Partida Rol por web

- ¿¡Cómo te atreves, escoria!? -Vraek, enfurecido ante la herida recibida, lanza un corte horizontal, de izquierda a derecha, contra el pecho del trasgo- ¡MUERE!

Al empezar la batalla en la que me habia metido sin quererlo, me quede un poco espantado. No tarde mucho en salir del estado en el que me encontraba. Tras pensarlo varios minutos, mirando la situación de mi compañeros, vi a la joven Xhaty con seis goblins, que la estaban rodeando, y me diriji hacia ella con mi daga empuñada.
Le hinque mi daga por la espalda, y dije:
-¿Como te atreves a atacarle a una preciosa mujer como esta?, y vosotros no os quedeis mirando..dirigiendome a los otros goblins.

Mientras sus compañeros se encargan de los goblins restantes, Kenth se dispone a registrar los cadáveres en busca de algo valioso... empezando por la vara del chamán...

Dalkor, el dragón de Dalamar, aterriza cerca de Xhanty para auyentar a los dos goblins que la rodeaban.

El dragón lanzó un rujido nada más aterrizar con la intención de hacer que esos dos restantes se dispersaran. Luego, su jinete, Dalamar, saltó de su dragón cayendo al suelo de la mejor forma posible acorde a su estado físico, y se dirijió hacia esos dos para acabar con su vida.

Xhanty, ¡¡cuidado!!-gritó lo más alto que pudo para advertir a la joven de la presencia de un goblin que quedaba tras ella. Inmediatamente a esto, corrió en su ayuda, manteniendo la espada delante suya para defenderse de cualquier ataque.

Mientras, Akiro, se encontraba sobre el lomo de Dalkor.

Con el poder de las zarpas se lo carga facilmente Dalkor a un goblin y el otro se lo come.

Parece que la batalla en el pueblo del El Silbido ha terminado, notáis que los guardias del pueblo acaban con los pocos goblins que quedan y el resto huyen.

Apenas han incendiado el granero y la posada.

El capitan y la guardia sale al encuentro de la compañía de Xhanty y os dice:

-Gracias a todos de verdad, gracias.

Bueno cómo ha acabado ya el combate asique no pasa nada.

Xhanty rastreó el terreno circundante con la mirada, parecía que todos sus compañeros se hallaban al menos vivos.
-Gracias Flip, te debo una- le dijo al gnomo con una sonrisa sincera recordando como la había defendido cuando se hallaba rodeada de goblins- ¿Está todo el mundo bien?

TRas la breve introducción en el pueblo El Silbido, ayudáis a los aldeanos a "enfrescar" que sería apagar la posada y el granero quemados.

Los aldeanos se acercan curiosos al grupo de Vraek...

Vraek, con peor humor tras ser alcanzado por la lanza, alza su espada a modo de aviso.

- No os acerquéis más, habitantes de la superficie, o también acabaréis ensartados -las duras palabras iban dirigidas a los aldeanos de El Silbido que habían tenido la osadía de acercarse lo suficiente como para irritar aún más al drow.

Kenth, luego de guardar la vara del chamán, avanza hacia los aldeanos...

Am... disculpen a mi compañero, su espada suele ser su medio principal de comunicación...

-Yo soy Bill Tiberua, antiguo dueño de la posada Silbido de Fuego. La Guardia del El Silbido ha sido muy util y gracias a vosotros estaremos eternamente agradecidos. Hay 4 familias solamente, Los Tiberua ( dueños de la Posada Silbido de Fuego y la herrería), Los Martinez ( dueños del molino y el establo) Los Marlock( dueños del Cuartel y el la torre de vigía) y por último Los Harli( dueños de varias casas.

Bill Tiberua aldeano del pueblo El Silbido era bajo medía 1'42, iva encovardo, pelo con greñas, casi sin dientes, de aspecto granoso.

Al oir la presentación de Bill y su introducción sobre El Silbido, Kenth empieza a pensar inmediatamente en una recompenza...

Bien... un placer conocerlo, señor... yo soy Kenth Fintlekog, de Trianna. No quisiera molestarlo, pero creo que tanto a mis compañeros como yo nos haría bien un reabastecimiento antes de continuar nuestro viaje... también nos sería de gran utilidad un techo en caso de que acordemos pasar la noche aquí... y bueno, a decir verdad, no hemos tenido tiempo de comer algo...

Dalamar, al ver como los habitantes de aquella pequeña aldea se acercaban a él transmitió telepáticamente a Dalkor el siguiente mensaje:

-"Marchate lejos de aquí... No quiero que esta gente vea un dragón cerca. Puede que nos metamos en problemas"

-"De acuerdo, Dalamar"- le respondió el dragón mientras dejaba a la joven Akiro en el suelo con sumo cuidado.

¡Vraek!-llamó algo furioso por la forma que había tenido su compañero de comunicarse con los aldeanos. - Si estás de mal humor por la herida sufrida no lo pagues con esta gente... ¡Ya avisé que no lucharais!-la última frace se escuchó con algo de reproche.

Aún cojeando, Dalamar se acercó a su compañero, y extendió hacia él una daga de metal élfico.

-Puedo curarte...-dijo tranquilo- ¿Aceptarías la ayuda de un humano o el ego de los de tu especie supera cualquier ofrenda que te pueda veneficiar?

Esperó un momento para que le respondiera, pero antes de que lo hiciera le dijo:

- Si estás en la superficie, amigo. Deberías atenerte a las normas que aquí rigen la vida... Nunca vamos a estar para salvarte el culo, y tu aptitud puede costarnos más de un disgusto.

Lo último fue dicho con decisión. Y mientras miraba a los demás, continuó diciendo:

-¿Estáis bien?

Abandonando la conversación del gnomo con el representante de la ciudad, se centra en las palabras de Dalamar.

- Por supuesto, Igg Drassil -sus ojos se cruzan con los de la mujer un instante, recordando que también había empleado las mismas palabras- Usa tu magia de dragón para sanar mi herida, si eso te hace sentir más importante...