Partida Rol por web

Mira a la supuesta rescatadora a los ojos con mirada inquisitiva. No media palabra, pero espera que sus ojos lo digan todo.

- ¿Quién és? ¿De donde viene? ¿Por que nos ha ayudado? ¿Cuales son sus intenciones? - Espera que todas estas preguntas sean respondidas pronto.

¿Por qué todo me resulta tan familiar? Esas cosas que los chicos llevan en la mano, ¿son espadas? ¿son llaves? ¿O acaso son algo totalmente diferente...?

Mis recuerdos... ¿han desaparecido sin más? ¿Qué está pasando?

Miro al balcón de enfrente, donde se encuentra el encapuchado, y vuelvo a mirar a los chicos. No me cabe ninguna duda de que ellos pueden tener algunas de las respuestas que me faltan. Pero no quiero interrumpir, todavía no. Es demasiado pronto. Al amparo de mi refugio, me contento con observar lo que ocurre, a la espera de un mejor momento para aparecer por allí. A fin de cuentas, no sé como están las cosas, puede ser peligroso.

Tratando de asegurarse de que sólo los portadores de la llave espada le escuchen, Kenjoou se acerca a los jóvenes, bajando del balcon de un salto, tratando siempre de mantener una cierta distancia.

-Tenéis vuestras llaves espada. Usadlas para abrir un portal. Vuestras únicas opciones para salir de aquí son esa o abrazar la Oscuridad. Y no os recomiendo la segunda.

Dicho esto Kenjoou se acercó un poco más, esta vez dirigiendose a la niña que había sido la única en hablarle. Tras acercarse y agacharse un poco para quedar a su altura dijo algo, casi en un susurro.

-Buscad al Rey. Es muy posible que encuentre en Vergel Radiante. Eso es todo lo que os puedo decir.

Tras estas palabras se dió la vuelta y comenzó a andar en dirección contraria a ellos. Antes de girar en una de las calles para perderse en las sombras y volver a con sus compañeros dijo una sola cosa más.

-Daos prisa. Cuanto más estéis en este mundo, mayor será la marca que deje en vosotros. Permaneced aquí, y pronto vestiréis nuestra túnica negra.

Al oír a Faile hablar Kora se abrazó a ella se sentía aliviada de que hubiese regresado en sí. Entonces esa chica se acercó a ellos y volvió a olvidar a su prima por unos segundos al escuchar a Kenjoou.

Vergel Radiante. memorizó y luego miró a Juris y a Rin 

- Chicos, tenemos dos opciones ir a Vergel Radiante a buscar un rey o intentar llegar a las coordenadas que nos indicó el maestro Rasheltex. - Mientras hablaba levantó su llave espada y su mirada se quedó fija en Rin, esperando que le ayudara a abrir el portal.

- Gracias, desconocida. - La mira aun sin fiarse mucho de ella -  Yo voto por seguir con nuestro viaje hacia donde nos dijo el maestro. ¿Que decis? -  Dice ahora mirando a sus compañeros. Parece que ahora ya está mas tranquilo.

Aunque algo le decía a Kora que esos dos lugares iban a coincidir asintió con la cabeza y alargó una mano hacía Juris.

- ¿Me dejas ver las coordenadas? - no quería ofenderle pero su orientación no había resultado ser muy buena.

Pronto retira la mano para volver a sujetar su llave espada con ambas pues el brazo que la sostenía en altro empezaba a resentirse. 

---Podemos ir a ambos sitios, ir a un sitio y luego al otro o separarnos- digo encojiendome de hombros mientras me acercaba- Es una lastima, la verdad es que me sentia a gusto por aqui,  parece dificil toparte con alguien.

- ¿Difícil? - Kora preguntó curiosa y retóricamente por la definición que tendría Rin de difícil puesto que al primer paso se habían topado no con una sino con dos personas, suponiendo que fueran personas. 

- ¿Nos vamos? - quiso meter prisa a Juris y Faile recordando el consejo de Kenjoou. 

Juris se encoge de hombros y le pasa las coordenadas a Kora. -Separarnos no es una opción. Posiblemente encontremos con más enemigos y debemos permanecer unidos.

Coge su llave-espada y empieza a canalizar energia.

-¡Esperad!- grito, saltando desde el balcón hasta el suelo. -Un momento, no os vayáis- digo en voz más baja, algo cortada ante la presencia de los desconocidos. -Yo tengo que saber... ¿qué son esas armas? ¿qué es este sitio?-

Me mantengo alejada de ellos por unos pocos pasos, mientras les observo fijamente. No me gusta demasiado tratar con gente que no conozco, bueno, no me gusta tratar con nadie en general, pero ahora no me queda otro remedio. Las extrañas armas que portan en ambas manos me resultan tan familiares...

Cuando oigo el grito y veo acercarse una nueva desconocida extiendo la mano con la que empuño la llave espada y la apunto.

--- ¿Otra visitante? ¿ Acaso vienes a jugar con nosotros como han hecho los otros dos?- digo ya casi fuera de mi, primero estubieron jugando aquel encapuchado y ahora venia una niña con apariencia " inocentona" empuñando una llave espada, pero no me iba a engañar, si de verdad no supiera que era no podria  invocarla seguramente- No des un paso mas ¿ quien eres y que quieres de nosotros?

Kora toma el papel de las coordenadas y empieza a canalizar energía junto a Juris, Rin y Faile. Ya creía poder oler la chamusiquina interdimesional de un portal abriendose cuando una voz nueva interrumpe. ¿Y ahora qué? Piensa Kora desesperada cuando Rin desvía su atención hacía una nueva aparecida.

- Tranquilo Rin - dijo aunque apoyando una mano sobre del brazo extendido de Rin, sin dejar de canalizar energía, y sabiendo que su petición no tendría ningún efecto sobre él- parece estar tan desorientada como nosotros hace medio segundo.

