Partida Rol por web

Ante las preguntas de Leon, el extrano humanoide hace un gesto con la mano plana y horizontal como diciendo "por ahí...", pero ante la segunda pregunta, su respuesta es un "no" claro con un cabace y un encogimiento de hombros.

Al ver vuestros movimientos, el hombre mono se muestra interesado y os sigue con una expresión que podeis identificar claramente como de curiosidad. Parece inclinado a acompañaros y ayudaros, dada su actitud.

Igor merece un premio especial en px, jejeje XDDD

No lo he puesto especialmente dificil porque en el fondo tenía curiosidad para ver quien lo descubría, pero él ha dado totalmente en el blanco.

Efectivamente, creo que ya te han pillado. Así que si te parece voy a dejar de ponerte como oculto. Ya no merece la pena, no?

O incluso tú mismo puedes proceder a postear ya en el hilo. Aunque sigas en oculto.

Por cierto, ya tengo la razón por la que Yoru No Ken está donde está ahora mismo. Ha descubierto algo sobre un importante símbolo conocido como El Símbolo Sagrado del Cuervo. Sabes que es una poderosa fuerza del bien y de protección contra las fuerzas de la oscuridad. Fuiste a hablar con la adivina conocida como Madame Eva, una vistani que habitaba en el campamento junto al lago Tser. Allí te dijo que para encontrarlo deberías ir "donde el río penetra en la tierra". Así que el símbolo debe estar en las marismas río abajo. Además sabes que "La Santidad de este objeto espera a que manos santas lo toquen otra vez, pero eso no será suficiente para devolverle todo su poder. Debes llevarlo de vuelta a su casa, al último reducto de suelo consagrado en el castillo profanado". En los terrenos del Castillo de Strahd hay una capilla que quzá no haya sido mancillada todavía.

También has averiguado algo sobre otro objeto conocido como "El Corazón del Día". Sabes que es un amuleto que permite a los vampiros exponerse a la luz del sol. No hace falta llevarlo puesto, sino que es suficiente con estar "ligado" a él. Sin duda ese objeto debe estar en posesión de Strahd y de sus vasallos, por lo que la luz del día no es ninguna protección para el equipo de aventureros.

Perfecto lo del gancho de la ausencia.

En cuanto a entrar a rolear, se supone que Igor lo ha pensado, y no se lo ha dicho a nadie, si bien ha calmado a Alese, de modo que quizás debiera seguir por aquí hasta que al menos alguien diga algo en plan "Esto... ¿Yoru...?". En cuanto me den pié, salgo de mi disfraz y me uno a la comuna en pleno derecho.

Siempre que te parezca bien, claro ;)

Creo que te acaban de dar el paso ahora mismo...

Voy a dejar que todos puedan poner algo, y a partir de ahí entro.

Parece que ya estás esperando por ti.

Si si, ya iba. Estaba esperando hasta hoy y ya posteaba. De hecho, voy ahora ;)

El humanoide simiesco escucha atentamente la invectiva de Alese. Su primate rostro, tan parecido al humano, parece mostrar algún tipo de expresión cercana a la desilusión o la decepción, o quizás más bien a la desesperanza. Como si no fuera la primera vez que le asalta el rechazo. Que no le fuera precisamente ajeno...

Cuando Alese termina, durante un instante parece considerar con expresión con profunda tristeza sus opciones. La muchacha las ha dejado claras: mostrarse, largarse o luchar. Ante tales opciones, el humanoide, muy lentamente para que se vea bien que no tiene intenciones agresivas, echa mano a su equipo y saca un tubo para pergaminos. Del mismo saca un pedazo de papel, una plumilla y un poco de tinta y garabatea con rapidez y fluidez algo en el trozo de papel, para después guardarlo todo de nuevo. Con el trozo de papel escrito, se aceca a Alese y tiende la mano derecha con el papel en ella, extendida y ofreciéndola. Al mismo tiempo, todos los que estáis cerca de Alese y ella misma notáis de nuevo su aura de bondad, pero además podéis observar como el rostro del humanoide va cambiando. Sigue siendo un rostro simiesco, pero ahora pueden apreciarse más cosas, como si una especie de velo se hubiera esfumado de repente.

Tras el velo, el rostro simiesco ya no es luminoso, hermoso y carismático dentro de su bestialidad. Media cara, desde la base de la mandíbula hasta más allá de la ceja superior, tiene el aspecto de haber sufrido algún tipo de incineración o quemadura de gran importancia. La cicatriz resultante es un amasijo de carne informe y ausencia de pelo. Solo la piel ennegrecida es visible, y en la cuenca del ojo, donde debería haber un globo ocular, no hay más que un vacío blanco y cauterizado, como si el ojo se hubiera cocido primero y derretido después. El otro lado de la cara mostraba pelaje y un ojo sano, pero enrojecido y húmedo, quizás por lágrimas de pérdida acumuladas, quizás por el agotamiento de la retina tras muchas horas sin dormir bien, en la humedad y el fango. De hecho todo su cuerpo aparece sucio y destartalado, con el pelaje apelmazado y enmarañado de barro, como si llevara jornadas sin un descanso decente. Finalmente, por si la visión no fuera cruda de por sí, una cicatriz cruza horizontalmente su garganta, en una linea enrojecida e irregular, donde una arma seguramente aserrada había hecho un corte profundo y poco limpio que sin duda había seccionado las cuerdas vocales de aquel ser.

