Partida Rol por web

Temerosos de que la estampida pudiese marcar la ruta a un lugar mucho peor, los intrépidos militares marcaron una ruta alternativa a través de la jungla.

En un principio sería una ruta algo más larga, haciendo que la noche esté cada vez más cerca de sus cabezas, pero probablemente también sea más segura.

En vista de las necesidades, el grupo se vio obligado a seguir avanzando buscando un lugar seguro donde descansar. La fatiga volvía a estar presente en vuestros cuerpos y más después de todo lo acontecido.

Los árboles y zonas de vegetación que estaban viendo no eran prácticas de cara a conseguir un lugar seguro, de modo que siguieron andando y rastreando en busca del lugar óptimo para tener cobijo y sobre todo buena visibilidad.

Pasaron más de 30 minutos y no parecía encontrarse un lugar adecuado ¡pero aquello era demasiado grande! la noche estaba a punto de caer y encontrar un refugio ya se había convertido en una obligación más que en una opción.

Parecía que ahora eran necesarias las técnicas de supervivencia para salir del embrollo.

Aunque tenia energías para seguir adelante, sabía que hacerlo era muy arriesgado. La noche estaba casi sobre ellos y conociendo vagamente el reino animal estaba seguro que siempre habría una ley universal para que algo saliera a cazar de noche, y fuese lo que fuese esperaba que no lo  atrapara a él o alguno de sus compañeros. Además si descansaba ahora tendría fuerzas de sobra para seguir mañana.

—Debemos descansar—. Recomendó —Esta ruta parece ser más larga que las vías que seguíamos y a este paso…— Antes de terminar aplasto un mosquito en su nuca y se sacudió la mano —Hijos de puta… Eh, claro como decía a este paso nadie va a poder caminar mañana con facilidad y sin cansancio, si dormimos desde ahora con pequeños turnos de vigilancia estaremos bien. Aunque por ahora no hay lugar donde pasar la noche, sigamos.

Luego de esa corta recomendación Joseph siguió caminando, observando el panorama selvático boscoso que los rodeaba y por un rato realmente no consiguió nada que le pareciera cómodo  o seguro hasta que noto la presencia de un enorme árbol el cual tenía inmensas raíces. Raíces las cuales salían del piso y formaban pequeñas “paredes”.

—Miren, esos árboles de ahí—. Señalo Velásquez al mismo momento que se acerco a este y reviso con su rifle las raíces —¡Limpio!— Exclamo antes montar el pie sobre estas y entrar a una  y luego apuntar a sus compañeros en forma de broma, luego bajo su rifle y agrego —Bueno, supongo que esto es mejor que las habitaciones de DNAT.

Me sentía fatigado por el viaje. Ignoraba cómo era posible, pero el clima de aquella isla o la simple tensión de saber que en cualquier momento podíamos ser devorados por un dinosaurio me estaba afectando más de lo esperado.

Estaba a punto de anochecer, pero por suerte Velasquez había conseguido encontrar un lugar en el que podríamos descansar durante al menos unas horas. Teniendo en cuenta el día que habíamos tenido, nos merecíamos un descanso.

-Me parece bien -asiento a las palabras de mi compañero, pensativo-. Podremos descansar en estos árboles. Con un poco de suerte, solo se nos acercarán herbívoros que quieran comer unas cuantas hojas. Podríamos turnarnos en turnos de guardia cada dos o tres horas. Necesitamos estar descansados para continuar. Señor Wingett -me giré hacia el genetista, consciente de que él debía estar incluso más exhausto que yo-, ¿cómo se encuentra?

Mi cerebro parece a punto de colapsar después de las desventuras del día. Si tuviera algo de energía, me preguntaría cómo voy a ser capaz de sobrevivir... pero lo único en lo que puedo pensar es en fantasías de camas y aires acondicionados.

"Bueno, mejor que si me hubieran arrollado en la estampida", respondo a la pregunta de Guillermo mientras me limpio a duras penas el sudor. "No me puedo quejar, las cosas podrían estar mucho peor. Pero la verdad es que necesito un descanso, o no podré dar un paso más..."

Incapaz de pensar en algo mejor, me dejo caer en el primer lugar que encuentro. Los árboles que ha señalado nuestro compañero no parecen del todo incómodos.

"Despertadme cuando queráis que monte guardia...", musito poco convencido. "Haré lo que pueda. Vosotros también necesitáis un descanso, por más duros que seáis."

Soy sincero cuando digo que quiero contribuir, pero la verdad es que ahora mismo se me cierran los párpados. Es muy probable que en cuestión de segundos me quede dormido, incluso encima de una de esas raíces.

