Partida Rol por web

El maestro suspira y se mesa la frondosa barba que le llegaba hasta pasada la mesa. Te mira firme, con convicción.

-Kora. No pondré en duda que el maestro Ryurka os enseñó bien. Tampoco puedo poner en duda tu notoria preocupación hacia tus compañeros. Pero precisamente por esa razón debo advertirte de lo que podria pasar. Este viaje será sin duda peligroso, y algunos de tus compañeros llevan la oscuridad muy arraigada en sus corazones. Sin una luz que les guie, acabarán siendo consumidos por ella... Algo que no debemos permitir.

El maestro hace una breve pausa.

-Me temo que solo puedo confiarte esta peligrosa tarea a ti, Kora. Vuestros corazones han creado unos vinculos muy fuertes respecto al resto de vosotros. Estan conectados de alguna manera que escapa hasta a mi comprensión. Tu, esa chica que se hace llamar Yume, y Rin. Debes ser la luz que les guie, aun en la mas profunda oscuridad. Eres la única que puede llegar hasta sus corazones, y devolverles a la luz en el momento en que lo necesiten... Rin es quien más arraigado a la oscuridad está. En cuanto a Yume... Ni yo conocía la existencia de su llave-espada... Hay algo que no funciona bien con ella. Debes de tener cuidado. No sabemos que podria llegar a suceder si...

Yen Sid calla de repente.

-Tan solo, ten cuidado.

Después de lo que te parecieron horas de caminata por aquellas escaleras, conseguiste llegar a lo que parecía el final del camino. Exhausto, decides hacer un parón al darte cuenta de que habias encontrado la puerta que conducía al despacho del hechicero. Pero te extrañas al ver a algunos jóvenes reunidos frente la puerta. Eran tres chicos y dos chicas muy pintorescos. Parecían hablar de sus cosas, aunque eso te indicaba que probablemente habían ido a visitarlo... O quizás no.

Sea lo que fuera que hicieran, te pareció extraño que en la torre de los misterios en la que te encontrabas, en la cual sólo se encontraba el gran maestre Yen Sid, hubiera tanta gente junta. Era sabido que Yen Sid era un ermitaño solitario... No pertenecían a ese lugar ni mucho menos.

Al salir del despacho y cerrarse la puerta tras vosotros, os dais cuenta de que Kora aún no habia salido de la sala. Os encontrabais justo en las escaleras traicioneras, las cuales solo se dirijian hacia abajo. La puerta parecia haberse cerrado sola, sin hacer ruido.

La solemnidad de la mirada del maestro estuvo a punto de obligar a Kora a dar un paso atrás sobrepasada por su gigantesca presencia, aunque finalmente su reacción se redujo a una sonrisa nerviosa como respondiendo a su nombre.

Escuchó las advertencias del maestro mago al principio con curiosidad, pero cada vez su corazón latía más rápido, histérico, valorando su capacidad para corresponder a esa confianza que depositaba en ella.

Abrió los ojos incrédula cuando aseguró que la oscuridad se había filtrado en los corazones de sus compañeros y su primer pensamiento de preocupación fue para Faile, sintiéndose sumamente aliviada cuando ese nombre no llegó a salir en ningún momento de los labios de Yen Sid, y, sin embargo, un pinchazo ácido se calvó en ella al escuchar el nombre de Rin.

- Que podría llegar a suceder ¿si qué? – inquirió recordándole sus últimas palabras con un velo asustado en sus ojos – ¿Si recuerda que es la princesa oscura?

Intentó negar con la cabeza, como si por el solo hecho de decir que aquello no era cierto pudiese arrancar toda la ponzoña depositada en Rin. – Es un buen chico. – quiso justificarle – En realidad solo se protege de sus miedos con ese posado descarado. – Calló de golpe cuando la duda por las extrañas circunstancias que rodeaban la muerte de Hayato asaltó en ella.

