Partida Rol por web

Kelda se acercó a Kevan por la espalda, con tanto sigilo que le dio un susto de muerte cuando habló.

- Claro que puede seguir. -dijo con tono duro - Es una mujer, se queja mucho menos que cualquier hombre. - la mirada de Kevan era algo de sorpresa, asi que la guerrera continuó, ahora en un tono más afable - Reconocerás que para lo que está recibiendo la chica se está quejando poco - dijo mientras se golpeaba el pecho con el puño. - Somos más duras de lo que la gente quiere hacer creer. 

En cuanto a la disculpa del magus, la mujer aleteó con la mano.

- Nada, nada, tu usa esa cabeza tuya que se ve que no la tienes solo de adorno. Si hubiera funcionado, igual tendríamos un compañero esquelético. No era mala opcion. - Y le dió una palmada en la espalda, con una fuerza tal que sintió por dentro como se le salian los pulmones por la boca. Aquella mujer si que era dura, y más bestia que muchos hombres de taberna de los que habian conocido. Sin embargo, aquella enorme sonrisa en su rostro daba al mismo tiempo tranquilidad... y mucho miedo...

Kevan se recupero como pudo de la palmada.

- Si, Debbe es una aventurera dura y curtida ... tambien tiene un genio dificil, pero nadie es perfecto. Bueno, casi nadie

Y le echo una mirada a Kelda a medio camino entre la insinuación y la chanza.

Bueno Debbe, esta claro que Kelda es toda una mujer y tal vez ella sepa valorar mis virtudes ...

–Solía tener buen humor–. Respondió retirando el brazo como si temiese que el mago empeorase aún más el estado de este– Luego os conocí.

Ante el comentario de Kelda sobre que la herida no era nada, la pícaro se encogió de hombros...aunque no pudo evitar poner los ojos en blanco ante la idea de un esqueleto como guardaespaldas. Como si hubiese sido una buena idea. Sin lugar a dudas no lo había sido. Igual que sabía que no era buena idea partir sin que la curasen el brazo. Al fin y al cabo, Drommar y ella parecían ser los únicos que sabían manejar un arma.

–Aún así, mejor no arriesgarnos a encontrarnos con otro demonio como el de ahí abajo. Pero bueno, que da igual. ¿Para dónde queréis ir?

Tras el combate el clérigo de Desna parecía haberse aislado de todo y de todos, exceptuando de los restos del no-muerto al que acababan de vencer. El anciano parecía haber cambiado su habitual rostro alegre y despreocupado y sus rasgos parecían ahora mucho más serios mientras murmuraba cosas para sí.

- Mal asunto cuando empiezan a aparecer seres reanimados de la muerte... una vez mis pasos me llevaron hasta Ustalav dónde toda una prisión abandonada cayó bajo el embrujo de una poderosa maldición que reanimó a todos los que murieron allí encerrados aterrorizando a todo un pueblo... - explicó serio. - menos mal que aparecieron unos héroes al servicio de la Iglesia de Pharasma que acabaron con los horrores de la no-muerte que asolaron aquella tierra. - concluyó alzandose y dirigiéndose hacía la pícara.

El clérigo de Desna le sonrió de forma extraña, y luego le tomó su brazo. - ¿Cómo vas a ir con este brazo sangrando niña? Es evidente que hay que amputarlo. -

Entonces el anciano extrajo una daga de su cinto y empezó a colocarla en el brazo de la mujer, buscando el lugar exacto dónde realizar el corte de amputación. 

La piel de Debbe perdió absolutamente todo el color y su mirada se movió  hacia la daga delclérigo. Aquello no podía ser ¡¡Si sentía los dedos!! ¿Podía moverlos? Sí, aquello era una buena señal...pero..La gag...¿Y la magia? Podía curarla con magia ¿Por qué no lo hacía? Y en el nombre de todos los dioses, ¿porque sonreía?

Entonces se dio cuenta.

