Partida Rol por web

- Ah, pero... ¿entonces nosotros no somos los malvados...? -dijo Yoru el Túnica Negra llegando por detrás de Thokk y Envy y poniendo una mano en cada uno de sus hombros. Había regresado de su leve conversación con Alesse y de vuelta con el grupo tenía una sonrisa sardónica en su dorado rostro que contrastava con el tono inocente con el que había hecho la pregunta- Pensaba que nos hacíamos pasar por buena gente para poder apuñalar por la espalda a todos los incautos que se enborracharan bebiendo en nuestra mesa... Tsk, tsk, tsk... -chasqueó con la lengua, mientras meneaba la cabeza con desaprobación- En fin, supongo que en otra vida será... Pero por favor, continuad con tales reflexiones. El sano debate siempre es interesante...

Dando un suspiro, que más parecía un bostezo, Yoru alzó las manos de los hombros de sus compañeros con la cabeza mirando al techo, fálsamente desencantado, y rodeó la mesa hasta volver a su asiento, junto a Quenya y Urik.

- Disculpame de nuevo, querida... -dijo a Quenya al sentarse a su lado, su sonrísa de nuevo amplia, feroz y sobrenatural- ¿Te ha contado algo divertido Urik...? Si no es así, seguro que tu y yo encontramos algo divertido que poder hacer...

Y Yoru el Túnica Negra soltó la sonrisa más encantadora y sorprendente que un hombre de piel dorada y ojos de relojes de arena podía mostrar...

Oh, Yoru dije acercando mi mano a su rostro y tocando su pelo

Mis palabras con Urik son sólo mías, al igual que las tuyas con Alese dije poniendo cierto énfasis en esta última parte de la frase

No se podía jugar conmigo y, segundos después, hablar con otra mujer, por mucho que no se acercara ni a la belleza de mis pies.

-Eso bastara, incluso me sentire mas comoda...- Dijo sonriendole en susurros luego de que Yoru se fuera.

Con cada palabra que Envy decía, el caballero levantaba un poco más sus ojos, hasta la bomba final. Era eso lo que había despertado sus instintos y sus alarmas... una mujer lobo. Luego cerró su boca que estaba abierta por la sorpresa, bebió un sorvo de su copa de vino y escuchó a Thokk mientras probaba un bocado más de su plato.

Cuando éste terminó, su boca se abrió, esta vez deliberadamente para contestar a uno y a otro, pero Yoru intervino. Su simbiotico y falso discurso se entrometía nuevamente en su conversación con otra persona. Sus ojos se fijaron en el túnica negra y esperó a que éste terminara. Luego le siguió con la vista hasta que llegó al aldo de Quenya. Su semblante cambió por completo al ver a la bella mujer verde. Y más cuando escuchó sus palabras. Despedía poder y presencia por todos los pores de su piel verde y aun así sabía manejar y tratar a cada uno con quien se topaba. Sin más el caballero le sonrio, se puso nuevamente colorado y se volvió par seguir departiendo con la Envy y con Thokk.