Con un poco de insistencia y dotes de orientación, Velasquez logró encontrar una zona que parecía ser lo suficientemente cómoda y a la vez resguardada por tomar un descanso.

Había un par de árboles cuya altura podrían ofrecer una visión esclarecedora del parque, acción que no dudaron en llevar a cabo usando un poco de esfuerzo físico.

A pesar de que prácticamente era de noche, las vistas desde la altura del árbol revelaban lo que todos os imaginabais: la isla era gigantesca.

Con un rápido vistazo se pudo observar como de la zona norte sobresalían varios edificios, ¡probablemente el centro de visitantes esté allí! con lo cual lo más acertado ahora era descansar un poco (ya que no se veían dinosaurios por los alrededores) y continuar la marcha, ya que tras divisar el edificio a través de las alturas era más sencillo mantener el ritmo de una manera certera.

Una vez asegurada la posición el cansancio comenzó a pasar factura a los cuerpos de los allí presentes.

Tal y como dictaba la lógica, el grupo se dividió entre los durmientes y aquel que debía hacer guardia el breve lapso de tiempo que iba a durar aquella ronda de vigilancia.

Los minutos pasaban y la jungla del interior de la isla se tornaba pacífica.

Poco a poco ibais turnando las horas de sueño hasta que finalmente un par de horas pasaron. Ahora estabais en plena noche, oscura y misteriosa pero con la mente y el cuerpo más descansados.

Igual iba siendo hora de continuar el trayecto ahora que os habíais logrado reubicar.

El grupo emprendió la marcha tras descansar; la noche les arropaba bajo el silencio de la luna.

El avance era más lento porque la visibilidad era reducida, pero también era reducido el sonido ambiental de vuestro alrededor.

No sabíais cuantos kilómetros faltarían para llegar al centro de visitantes pero a cada metro que avanzabais las esperanzas de que ya quedase menos alimentaba cada gota de sudor derramada.

En un determinado momento durante vuestro avance escuchasteis un ruido. No sabíais muy bien qué era pero os llamó bastante la atención ¿era una persona? parecía un gemido.

Aquellas horas de sueño me habían venido de perlas. Me sentía mucho más descansado y, por suerte, podía percibir que la fatiga que había percibido por todo mi cuerpo había desaparecido, por lo que me sentía preparado para lo que pudiera venir. La noche ya había caído, por lo que, teniendo en cuenta que solo disponíamos de veinticuatro horas para llevar a cabo nuestra misión, debíamos apresurarnos hacia el Centro de Visitantes.

Habiendo caído la noche, nuestro avance se había vuelto mucho más lento debido a lo reducido de nuestra visibilidad. Marchaba armado con mi fusil de asalto, preparado para disparar en caso de encontrarnos frente a una amenaza. Mi conocimiento sobre dinosaurios era escaso, por lo que ignoraba si esos bichos solían mostrarse más activos por la noche o, por el contrario, eran más bien seres diurnos.

De pronto, escuchamos lo que parecía tratarse de un gemido. A priori, era difícil saber si se trataba de un dinosaurio o de una persona, pero, teniendo en cuenta que la isla había sido evacuada por John Hammond, me inclinaba mucho más por la primera opción.

-Hmm, eso no ha sonado nada bien -comenté, pensativo-. Podría tratarse de una trampa. En esta isla no puede uno encontrarse nada bueno. Creo que deberíamos continuar avanzando.

Me debato entre el miedo y la incertidumbre. La isla es claramente un festival interminable de peligros y situaciones potencialmente mortales, pero al mismo tiempo ese gemido no deja nada claro.

"¿Estás seguro?", me atrevo a contradecir a Martínez. "No tengo tan claro que un dinosaurio tendiendo una trampa se dedicara a gemir de esa manera. Tal vez sea símplemente un herbívoro, o algún animal herido. Pero incluso podría ser una persona... ¿Y si alguien sigue en el parque? Creía que habían evacuado, pero si queda aquí algún empleado del parque, podría ayudarnos a encontrar lo que buscamos a cambio de su vida."

Por un momento parezco decidido, pero mis compañeros no tienen tan claro lo de correr el riesgo, y al fin y al cabo la misión es la que es. Levanto las manos en gesto de paz.

"Solo era una sugerencia. De todos modos yo no pienso ir a mirar el primero. He tenido bastantes sustos para el resto de mi vida."

