Partida Rol por web

Los viajes a través de los portales dimensionales nunca acababan de ser agradables. Por muchas veces que hubierais viajado usando estas antiguas rutas entre mundos, siempre dejaban una extraña sensación de mareo y molestias. No obstante, uno se acababa acostumbrando a esa asidua sensación, aceptándola como un elemento extra del viaje.

El portal se abrió justo en un trozo de tierra flotante, en medio de un espacio tranquilo, rodeado de una infinidad de estrellas, las cuales brillaban con intensidad. No era la primera vez que contemplábais aquella escena, pues ya habíais estado en la torre de Yen sid en una ocasión. Era dificil olvidar tales vistas desde el islote flotante.

El portal se cerró tras Hayato, el último en cruzarlo. Tanto Yume como Kora estaban contemplando de nuevo las vistas mientras el joven desinvocaba su llave espada tras el portal. 

El chico avanzó hasta situarse delante de vosotras, con paso firme. Se para momentáneamente enfrente de la alta y retorcida torre, mirando la cúspide y las estrellas que brillaban en lo más alto. Suelta un suspiro a la vez que un seco "vamos".

Avanza hasta las escaleras que daban paso a la entrada principal de la torre, abriendo sus puertas con ambas manos. Vosotras le seguís hacia el interior de la misma.

Os adentráis pues en la torre del hechicero, conociendo ya sus muros, infinidad de escalones en caracól y salas llenas de artilugios mágicos y poderosos. Pero eso no era lo que ahora os importaba, si no más bien, las respuestas que Yen sid pudiera dar de todo este confuso viaje que habíais tenido.

Tras un rato de subir escaleras y pasar por varias salas coloreadas, llegáis a lo más alto, la sala de reposo del maestro. 

Hayato fue a picar a la puerta, pero esta, por arte de magia, se abrió sola, dandoos paso al despacho del maestro Yen Sid. Este estaba sentado en su trono, como de costumbre, apoyado con las manos sobre la mesa. Os invita a pasar con un gesto de su mano, el cual obedecéis. Una vez dentro de la sala, Yen sid hace otro movimiento, el cual hace cerrar la puerta sola.

El maestro no parecía estar solo. Había alguien más reunido con el. Una chica, alta, esbelta y peliazul. Juraríais haberla visto en algún lugar.

Yen Sid os mira seriamente a los tres, quienes os ponéis en fila delante de su escritorio. La chica peliazul se sorprende al veros, pero no dice nada, simplemente da un par de pasos hacia atrás para dejaros pasar. Yen Sid, apenado, deja ir un suspiro intranquilo. Se mesa su frondosa y larga barba a la vez que procede a hablar, fijando su mirada en vosotros tres.

-Largo tiempo hace que no nos vemos, y lo único que alcanzo a ver ante mi son corazones atormentados por todo lo que han tenido que experimentar. Primero de todo, quiero pediros mis más sinceras disculpas, por no haber sido capaz de discernir el peligro que acechaba sobre vuestros hombros. Os envié sin ser consciente del peligro, y vuestro dolor es el resultado de mi error. Lo siento mucho. Si bien también quiero deciros, que no sois los únicos a los que la oscuridad ha acechado, pues Aqua, aquí presente, también me trae malas noticias.

Mira a la joven, quien avanza de nuevo un par de pasos al frente.

-Permitidme las presentaciones. Ella es Aqua, aprendiz del Maestro Eraqus, y actualmente la más joven Maestra de la Llave Espada. Aqua, ellos son los aprendices del Maestro Ryurka, seguramente os hayáis visto ya en la academia.  

La chica os mira a los tres, en especial a Kora.

-Vaya, así que sois vosotros... No me esperaba que... Perdonadme. Soy Aqua, y tal como dice el maestro Yen Sid, soy una Maestra de la Llave Espada. Aunque yo no me considero como tal... Soy demasiado inexperta e incauta para ello...

Yen Sid mira a Aqua.

-No te atormentes más, pequeña. Confío en el criterio de Eraqus como maestro. Si él te ve digna del título y de las responsabilidades que ello conlleva, es que estás preparada para ostentarlo. No obstante, imagino que los sucesos reciente han mellado con dureza tu corazón, así como el de nuestros aliados.