- ¿Usted lo sabe todo? – le preguntó casi retóricamente dando por sentado que la respuesta era un “sí” a pesar de que acabada de reconocer que no sabía de la llave-espada de Yume - ¿Sabe qué es esto? – estiró su mano hacia él y le mostró el talismán que Hayato había encontrado en los lindes del castillo Alvel. – Rasheltex me dijo que Rin lo buscaba y me dio a entender que no debía encontrarlo.

Agachó la mirada ahogando en sus pensamientos la pregunta que no dejaba de martillearle la cabeza queriendo salir ¿realmente Rin asesinó a Hayato? Tragó saliva cuando aquella pregunta se hizo nítida en su mente y asintió hacia el maestro.

- Cuidaré de ellos. – estiró su meñique hacia el maestro en señal de promesa olvidando por un momento ante quien se encontraba y dejó que su optimismo volviera a tomar el control de su cuerpo ensanchando su sonrisa. 

Yen Sid asiente xcon la cabeza.

-Muchacha, como bien he dicho al conocernos, soy muy susceptible a los devenires de la luz y la oscuridad. Puedo percibir esos cambios rápidamente, y seguirlos a traves de las estrellas... Pero, en este caso, fué Ryurka quien me aconsejó que os siguiera la pista. "Todo" no seria la palabra correcta, pues el corazón es un gran misterio aún para nosotros, aquellos que lo defendemos. Sin embargo, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que hice bien en seguiros de cerca. Yume ahora mismo es todo un misterio... No debemos fallar en nuestro propósito.

Mira tu talisman, y algo sorprendido te tiende la mano para agarrar el talisman.

-De donde lo has...?

Extrañado, Yen Sid mira insistente el amuleto por todos lados, hasta que al final lo deja encima de la mesa.

-Esto querida, es una cadena obscurita. El problema no es el objeto en sí, si no la finalidad de su propósito... Aunque ahora mismo está imbuido de una magia antigua, que sella sus verdaderas capacidades, dejando el accesorio en un estado "latente" como en el que se encuentra.

Antiguamente, se utilizaban estos talismanes para sellar los corazones de los portadores de la llave-espada derrotados, para que así no pudieran invocar su arma y no fueran una amenaza. Aunque esta práctica se dejó hace mucho tiempo... Poco después de los estragos acontecidos por la guerra de llave espada que tuvo lugar.

Sea como fuere, no indica nada bueno que lo hayas encontrado... No nos estamos enfrentando a un enemigo cualquiera... Hay alguien que debe mover los hilos. Aún con más razón debemos recuperar al maestro Rasheltex. Kora, ya puedes partir. Coje este talisman y llevalo contigo. Quizás el propio accesorio te de alguna pista sobre su cometido. Ve con cuidado.

Jace se sorprendió de ver tantos jóvenes parados frente la puerta de Yen Sid. "Para ser un ermitaño sí que recibe visitas... a este paso le propondré que monte una sucursal en mitad de Vergel Radiante, así por lo menos me ahorraría la caminata"

El joven dio varios pasos sonoros para hacerse oír mientras se acercaba al grupo y se echó las dos manos por detrás de la cabeza en señal de despreocupación.-¡Vaya! Así que había gente aquí, no me digáis que..., ¿estáis buscando un restaurante?- dijo con tono burlón mientras sonreía al grupo.

-Bueno, sin bromas, ¿ustedes venís también buscándole?- Jace paró varios pasos antes de juntarse con el grupo para intentar no incomodarlos y que no se viera el cansancio que tenía después de perderse varias veces dentro de aquella "simple" torre.

Veo que  hay un nuevo visitante que se acerca hacia nosotros y comienza  a hacer una broma acerca de un restaurante o algo así, una estrategia estúpida sin duda para romper el hielo, que cutrez...

---Genial, primero un viejo y ahora un tio con un estúpido sentido del humor- digo  cuando se acerca- Nosotros ya no venimos, nos vamos, el viejo está en la cima de la torre, así que sube y déjanos en paz...