- Ehhh, sí- comentó haciendo un esfuerzo para recuperar de su memoria la conversación que estaba manteniendo.- Envy, no sé si mi postura es.... ¿sois una mujer-lobo?- la mirada se posó fíjamente en la muchacha al recordar la última frase de ella.- Es increible- dijo el caballero mientras se santiguaba como le habían enseñado (besándose los dedos, tocándose la frente y luego llevando la mano al medallón con el símbolo del cuervo). Luego, negó con la cabeza, bebió otro sorvo de vino y miró nuevamente a sus compañeros de mesa.- Perdonenme por poner ésta cara, pero esto es nuevo para mí. Además enlaza con lo que os iba a decir- confesó el caballero sinceramente.- No, mi querida Envy, no prejuzgo. La experiencia es lo que hace que seamos como somos. El mundo hay que mirarlo con ojos críticos y más con lo que está pasando en estos momentos. No es justo prejuzgar, pero nunca viene mal estar preparado para cualquier contingencia. He luchado con ogros, no por deporte creanme- el caballero se volvió hacia Thokk y le dijo.- Os lo juro, fue por salvar mi vida y la de varios compañeros mios- Luego continuó.- Es difícil ver el bien en seres con lo que solo has luchado. No me enorgullezco de lo que he hecho, pues en ocasiones arrasabamos aldeas y campamentos de orcos y... otros seres por el hecho de ser lo que son. Pero he de deciros que en la mayoría, sino en su totalidad, esas viles criaturas habían cometido actos horribles contra poblaciones de humanas- el caballero miraba su copa mientras hablaba, recordando situaciones perdidas en su mente.- Sé que no era justo, pero ellos tampoco preguntaban cuando saqueaban, mataban y torturaban a poblados enteros. De todas formas no era justo y pague por pensar esto- el semblante del caballero se tornó frío y apagado. Sus recuerdos parecían deborarlo por dentro.- Sé de lo que hablo, pero el que mejor os lo puede contar el Thokk. Él ha vivido con los humanos, con lo que seguro le odiaban y se metían con él. Y luego vivió con los ogros... que otro tanto de lo mismo. Pero ¿por qué le odiaban? supongo que era por el miedo; por ese enfrentamiento entre razas.- Urik miró a Thokk y le preguntó.- ¿Acaso tanto los humnos como los ogros no han cometido actos horribles unos contra otros? seguro que os lo han contado innumerables veces uno y otro pueblo ¿no es así?- la pregunta del paladín era directa para ahondar en los recuerdos del semiogro, por lo que reaccionó al instante.- No contestes. Lo siento. Siento haberos hecho recordar cosas que seguramente os duelan. Os pido mil perdones- rogó Urik.

- Ouch... -dijo Yoru, fingiendo una descarada punzada de dolor en pleno pecho- Eso ha sido tan certero como doloroso, querida... -su tono era de falso dolor y mucha diversión interior- Si mi corazón no estuviera fuera de mi pecho, me lo habrías taladrado... Pero mis palabras con Alesse no tienen nada de especial... Mis palabras especiales solo son para ti, querida, y lo sabes... -la sonrisa de Yoru se amplió- Vamos, tienes demasiada clase para sentirte ofendida por una nimiedad como esa... Dicho lo cual, estoy a tu disposición para cuando gustes subir... -de repente el tono de Yoru se volvió serio, sin juegos, recuperando sus facciones habituales, las de elfo- Tenemos algo importante de lo que hablar Quenya, y no quiero que nos coja la medianoche sin haberlo discutido...

Me parece que te equivocas Urik, es cierto que los ogros son salvajes y una parte de mi ansía combatir. Sin embargo, a lo largo de mi vida he descubierto que los humanos tienen miedo de todas las criaturas distintas a ellos y les dan caza solo para chulearse. Un claro ejemplo es la caza, no la caza para comer sino lo que hacen algunos nobles de ir al bosque a cazar algun oso. -dijo a modo de ejemplo.- Un oso que no ha causado mayor problema, si acaso habra matado algun animal de algun rebaño para comer. Termino de hablar y un bostezo acudio a su boca, alargo sus brazos estirandose y termino la cerveza de un trago. - Si me disculpan creo que me voy a ir a dormir, aun tengo que preparar la tienda. - dijo soltando un bufido de pereza.- Enana, no tardes mucho ¿Vale? - le dijo a Envy mientras cojia su mochila y se la echaba a la espalda.

El caballero pensaba replicar al semiogro, pero este se despidió para irse a dormir. No quería molestar, así que se levantó y asintió a modo de saludo marcial, mientras dicía.-Que descanseis-.

Luego se volvió a sentar y seguió comiendo. Entre bocado y bocado le pregunto a la joven muchacha.- ¿Tú piensas lo mismo que él?- quiso saber elcaballero.

Sí, Yoru, tenemos que hablar... Tengo unas cuántas cosas que morderte dije sin darle mucha importancia a mis palabras, pero cargándolas de cierto deseo.

Dije también unas últimas palabras a la mesa de al lado

En el fondo, todos somos bestias, humanos, mujeres lobos, ogros e incluso yo, que tampoco soy humana.