Mientas el ser deja unos instantes para ser inspeccionado, lentamente se acuclilla frente a Alese, aun con la mano derecha sujetando la nota frente a ella. Pero con la otra mano, la izquierda, saca despacio y a la vista una tosca daga de hierro frío, la que ha usado para desmochar el palo de Wolkot, y agarrándola por el filo, le ofrece a la niña la empuñadura.

Y así, con ambos brazos extendidos y el cuerpo en postura humillada, el hombre primate alza una mirada triste y profunda y ladea levemente la cabeza hacia la derecha, exponiendo con pesar su cuello a la desafiante muchachita que acaba de exigirle huir, explicarse o luchar.

Y no parece dispuesto a largarse a ningún lado...

¡Como siempre! ¡Genial!

El hombre simio parece quitarse un peso de encima cuando escucha las palabras de Alese, levantándose. Guarda la daga y tomá la mano de la muchacha para ponérsela en la cabeza al mismo tiempo que él hace lo propio con su mano en la cabeza de la chica, como a modo de muda bendición o agradecimiento. Tras esto, el velo ilusorio cambia de nuevo y aparece de nuevo el rostro inmaculadamente simiesco, sin cicatrices ni suciedad. Sin duda parece que la verguénza forma parte del porqué de dicha máscara.

Entonces se acerca al cuerpo del caído, y arrodillándose junto a él, pero sin tocarlo, pone sus manos sobre su propio pecho y cierra los ojos. Veis que los labios se mueven en algún tipo de muda plegaria y oración. A todas luces parece que le está presentando sus respetos al caído. A poco, abre de nuevo los ojos y poniéndose en pié, dedica un cabeceo respetuoso a Ashlyn, pues parece haber captado que tenía algún vínculo mayor con el fallecido. Después se aparta respetuosa y discretamente para dejarla con su dolor.

Cuando se menciona la posibilidad de buscar un rastro y viendo que hay varios heridos, el simiesco personaje parece decidido a dar un paso adelante. Arrodillándose en el suelo para captar algo, quizás un jirón de olor u otro rastro invisible al ojo humano, el extraño tantea los alrededores...

El hombre mono se mantiene cerca de Alese, pero parece estar atento a todo cuando acontece a su alrededor. Parece haber abandonado su tono alegre dada la pérdida del grupo y se limita a acompañar y observar, atando cabos en su mente de cuanto haceis, en busca de un sentido.

Cuando se vayan para Barovia, ¿te irás con ellos?

Cuando se vayan para Barovia, ¿te irás con ellos?

¡Si, si claro! ¿Ande me iba a pirar si acabo de regresar? jejeje ^_^

http://www.comunidadumbria.com/comunidad/foros/tema/33736

Bicho malo nunca muere...

El hombre mono parece un poco fuera de lugar. Su aspecto es el de una leve apreensión cuando entra en la posada y tantos ojos se posan sobre su persona. Trata de moverse despacio, como evitando invitaciones para malinterpretar sus intenciones. Se fija en todos los presentes y pareciendo que no quiere llamar la atención, se sienta en la barra, cerca de Wolkot y Thokk, imitando el aíre relajado que adoptan en las sillas. Hace también un ademán para pedir una bebida como la de ambos. Para evitar confusiones saca una moneda similar a la que van a usar estos para pagar y también se une con un gesto tímido al brindis de Thokk en honor al caído Haiayel. Al beber el licor, parece atragantarse un poco, como si le sorprendiera totalmente el sabor del alcohol, y se nota que hace un esfuerzo por ser cortés y no mostar un rostro que debería decir "¿de verdad os bebeis esto voluntariamente?"...

Su mirada ve marchar a los nobles personajes que se dirigen a enterrar al caído, y también se encuentra levemente con la de Alese cuando esta acompaña a Quenya a conversar en privado.

El hombre mono parece fresco, pero al ver el cansancio general, parece no querer destacar su fortaleza y estira los brazos, desperezándose y bostezando como si de repente tuviera bastante sueño. Es evidente que le descoloca ser tan diferente y trata de encajar.

Hace una seña al posadero indicando la planta superior y el gesto universal de dormir, y tras un breve regateo por señas, llegan a una cantidad adecuada. A pesar de la cara de desagrado del posadero y una mirada que estima si el peludo humanoide tendrá pulgas, el dinero es siempre dinero: el disipadudas universal. Unas monedas y una llave cambian de manos y con un gesto educado, el humanoide hace una sobria genuflexión a los presentes y se dispone a irse.

Pero antes de ello, al pasar junto a Alese, levanta varios dedos y señala la llave de su habitación para indicarle en qué habitación estará. No sabeis si le está indicando que quiere que vaya, o simplemente que anuncia donde estará por si Alese requiere de sus servicios.

Con un último gesto respetuoso y rostro amable, ofrece su brazo a Wolkot, como invitándole a ayudarle a subir las escaleras al piso superior. Realmente es un ser extraño, pero paraceis sacar en claro que su raza se preocupa por sus mayores de una forma especial, aunque estos parezcan sanos y fuertes para su edad.

Una figura sigilosa se mueve por el pasillo. Tras andar unos pasos, unos nudillos tocan suavemente una puerta y deslizan un trozo de papel con algo garabateado.

"Soy el mono. Hablemos. Y."

Postea tranquilamente en la escena marcando a Alese, ya que ella ya sabe quien eres.