El joven puso cara de desagrado cuando vio a Rin.- Vaya, sabéis que en los restaurantes no permiten animales no? O por lo menos no sin educar. De todos modos gracias, es lo que quería saber.- Jace siguió su camino hacia la puerta donde estaba Yen Sid, una vez que pasó al grupo sacó la mano derecha para despedirse de espaldas y volvió a la posición de las dos manos tras la cabeza mientras seguía su paso.

-Un placer, más o menos.- entró en la siguiente habitación.

---Gracias por el aviso, lo tendremos en cuenta- digo con un deje de despreocupación- Seguro que aprendistes bien la lección cuando  te cansastes de que te echaran a patadas

Despues de ese breve encuentro  camino hacia el tren con lentitud mientras espero a que Kora baje.

Jace no pudo evitar sonreír aunque nadie pudiera verlo: "Me encanta este tipo de personas, difíciles desde el principio, seguro volveré a verlo y tendrá que someterse a mi llave-espada, en el buen sentido vaya...."

Se perdió ya la figura del joven entrando ya en la sala.

Justo al llegar el chico rubio al portón, este se abre, dejando salir a una chica mas bien bajita, con una capucha con orejas de gato y paso lento. Tenia pinta de ser compañera de los chicos con los que Jace acababa de encontrarse.

Por otro lado, Kora, se encuentra de morros con un chico mas bien alto, rubio y algo curtido, vivaracho y sonriente; que parecia querer entrar a la sala del maestro.

Yen Sid salió detrás de la chica para observar al nuevo joven que habia aparecido.

-Ah, justo a tiempo. Perfecto. Jace, ¿verdad? Sé bien quien te envia y todo lo que quieres decirme, más no hay tiempo para explicaciones. La única respuesta que te responderá a lo que andas buscando son estos jovenes con los que acabas de cruzarte. Acompáñalos en su viaje.

Oh, y antes de que puedas preguntarme algo, lo sé todo porque tu maestro y yo hemos estado hablando de la situación. Comprenderás más por el camino. Y ahora, debeis partir con premura. Dejad que os ayude a encontrar la salida con facilidad...

El hechicero alzó sus manos, y antes de que os pudierais dar cuenta, os encontrabais justo delante de la puerta de entrada de la torre, de nuevo en aquella isla solitaria. Lo único que no habia por ninguna parte era el tren en el que habíais llegado.

El joven al ver al legendario maestro solo pudo abrir la boca en gesto de sorpresa, no esperaba verlo aunque estuviera en la mismísima torre de Yen Sid, tantas leyendas y tanto se hablaba sobre él y ahora lo tenía delante que sus narices, y no sabía qué decir.

Justo antes de que el maestro los transportara a la entrada de la torre Jace consiguió salir de su trance.- Pero maestro si no les conoz...- Ya era demasiado tarde, pues cuando terminó de hablar se encontraba con ese grupo desconocido para él a las puertas de la gran torre.

-Tsé, qué mala pata, seguro que el maestro Eraqus me hace limpiar las habitaciones durante un mes.- se lamentó el joven mirando hacia el cielo estrellado. "¿Enserio me ha dicho que ya hablado con Eraqus y que acompañe a estos chicos? Ni que fuera a... espera... no será que Eraqus..."- Dios, voy a matar a mi maestro en cuanto tenga oportunidad, qué desleal.- pensó Jace en voz alta con su puño levantado en señal de venganza. Hasta que se dio cuenta de que todos le miraban.-Vale... no... no dije nada.- no pudo evitar sonrojarse.

Kora boqueó al aire con una última pregunta para Yen Sid que se perdió en la nada que separaba aquel momento de duda con la aun mayor sorpresa por encontrarse de repente frente a la torre de nuevo.

Soltó un suspiro aliviada por haberse ahorrado las escaleras olvidando por completo la frustración de haberse quedado con la palabra en la boca; y dedicó una mirada a cada uno de sus compañeros, contándolos inconscientemente como si algo en ella temiese que se hubiesen perdido por el camino inexistente hasta la entrada de la torre.