Buenas noches

Y me fui tras Yoru

Alese, pasado un ratillo, se coló en la habitación de Quenya.

- Siento desilusionarte, Yoru me pidió que viniese. Si es un intento de montar un trío lo caparé, pero parecía convencido de que había algún peligro...

Una mirada deseosa se me fue hacia la puerta cuando se abrió... Para toparme con la mirada de Alese.

Algo raro había ahí, así que evité echar fuego por los ojos al verla.

Al escuchar sus palabras, dije:

Tranquila, le arrancaré sus partes nobles antes de que se de cuenta

-Adios chicos- Dijo despidiendose de Yoru y Quenya. -Si, ya no me tardo- Le dijo agradecida de ver que habia aceptado su propuesta.

-Si, Urik, y la rebato aun mas... El hombre no solo por deporte, sino que por miedo ataca antes con la escusa de "prevenir" un peligro- -Entiendo muchas de tus cruzadas, y que te hallas encontrado con criaturas que han cometido actos horribles, pero estoy segura que no mucho mas terribles que las que hacen los propios humanos a otros humanos, ni que decir a otros seres ya sean inteligentes o no, aqui no se trata de bandos, no son solo ogros contra humanos, licantropos contra orcos, no hay una sola nacion o tribu que englobe a cada raza y ni siquiera a todo un grupo, ya que todos son diferentes-

-Mira a ver como te lo explico... tal vez un ejemplo de mi vida, como tu me diste de la tuya te ilustre... Yo soy huerfana, no conosi a mi padre, y por lo que me contaron mi madre utiizo lo ultimo de fuerza que le quedaba para llevarme a una pequeña villa y dejarme a cuidado de alguien, por suerte mis padres adoptivos sin saber lo que yo era me adoptaron y mi madre murio, siempre tuve amigos, no fui nunca ni peligrosa ni agresiva, hasta el pleno desarrollo sexual mio no tuve nunca un cambio, solo sueños... Una luna llena, cambie, pero fui conciente del cambio, veraz, quienes nacemos con mi bendicion en vez de adquirirla tenemos un mayor control, supongo que sera porque no tenemos que atravezar todo el stress psicologico de una sola vez, ademas de que ellos por ahi se ven transformados en algo que antes odiaban o le temian y sentirse luego sin control es dificil... pero no yo, yo incluso ya sabia lo que era para mi primer cambio, y cambie y sali a correr fuera de la aldea...-

Luego ella sonrio y a pesar de beber un trago de su cerveza su mirada fue mas alla al vacio. -Nunca te podras hacer una idea de lo bello que es el mundo bajo los sentidos de un lobo, hay una belleza que no ves en los bosques sin estos sentidos, sea de dia o de noche, asi mismo una sensacion de libertad absoluta que nunca podras imaginar... y ea libertad, ese nuevo mundo se termino de abrir para mi esa noche... y sin hacerle daño a nadie, sin atacar a nadie...- Luego su vista se nublo de dolor.

-Pero esa noche en la aldea se dieron cuenta, todos menos mis padres adoptantivos, me señalaron como un demonio, un asesino, un monstruo, me persiguieron, me atacaron, e incluso hirieron... y yo no habia hecho nada, no habia ni siquiera matado un cordero ni roto un plato, simplemente por ser lo que siempre habia sido, tanto hombres como mujeres que siempre habian sido vecinos y amigos mios, se lanzaron a atacarme, hubiera muerto si esta...- Y se miro a las manos. -Bendicion, no me hubiera dado la fuerza, la fuerza de curarme de las heridas que me ocacionaron, de ser fuerte para mantener el paso varios dias, de ser agil para esquivar sus flechas... Esa noche vivi, gracias a que soy lo que soy, y no creas, no odio a los humanos...- Y le miro a la cara a Urik, mostrandose sonriente, casi como si sintiera lastima del hombre que estaba a su lado sin conocer la belleza del mundo fisico y metaforico debido a una mente que aunque buscaba ser libre aun estaba atada por unas cadenas forjadas en creencias ajenas a el. -Este mundo es peligroso y oscuro, y hay en el criaturas capases de cosas horribles y viles, y que no dudaran en engañar para hacer daño... pero aun asi miro a cada humano y criatura, y les doy el beneficio de demostrarme un poco de luz en este mundo, y aun corriendo ese peligro tampoco soy tan ilusamente confiada y he sobrevivido...-

