Partida Rol por web

El monte Ikoma es la mas alta de las montañas que rodean la ciudad de Osaka. La zona esta cubierta de densos bosques y hermosos parajes naturales que atraen a los excursionistas cansados del dia a dia en la gran ciudad.

En siglos anteriores, el monte Ikoma ha sido escenario de cruentos enfrentamientos entre señores feudales japoneses. Las historias de samurai y ninjas con frecuencia tienen por escenario el monte Ikoma que en esta prefectura es tan famoso o mas que el Fuji-Yama. En tiempos mas recientes, los densos bosques han sido escenario de hechos menos epicos pero igualmente sordidos: suicidios de estudiantes, trafico de drogas y asesinatos varios. Para la policia local, patrullar por esta zona implica encontrar algo que hacer casi con toda seguridad.

Aqui, el aire es puro y fresco sin los humos de los vehiculos que saturan el archipielago japones. Un autobus escolar con la decoracion chillona habitual en el pais recorre una de las carreteras locales llevando su cargamento de niños de excursion al campo. El autobus pasa junto a un coche con una rueda pinchada cuyo conductor intenta reparar mientras su mujer le dedica toda suerte de improperios.

El unico edificio notable de la zona es una pequeña granja situada en la ladera de la montaña. Situada en medio de uno de los escasos prados, se trata de una explotacion familiar donde explotan un pequeño rebaño de cabras. La granja es especial por ser totalmente autonoma: cuenta con sistema de gestion de residuos, composteras y un deposito de estiercol para la obtencion de gas metano.

El artículo había sido publicado en 2015. (Ficción adelantada, obviamente, la directora en 1973 usó esa fecha para imaginarse ella misma al llegar a los 80 años.  Taan imposiblemente lejana, ¿quién lo cuestionaría, pasando los ficcionales umbrales del 2000?)

 El nombre: Whole-Ecosystem Experimental Manipulations of Tropical Forests.   Debieron haberlo sabido desde ese momento.   

Al año siguiente comenzaron los experimentos, en la isla de Sumatra, cortesía del nuevo gobierno de Indonesia, una concesión a la ONU para limpiar sus culpas de la deforestación de la última década.    -Todo por sembrar palma de aceite.- 

TODO el ecosistema, decía el grupo de ciencias.   

¡Manipulación Experimental!.   Lo hicieron,  finalmente lo hicieron.

Cuando Hutan Raksasa levantó su cabeza nadie lo podía creer.  Nadie.   ¡Se movía como con propósito!   ¿De donde viene ese movimiento de vainas y troncos que se enraizan y desenraizan como un elefante lo hiciera, como miles de elefantes lo hicieran. 

Y como mil troncos caminando vendrán.... decía la leyenda, la profecía, la advertencia. 

nadie le había hecho caso. 

Destrozó plantaciones de palma a su paso, dejando una selva joven creciendo en su lugar.  ¡Deshizo en añicos las carboeléctricas, las minas de carbón! Desempleo galopante, crisis económica mayor.   ¡Pero la selva no se detenía!  ¿Las balas?  jjajaj, ¡no me hagas reír!  Van a parar a los troncos, enterradas, perdidas.    ¿Sierras?  -Fool me once...   ¿Bombas?  No llegaban, no explotaban, ¿magia?   ¿O manipulación de las reglas de la física?  Imposibilidades prácticas.   ¡Nadie!

Nadie. 

Cuando toda la isla de Sumatra regresó a como se hubiera visto hace 2mil años, o hace 20mil años, antes de la llegada de la agricultura, antes, mucho antes, Hutan Rakasa supo que tenía que reproducirse. 

Tenía que despertar a otra selva, para criar con ella a la nueva generación de Kaijús vegetales.  

La otra selva que despertaría estaba en el Monte Ikona, alrededor de Osaka, donde estaba el otro laboratorio.  Aciago el día. 

Cruzó mares en balsas de su propio cuerpo y madera. 

Cruzó, con olas que hundieron navíos y buquetanques.  Nada le importaba.  Nada notaba.  Sólo ese deseo animal -vegetal- de reproducirse.  Ese que no te deja mirar, ni pensar, ni nada. 

Llegó, ¡¡pero IKONA dormía!!

Había que cantarle, estar junto a ella, en su presencia, levantarla con cantos, ofrendas. 

¿¡Quien la durmió!!!?   -¿eso significaban los gritos del Kaijú?  Nadie sabe.  No hay coherencia, más que la vegetal. 

