menos a Shade, que parece ya conocerlo, en señal de buena fe al presentarse.
- ¡Carajo! - sigue maldiciendo - No tengo idea, es por eso que me preocupan tanto... Digamos que en mis días hice algunos amigos - se roza la herida en la cara con el dedo índice suavemente - Amigos con muy buena información. Pero estos tipos "no existen" no logro saber quienes son, desde el primer día - El sujeto se acelera un poco al decir esto.
- Soy el encargado de la "seguridad" aquí... nunca pasa nada, así que soy toda la fuerza que se necesita, además me mantengo en forma revisando e inspeccionando los alrededores. Casualmente en la última visita de está gente encontré donde acampan, ya que nunca se quedan acá, en la posada. Están a un par de horas de viaje. En la base de los Picos Brazen, en la entrada a una cueva, tienen un vehículo con caballos, quizá encuentren a alguien más, o algo de información. Por supuesto pueden quedarse con lo que quieran o no hacer nada, pero sepan que están metidos en un lío...
Reginald tiene algo de información sobre los tipos. Una localización, al menos. Pero es poco, y parece bastante frustrado por ello. Los Picos Brazen, morada de gnolls, peligroso lugar en el que había pasado semanas junto a la expedición. Zenda reflexiona un instante sobre los acontecimientos antes de volver a hablar.
—Cuando esos dos se marcharon de aquí, anoche, había ocho personas en el salón —comienza a hablar la mujer—. Han regresado con un solo tipo de refuerzo, sabiendo que podían encontrarse con al menos diez personas, contando a Tholkar y su mujer. Por tanto, presumo que en su campamento habrán dejado a otro más vigilando, o como mucho, dos o tres vigilando. O bien no disponen de los números, o bien son estúpidos.
Volviéndose hacia su compañero clérigo, Zenda pregunta:
—Marcus, has mencionado a Asmodeus cuando los has visto, ¿qué puedes contarnos?
Mientras los humanos hablan de temas serios, me dedico a mirar el botín conseguido... puesto que parece que ya no va a haber ningún tipo de tortura ni nada más satisfactorio. Le echo un hojo a la pequeña bolsa que llevaban desanudando la cuerda con dedos ágiles y cuento las monedas, si esque aún queda alguna.
Nadie ha revisado aún el bolsito de monedas. Encontrás 24 monedas de oro y 20 de plata.
- Jo-jo-jo!! Es el día del nombre de alguien!?? Porque aquí tenemos un regalito, sisisisi!- digo mientras hago cuatro montones de 6 monedas de oro, y otros cuatro montones de 5 monedas de plata, y me guardo la bolsita en uno de los bolsillos inocentemente - Hace mucho que no cuento sisisi, pero yo creo que esto sería así no sisisisi, podeis coger vuestro montón claro, a menos que querais hacer algún tipo de apuesta, no??, bueno bueno era una opción, solo para hacer este día tan triste algo más divertido claro claro claro- los ojos me brillan casi tanto como las monedas que me guardo en distintos bolsillos de mi chaquetón, uno de oro y otro de plata.- Si si si, no no no, laralalalá- comienzo a cantar ya mucho más contento que hace un rato con una sonrisa alegra. - Y mi botella de ron... si-si-si, no no no...
Cita:
- Asmodeus es un dios malvado, le gusta el orden, pero sus leyes están impregnadas de maldad. Este archidiablo que habita en el infierno favorece la esclavitud, el orgullo y la tiranía. Hay locos que incluso se avienen a hacer pactos con sus secuaces, locos, pues esperando obtener beneficios de ello suelen acabar timados por este señor del engaño.
- Es venerado por tiranos, esclavistas y burocratas - escupe al suelo - fanáticos, estúpidos. ¿Cómo puede alguien aprovar la tiranía y la esclavitud? ¿Cómo puede alguien venerar el mal en una de sus formas más puras?
Toma aire, ¿Quizás ha hablado de más? Cuando le mentan estos temas suele acabar soltando discursos - Creo que debemos atrapar o ajusticiar a sus compañeros, - señala a los prisioneros - a saber que diablos estarían tramando.
Lo siento, no tengo tiempo de dar la réplica sobre Asmodeus, mañana posteo. ¡Hecho!
Actualizada ficha: anotado el botín (6 gp + 5 sp), restadas 2 sp por bebidas y limpieza de ropa.
Yo propongo ir al lugar donde estaban sus compañeros.
Mientras hablan, el pequeño Kosj está ocupando desvalijando a los hombres de blanco. Zenda se sorprende gratamente al ver que reparte las monedas que ha encontrado en un monedero en cuatro montoncitos iguales.
Marcus explica quién es Asmodeus, el archidemonio cuyo símbolo portaban los tres hombres. En pocas palabras, la viva encarnación de la tiranía, del orden sin bondad, sin consideración por la vida o la libertad. Sin duda, una fe a la medida del negocio de los esclavos, o del de la droga, que como pudo observar en Gancho de Bronce, es también pujante en esta tierra. Terminada la explicación, interviene:
—Padre estaría de acuerdo contigo —dice la mujer, guiñando un ojo al clérigo—. Nunca le oí decir nada bueno de un burócrata. Por lo demás, yo también estoy de acuerdo. Quizás este ataque haya sido fortuito, pero no tenemos forma de saber si quieren algo concreto de alguno de nosotros, así que también opino que deberíamos ir a su campamento. Y si hemos de hacerlo, no deberíamos demorarnos. Probablemente estén esperando la llegada de sus compañeros en las próximas horas. Marcus y yo podemos dar el pego, al menos a distancia, si vestimos sus túnicas y utilizamos sus monturas. Kosj y Shade quizás podrían aparentar haber sido capturados.