-Por ejemplo, no temo hacerme amiga de Alese, siendo ella una debota servidora de Pelor, aun cuando me han perseguido y querido asesinarme varios de sus seguidores, inquisidores, y gente que con "Fe ciega" que cree saber lo que Pelor quiere sin ser ellos parte de alguna iglesia- Meneando la cabeza en gesto negativo. -No, mi amigo, la experiencia no nos hace siempre lo que somos, si no dejamos que lo haga... cada uno es resposables de lo que es y como es con los demas, el resto es una excusa- Termino su cerveza de un trago y se levanto. -Bueno, me voy a dormir afuera- Dijo con una sonrisa y enfilando para la salida al igual que lo habia hecho Thokk hacia un rato. -Tu no tienes idea de lo bello que es el mundo para un licantropo, y no lo sabras... Bueno, si me lo pidieras... tal vez- Dijo dejando en el aire una oferta enigmatica y coqueta, adornandola con una risa.

Al salir de la taberna busco la tienda de Thokk. Al encontralo se dirijio a el. -Gracias amigo, se que por ahi estarias mas comodo dentro poniendo tus petates en el suelo, es que asi me siento mas... comoda- Luego dejando sus cosas dentro de la tienda, su cimitarra, y bolso, empezo a quitarse la ropa sin problema alguno frente a Thokk. -Se que no estas acostumbrado a compartir viaje con una licantropo- Mencionando el color colorado de sus mejillas y rostro al ver el cuerpo de ella desnudo antes de poder darse cuenta de lo que iba hacer. Luego solto a su lobo interior y este afloro en ella, explotando en un millon de cambios, oseos, musculares, y demas. Terminando su conversion en una loba, la cual dio una vuelta sobre si misma, y se acosto en la puerta de la tienda, y miro con cariño al semi-ogro.

Urik escuchó muy atento las sentidas palabras de Envy. En todo lo que había narrado la muchacha, casi confesado, lo había hecho con el corazón en la mano. Sus pañabras rebosaban emoción, sacadas de lo más profundo de su ser, de sus recuerdos más duros y puros. 

Ella había sobrevivido, ella había conseguido dominar el cambio. Ella era única en su especie. Con lo mejor de ambas razas. El caballero la miró y se maraviló por lo que ese ser significaba.

Cuando ella se levantó para salir, Urik se levantó con ella, como mandaban las normas de protocolo. Tampoco dijo nada como ocurrió con Thokk, solo asintió a modo de saludo y profirió por lo bajo.- No creas que no me gustaría,... pero por ahora no, por ahora no- susurró elcaballero rascándose la cabeza.

Tras ver como la mujer salía por la puerta Urik apuró su bebida, pidió una cama al tabernero y subió a dormir. Por el camino, siguiendo al tabernero, Urik pensó en las conversaciones que había mantenido. Negando con la cabeza el caballero se dijo para sí: No, no todo es como ellos lo ven. La gente se defiende por miedo, miedo a que le quiten lo que tiene. Ese miedo no viene de la nada. La inmesa mayoría de las veces es por una causa... la causa del efecto del miedo. En efecto, Envy tenía razón, cada uno es responsable de sus actos, responsable de lo que és y cómo es con los demás, pero mucho de lo que es, es lo que la experiencia le ha enseñado. Sobrevivir, razonando y comprendiendo...pero al fin y al cabo sobrevivir.

Sin darse cuenta habían llegado a la habitación y el tabernero le miraba esperando que pasara dentro. Asintiendo con la cabeza, el caballero se metió dentro y cerró la puerta tras él. Mañana les tocaba una dura jornada... tan dura como todas las que había vivido desde que se unió a la orden.

