Partida Rol por web

Estáis los doce más o menos acomodados en el autocar (Contando al ruso y a Walter), y listos para marchar.

 Bueno... parece que... al final estaremos en Nublar un poco más.

 *Asiente lentamente* Parece que sí, ¿Eh...?

 Al menos tenemos a Donald, que es el experto en electricidad, y yo experto en informática y comunicaciones... las cosas no están tan mal al fin y al cabo...

 Unos segudno después, Lucrecia carraspea para llamar un poco la atención. Mu... muchachos... tengo una mala noticia... Dice mientras parecesujeta la mano de Walter.
A primera vista podía parecerlo, pero en realidad lo que hacía era tomarle el pulso. Miró a los demás con una mirada que hablaba por ella. No tiene pulso.... Miró al muchacho.

Aunque Walter llevaba mucho rato sin moverse lo más mínimo, iba respirando como podía. Ahora ya no lo hacía.

 Kenneth mira a Walter unos segundos y da un pisotón en el suelo, mirando al ruso, y mascullando algo que no se entiende demasiado bien.

 ···

Puñetos... ¿cómo que no tener pulsa el Señor Walter?

Viktor se acerca, remangándose, se arrodilla cerca de Walter, echa hacia atras el brazo y le lanza a Walter un soberano puñetazo con todas sus fuerzas, directo al corazón.

Si con esto no conseguir que corazón funciona, tendremas que despedirnos de ello.

El puñetazo podría matar a un vivo, pero para despertar a un muerto haría falta algo más que eso. Viktor (Ni nadie, a falta de material y experiencia) puede hacer nada por Walter

-¿¿Estás segura...??- no puede evitar preguntar mientras se acerca a Lucrecia con expresión preocupada, mirando el cuerpo inerte de Walter.
-¡Deje de hacer eso maldita sea!- espeta a Víktor apartándolo con cierta brusquedad del cuerpo del ahora fallecido guardia de la Isla. Se acerca entonces a él y le cierra los ojos, para posteriormente cubrir su cuerpo con una de las mantas del autobús. Hay sitio de sobra en el vehículo así que habría que llevarlo si se pueden permitir ese "lujo" para que reciba una digna sepultura... aunque por desgracia lo más probable es que tengan que acabar por dejarlo atrás, como ya sucedió con Adler.

Repentinamente Michelle se gira y carraspea.
-Bien, vamos a por lo que habíamos venido a hacer... Los que quieran que me acompañen al interior de ese edificio, vamos a comprobar su antena de comunicaciones, quizá haya todavía energía residual o algún generador de reserva y podamos emitir un SOS... necesitaré a Mike y a ser posible a Donald- dice mientras camina en dirección a la puerta más cercana para salir del autobús.

Ya han perdido suficiente tiempo sí que ahora hay que ponerse las pilas.

Mike asintió y bajó acompañando a Michelle, vigilando a los lados y a la jungla.

No deberia ser necesaria mucha energía para enviar un S.O.S. ... falta que podamos darle un 'chispazo' mínimo de energía a la antena. Si es muy poca, posiblemente no llegue a Costa Rica, pero quizá sí a algún pesquero... Maldita sea!!

Vuelve a entrar deprisa al autocar a rebuscar entre las mochilas

¡Joder! ¡Joder qué gilipollas! Mira a todo el mundo ¡Elmar se ha llevado el libro con el código de Emergencias! Lo cogimos del despacho del centro de visitantes, con ese código, si lo enviamos junto al S.O.S. y lo pasan a las autoridades de Costa Rica, tendrán que enviar un rescate de emergencia, según el protocolo y el contrato de Evacuación que Hammond tenia con Costa Rica...

Y su jeep solo tiene radio, no pueden decírnoslo aunque nos escuchen, pero si llegan con Tim, él si tiene un walkie que funciona.

¿¿¡Y ahora os acordáis!??

Espeta Cherry, frustrada y ya un poco asustada.

Calma, calma... el ruso dejó ese jeep, no? Señalando el jeep eléctrico Puede ir alguien a ver si todavía le cogemos y que nos lo diga

Hum, mejor... Ese jeep es eléctrico, y quizá con su batería, o la suya y la del autocar, podamos darle ese 'chispazo' que necesita la antena... Se levanta La cuestión es... ¿Se lo damos ahora o esperamos a conocer el código? Mientras tanto podríamos empezar a fabricar el invento, no, White? Tu eras mecánico de jeeps eléctricos, precisamente...