100 mil estomas olfatearon a los culpables de adormecerla.  ¿Si una palomilla puede detectar una concentración de 1/1000000, ¿que no pueden hacer todas las palomillas de la Hutan Rakasa?

¿¡En Osaka?!   ¿Los laboratorios Riken, el International Center for Biotechnology (ICBiotech)?  ¡Si!, ¡de ahí!

Avanzó a pasos agigantados, la selva misma.

¡¡¡AHHRHH, HHUUYYAANN!!!   ¡¡HHUUYYAANN!!

La criatura dormitaba apaciblemente, igual que las últimas decenas de años, pese a los constantes cambios que acontecían a su alrededor; la isla en la que se había establecido era idónea dada su configuración geotérmica y ello había contribuido a que el enorme saurio se hubiera enroscado alrededor de una elevación de terreno que evitaba que las brisas marinas le llegaran

Era perfecto... pero todo no dura para siempre.

Las recientes sacudidas de la tierra lo sacaron de su sopor, haciendo que a sus enormes fosas nasales llegara un olor extraño y peculiar, como de humo pero con un regusto horrible; a su alrededor, apenas a unos pocos kilómetros, había proliferado una colonia de diminutos pero hiperactivos seres que iba de un lado a otro cambiando el paisaje, alzando estructuras de piedra y peculiares sendas de color negro con un hedor nauseabundo... pero el Gran Dolgoro seguía tranquilo dado que no perturbaban su descanso, con lo que volvió a sumirse en su descanso

O eso intentó

Mientras seguía en su letargo algo le causó un leve pinchazo, no doloroso pero si molesto, que le hizo abrir un ojo nuevamente: los pequeños árboles que habían crecido en su escamoso párpado se desprendieron, junto con un aluvión de rocas, piedras y plantas que se habían asentado sobre su corpachón a lo largo de innumerables años

Empezaron los gritos, y las carreras alocadas, de aquellos que se habían encaramado sobre él con extrañas intenciones dejando tras de sí toda suerte de apéndices de olor extraño para el Terror Escamoso... un equipo de prospección que creían haber descubierto la veta de algún mineral extraño cuando, por fortuna o por error, habían perforado una de las escamas de una zarpa de kaiju

Alzándose en sus más de 40 metros de altura el Gran Dolgoro observó su isla, descubriendo como una buena parte de ella había sido invadida por aquellos seres y, además, la habían llenado de extraños montículos de piedra que lanzaban destellos y sonidos aberrantes.

Con un enorme rugido ensordecedor el enorme reptil dio un primer paso que aplastó buena parte del grupo de prospección, haciendo temblar los alrededores, antes de proseguir su avance; había llegado el momento de volver a alimentarse y reclamar el territorio como suyo

- ¡¡ROOOOAAAAAARRRRGH!!- bramó nuevamente, aun más fuerte, poniendo rumbo al hogar de los seres diminutos

El gigante vegetal paso sus manos por el follaje intentando comunicarse con las plantas: su estructura emitia polen y feromonas creando un complejo lenguaje pero la respuesta era debil y atiplada. Era como si el bosque hubiera enmudecido. Pudo notar que muchas de las plantas no eran naturales sino aberraciones mestizas creadas por el hombre para repoblar areas arrasadas. Tambien noto una toxina en el ambiente, algo que enmudecia a las plantas eliminando su deseo de comunicarse. ¿Que aberracion era aquella?

Sus piernas como troncos gigantes le llevaron mas alla intentando encontrar mas respuesta pero, inadvertidamente, se llevo por delante un puente. El autobus escolar, que ya de por si iba dando eses debido a su aterrorizado conductor, iba derecho hacia el puente hundido.

Hutan Raksasa, ahi tienes tu respuesta y has causado daño.

Un poco mas alla, la sombra de una montaña escamosa que caminaba cubria por completo una pequeña instalacion minera. El grupo de prospeccion 2 habia encontrado un filon muy inusual y habia pagado por ello un precio terrible. El enorme pie del Gran Dolgoro aplasto la instalacion de la que solo un pequeño camion conducido por aterrados mineros logro escapar por la carretera. 

El Gran Dolgoro miro a su alrededor intentando orientarse: su sueño de miles de años habia hecho cambiar su territorio y apenas lograba recordarlo. Debia volver a hacerlo suyo para asegurarse de que ningun otro le disputaba su dominio. No podia notar su propio olor asi que debia renovar las marcas.

