Partida Rol por web

Debbe tachó con hastío una de als marcas que había hecho en el mapa antes de mirar a uno de los pasillos. Parecía que solo quedaba una habitación por revisar pero no podía estar segura de que los cuervos no hubiesen entrado en alguna de las habitaciones que ya habían revisado.

Venga, movamonos

- Eso, vayamos a otro sitio que no hayamos visto aun- gruño el enano mahumorado porque no abían tenido combate alguno.

Debbe comprobó y abrió la última de las puertas visibles que habia en esa planta. Entraron en una habitacion circular con las paredes completamente cubiertas por viejos tapices que mostraban un castillo en la orilla del mar. Una enorme capa de polvo se asentaba sobre el suelo. El aire era mustio y extrañamente frío allí. Habia viejas manchas de salpicaduras de sangre en las paredes asi como numerosos agujeros y mellas en las piedras. Habia dos nuevas puertas cerradas en la parte sur de la estancia y una en la parte norte, pero esta estaba hecha pedados y se veia que bajaba de nuevo hacia el sótano, a una zona realmente oscura y sin ningún tipo de luz. También habia una escalera que subía hacia el nivel superior, también en la parte norte de la sala.

Kevan examino las diferentes salidas.

- Prefiero subir, no se como lo vereis vosotros, compañeros.

- Yo no, creo que debemos mirar lo que nos queda de este piso y descartarlo definitivamente- bramó el enano dando por sentado que esa era la mejor opción.

-Estoy con Drommbar, no me gustaría que nos cerrasen el paso o nos emboscasen al bajar-dijo el enano asintiendo con la cabeza mientras miraba a sus compañeros. Desde luego todos parecían igual de agotados que él pero admiraba, con algo de orgullo, su tenacidad y aguante por ayudar a Ameiko

–No perdamos tiempo. –dijo abriendo una de las puertas mientras señalaba la otra a Drommbar.

Debbe abrió una de las puertas. La mesa y las sillas de un oficial que una vez decoraron la estancia estaban ahora rotos en pedazos por el suelo. Un vuelo de escaleras se levantaba a lo largo de la pared sureste subiendo de nuevo hacia el piso superior.

Inmediatamente y sin esperar ni comprobar nada, Debbe abrió la puerta enfrentada. Allí, expositores de armaduras y armas, asi como una gran cama, una mesilla ornamental para escribir y una silla de cuero estaban repartidos en pedazos por todo el suelo. Una gran capa de polvo cubria todo en aquella sala. De una esquina, oculto en la oscuridad, surgió una figura fantasmagórica que se acercó caminando hacia Debbe.

Lento...

Al ver la lentitud con la que avanzaba el espectral guerrero, Debbe se lanzó contra él con rapidez. La idea de dispararle con las flechas ni se le pasó por la cabeza, pues  tenía bastante presente el combate con el antiguo guardaespaldas del castillo. Lo mejor sería hacer el mayor daño posible...y las flechas no eran el arma apropiada.

¡¡Rodeadlo!!–exclamó mientras la hoja cruzaba el aire para impactar impactando contra aquel ser.

Kevan saco la varita de rayo abrasador y ataco a la aparición.

El enano entro pisando los pies de la muchacha y casi bufando porque no le había dejado pasar a él primero por si encontraba algún enemigo. 

Cuando éste apareció, el enano se encolerizó aun más al ver que tenía razón-

- ¡¡Ves!!, ¡¡Tenía que haber entrado yo primero, niña!!- le espetó mientras cargaba contra aquel ser.

Vasis aferró con fuerza su rudimentario bastón de madera y frunció el ceño. Muertos Vivientes como aquel eran los enemigos naturales de cualquier clérigo bondadoso....

Debbe y Drommbar se adelantaron atacando con sus armas al enemigo antes de que este pudiera reaccionar. Debbe, con una puntería ya usual, ensarto su arma oriental en la criatura, cortando trozos de carne putrefacta que cayeron al suelo con un sonido muy desagradable.

Kevan se adelantó mientras echaba mano de su varita. Al ver a la criatura que tenia delante, lanzó un rayo abrasador sobre ella. Las llamas envolvieron a la criatura haciendo que emitiera un chillido agudo. Cuando se hubieron disperso, la criatura atacó a Debbe con todas sus fuerzas, hiriendola con sus garras en uno de los brazos.

Debbe quedó gravemente herida por el ataque del no-muerto sin embargo antes de ser sanada Vasis que era importante acabar con aquel engendro no-muerto.

El clérigo alzó su rudimentario bastón y alzando una oración a Desna este se iluminó con una luz dorada que canalizó energía divina en dirección a la zona del no-muerto.