Cuando sus ojos se pararon en el nuevo chico rubio, Kora arqueó una ceja entre curiosa y desconcertada, planteándose si sería uno de los pupilos de los que Yen Sid les había hablado – Jace, – se acercó a él para darle la bienvenida – no se lo tengas en cuenta, al parecer ya lo sabe todo. – se encogió ligeramente de hombros y le tendió su mano para encajarle la suya – Bienvenido.  Yo soy Kora – se presentó con una sonrisa que llevaba demasiado tiempo sin mostrar – Yume, Faile, Juris, Lunh– señaló a sus compañeros a medida que los nombraba - y Rin. – añadió recogiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta sin llegar a señalarle.

Esperó unos segundos de cortesía antes de seguir hablándole para no atosigarle - ¿Por casualidad tu maestro no será Xehanort?

Jace encajó su mano con la de Kora sin ningún problema, le resultaba agradable ver después de tanto esfuerzo algo de amabilidad en alguien.-Me llamo Jace, un placer Kora, y chicos claro.

El joven trató de poner su mejor cara para que no notaran su decepción por no haber podido mediar palabra con el maestro Yen Sid, miró a todos las personas que acompañaban a Kora, eran extrañas, pero se veían agradables. Cuando salió de su desconexión mental oyó la pregunta que formuló Kora.

-¿Xehanort? Qué va, se quien es pero no ha sido nunca mi maestro... es.. Eraqus no se hasta qué punto es conocido.
-Jace observó de nuevo a todos y prosigió.- Bueno, tendré que seguir las órdenes del maestro Yen Sid que sabrá qué dice. Así que..., ¿llevémonos bien?-sonrió a todo el grupo.

Como única respuesta suelto un bufido ante ese comentario.

---Sisisi, todo muy bonito y esas cosas- digo mientras pongo los ojos en blanco- De momento solo se me ocurren dos opciones, la primera es usar la llave espada para abrir un portal a ver donde nos lleva o ir a explorar el otro mundo, yo digo que usemos las llaves, volver a hacer el viaje es un absoluto latazo.

- ¡Eraqus! - exclamó Kora tomando inmediato aprecio a ese chico por asociación - Le conocimos en el castillo Alvel, siendo el supervisor del castillo creo que es inevitable conocerle.

- Llevémonos genial. - vio y subió la apuesta del recién llegado recuperando aquella energía con la que había empezado el viaje, como si hubiese perdido el peso de las desgracias vividas, aferrada a la nueva esperanza que Yen Sid les había dado.

Y embriagada de esa nueva energía se volteó con ímpetu hacia Rin con una sonrisa afilada que no fue capaz de esconder por más que se lo propuso - Te encantó ese viaje. - le echó en cara con retintín y esa sonrisa que buscaba enrabiar a su compañero, se volvió más sincera al formarse en su mente la imagen de ese momento en que le había descubierto sonreír como un niño; al sentir como sus labios se relajaban los presionó en una fina línea y se giró sin más objeciones -  Lunh ¿qué hay en los comercios de Villa Crepúsculo? ¿Merece la pena el viaje? Creo que deberíamos echar una ojeada, el maestro Yen Sid lo sugirió.

Miró a su alrededor buscando ese tren y a falta de indicios del mismo invocó su llave espada -  Sin unas coordenadas claras, espero no acabar en otro mundo inexistente. 

-Saludos Jace. Es un placer...

Juris parecia bastante distraido con algo, como si estuviera dándole vueltas a un pensamiento ajeno a todo. Al poco tiempo reacciona, mirando a Kora Y a Faile.

-Deberiamos poner un rumbo ya... Hay que moverse. El tiempo apremia.

Invoca su llave espada con facilidad, rodeada de curiosos rayos amarillos que saltaban por todas partes, buscando electrocutar al aire que no podian alcanzar.

El joven no podía evitar sorprenderse siempre que veía una llave-espada a pesar de que él era portador también. Sonrió ante la respuesta de Juris y:

-Tienes toda la razón, Juris.- dijo mientras levantaba el brazo y materializaba una llave-espada dorada con complejas formas pero elegantes.- Marcad el rumbo que yo os seguiré a donde sea.- dijo mientras miraba a todos.