Vio con disgusto como otra criatura gigantesca (aunque mas pequeña que el) vagaba por el monte toqueteando los arboles. Tambien pudo notar una vibracion en el aire, un sonido inusual producido por algo capaz de moverse a velocidades inimaginables. ¿Quizas una bestia voladora?

¡¿Qué enmudeció al bosque?!  Su furia crecía, ¡no podía reproducirse!   ¡¿Qué transformó al bosque?!  No era la combinación de especies natural, eran otras, transgénicas, híbridas, algo las había cambiado.  ¡Esa toxina! ¡Esa!, ¡Eso era lo que enmudecía todo!

Hutan Raksasa oyó el zumbido.  ¿Serán langostas que vienen a defoliar?   ¿A echar la toxina?  

Vio una vaina rosa, rellena de semillas igualmente rosas.  ¡Las van a contaminar también!  Tenía que defender a esas crías de animales, porqué Hután protegía toda la vida, por pequeña que fuera. 

La tomó, destrozando el camión de paso (lo siento), pero tirando a los niños sobre el río cual si fueran fresas o pequeñas naranjas flotantes, los cuales llegarían a los brazos de sus preocupados padres más abajo en la villa. (Era una película clasificación A, por lo que los niños llegaban sanos y salvos para gusto y coreo de brazos levantados en ¡banzai! de todas las familias asistentes a las salas). 

Las pequeñas criaturas que le habían aguijoneado la mano, habían ocupado su territorio y que habían intentado huir yacían desparramadas bajo su pie, aunque las extrañas deflagraciones de fuego que se sucedieron a su paso hicieron que la atención del coloso se dirigiera por un momento a los restos, evitando así que el último grupo de aquellos bichillos esmirriados corrieran la misma suerte, empleando alguna clase de criatura algo mayor para alejarse

Una ceja se enarcó en el titánico reptil, emulando sin saberlo un gesto demasiado humano, cuando observó aquel fútil intento de huida. De haber podido el Gran Dolgoro se habría reído, con ganas

El hedor que desprendía aquella cosa, pues no olía como un ser vivo, era nauseabundo lo que animó a la criatura prehistórica a ir a por él y sumarlo a su recién creada lista de enemigos caídos... pero no estaba solo. Un sonido extraño, como zumbar de insectos, le llegaba desde los cielos haciendo que alzara el hocico buscando el origen de aquello sin ver, por el momento, más que nubes.

Pero al mover el rostro pudo ver a otro ser de tamaño considerable deambulando por el bosque, interactuando con los árboles, plantes y hierbajos variados del lugar; no le dio mayor importancia, siempre había habido seres de diferente forma y tamaño cuando el reinaba y los había tolerado, siempre y cuando respetaran su espacio, y aquella criatura parecía estar solo de paso y no mostraba señales hostiles

Un sonido extraño, como un chirrido, le hizo retornar la atención al grupúsculo de seres sobre "eso" pudiendo ver como giraba de manera violenta en el extraño camino negro que tan mal olía, mostrando levemente la panza en su acción, causando aun mayor desagrado al kaiju. 

Aquella cosa no estaba, definitivamente no, pues aquella barriga tan extraña no podía ser natural

Así pues, obviando por el momento el lejano sonido de los cielos y al otro ser plantiforme que merodeaba cerca de su posición, el gran reptil desplazo su cuerpo con una velocidad inusitada para su tamaño y, con una zarpa poco acostumbrada a cosas tan endebles, aferró el "eso" que huía provocando un sonido de cosas rotas y aplastadas junto a una cantidad de gritos escandalosamente fuertes, que cesaron de golpe tan pronto alzó a su presa

"Eso" se había espachurrado como una fruta demasiado madura y de su interior un líquido apestoso se mezclaba con lo que identificaba como sangre pese a todo lo demás... no habían más gritos, ni movimientos, solo el sonido de chirridos y cosas quebrándose, que finalmente también cesaron cuando la mente del reptil dedujo que se había pasado de fuerza al coger aquello y lo había reventado.

Curioso, por unos segundos al menos, observó el "eso" que tenía en su zarpa sin percatarse que varios metros más abajo, uno de aquellos diminutos seres había logrado bajar de su presa y corría despavorido por el camino negro rumbo a sus extraños hogares...

Con los restos de un camión humeante en la mano, Gran Dolgoro se plantó frente a Hutan Raksasa que sujetaba un autobús. Los dos titanes se observaron durante un instante. 