Dice mientras vuelve a miraros.

-Hayato, has hecho bien en traerlas de vuelta. Si quien ya sabemos hubiera dado con ellas antes... Creo que es hora de que las cartas se pongan sobre la mesa. Imagino que estaréis colmadas a preguntas, y no es para menos. Pero debéis saber, jovencitas, que vuestro papel es crucial en el transcurso del peligro que se cierne sobre nosotros y los mundos. 

Era muy extraño pisar esa torre sin Rin. Especialmente ahora que recuperábamos a Hayato. 

Mi ánimo no siente esas ganas de saltar que siempre me habían caracterizado y al ver a Aqua siento nostalgia por la chica que fui y que ella había conocido y me da cierta rabia que a lo mejor, ya ni se me reconozca. He perdido a todos mis compañeros, a Faile, Yuris, al verdadero Hayato, Rasheltex y a ... Rin ¿por qué conmigo debería ser diferente? 

Aprieto la mano de Yume jurando en silencio que no la perderé, a ella no. Seguiré a su lado ocurra cuanto ocurra, incluso cuando recupere a los demás. 

Apenas escucho la discusión sobre el título de Aqua, en otro momento me hubiese lanzado a abrazarla y felicitarla pero ahora solo hay una cosa en mi cabeza: preocupación. 

Me acerco a la mesa de Yen Sid y coloco en ella la obscurita en un gesto contundente. 

- También debería explicarnos esto. Sin acertijos.

Yen Sid mira tristemente el collar mientras se mesa su frondosa barba y respira profundamente.

-Aaaaah... Al fin aparecen, y en unas manos cuales hubieran de ser. Ese collar, querida Kora, contiene un antiguo cristal Lux, un tipo de piedra con unas características muy peculiares. Tiene la capacidad de absorber la luz latente y encerrarla dentro de si misma para, posteriormente, liberarla en otro receptáculo, ya sea otra piedra, un objeto, u otro ser vivo. Antiguamente, se usaban como catalizadores. Los elegidos de la llave espada que os precedieron las utilizaban para recolectar fragmentos de luz perdida y obtener su poder, pero dichos cristales desaparecieron sin dejar rastro durante los estragos que causó la Guerra de LLaves Espada, hace ya mucho tiempo. Esta que nos muestras, es la primera que se ve en años.

Yen Sid hace una pausa para proseguir, con tez más severa.

-Sin embargo, estos cristales también son capaces de absorber oscuridad, dando como resultado una corrupción incesante en el cristal, y tornándolo lo que se conoce como un cristal Umbra. Ahora mismo, toda buena obra que se hiciera con ese cristal Lux cayó en el olvido, pues la oscuridad que contiene lo ha transformado en un artefacto realmente peligroso. Los cristales Umbra pueden absorber oscuridad, y actuando como catalizadores, pueden traspasar dicha oscuridad a un individuo, otorgándole el poder de la oscuridad, pero corrompiendo a la persona que lo porta. En buenas manos quizás puedan realizarse buenas obras con él, pero nunca se ha registrado que hayan tenido un uso como tal. Siempre han sido hallados por buscadores de oscuridad, enemigos del mundo de la luz. ¿Donde adquiriste algo así? Y más importante, ¿Porqué lo tienes tu? Cuéntamelo todo, Kora. Con detalles. Este artefacto no es para tomárselo a la ligera.

Al escuchar el relato de Yen Sid mis manos tiemblan por la culpa al darme cuenta de lo estúpida que había sido.

Casi le entrego el poder de la oscuridad y a Hayato a Vanitas. Me muerdo el labio en disculpa no sabiendo qué decir y poco a poco me acerco al escritorio del maestro para dejar el colgante en él.

— Lo encontró Hayato en la escuela. Yuris y yo le vimos cogerlo y ... Creo que Rin también —tiro de eufemismo negando todavía que Rin pudiera quererlo tanto como para hacer lo que dicen que hizo—. Y cuando Hayato... Desapareció, lo recogí. Creía que era un recuerdo suyo, luego el colgante empezó a avisarme del peligro y creí que nos ayudaría, que nos protegería de la oscuridad.

Además... ¡Creo que Hayato vive en él! Y quiero sacarle de ahí.