–¿Estás loco?–respondió agitando mirándo fijamente a los brillantes ojos del clérigo –¡Con eso tardarás horas! Tienes que hacerlo con la espada...o mejor aún. Drommbar, ven un momento. Vasis, indícale donde tiene que dar, ¿vale? Cuanto más rápido mejor.

La bárbara ignoró a Kevan, quizás porque no se percató de la insinuación o porque no le interesaba lo más mínimo. Se centró en el clérigo que había hablado de nuevo - ¿Vas... Vas a cortarla de verdad? - dijo Kelda mirando al clérigo. - Yo soy buena con la espada, si quereis puedo echaros una mano. Lo intentaré hacer de un tajo, Debbe. -añadió muy seria.

Kevan palideció.

- ¡ESTAIS COMO CABRAS!

¿¡HEMOS PASADO POR UN INFIERNO PARA QUE AHORA OS PONGAIS A JUGAR A AMPUTAR BRAZOS!?

Maldito sacerdote ... ¡Usa tu magia! Mal vamos si debo ser yo el cabal ... 

Vasis empezó a reir como un loco, como un auténtico loco, más cuando Kevan pareció frustrarse por la situación.

- Vale vale... nada de amputaciones... - dijo el que a pesar de todo, emanaba una gran sabiduría a través de aquellos ojos azules cargados de experiencia y de vida. 

- Entonces.... creo que usaré la daga igualmente. - dijo de súbito, volviéndose a girar hacía Debbe, momento en el que alzó aquella daga mientras aún tenía tomado firmemente el brazo de la mujer y descargó su mano con la afilada hoja a la altura del codo. 

En cuánto la hoja rozó la tela esta se transformo en centenares de mariposas ilusorias de colores que rodearon el cuerpo de la pícara, restableciendo gran parte de sus heridas. 

Vasis sonrió y guiñó un ojo a Debbe.

Kelda parecía un poco decepcionada. Al fin y al cabo, pensaba que podía haber sido útil.

- Pensaba que era un tema con el veneno de antes. Si realmente lo tenias en el cuerpo y se extendía, igual podrías hasta morir...

Le respondía a Kevan, pero miraba a Debbe muy seria.

- Me alegro de que no tengas que perderlo, no obstante. ¿Seguimos? Podemos subir al piso de arriba o bajar al de abajo. Creo que lo miramos entero, pero no recuerdo que hubiera más escaleras que subieran, las únicas que habian daban al salón principal, ¿no creeis?

Kevan resoplo aliviado tras el susto provocado por el truco del clérigo.

Maldito viejo, es mas avispado de lo que disimula tras sus canas...

- Si damos por revisado el piso de abajo, subamos. La verdad es que no soy demasiado bueno con los mapas ...

¿Estas lista Debbe? ¿Los demás? ¿Algún otro herido?

–¿Qué pasa Kevan? ¿Te da miedo un poco de sangre?– se mofó la chica, aunque sin dejar de mirar la espada de Kelda, a quien la veía muy capaz de utilizarla ante la mínima insinuación del clérigo. –Si solo es un br...

La frase se vio interrumpida por la daga y las mariposas que aparecían por todos lados, cegando a la muchacha que trataba de espantarlas con el brazo libre. Una vez pasó la confusión, la herida del brazo había desaparecido y la expresión de la chica se relajó. Aunque Desna era quien guiaba sus flechas, no había duda de que para asuntos de curación, la pícaro prefería el olor de la cerveza de Grongar.

–Maldito loco–dijo con una risilla nerviosa antes de girar la cabeza hacia las escaleras y luego hacia la puerta. –Vale, pero antes deberíamos ver que hay detrás de esta puerta. ¡Y vosotros dos! Relajaos, que os habéis quedado blancos.

Aquella última fraseiba dirigida a los enanos, que desde que habían comenzado con el numerito de la espada y las heridas no habían abierto la boca.