Yo sé que ninguno de los dos estáis por la labor de pegaros pero os informo de que tenéis un arma cada uno (que da +1 daño a Aplastar) y un solo uso.

El monstruoso saurio era más alto. Su enorme pie bloqueó por completo el río donde habían caído los niños del autobús. El agua donde flotaban los niños comenzó a embalsarse rápidamente a la sombra del monstruo...

El escuadrón de cazas se dispersó y empezó a dar vueltas sobre las cabezas de los kaiju a gran altura.

-Jefe de Escuadrón, aquí Inozuka-6, tenemos visual, dos contactos confirmados. Están en la carretera H3 de la prefectura de Osaka. Creo que van a enfrentarse.

El jefe de escuadrón contestó:

-Negativo, Inozuka-6, no podemos permitir eso. Están en un área relativamente despoblada, es el lugar ideal para neutralizarlos con daños mínimos. Preparen las bombas de cobalto.

-Recibido, Jefe de Escuadrón.

Los pilotos accionaron una palanca. Las panzas de los aviones se abrieron liberando su carga.

Los restos del camión chirrían en manos del lagarto colosal mientras mira a su homónimo vegetal, sopesando si no se está acercando demasiado y si es necesario darle una advertencia para que le ocupe de sus cosas... pero justo antes de que empiece el show los zumbidos hacen alzar el rostro nuevamente a la criatura, observando como unos extraños seres alados están arrojando ¿piedras? sobre su cabeza

Sin detenerse a ver que hace el otro kaiju, el gran reptil lanza al aire los restos del camión destrozado para parar o desviar aquellas peculiares piedras que han arrojado sobre él, logrando que los trozos de metal y una rueda que se acaba por soltar del eje impacten en una de las bombas

La explosión a media altura es sobrecogedora y lanza en todas direcciones restos del amasijo de hierro que era el camión, impactando con otras bombas y provocando una reacción en cadena que llena el aire de detonaciones del todo inocuas para el ser escamoso que, por instinto, se encoge ante aquellas deflagraciones

Viendo que aquello no son piedras normales y que los seres alados provienen de la zona donde se agrupan los diminutos seres, se decide a tomar represalias... aquel que ose atacar al rey de los monstruos sufrirá las consecuencias!

Dejando atrás a la forma vegetal se encamina a grandes y pesados pasos hacia la cercana ciudad de Osaka, haciendo caso omiso al reducido grupo de crías de miniseres que se ahogan en el pantano que su pie a creado de forma improvisada

En la película se veía como Hután Rakasa estaba dispuesta a empujar a aquel primo de Godzilla lejos de los niños, pero que, cuando este quitó sus patotas del embalse artificial que había hecho, el agua volvió a fluir y los niños a flotar sobre el río, mantenidos en buoyancia gracias a sus loncheras de plástico. 

............................

..........

[La directora no lo sabía pero esta escena le ganó un grupo de seguidores mini-frikis a la Hután que le fueron fieles a lo largo de los años y lo son hasta hoy en día.  Aunque la clasificación era 18+ sus padres de todas formas los habían llevado, los insensatos.  De todas formas, el sistema de clasificaciones de pelis apenas se había introducido en 1968 y era meramente voluntario, se justificaron las compañías. ]

...

La Selva Viva volteó a ver los fuegos artificiales en los que el Gran Dolgoro había convertido aquellas naves que habían venido a atacar.  ¿Quedaba alguna del escuadrón? 

Le vino entonces a Hutan Rakasa la terrible memoria (todas las selvas se comunican por medios que no sabemos) de los ataques con Agente Naranja, ese químico que había quemado a sus hermanas en Vietnam no hace pocos años.  [La directora había sido activista hippie vs. dicha guerra, dicho sea de paso. Sus biógrafos decían que justo los monstruos gigantes de pantalla son la representación semiótica de esas barbaridades, con Godzilla representando las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, Hutan representando el coraje e indignación vs el agente naranja, Dolgoro la reacción contra la minería al cielo abierto, Chemozoon el outrage contra la polución, etc.]

