Partida Rol por web

Transcurrida una semana desde el acercamiento al hogar de Davik Ortiga y lograr que descansara en paz, los preparativos para seguir explorando el sur de las Tierras Robadas marchaban adecuadamente.

Sonidos de personas acercándose al puesto comercial tras atravesar las puertas llamaron la atención de todos. Venían carretas, al menos veinte. Un numeroso grupo de personas de diferentes edades, escoltadas por algunos soldados con las indumentarias típicas de Restov, similares a las de los soldados que ayudaban a Kesten.

El propio Kesten venía delante con un papel en las manos.

- Viene dirigido a vosotros.

Comentaba sin levantar la vista.

- Restov envía personas y recursos para iniciar una nueva nación.

El noble dejó el pergamino en vuestras manos de modo que fue posible leer el contenido.

"Sea conocido por los receptores de esta carta, que habiendo liberado el extremo Norte del cinturón verde del azote del bandidaje, haber proporcionado mapas detallados de la disposición de la tierra, y haber
hecho no poca cantidad de trabajo en la exploración de dicha tierra y el
el sacrificio de monstruos hostiles y peligros indígenas, se les otorga por la presente
el derecho a gobernarlas. La naturaleza y las leyes del gobierno son suyas para definir, y
el bienestar de esta nueva nación es de ellos para proteger. De acuerdo con
lograr una nación estable al sur del centro de Rostland, proporcionamos un estipendio generoso de fondos, apoyo y asesoramiento a esta nación incipiente por parte de Restov y la buena voluntad de Brevoy, tales
que las relaciones futuras entre reinos podrían ser mutuamente beneficiosas.
Así queda escrito bajo la atenta mirada del Señor de Restov y
por la autoridad otorgada por Lord Noleski Surtova, actual regente del Trono de Escamas de Dragón."

Kesten quedó atento a vuestras expresiones. Él mismo se veía un tanto descolocado por lo que sucedía.

- Os han nombrado gobernantes de esta tierra. ¡Y envían personas y fondos para comenzar a construir! He aquí lo curioso, que el Sur sigue necesitando de ser explorado, tal y como encargaron con anterioridad.

Después de las semanas de descanso el aburrimiento llegó a su fin. No es que no hubiese estado ocupado, pero aparte de cuidar el filo de Mournblade, alimentar a Irina y realizar plegarias a su deidad, el clérigo no hacía otra cosa en todo el día que no fuera comer y ayudar en alguna tarea mundana.

El anuncio de la llegada de la carta, por parte de los señores de la espada era una buena noticia. Tras leer la carta junto con todo el grupo, se dieron cuenta de que la gente que acompañaba a Kesten, eran labriegos y gente de a pie. Colonos otorgados por Restov para iniciar una nueva nación, a fin de cuentas.

- ¿El sur? Lo cierto es que lo más al Sur que hemos llegado.... A ver, déjame ver... - Contestó el feroniés a Kesten mientras revisaba uno de los mapas de Nihljem, tratando de ubicar el punto más al sur que habían explorado.

- ¡Si, aquí es! ¡El antigüo fuerte de Lord Venado! Se encuentra en la orilla norte de este pequeño lago de aquí, donde desemboca este río, ¿Puedes verlo? - Mostró el mapa a todos.

Después de aquello, a duras penas entendió que tendrían que explorar mucho más allá y miró a los recién llegados y a sus compañeros al mismo tiempo, mientras pensaba en como continuar con aquello.

- Amigos, si tenemos que explorar más al sur, me parece que establecernos en el viejo fuerte de Lord Venado podría ser una gran opción. Es el lugar más al sur que hemos explorado y si podemos organizar un pequeño asentamiento allí, nos será más fácil explorar más al sur. El camino será la mitad que desde el puesto de Oleg. Si estos colonos que envía Restov nos ayudan, seguro que podemos adecentar el lugar. Incluso se me ocurre utilizar unos cuantos para que trabajen en la mina de oro que encontramos. ¿Qué opinais? - Preguntó al resto, mientras exponía sus ideas.

Por otro lado, Eren no paró de mirar de tanto en tanto el pequeño mapa que tenía de la región. No había mucho más apuntado al sur del Cinturón Verde, pues como había indicado el fuerte era el lugar más alejado del puesto de Oleg para ellos. Es así que pensó si utilizar el viejo fuerte como asentamiento les podría ayudar a explorar más rápido la región, trazando una ruta de exploración desde el lugar¹.

El Cinturón Verde, al menos la zona norte, se habían convertido en tierras seguras gracias a los intrépidos exploradores. La falta de trabajo se tradujo en una comunión más estrecha con la naturaleza, algo que el Enano agradeció. Diariamente honraba el ciclo de la vida con largas partidas de caza, trayendo carne fresca de venados, jabalíes y alguna que otra liebre, siempre sin que Eren e enterase, al puesto de Oleg. La carne fresca levantaba la moral y las pieles se vendían a buen precio

Solo la llegada de la misiva de los señores de la espada perturbó la aparente calma en aquellas tierras. -Mwrgt- Masculló mientras leían la carta en voz alta. -¿Dueños de estas tierras?- VukVard se encogió de hombros. -Ese papel me está diciendo lo que ya sabía...- Anunció. Había ya bastante tiempo que deambulaba por aquellos bosques y al rededores, y los había considerado su hogar. Pensó un poco, más bien corto, lo que ello implicaba según las tradiciones de los señores de la espada. Aquel papel, junto con los colonos y los recursos podría significar un gran avance para la zona. Podían abrir avanzadas, puestos de caza, e incluso fortalezas para proteger su hogar. -Mwrgt. Espero que no se os ocurra talar más árboles de la cuenta...- Anunció con cara de pocos amigos sus compañeros. NO es que le gustaran los árboles de la forma que los elfos los "adoran", simplemente que los bosques proporcionaban refugio de toda la fauna que al Enano le gustaba ver crecer, prosperar y por supuesto cazar.

