Partida Rol por web

Espero ansioso en la arena, hasta que finalmente mi oponente se presenta, es el campeón de ayer, espero hoy no se pepita..

Que sea un buen combate mi señor, espero durar más que ayer, y te lo afirmo, eso haré!

Yo espero lo mismo señor.

Esperemos a ver de que esta hecho este caballero, voy a medirle la resistencia de su armadura y la fuerza de sus brazos.

Terminadas las palabras, miro rapidamente al barón justo antes de ajustar mi yelmo, ajusto muy bien mi equipo no quiero ningun percance.

Ambos nos hemos lanzado al combate con determinacion, aunque el caballero Nivenno no lo a hecho muy decidido.

Decido no ir tan deprisa, asi que mido muy bien mis mivimientos haciendolos un poco lentos aunque no lo suficiente para que sea el quien de el primer golpe.

Unos leves movimientos de la espada, como tratando de despistar su mirada del resto de mi cuerpo, llegado el momento justo ataco, dos rapidos golpes, bam... bam...

Un grito de sorpresa sale del público al ver el primer ataque de Íleo, un fuerte golpe de espada que choca contra el escudo de Nivenno, haciendolo retroceder y golpeando su cara.

Suena el golpe metálico, y sangra mi nariz.

Sacudo la cabeza, el calor de la batalla me sube al cuello, y salto al ataque furioso pero todos  mis golpes pegan en el escudo de Íleo, que lo mueve con habilidad.

Vamos Sir NIvenno demuestrale a todo el gentido que os observa, demuestrales tu valia.

Tal vez voy demasiado a prisa, si resistes a este ataque te permitire golpearme....

Otro rapido movimiento, a la derecha, a la izquierda, un sigza que desorienta al guerrero que solo puede observar el movimiento veloz de la espada. La confianza y la rigidez de la mirada expresa la seguridad en una tecnica templada con la practica.

Otra vez me muevo con lentitud, saboreando la sangre que cae en mi boca, trato de atacar a Íleo, que con un movimiento de cintura evita el ataque, y me golpea de nuevo en la cabeza, haciendo todo girar.

Íleo da otra muestra de su gran habilidad, ante la espectante mirada del público, evade el ataque de Nivenno, y lo golpea.

Éste gira hasta quedar de espaldas, sus manos caen a un costado, la espada y el escudo impactan en el suelo, en un momento que parece eterno.. luego, Nivenno cae de rodillas, suenan trompetas, Íleo vence nuevamente!

Bravo! este muchacho es un campeón! grita Yvennus desde el palco..

Una vez declarada mi victoria, alzo la espada y volteo la mirada hasta donde se encuentra mi padre, me retiro el yelmo dejando al descubierto el rostro, padre esta victoria es toda tuya y si dios así lo quiere este torneo también lo será. Luego de dichas palabras volteo la mirada hacia el caballero derrotado, lo siento señor espero no haber ido demasiado lejos, permítame ayudarla a ponerse en pie o a socorrerlo en sus heridas. Mientras más lo miro noto la gravedad de sus heridas por lo que me muevo con cuidado para no lastimarlo.

Ian simplemente soltó un silbido de sorpresa y, quizá, algo de adulación ante los duelos de sus últimos dos hermanos pues habían hecho unos excelentes combates. Después de esto se acerco a su padre - Bueno padre, creo que mis hermanos serán unos grandes rivales, si lograre vencerles en esta parte del torneo más que feliz, me sentiré orgulloso de ser el vencedor y honrar vuestro nombre - acto seguido se levantó y tendió su mano hacia su hermano James - Vale James, que ha llegado nuestra hora, ¿estaís listo para seguir haciendo vibrar al público durante este espectáculo? - no sin dejar de sonreír a su hermano en una manera amistosa que denotaba las ganas de un honorable duelo sin dar marcha atrás o contención de ninguna índole

-Genial combate Íleo, pero el torneo ya sabes que no

James rió apenas, de forma maliciosa y luego se estiró. Como siempre, se mostraba altivo y ligeramente arrogante, pero sobre todo confianzudo.

-Sin embargo cuando gane le dedicaré la victoria a nuestro padre para compensar.

Luego hizo señas a su hermano para que se acercara a ocupar un lugar junto a él para el proximo combate.

De solo escuchar las palabras arrogantes de mi querido hermano se me va una sonrisa un poco exagerada. Hermano, deberías de mejorar tu técnica en vez de seguir malgastando tu tiempo con holgazanería y altivez.

Pues seguramente quién mejor luche, respondo desinteresadamente, pero creo que James tiene una motivación mayor.. por lo que es posible que la balanza, se incline hacia su lado

Al notar el desinterés de mi padre y la evasiva respuesta que me ha dado que lo único que busca es no dar o no romper con la igualdad entre las relaciones e interese que posee sobre cada uno de nosotros.

Pues lo que sigue es una repetición de la final de ayer, hijo, y espero sea tan emocionante como promete ser, y luego la final, y para mañana.. ¿realmente deseas saberlo?

Se levantó de su grada, había estado papando moscas todo el rato en apariencia, pero lo cierto es que aprovechó su tiempo lo mejor posible para descansar el brazo golpeado en la primera ronda. Movió un poco este mismo hombro y recogió sus espada y su escudo con gesto decidido.

-Perfecto, ¿quien desea ser mi rival ahora? -preguntó, con una enorme sonrisa de entusiasmo.

Erkebrand se levanta de su asiento y le comenta a James: Parece ser que tenéis problemas de memoria. Dice señalando a la arena y a su hermano Ían que espera a su rival. Estáis hoy en las nubes hermano. Concentráos, o Ían os barrerá de la arena en cuestión de segundos. Un sonora carcajada salió de la boca de Erkebrand y empujó de forma amistosa a su hermano para que avanzase hacia la arena. Muchas suerte a ambos, aunque sólo uno pueda medirse conmigo en la final. Dice guiñando un ojo a Íleo.

-Ay, vaya que si, estaba pensando en otra cosa.

A duras penas pudo apartar la vista de las gradas, al parecer estaba mirando hace rato hacia allí. Y mirando con cuidado en la misma direccion hacia la cual lo hacía el altivo caballero, podía descubrirse un grupillo de tres muchachas que intercambiaban murmullos y risitas entre si. Bajó enérgicamente a la arena y reverenció semi-burlescamente a su hermano.

-¡Hermanito! ¡Ha llegado la hora de la verdad! -comentó, alegremente mientras sujetaba bien la espada y el escudo.