Bueno, el enojo de la Selva fue tal que vibró con todas sus fuerzas, y ¡lanzó los restos retorcidos de metal camión hecho una bola de beisbol gigante en dirección a los restos del escuadrón!  Si quedaban algunas naves, estas fueron desgajadas por el metal que de tan rápido que iba tornaba color rojo vivo!   La dirección, si señores, la dirección del bólido ¡llegaba hasta la base misma de la Fuerza G desde donde habían partido los cazas!   Por lo que se vió al metal llegando a destruir la torre de control y la pista principal en una explosión de chispas por doquier sobre la maqueta!   ¡Que explosión, que ex-plo-sión!   ¿Inutilizaría eso la base a partir de ahora?  ¡No lo sabemos!

-Jefe de Escuadrón, hemos perdido a Inozuka-1, Inozuka-4 e Inozuka 5 por colisión con un camión y un autobús.

-Roger. Maldita sea, les dije que mantuvieran las distancias, no que volaran a ras de... ah, entiendo.

-El reptil se dirige a la ciudad. El vegetal de momento permanece estacionario pero hay una granja cercana que puede sufrir daños.

-¿A Osaka? Maldición, hay que evitarlo como sea. Inozukas 2 y 3, traten de atraer la atención del reptil y dirigirlo hacia el mar. Inozuka-6, permanezca en observación del vegetal mientras llegan los refuerzos.

Lo de romper cosas se os da bien...

 Dos cazas abandonaron la formación y salieron en persecución del Gran Dolgoro. Sus ametralladoras tabletearon con furia descargando una lluvia de balas de alto calibre capaces de atravesar el blindaje de un tanque. Sin embargo, la dura piel del kaiju era mucho más gruesa que eso y apenas saltaron esquirlas de las escamas alcanzadas. 

-La munición convencional no sirve-radió Inozuka 2.

-Tendremos que utilizar misiles aire-tierra de corto alcance-contesto Inozuka 3-Si logramos alcanzar los ojos o la boca tal vez podamos causar algo de daño. Intenta distraerle, no quiero que me vea venir y el disparo va a tener que ser desde cerca...

Gran Dolgoro, te diriges a la ciudad (llevará un rato) pero, aunque tienes las piernas largas, los aviones son más rápidos que tú. De momento, tu armadura te protege pero parece que planean algo. ¿Intentarás bloquear sus ataques? ¿Quizás contraatacar? ¿Ignorarles? Se aceptan otras opciones.

-Aquí Inozuka-6. Estoy sobrevolando el kaiju vegetal a gran altura. No me atrevo a acercarme más, ha logrado derribar un caza tirándole un autobús. Solicito refuerzos. O instrucciones.

-Roger, Inozuka-6. En estos momentos la 4ª División de Infantería Mecanizada está en camino. Cuentan con armamento defoliante y lanzallamas para ocuparse de esa cosa. Informe de cualquier cambio. 

Corriente abajo, un grupo de niños había logrado salir del agua y contemplaban boquiabiertos al enorme monstruo vegetal.

-¡Ese ser nos ha salvado del dragón!-dijo Koji.

-¡No seas idiota, podría habernos matado!-le interrumpió Kachiko- ¿Es que no has visto cómo ha derribado los aviones?

-Pero tiene que ser bueno. Si no, no nos habría dejado salir del autobús.

-Yo digo que nos marchemos de aquí ahora mismo si no queremos morir aplastados.

-¡Yo quiero ir con mi mamá!

Los seres alados persistían en su ataque al llamado dragón aguijoneándolo con sus púas, que eran lanzadas de forma inofensiva contra el grueso pellejo de la bestia pero que, pese a todo, lo incomodaban enormemente provocando que su atención se desviara por unos momentos hacia quienes de aquel modo lo acosaban

La colonia de seres no quedaba lejos, pero no podía seguir avanzando con aquellos pesados pegados a él, molestándolo e intentando herirlo ¿es que no veían que no le gustaba aquello?

Observando su vuelo por encima de su testa, el gran reptil se agachó colocando sus manazas en el suelo, cual saurio antediluviano, y ladeó su enorme cola a modo de látigo para golpear a los seres alados, pero un aguijón especialmente doloroso le golpeó en la parte blanda de la cola, haciendo que un rugido de dolor surgiera del monstruo... con tal fortuna que el golpe de retorno de su larga cola logró aplastar a uno de los seres que lo atacaban*

Hutan Rakasa vio caer los restos de los aviones, y unos pocos pocos más quedarse ahí, dando vueltas, alejados.  Pocos.

Algo le dijo que vendrían tanques con defoliantes.  ¿Era que su mente captaba las transmisiones entre el general y sus divisiones?  ¿Era una intuición vegetal vs el daño químico?  ¿Also similar al llamado de avispas cuando las orugas están comiéndose a una planta?  No sabemos.