...Walter...¿wal....ter....?

 No. Había dejado de serlo. Ya no era John Walter. Era duro decirlo, incluso pensarlo, pero había dejado de serlo en el momento de su muerte. Era un cadaver, y no ayudaría a que sobreviviesemos. Lo trataría con el respeto que se merece, de eso no cabía duda alguna, sin embargo, no creyó indicado que estuviese allí, a la vista, y que cualquiera que cruzase su mirada con los asientos o el suelo del autocar se encontrase con sus ojos cerrados, unos ojos que no volvería a abrir.

   De la mochila comenzó a sacar el chuvasquero, no era gran cosa, y puede que se lo tomasen a mal, pero era lo mejor que podía hacer por él.

  ...Lo siento Walter.

  Miré a Viktor, asintiendo, era demasiado violento, pero no había parado de luchar por él. Le tendí el chuvasquero para qe me ayudase a taparlo por completo, almenos el rostro, para evitar que pudiesen ver la muerte, que esperaba en cada rincón de isla nublar, a bordo del autobus...La sonrisa había desaparecido, lentamente relajando el rostro, con una mirada comprometida, y algo afligida, pero John White era un hombre que tenía los pies en tierra firme.

  Miró a Mike, algo confungido, y asintió, luego a Donald, y sin excluir a ninguno de los presentes trató de hacer su explicación lo más sencilla posible:

 - El jeep electrico no podemos usarlo para desplazarnos, tiene autonomía por gasolina muy limitada y la carrocería es demasiado endeble, no está preparada para someterlo a trabajos intensos, por lo que es posible que nos dejase tirados en unos metros. Podemos sacar parte del material necesario para hacer un apaño con la antena, teoricamente no es algo complicado, pero nos llevará tiempo. Lo problemático es no quemarla.

  Sonrió, como si estuviese bromeando. quemarla...¿nosotros? ¡Por supuesto que no!

 - Y así dejaremos libre el autocar, por si tenemos que salir de aquí...puede que encontremos los materiales necesarios en el transmutador de la antena, sino va a llevarnos bastante más tiempo del que debería, pero creo que entre Mike y yo podremos conseguirlo todo.

  Se sacudió las herramientas en el bolsillo. Estaba preparado. Miró por la ventana, a través del sucio cristal, buscaba la antena con la mirada mientras hablaba.

 - Deberiamos emitir ahora que podemos, seguro que algún barco cercano o algún otro tipo de transporte...sino con no darle un uso prolongado no habrá problema, podrían quemarse las resistencias y no tendríamos recambio. Si conseguimos el código para cuando hayamos terminado, sería perfecto, pero tampoco podemos depender de él.

 Los miró a todos, deteniendose en Michelle como último rostro, con un gesto afable, casi cariñoso.

 - Saldremos de esta. Lo conseguiremos.

 -

Michelle, llevando el walkie, junto con White y su caja de herramientas, Mike y Donald entran en la caseta de control del aeródromo, donde encuentran lo esperado en un lugar así... mesita con tele, nevera con refrescos, algunos papeles, y el instrumental necesario para controlar el movimiento aéreo de la isla, que a días tiene trajín, y a días literalmente no hay movimiento, sobretodo los días con mal tiempo.

Al comprobar que está todo despejado, Donald comienza a hablar de especificaciones sobre el 'invento' que tendrán que hacer

Veamos... tendremos que hacer una bobina, y necesitaremos cable de cobre. Aquí tendremos suficiente entre cables de una cosa y de otra, y si no los del jeep, además de una herradura de acero-ferrita, que encontraremos, espero, en las llantas del jeep eléctrico, o bien... ahorraríamos tiempo desmontaramos el transformador del centro, ahí encontraríamos algunas piezas ya hechas, o parcialmente hechas.

La teoría es.... sencilla, pero si queremos que funcione y no meterle fuego a la antena, habrá que hacerlo con calma.

Necesitaremos poco menos de un minuto de corriente para enviar el S.O.S., ¿Cuánto puede durar la batería del jeep?

Si lo hacemos bien, debería durar lo suficiente y de sobras, incluso para varias señales, pero es difícil de decir con exactitud, sobretodo porque puede estar ya parcialmente gastada.