 Luego de un merecido descanso era hora de avanzar, parecía que el sueño le había sentado bien a Martínez y a Wingett pues se notaban bastante relajados. Con su M16 en mano y caminando detrás del grupo también pudo escuchar ese extraño gemido. No sabía con certeza de que se trataba, agrego al comentario de Guillermo se supone que todos debían haber sido evacuados para este entonces.

Era una situación extraña  y estaba seguro que lo mejor era evitarla, se acerco a Stan y le puso la mano en el hombro —Concuerdo con Martínez a este punto todos debieron ser evacuados y nuestra misión no es una de rescate… Por cierto ¿No les parece ilógico que si hubiera alguien en la isla estuviera caminando por el bosque antes de un lugar seguro? No lo sé solo digo… Y si mejor es una sugerencia sigamos adelante, les cubro la espalda.

Tras el inesperado suceso no quedaba más remedio que continuar el viaje, el tiempo se agotaba...

En mitad de la noche y tras haber superado más de un obstáculo, por fin se había logrado llegar al edificio que contenía aquello que os haría cumplir la misión.

Ya el suelo dejó de ser tierra húmeda y la vegetación se sustituyó por muros hechos de hormigón que de poco sirvieron para retener a los dinosaurios que arrasaron con el parque. A fin de cuentas a estas alturas deberíais dar gracias de seguir con vida después de todo lo sucedido.

Apenas había iluminación porque se daba por hecho que allí no habría nadie. Ahora estabais a tan solo unos pasos de abrir la puerta principal para buscar el lugar donde los laboratorios encerrarían secretos que actuarían como dignos manjares de especuladores y empresarios.

El resto del camino se hace corto. Sorprendentemente corto. Después del largo viaje, empezaba a sentirme como si aquello fuera una pesadilla de la que resultara imposible despertar; ahora, sin embargo, me invade una cierta esperanza. Tal vez las cosas puedan ir mejor.

El laboratorio debe estar cerca. Quizá en algún lugar podamos encontrar un mapa del recinto, algo que nos indique el camino a seguir. En cualquier caso, será más sencillo que avanzar por la jungla. O eso espero.

"Imagino que ahí dentro no deberíamos encontrar muchos dinosaurios", comento en voz alta para intentar reconfortarme a mí mismo más que para avisar al resto. "Estarán más cómodos en la jungla. Pero no me extrañaría que alguno haya convertido el sitio en su guarida, sobre todo algún depredador pequeño. Tendremos que tener cuidado con eso mientras buscamos el laboratorio. Los bichos grandes, por suerte, dudo que se cuelen por los pasillos..."

Me doy cuenta de que estoy adelantando acontecimientos. Un paso cada vez, eso será mejor.

"Lo primero es entrar, supongo. Espero que se olvidaran las puertas abiertas cuando salieron corriendo de aquí."

Tras haber ignorado aquel gemido, del que imaginaba que probablemente perteneciera a un dinosaurio, no tardamos en llegar frente al Centro de Visitantes. Nos había llevado prácticamente todo el día y parte de la noche, pero al final lo habíamos conseguido. Y por fortuna, el señor Wingett estaba vivo, por lo que podría obtener las muestras que necesitábamos para cumplir con nuestra misión.

Respiré aliviado. Si la suerte nos acompañaba, dentro de veinticuatro horas ya estaríamos de regreso en nuestros hogares, habiendo obtenido el pago por nuestros servicios.

-Lo más probable es que todos esos bichos estén por la selva -indiqué, compartiendo los temores de Wingett-. Aunque no podemos descartar que quede alguno de los de menor tamaño en el interior del Centro de Visitantes. Tratemos de ser discretos y no hacer ruido...

Para asegurarme de que Wingett no sufre daño alguno, decido adelantarme, armado con mi M16 y oteando los alrededores para intentar captar cualquier posibilidad de amenaza mientras avanzamos en dirección al edificio.

Luego de una corta caminata por la selva finalmente suspiro aliviado al ver el Centro de Visitantes, maldición al fin se encontraban ahí. El resto de la misión ahora se basaba en dos cosas, conseguir restablecer las comunicaciones y conseguir las muestras.

Se quito la gorra y se hecho aire con ella antes de volver a ponérsela —Bien, creo que tienen razón esas cosas deben estar más felices estando en la selva, pero como dicen también no debemos confiarnos. Bueno vayamos por esas muestras y luego intentemos buscar una radio de largo alcance—. Escupió a un lado y se coloco su gorra —Sera mejor que entremos de una vez, deberíamos asegurarnos de cerrar bien las puertas detrás de nosotros, así tal vez evitemos que algo se cuele de manera más fácil—. Sin más nada que decir Joseph salió junto a Martínez con el rifle en alto y preparado para lo que sea.