Partida Rol por web

Un dia mas, una noche mas, una mision bien echa y otra mas que hace hay una mision una nueva mision esta vez en Madrid, necesitan de uno de vosotros alli. Otro hermano de clan que desea ayuda, parece que hay algun problema o que el Arzobispo asi lo quiere por que no ha dado muchas explicaciones simplemente  que tenian que estar dentro de dos noches como muy tarde en los jardines de Sabatini para el trabajo. Alli te encontraras con tu contacto.

pero ahora es el momento de preparar todo y de despedirte de quien sea necesario.

Tanya salta desde el tejado del hotel abandonado hasta justo delante de la puerta. Sus piernas desnudas asoman por las rajas laterales de la falda de su vestido. Y el tacón de sus botas, no hace ni un solo sonido al llegar al suelo. Se pone en pie y aparta un mechón de pelo rebelde de su frente, que ha escapado durante el "vuelo" del moño desenfadado y elegante a la vez en el que lleva recogido el pelo. La gran puerta se abre a su paso mientras se encamina hacia la habitación que ha sido suya desde que llegó allí.

La célula de assamitas a la que se había unido hacía ya siete largos (o breves) años había decidido ocupar todo el edificio que había sido uno de los hoteles más famosos de la época hace setenta años. Estaba a las afueras. Nadie sospecharía de los gritos de los torturados o de las extrañas horas intempestivas a las que llegaban sus ocupantes... como Tanya hoy.

Volvía exultante de la misión que acababa de cumplir. Había sido más fácil de lo esperado, a pesar de ser una de sus primeras misiones en solitario... rápido, silencioso y sobretodo, eficaz. Así quería que fuera y así fue.

Al llegar a la habitación sin hacer ni una pizca de ruido, empieza a sacar las armas que había utilizado aquel día: De su bota, saca un par de cuchillos arrojadizos. Todavía no habían sido envenenados con su sangre, así que podría utilizarlos en otro momento. En su muñeca, un pequeño pero moderno sistema de "ballesta" que pasaría desapercibido llevando un abrigo de manga larga. Claro está, no podía proyectar flechas... pero sí agujas de unos 10 centímetros, suficientemente largas para dejar sin vida a una víctima... siempre y cuando el lanzador tuviera una buena habilidad. Y Tanya la tenía.

Para finalizar, un par de dagas disimuladas en su cintura. Nunca había necesitado más de eso y sus propias manos... Así la habían enseñado.

Pero no podía regodearse en el sabor del trabajo bien hecho durante mucho tiempo. Era momento de pensar en la siguiente misión. Aunque todavía no sabía cuál sería exactamente su labor. Sin embargo... antes debía hablar con Hayden. Debía informarle del éxito de la misión y de que ya tenía una más. Se decía a sí misma que era una cuestión de deber... pero ya se había vuelto en una necesidad. Hayden era la única "persona", humana o no, que la había oído hablar sobre algo que no fuera su trabajo y había seguido vivo. No era amor, ni mucho menos... pero era al único que podía considerar como de su família.

Se suelta el cabello y tras dejar bien guardadas sus armas, se encamina, descalza, hacia la habitación contigua, llamando a la puerta una vez delante.

Una voz masculina que no conoces al otro lado

Ha pasado tiempo, desde aquel juicio. Debo decir que me alegro sobremanera que tu salieras tan indemne, un cruzado no suele salir asi. Tambien se que has rechazado las propuestas de dos asociaciones, en ambas yo mismo te abale y pense que tal vez ser uno de los Templarios del Sabbat te seria util para asentarte con tu manada. Pense que tal vez te gustaria volver a Sevilla y acabar con Don Rodrigo o que se cambiara a nuestro bando.

Pero no estamos para eso, Adelyne ha desaparecido y se ha llevado algo que me pertenece tanto a mi como al Sabbat. Un fragmento del libro de Nod, un fragmento que aun esta siendo investigado para ser añadido, del puño y letra del mismisimo Cain. Debes recuperarlo, que pague su osadia, seguro que se lo entregara a los perros de la Camarilla por su salvacion, con ella puedes hacer lo que desees no vale nada.

A lo que escuchas. Se hara lo que se pueda no os prometo nada Monseñor, pero sabeis que no puedo mandar a ninguno de mis hermanos a un lugar que no se debe para cumplir con algo que no sea la voluntad de la Espada.