Entonces, ocurrió algo misterioso y espeluznante.  ¡Hután parecía disolverse entre la vegetación del Monte Ikoma!   ¿Se camuflajeaba, hoja por hoja, rama por rama?  ¿Se mezclaba?  ¡No sabemos!   El "horror vegetal", como lo llamaban sus detractores, iba reptando, ¡vaina por vaina!, entre el bosque, pasando subrepticiamente entre los propios tanques, cuyos pilotos estaban oblivious al hecho de que, lo que iban a atacar, p r e c i s a m e n t e, ¡¡estaba ya rodeándoles!!

¿Se LEVANTARÁ de repente a aplastarlos?!    La tensión en la sala del cine era palpable.  Palmas de las manos sobre ambas mejillas, la audiencia estaba nerviosa imaginándose en una situación similar.  ¿Quien no ha estado ya rodeado de vegetación alguna vez?  ¿Qué tal que esa vegetación misma te estuviera mirando, acechando?!, ¡¿ehh?!    -respiración contenida-.  

Despues de librarse del molesto insecto metalico, el Gran Dolgoro reanudo su marcha. Su atencion se vio atraida por las carreteras que serpenteaban a sus pies. Muchas de ellas convergian en una montaña de cristal llena de lucecitas y de gente que corria a su alrededor presa del panico.

La cadena de centros comerciales Yabashiumeda habia invertido mas del 30% de su presupuesto anual en abrir el que debia convertirse en el referente japones de centros comerciales. Con diez plantas, ochenta y seis mostradores, areas de recreo, restaurantes, cines e incluso un circuito de carreras de caballos teledirigidos el Yabashiumeda DeLuxe prometia poner a la compañia en el mapa.

O en el punto de mira de un kaiju.

-Joder, que densa es la maleza por aqui. iNo me extraña que nos hayan hecho traer el defoliante!

-No seas idiota, no hemos venido a limpiar el bosque. Hay un bicho enorme ahi fuera del que debemos ocuparnos. Ordenes de los "de arriba".

-¿Un bicho? ¿Que bicho? ¿Un oso rabioso?

La voz del teniente interrumpio la conversacion:

-iVosotros, venid a ayudar! Se ha atascado un camion.

En efecto, uno de los transportes de cuatro ejes se habia enredado con una raiz monstruosa que cruzaba la carretera y se habia atascado. Incluso los mas veteranos alzaron las cejas: un camion de doce toneladas no se detenia ni chocando contra un arbol. 

-iTraed las hachas!

-iNo, que es muy lento! ¿Tenemos una motosierra o algo asi?

-Podriamos usar el herbicida que llevamos...

-No seas idiota, eso es venenosisimo. Podria matarnos a nosotros. Ademas...

El otro soldado no paraba de estornudar.

-Perdon, es la alergia. De repente el aire se ha llenado de polen y de bichos...

El rey de los reptiles, el señor de los lagartos, pudo proseguir su avance sin que nada ni nadie lo incordiara más pese a que una de aquellas criaturas aladas lo seguían de cerca, sobrevolándolo, como si de un ave carroñera se tratara buscando hacerse con los restos del Gran Dolgoro una vez este cayera... pero aquel ser se iba a llevar una cruda desilusión cuando descubriera que el Kaiju no tenía intención alguna de convertirse en carroña

Con pasos pesados y firmes, la mole del monstruo avanzó siguiendo el sinuoso sendero que los mini seres habían sembrado a lo largo de todo el lugar, sin ton ni son, llegando a un lugar que lo hizo detenerse en seco.

Mirando desde la distancia observo una especie de colmena donde una multitud de aquellas criaturitas hiperactivas corrían y chillaban por todos lados, mientras que su ¿hogar? desprendía un sin fin de haces de luz multicolor que llamaron la atención del Gran Dolgoro de un modo irrefrenable ¿qué sería aquello?

Con creciente curiosidad, como un niño pequeño ante un juguete nuevo, el coloso reptiloide se acercó a olisquear aquello para intentar saber si era o no algo que fuera comestible o le supusiera un peligro o impedimento, ya fuera ahora o a largo plazo; apoyándose en el lugar el enorme monstruo resquebrajó y partió en miles de trozos la estructura exterior, abriendo un enorme boquete en la cúpula en su intento por descubrir que era aquello