El enano ya había dicho que subieran pero, apartado como estaba de los demás, estos no le habían escuchado. Aún continuaba enfadado con los dioses por haberle abandonado, lo que no hacía que tuviese el mejor humor del mundo... pero los demás tendrian que entenderlo. Mejor así, no querría pagar su frustración con sus compañeros que habían demostrado su apoyo y en ningún momento le habían echado en cara haberse convertido en un clerigo inutil.

-Yo estoy bien, no teneis que preocuparos-dijo el enano respondiendo a Kevan mientras seguía con la mirada clavada en la escalera que subía, asegurandose de que nadie bajaba por ella y les sorprendía-. Será mejor que subamos al fín y al cabo siempre tendremos que volver a bajar-rezongó.

A Kelda seguían sin cuadrarle las cosas. Quizás más tarde pudieran comprobarlo en el mapa de Debbe, pero estaba en parte convencida de que habian revisado todas la habitaciones del sótano y no habia unas escaleras que subieran a un sitio inexplorado como el que habian estado ahora, por lo que estas escaleras que bajaban eran desconocidas para ella.

No obstante, el grupo quería subir, asi que ella asintió con una sonrisa.

- No he visto el piso de arriba aún, vamos a ello.

En el piso de arriba, en esa estancia, ya habian estado. Las marcas de las paredes y las manchas de sangre indicaban que la batalla que habia tenido lugar en el piso del que provenian habia continuado en aquel, o al revés. Del segundo piso aun les quedaban varias puertas por mirar y unas escaleras por subir.

El enano al ver que ya habíane stado en esta sala y no había enemigo al que enfrentarse refunfuño como era normal en él.

- Grrrrrrrrmmmmmmmmm.

- ¿Y si buscamos alguna sala en la que no hayamos estado?- propuso.

Kevan suspiro.

- Odio los mapas. Tal vez deberíamos fiarnos de la curiosidad de Kelda y bajar a ver que zona sin explorar pasamos por alto ... 

Estabas muy callado Drommbar, ¡pense que ibas a roncar de un momento a otro!

Una sonrisa satisfecha asomo a sus labios.

¿Y si sabías que ya habiamos estado aquí, por que no dijiste nada? –Debbe dio al enano un golpeen la nariz con el dedo índice antes de sacar su emborronado mapa– Pues sí, abajo nos queda por mirar esto, esto...y aquí supongo que haya otra habitación...y aquí tambien las escaleras que Kelda dijo antes. En fin, no queda mucho.

La chica suspiró pesadamente, como si estuviese hastiada de todo. Y lo estaba, pero más por la poca cabeza con la que estaban llevando toda la aventura "Bueno, así se aprende" se dijo.

Vamos a terminar de revisar esta planta, empezando por aquí...y gracias a que no me habéis cortado mi brazo podremos pasar con la seguridad de que no haya trampas.

El enao se rascó las barbas con fuerza. Juraría que no habían estado allí. Trató de aclarar la cabeza, si seguía así iban a hacer que lo mataran o que matara a alguno de sus compañeros y no era momento para eso.

-Te seguimos muchacha, parece que te orientas mejor que este viejo enano-dijo con una sonrisa-. Kelda... si en algún momento tienes duda recuerda "sigue siempre a Debbe". 

- ¿¡Ahora sí?! - se quejó Kelda tras las palabras de Kevan. - Mejor sigamos, da igual que vayamos de abajo arriba o de arriba hacia abajo. Lo importante es que recordemos mirarlo más tarde.

Kelda encaminó la marcha junto con Debbe. Estaba claro que las dos chicas eran las más valientes. Al menos así pensaba la bárbara.

Tras las palabras de Grongar le miró, suspiró y continuó la marcha. Debbe tenía el apoyo del grupo, eso estaba claro. Era la líder de aquel grupete igual que la propia Kelda lo habia sido de su expedición. Y por su descuido habían acabado todos muertos. Era mejor no confiarse, no le volverían a pillar por sorpresa. Levantó la espada y se dispuso a abrir la puerta que Debbe habia indicado en el mapa.