Aun asi sabeis que hare lo que me pedis y que os la traere viva para que sufra el castigo que la querais imponer en estos sagrados muros, pero si lo que deseais es que no llegue viva hasta vuestra presencia, asi tambien lo tendreis

Pasos a la puerta y se abre, esta hablando por videoconferencia. Tanya pasa esto cambia tu viaje.

No sonríe. El único cambio, que sólo él podría notar, es una leve expresión de sentimiento en su mirada. Por lo demás, sigue siendo y pareciendo tan fría y distante como es habitual en ella. Un sutil parpadeo después de cruzar su mirada con la de él, y sus ojos azules vuelven a ser tan inexpresivos como antes.

Tarda más en dar un paso dentro de la habitación que en recorrerla entera con una sola mirada. Algo a lo que se había acostumbrado ya hace tiempo, incluso antes de su abrazo. Aunque tenía que aceptar que antes tardaba mucho más en hacerlo. Así pues, se encara a la cámara de la videoconferencia y hace una perfecta inclinación, hablando por primera vez.

Monseñor...

Una sola palabra, pronunciada por sus labios como un témpano de hielo. Sigue con la cabeza inclinada, esperando una nueva orden.

Una sonrisa recorre mis labios al verla

Puedes levantar la vista no me incomoda. Hayden sabes lo que espero, Elena se vera con tu hombre o mujer y la dara lo que la haga falta.

Pero que no se fie, esa lasombra es demasiado ambiciosa. Hago un gesto a alguien que esta conmigo

os dejo, tengo una visita que no puede esperar. Nos veremos pronto.

Tanya levanta la vista inmediatamente, como si hubiera sido una orden, y no una concesión. Su rostro sigue expresando "nada", frío como el hielo.

Un placer...

Murmura cuando Monçada se despide, haciendo una nueva inclinación e irguiéndose de nuevo después de que ha desaparecido de la pantalla.

Enseguida se gira hacia Hayden y un amago de sonrisa se dibuja en sus labios.

¿A quién enviarás?

Una leve sonrisa mientras la observo

¿No lo adivinas?...pensare que pierdes facultades.

Preparate sales en un avion antes del alba, viajaras durante el dia y llegaras a Madrid por la noche, te recogeran en el aeropuerto.
Se llama Elena Echegarray, es la ductus de una manada de la ciudad y tu contacto.

ya has oido no te fies de ella ni nada.

Tanya esboza una sonrisa confiada de medio lado al escuchar que tiene asignada una nueva misión.

Encontrar a esa desgraciada de Adelyne, deshacerme de ella si no puedo traerla conmigo y volver con el fragmento. Eso está hecho.

Dice mientras da media vuelta para dirigirse a la puerta de la habitación. Al pasar a su lado, su mirada busca la de él mientras añade...

Sabes que eres el único del que me fío.

Acto seguido, apoya una mano en su hombro con suavidad. El único contacto con él que se había permitido desde el día de su abrazo. Pero justo antes de abrir la puerta, cae en la cuenta de algo y da media vuelta, apoyándose en ésta de forma descuidada.

¿Qué hay de esas propuestas que has rechazado? No me comentaste nada.

Dibuja una sonrisa divertida. ¿Porqué rechazaría un ascenso tan claro al poder? Ella no lo habría hecho. ¿O sí...?

 Pues por que no quiero poder, no me gusta el poder y ser lo que me pedian me alejaria de lo que me gusta.

Desde el umbral de la puerta, a ojos de cualquiera, podría parecer que Tanya es la misma mujer fría y distante que el resto conoce. Pero un atisbo de preocupación aparece en su mente.

¿Cual sería aquella condición que pedía? ¿Porqué nunca antes se había preocupado de saber si él tenía realmente lo que quería o buscaba algo más durante su no vida?

Supongo que yo haría lo mismo... sacrificar mi voluntad o mis deseos por el bien del grupo. No me ha dejado ver su preocupación para que no me preocupara. Y no seré yo quien intente cambiar su forma de ser.

Sonríe ante el cambio de tema e incluso se permite soltar un silbido.

Fiu... ¿Demasiado importante y tocapelotas? Suena bien...

Pronuncia las dos últimas palabras con voz aterciopelada... con la voz seductora propia de la mayoría de féminas de su especie. Esa voz que utiliza sólo cuando y con quien quiere y que tiene tan bien controlada... esa voz que esta vez ha campado a sus anchas por su garganta.

Llámame si necesitas ayuda.

Esboza dándose la vuelta de nuevo para salir por la puerta... asomándose un instante después para añadir algo más.

O si te aburres...