Me sumo las monedas.
Ezequiel, si hay algún comerciante en el pueblo que venda pergaminos mágicos, un desvío de quince minutos para comprar algo que sustituya mi espacio de hechizo gastado no vendría mal.
Estás cosas tu personaje las sabría: una quinta parte del pueblo es un gran mercado, los gnomos no tendrían problema en ayudarte a encontrar a alguien que venda hechizos o similares, no sería una gran misión ni tardarían demasiado...
Marcus asiente, - Me parece un buen plan - Una mujer interesante, con conocimientos de magia, un brazo fuerte y además tiene seso en la mollera. La contempla un rato abstraido.
- Quee!!?? Nos hemos vuelto locos o que?!! Por qué no vais vosotros de esclavos y... y Shade y yo nos vestimos, sisisi, no estareis insinuando que nosotros tenemos pinta de esclavos no??? nonono. Vosotros sois mejores esclavos sisissi...- los miro a todos... aunque no parecen muy convencidos...- bueno... pues... ñeeee, pero me hago yo los nudos e!!! - digo mirando al grupo con los ojos entrecerrados- vamos a joder a estos cabrones!- digo con cara épica y la mirada al frente, casi con orgullo.
El cadáver, aortunadamente, todavía no sufre los efectos del rigor mortis. Sigue siendo, no obstante, el cadáver de un hombre que prácticamente la dobla en peso, y manipularlo es complicado. Tira, empuja y manipula entre jadeos y gruñidos de esfuerzo y, por fin, consigue arrancarle la túnica sin hacerla trizas. Utilizando el hechizo de prestidigitación, aún activo, elimina la sangre del tejido, y se coloca la túnica por encima de su ropa. Las mangas le sobresalen un palmo por los brazos, y el faldón va barriendo el suelo tras ella, como el velo de una novia.
—En aboluto, Kosj —responde Zenda, colocándose la capucha sobre la cabeza y exhibiendo lo que pretende cruel, pero resulta más bien cómica—. Estoy diciendo que yo tengo pinta de esclavista. ¿No crees?
Me acerqué a la mesa para tomar el monton de monedas que había separado Kosj, entonces escuché como se abría la puerta y vi entrar a Tholkar y Reginald, acompañados por mi fiel amigo... Ante los reclamos del enano, me apresuré a responder.
-Esclavistas!, ese es todo el lío!!!, se necesita algo mas que eso?-
La expresión de ira y rencor en mi rostro eran evidentes, me acerqué unos pasos hasta ubicarme al lado de Reginald, mientras este indagaba, maldecía y demas cosas que suelen hacer los encargados de la seguridad... o al menos era lo que pensaba, escuché atentamente como e tomaban desiciones y me alegró el saber que puedo contar con ellos, si su intención era ir tras los esclavistas, no había ninguna duda de que les apoyaría en su empresa. Asentí ante la idea de Zenda y me presté para sus planes.
-Muy bien!, está decidido!... de ahora en adelante daré lo mejor para apoyarlos, esos esclavistas deben estar planeando algo y lo que es seguro es que sea lo que sea, debemos intervenir en sus planes...... Gracias por luchar contra ellos, gracias. - Mi voz se escuchó solemne en la última frase, parece que por fin habrá algo de justicia.
Entonces observé a los esclavistas, mientras les apuntaba con el dedo... - Y.... ¿que haremos con esos? -
—Supongo que ahora son responsabilidad de la autoridad aquí presente —responde Zenda, pasando la mirada del gnomo a Reginald.
Reginald mira a los tipos y responde a las palabras de Zenda:
- Yo me encargo, hace tiempo que no se mete a nadie en las celdas, pero puedo mantener a estos dos hasta que uds vuelvan. -luego murmura- Hubiese sido mejor que los maten a los 3...
Luego se retira llevando a ambos enemigos esposados
¡Recuerden que uds nunca encontraron las llaves de los grilletes!
Están solos en la posada. ¿Qué hacen?
¿Nos ha dicho Reginald dónde está el supuesto campamento?
Si, en la base de los Picos Brazen.
- Bien, un problema menos - dice al ver partir a los prisioneros. Al momento se vuelve hacia sus nuevos compañeros.
- Entonces estamos de acuerdo, propongo preguntar a los lugareños que tipo de provisiones y ropa necesitaremos ahí arriba y si hacen falta animales para el viaje. ¿No creo que haya mucha distancia, horas o quizás un par de días? No soy muy bueno con las distancias.
Propongo equiparnos con ropa adecuada mantas por si hace frio, turbantes si se levantan tormentas de arena... así como raciones de viaje y animales de carga si hacen falta. Y con todo eso salir para allá directamente, salvo que queráis hacer alguna paradita de compras de pergaminos o lo que sea en el mercadillo.
Recuerden que el pueblo posee un gran mercado al que pueden ir a buscar lo que deseen. Todos vieron por la mañana que había gran movimiento, así que es muy posible encontrar cosas mundanas y quizá algo más.