Hace una pausa y mira a Michelle y a White

Manos a la obra, McGuivers? Sonríe ampliamente.

Por su parte, en el autocar todos andan más tranquilos. El ruso recibe algunas atenciones de Lucrecia, que mantiene las distancias con Viktor muy desconcertada por lo que ha hecho.

Kenneth no parece tener demasiado problema con el trato que ha dado Viktor a su compatriota, y por otro lado, sigue ocupado vigilando la selva. Puede que sea verdad que no habrán más rusos, pero dinosaurios siguen habiendo...

- El problema no es la conexión, almenos...no me preocupa, sino la potencia. Tendriamos que desmontar la radio y el ordenador interno del jeep a fin de encontrar el conmutador, es cuestión de cambiar la corriente alterna, no será dificil...creo que podré hacerlo sin mayores problemas. El jeep tiene varias baterias, junto con la de la radio, la pantalla y el ordenador interno, colocandolas en cadena creo que podremos obtener suficiente como para hacer funcionar la antena.

 Las baterias de los coches tenían una potencia mínima, tan pequeña que una sola no podría hacer funcionar una antena con unos requerimientos como aquella, sin embargo, colocandolas en línea sumaría todas y cada una de ellas, sin problemas con un transmutador, sólo necesitaba instalar el de la radio interna del jeep, no serviría más para sintonizar una cadena pero ayudaría al fin de este proyecto. Si la energía no fuese suficiente aún tenían la posibilidad de sumarle la batería del autocar, aunque...esperaba no tener que recurrir a ello.

  Dejó la caja de herramientas en el suelo y asintio, sabía lo que hacía, quizás no fuese un experto en energías, como Donald pero hacer funcionar un trasto eléctricos de aquellos exigía conocimientos en muchos campos.

 - Manos a la obra.

En un momento dado, Viktor se dirige a Michelle.

Mirre, Señorrito, ya se que no aprrueban mis métodas, y que piensan que soy un desalmada que tenía que haber vivido hase siglos, perro toda lo que yo hago es parra intentar salir de aquí todas con vido.  Y si el corrazón de Señor Walter no estuvierra parrado y estuvierra fibrilando, el golpe le hubierra hecho funcionar de nueva...

Y cogiendo por un instante (si se deja) la mano de Michelle con sus manazas en un intento de calmar la situación.

Creame si le digo que no soy tan malo... simplemento, es que he recibida una educación diferrente... y en condicionas extremos hay que hacer cosas extremos.

Michelle observa a Viktor algo desconcertada, pero deja que la sujete y al final termina por asentir con la cabeza. Supone que eso es una especie de disculpa, o al menos una justificación para sus extrañas actitudes.
-Está bien... sólo procure reservar la parte de las torturas, ¿de acuerdo? Con lo demás puede seguir- le da unos golpecitos amistosos en el hombro y le dedica una sonrisa algo cansada antes de salir del autobús cubriendo al grupo de técnicos hasta el interior del pequeño edificio de comunicaciones. La parte positiva es que no tendrán que perderse buscando componentes y demás.

Tras comprobar y asegurar el lugar, presta atención a las indicaciones de los chicos sin disimular su sorpresa y perpleja.
-No entiendo casi nada de lo que decís pero si podéis hacerlo estupendo- ríe por lo bajo y saca el walkie de su bolsillo -Avisadme si necesitáis ayuda con algo- deja claro que va a necesitar instrucciones claras y concisas del tipo "dame cables como éste" pero aún así hará lo que pueda... después de transmitir un mensaje.

-Elmar, aquí Michelle- establece apenas unos segundos de pausa para que confirme que la está recibiendo y después prosigue -Vamos a intentar reparar la antena de comunicaciones, parece viable aunque todavía estamos en ello. Necesitamos el código de emergencias- directa y escueta, no es que vaya a ponerse a explicar todo el proceso por radio así que se acerca a una de las muchas libretas y papelajos de entre las mesas dispuesta a apuntar el código.

Asintiendo, Viktor se da la vuelta, aunque en el fondo de su mente sabe que sí no hubiera sido por los dinosaurios que los atacaron, los mercenarios no hubieran tenido con ellos la piedad que él tuvo con el soldado de fortuna.