Bromea soltando una escueta carcajada mientras se dirige a su habitación para recogerlo todo. Ropa, sus queridas armas y nada más.

 Hace un gesto despidiendose mientras se pone a arreglar algunas cosas en su habitacion.

Tanya da un salto y aunque coge altura, cae en la cama como si de una ligera pluma se tratara.

En sus manos, los documentos y los papeles. Debía memorizar toda la información para no ir llevando todos aquellos documentos consigo. Una verdadera asesina del Sabbath nunca deja rastro. Ni siquiera tras su muerte.

Adelyne... Me temo que has traicionado al bando que no debías...

El plan era relativamente simple. Encontrar a Adelyne, conseguir que confiese la localización del fragmento del libro de Nod y encontrarlo, y para acabar, traer a esa sucia traidora de vuelta al interior de los muros de su "hogar".

Una cruel y casi sádica sonrisa se dibuja en sus labios sólo un momento.

Pagarás por tu traición...

Sin embargo, antes de llegar a ella debía encontrarse con Elena. No será difícil para Tanya desconfiar de ella, como ha hecho del resto del mundo desde hace ya tantos años.

En pocos minutos, ya está preparada para salir en cuanto el sol vuelva a caer. No le gustaba perder tiempo, pero hacía también varios años que había renunciado a la luz del sol. Para algunos es un sacrificio mayor que para otros... Tanya apenas notó la diferencia. Sólo tiene que tomar ciertas "precauciones".

 En la puerta hay un coche preparo para llevarte a coger el avion para ir a Madrid con todo listo para que el sol no entre dentro y no te queme convirtiendote en cenizas en pocos segundos y haciendo que le mundo pierda a un asesino.

Tanya no se molesta en dirigir la palabra a nadie durante su traslado. Mantiene sus ojos azules claros clavados en las respectivas ventanas, mirando el horizonte. Y es la claridad de sus ojos y su cabello la que contrasta con su atuendo. Completamente vestida de negro, con unos tejanos y una camiseta básica conjuntada con una camisa entallada y de manga larga y unas botas militares. Prefería ir descalza para sus misiones, sí... pero todavía no había llegado el momento.

Una vez en el avión, Tanya vigila sus posesiones en todo momento, al igual que su entorno. No le gustan las sorpresas desagradables y había cogido la costumbre de descansar con un ojo abierto incluso antes de ser abrazada.

 Despiertas a tomar suelo en Madrid, el avion se desliza un poco antes de parar y de que se abran las puertas.

Hay un coche fuera esperandote, con un hombre de aspecto arabe, si tiene que ser de tu clan, asi que la final no ha venido esa mujer de la que te hablo tu sire.

Pero no, se abre la puerta del coche y sale una mujer, palida de ojso azules y ropas negras con una gabardina que se acerca a donde estas y espera que bajes.

Bienvenida a Madrid yo soy Elena y sere tu contacto

Tanya baja del avión y se acerca al coche caminando con seguridad. Va completamente vestida de negro y lleva ocultos sus ojos azules por unas oscuras gafas de sol. Son estas mismas gafas las que impiden ver a los demás cómo la assamita recorre con una mirada todo cuanto la rodea. Desde que pone un pie fuera del avión, hasta que se detiene en frente de su contacto.

Gracias, yo soy Tanya.

No ofrece su mano. Tan sólo un asentimiento de cabeza a modo de saludo y enseguida pretende ponerse en marcha.

¿Cuál es la siguiente parada?

 Pues la siguiente parada es para ue veas tu lugar de descanso, un par de informes. Ver a algunas personas.

Estrecho su mano, extraño, sus manos no parecen las de una asesina, pero tambien decian lo mismo de mi,. que equivocados estan. 

Si me acompañas, mañana te dare otro vehiculo, armas, un par de direcciones para que vayas a ver a algunos llamemosles testigos.

Si tienes hambra hay comida en le refugio y hay un lugar donde nos alimentamos

Alguno me gusta de los que vienen, otros simplemente son los que no queremos volver a ver.

Tanya asiente a las palabras de Elena.

Entonces en marcha. Quiero ponerme a esto cuanto antes.

Espera a que su "anfitriona" se ponga en marcha para seguirla al interior del coche.

En cuanto a la comida, Tanya no podía dejar de disfrutar del placer de "cazar", pero cuando tenía una misión, prefería no perder el tiempo con la comida. Se amoldaría al alimento que tuvieran en el refugio

 Elena sonrie mientras subis al coche y poniendo las llaves en el contacto arranca levemente alejandose de alli.