Partida Rol por web

El sotobosque de los alrededores del poblado de Brinewall era demasiado denso como para andar con facilidad. Al cabo de un rato, llegasteis al pueblo de Brinewall, despues de dejar atrás a vuestros compañeros de caravana. La idea era simple, investigar un poco sobre la familia de Ameiko y si hiciera falta, visitar el castillo y tratar de recuperar su legado.

Al menos la idea era simple...conseguirlo ya era otra cosa.

Grongar se rascó la barba. Observaba el lugar con detenimiento. No era un pueblo feo ni apestoso pero no le gustaba. Probablemente estuviera influenciado por el estado de salud de su amada pero no le gustaba aquel lugar. 

-Vayamos a la taberna, todo el mundo sabe que es el mejor sitio para enterarse sobre lo que ocurre por aquí. Además, no me vendría mal una cerveza después de éste paseo-dijo el enano.

Kevan asiente ante la idea de visitar la taberna.

- Un trago nos hace falta para quitar el sabor a tierra del camino del gaznate. Y allí tal vez averiguemos algo.

El grupo, liderado por Grongar y Kevan se adentró en el pueblo... o lo que hubiera sido un pueblo. Mirando los edificios, se dieron cuenta de que estaba completamente vacío. Todos los edificios estaban en un estado de ruina total. Entre estos,se encontraban los que una vez hubieron compuesto el pueblo: unas barracas, una herrería, varias y diversas casas particulares, una vidriería (con diseños arquitectónicos muy parecidos a la vidrieria que poseia Ameiko en Sandpoint), un establecimiento comercial y un establo. En la parte este de Brinewall se encontraba el ayuntamiento y un templo destruido de Desna, las dos ruinas más grandes de la zona. Cerca del templo habia una entrada al cementerio.

En el centro del pueblo habia un gran lago, con un viejo puerto, semidestruido. Y en la parte norte, un faro se extendía al final de la bahia de la laguna.

Siempre, y en la parte noroeste del pueblo, se alzaba el castillo, visible desde cualquier punto de Brinewall.

Grongar sacó lentamente la ballesta y la cargó con un virote. Se sintió un poco estúpido por haber pensado que el pueblo se encontraría en otro estado pero  pese a parecer un lugar inhabitado sabía bien que entre las ruinas se encontraban toda clase de asquerosas criaturas.

-Vaaale...-murmuró en voz baja mirando a su alrededor- estad atentos. 

Kevan miro extrañado a las ruinas. 

- No es esto lo que esperaba encontrar. Tambien tengo una sensación extraña, Grongar. Tal vez deberíamos ir al ayuntamiento o esa casa que se parece la vidriera de Ameiko en Sandpoint. Pordía ser de un familiar lejano.

Con precaución, sacó el arco.

Debbe imitó  a sus compañeros preparando su arco,pero no pensaba que el ayuntamiento fuese una buena idea. Creía que el templo era mejor opción.

En los templos suelen llevar diarios de lo que ocurre en el pueblo ¿no? Quizas allí encontremos una pista

Será mejor que echemos un vistazo por las ruinas por si encontramos algo o a alguien que nos pueda decir que es lo que ha sucedido aqui-dijo mirando al castillo con preocupación.

Drommbar había permanecido en silencio desde que habían llegado a Brinewall. Durante todo el viaje había estado deseando que alcanzaran por fin su destino, para conseguir cuanto antes el tesoro. Sin embargo, ahora que estaban allí, aquello no le gustaba nada.

- Algo me huele mal, y no me refiero al pueblo destruido... -dijo, pero no sabía explicar mejor su sensación.

Tomó su arma más grande y se aferró a ella. Se sentía más seguro con el hacha en las manos. Caminó hasta colocarse al lado de su compañero enano y miró alrededor varias veces, con el ceño muy fruncido detrás de su máscara.

- Será mejor que nos aseguremos de que no hay peligros en lo que queda del pueblo antes de movernos hacia otro sitio -terminó, mirando el castillo que se alzaba en solitario cerca de ellos-. Luego podemos hacer lo que dice Debbe, y revisar si en el templo hay algún escrito o lo que sea...

Revisaron todos los edificios casi ruinosos de brinewall: Las barracas, la herrería, la vidriería, el establecimiento comercial, el establo, el Ayuntamiento y el Templo de Desna... y no fueron capaces de encontrar nada relevante. Ninguna pista. Nada.

¿Quizás en el cementerio? ¿En el lago? ¿El muelle? ¿El faro? Eran otras posibles localizaciones. También estaba el castillo, claro. ¿Sería fácil entrar?

Kevan se encontraba inquieto ante el asentamiento deshabitado.

- Revisemos lo que nos queda. Yo iría al lago, a los muelles, el faro, el cementerio y por último el castillo, en ese orden.

Grongar asintió con la cabeza mientras refunfuñaba.

-Estoy de acuerdo, pero será mejor que tengamos cuidado no me gusta el aspecto de éste sitio y al final se nos hará de noche-dijo alzando la cabeza hacia el cielo nublado.

El lago, no era lo que en realidad parecía. Seguramente en el punto más profundo del mismo habría unos diez pies de profundidad, lo cual no era más que una persona y media de alto. En la parte noroccidental, les pareció ver la carcasa de lo que parecía una especie de dragón marino semisumergida en el agua. Algo más grande que un caballo, su cuerpo permanecía inherte sobre el agua, desde lo que parecía realmente mucho tiempo.

Pero...¿Cómo es posible? ¡¡Un dragón!!

La sorpresa de la chica era más que evidente y con cuidado se acercó poco a poco hacia donde estaba el dragón, comnprobando cuidadosamente sus pasos. Aún recordaba la absurdez de la ameba que les había dado un buen susto.

-Ten cuidado-le dijo el enano que permanecía en la orilla observando a su alrededor. Aquello desde luego era una imagen digna de recordar, no todos los días se encontraba el lugar de reposo de un dragón marino muerto.

Saco el arco y apunto algo indeciso a la criatura.

- ¿No será peligroso? ¿Que hace un dragon marino en un lago? ¿Esta realmente muerto?