Aunque más sola. Ese pensamiento la llevo a invitar a la desconocida a escapar de ese mundo aún sin tener claro que no era un enemigo.

- Si no eres de por aquí será mejor que te unas a nosotros y hablemos después. - Dicho lo cual vuelve a concentrarse en el portal con ambas manos. 

Ni siquiera retrocedo cuando uno de los chicos me apunta con ese arma tan extraña, estoy fuera de su alcance... además, tampoco me sorprende demasiado. A fin de cuentas, ¿por qué iban a tener que responderme? ¿y quiénes eran los otros dos de los que el chico habla? ¿Podría ser el encapuchado con el que hablaban antes? ¿Y el otro quién es? ¿Qué se supone que está pasando? ¿Este sitio es peligroso?

Son demasiadas preguntas, y me cabeza está en blanco y sin la mayor parte de las respuestas... ¿por qué la vida tiene que ser tan complicada? Estoy tan cansada... y por si fuera poco, comienza a dolerme la cabeza.

No puedo evitar sorprenderme cuando una de las chicas retiene a su compañero y me invita a salir de allí con ellos. ¿Debería de salir de aquí? ¿o debería quedarme? No lo sé, para variar. Pero la chica dice que luego podemos hablar. Si sigo quedándome parada pensando, se acabaran marchando y me quedaré sola y sin respuestas. Y necesito respuestas.

Me acerco a la chica, sin decir nada, asegurándome de quedar lejos del alcance del chico. Ocurra lo que ocurra, seguro que es mejor que esto.

Vuestra energia llega al nivel requerido para abrir un portal interdimensional. El equilibrio es poco estable, pero lo suficiente como para que os de tiempo a traspasar el umbral entre mundos. Una vez abierto, y con un desconocido en vuestro equipo, cruzais el portal con la esperanza de dar, esta vez si, con las coordenadas estipuladas.

Al entrar en el plano interdimensional, os embarga una sensación gélida y punzante. A medida que vais pasando tiempo de viaje, vais notando la pesadez y la desdicha de los mundos que en su tiempo ya sucumbieron ala oscuridad. Os sentiis agotados, y cada segundo que pasa os vais sintiendo peor. De nuevo, sois expulsados de la corriente espacio-temporal justo al determinar las coordenadas que os marcaba el papel. Parecía ser que esta vez, vuestras mentes pensaron al unísono en las coordenadas, dando como resultado aterrizar allá donde queríais.

El aterrizaje es algo forzoso, pero sin muchos daños. Al caer en el mundo, y a su vez en el suelo, os llenais de polvo y arena. Cuando reaccionais, pensais en dos cosas. Una, que estaba claro que no se podía viajar muy lejos sin un medio adecuado, y dos, que la pesadez se os había ido por completo.

Al fijaros en vuestra nueva ubicación, veis que es un paraje desértico y devastado por la aclimatación que sufre el lugar. Remolinos, tormentas de arena… Era un páramo olvidado, con signos de que había sufrido los estragos de una guerra.

Os levantais todos, limpiándoos los restos de arena que habían en vuestra ropa. La pregunta ahora era, ¿Por qué Rasheltex os había citado allí?

Te diriges hacia la sede de la organización. No estaba muy lejos de aquel rascacielos, asi que no te toma mucho tiempo llegar. Era, como no, otro de los tantos rascacielos del lugar. Aunque este era un tanto más recónduto y dificil de encontrar puesto a su ubicación en la ciudad. Al atravesar las oscuras calles y llegar a la puerta principal, se abre un portal del mundo de la oscuridad. De el salia Exting invitandote a entrar.

-Vamos, te estabamos esperando. Hoy hay... Reunión de sabios.

Te decia mientras agitaba su mano apuntando hacia el portal.

Kenjoou llegó caminando, y al acercarse a la puerta, sonrió al ver que Exting salía de un portal. Al menos de momento nadie sospechaba de ella. O eso parecía.

-¿Dejándo paso a la señorita? Que amable por tu parte Exting.

El tono normal de voz de Kenjoou, medio vacío y quedo, apenas dejaba ver el rastro de sarcasmo que teñía sus palabras. Sin embargo ahora no tenía muchas más ganas de tentar a la suerte, así que Kenjoou se limitó a entrar en el portal.

Exting pronunció más aún su macabra sonrisa. -Aprovechate, no suelo tener tanto tacto por muy mujer que seas...

Al cruzar el portal, llegas a un pasillo totalmente blanco, adornado por extraños dibujos en las paredes y por grietas en las mismas. Aunque no parecian grietas de desgaste, si no más bien pertenecian a la decoración. Avanzas por el largo pasillo, iluminado por una luz tenue que emergia de las mismas grietas. Notas que el portal se cierra cuando Exting pasa después de ti. Aún encapuchado, te sigue desde atras, para dirigirse al mismo lugar al que daba el camino.

Poco a poco vislumbras el final del corredor. Ves una puerta cerrada, con un gran simbolo de la organización puesto en el. Al llegar, notas que la puerta esta bien cerrada, aunque ya sabias el porqué. Dicha puerta se abria con una contraseña introducida en un panel al lado de la misma. Exting se acerca al panel e introduce la contraseña. 15650032X

La puerta se abre hacia arriba, y ves una gran sala blanca la cual ya habias visitado. Llena de butacas altas y bajas, deependiendo del rango dentro de la organización, en circulo, conformando la sala. Ya habian algunos sentados, pero no estaban todos. Todo el mundo iba con su capucha puesta, así que no podías distinguir a nadie. Te sentaste en una de las sillas mas bajas que habia. Tenias entendido que a más rango, más altura.