Finalmente todos se fueron a descansar. Todos se marcharon a sus habitaciones o al menos casi todos y estaban tan agotados por las vivencias ocurridas aquel día. Aquel laaargo día que cayeron redondos en sus lechos.

No tardaron nada en conciliar el sueño, ni tan siquiera la preocupación de lo que el próximo día les acontecía. Todos descansaron en completa paz. En esa paz que le faltaba a Barovia. Hasta que extraños sonidos agudos y el batir de las alas de murciélagos os sacaron de vuestros sueños. Pero aquello solo duró unos segundos, pronto volvisteis a dormir.

En tan solo unos instantes, o al menos esos es lo que pareció, los primeros rayos de luz se colaban a duras penas entre la bruma que había en la villa. Eran muy tenues, muy frágiles pero estaba claro que el nuevo día había llegado y con él nuevas aventuras, nuevas conversaciones y sobre todo.

Nuevos peligros.

Detengo mis oraciones a Pelor cuando el primer rayo de luz golpea mi rostro. Estoy acostumbrado a despertarme antes del amanecer para dedicar mis oraciones al dios sol cuando tiene su mano sobre nosotros, los mortales.

Todavía sigo preguntándome cómo el extraño ogro consiguió llamar artes curativas sobre nosotros, pero no he conseguido llegar a ninguna conclusión. Lo más probable es que ese bárbaro solo rezase a Erythul*, y dudo que ese dios violento e incivilizado dote a sus seguidores del mismo poder que lo hace El Radiante.

La rutina. Esa era la clave, la rutina de todos los días. Levantarse temprano, asearse, y acometer el largo y tedioso momento de volver a colocarse la armadura. Siempre las mismas piezas, siempre el mismo orden. Perdió un momento en comprobar su espada, si por el combate del día anterior había sufrido algún deterioro, ahí, una pequeña mella, sacó la piedra de afilar y lo arregló.

Elevó una plegaría a ningún dios, hacía tiempo que ya no creía en ninguno, por ellas, su mujer, su hija.

Después salió de la habitación para buscar un desayuno que sus tripas ya le reclamaban

En cuanto tocó el alba la paladin de Pelor se levantó y empezó a rezar, reconfortada por un nuevo día y por la energía que el sol mismo le brindaba, se volvía a enfundar en su ya no tan refulgente y maltrecha armadura, hacía memoría de sus votos, de lo que se esperaba de ella y sonrió para sí, ya son cuatro días que nos separamos, ha de ser hoy el día que los encuentre...

Y con este pensamiento bajaba a la sala común, en su nariz se revivia la pestilencia del sebo mal curado y la cerveza a medio fermentar, nada que ver con el cirio que había encendido para rezar, pero esta era la realidad... Veía a Wolkot en el salón y hablando con el tabernero Buen día caballero hoy ha de sonreiros la fortuna... 

Se sentaba en la misma mesa mientras tambien ordenaba un desayuno, bien fuerte pues el día sería largo.

Buenos días, señora.- el veterano combatiente sonrió melancólico ante las palabras de la paladina...Hace tiempo que no se me puede considerar caballero, casi el mismo que me dejó de sonreír la fortuna.

Se levantó para ofrecer una silla y la paladina, y después de que ella se sentara hizo lo mismo.

¿Y que tal ayer? ¿Encontrasteis alguna pista del paradero de vuestros compañeros?

Como cada mañana, antes de que el sol despertara, Hurnn hizo lo propio con Urik. El graznido despertó al instante al caballero quien agradecióa su fiel compañero acariciando su negro plumaje.

Vistiéndose y cogiendo sus pertenencias bajó a la taberna para desayunar. Era temprano y no esperaba encontrar a nadie. Pero, para su sorpresa, se encontró con Wolkot que hablaba con una dama.- Buenos dias tengan- saludó el caballero acercándose a ellos.- Soy Don Urik, creo que la vi ayer- se presentó el caballero, a la vez que hacía una reverencia.- Señor Wolkot, ¿que tal ha dormido?- comentó dirigiendose educadamente también al guerrero.- ¿Permiten que comparta conustedes la mesa?- pidió Urik mirando a ambos.