-Sin duda el fuerte de Lord Cervatillo es la mejor opción.- No era muy listo, pero sí sabio. -El lago al sur nos protegerá y nos dará alimento. Al igual que los ríos al este y al oeste. Mwrtg. Los llanos pueden cultivarse, y la linde del bosque está cerca.-

-El mejor lugar para abrir un asentamiento. Sí señor... Debemos reconstruir el fuerte como partida, y abrir la mina cuanto antes.- Haría falta oro para llevar todo aquello a cabo. 

La vida de Sulmavate se había vuelto placida y feliz, entrenando a los guardias, cazando en lo bosques... incluso tratar de sofocar las iras de Ko que cada día insistía en probarse la armadura que el hombre reptil había encargado para el y se enfadaba cuando descubría que le iba exactamente igual de grande que el día anterior... Seguramente cuando creciera, la imagen del dragón enfadado infundiría terror en los corazones de sus enemigos, sin embargo verle gruñir e intentar congelar las sillas y las mesas ahora era bastante encantandor.

Cuando toda la caravana se acercó al puesto, ni siquiera se alarmó al ver a tantos humanos juntos llegando, así que se acercó a ver que era eso que estaban leyendo sus compañeros con tanto interés...

¡No me lo puedo creer! Se indignó al leerlo . ¿Es que las ansias expansionistas de los humanos no tienen fin? ¿No pararán hasta haber hecho suyo todo el continente? Se alarmó recordando como, de niño, todo su poblado tuvo que huir hacia el sur cuando los humanos llegaron reclamando sus bosques....

A punto estuvo de abandonar el puesto, y no volver a tener relaciones con esa raza nunca más.... Pero pronto cambió de idea. ¿si él no estaba con ellos quién se aseguraría de que respetaran a quienes encontraban? ¿quien propondría la diplomacia antes que las armas?.... Hizo cuanto pudo por ocultar sus sentimientos, lo cual, dado su reptiliano aspecto le fue bastante sencillo, los únicos que habrían tenido oportunidad de darse cuenta eran sus compañeros, pero estaban entusiasmados con esa nota.

Calmando sus ánimos contestó a su amigo. Ssí, el fuerte de Lord Venado ssería un ssitio muy bueno por donde empezzar... Habría que ver cuánta gente noss acompaña, para cargar víveress y herramientass para elloss. Levantando la vista, Sulmavate trató de hacerse una idea de cuántos eran, y de si podrían defenderse solos mientras ellos seguían explorando

Ser Auris dirigió un saludo deferente a Kesten mientras leía el pergamino con sus propios ojos, para después pasarlo a sus compañeros. El noble parecía sorprendido, si bien seguramente ni la mitad que la esforzada compañía aventurera. Parecía que era voluntad de Adabar y del propio regente del Trono de Escamas de Dragón que estas tierras fueran regidas por los esforzados compañeros. Nada menos.

El caballero dejó que sus compañeros tomaran cartas en el asunto. Todos parecían ansioso de ayudar explicando ciertas posibilidades o planes de acción. El tono de Sulmavate era algo extraño, quizás tenso pero nada en la actitud del hombre reptil sugería algo diferente a lo que sus palabras revelaban.

- Habláis con cabeza y tino, tenemos un largo camino aún que recorrer. Como dice el noble Kesten, la exploración de estas tierras no ha concluido y es una tarea que pende sobre nuestras personas. Tomar la fortaleza como lugar de partida parece adecuado y contando con este número de hombres y mujeres así como los recursos que acarrean convertirlo en un lugar adecuado parece factible. -

Ser Auris se acerca a los diferentes carros, presentándose ante las gentes recién llegadas así como al resto del grupo de tal manera que no sean unos desconocidos y comiencen a tener predisposición de ayudar en lo que viniera a continuación.

Kesten no era un hombre demasiado amigable aunque la situación era bastante positiva, en cuanto que construir un asentamiento era algo excitante.

- Esa fortaleza de Lord Venado puede ser un buen punto si como decís abunda el agua y ya cuenta con algo de defensa. Si no os importa pienso que os acompañaría para ver mejor el lugar y dar mi opinión. Con madera, comida, agua y estos hombres, se puede comenzar a construir un asentamiento. Pero hablan de crear una nueva nación. Tanto la nación como el nombre tendrán que tener un nombre.

Indicó el luchador.
 

Otro humano llegó a continuación, mostrando una sonrisa abierta.

- Señores, aquí Argalis a su servicio, me alegro de que el viaje haya concluido y pueda conocerles. Vine a supervisar las obras en esta nueva tierra. Soy experto arquitecto y he participado en la construcción de varios edificios oficiales.

Era un hombre más bien delgado, con un buen bigote. Sonreía mostrando todos los dientes.

Nihljemlandia, no. Tierra de Nihljem tampoco, por el momento el mago no encontraba un nombre adecuado. Bueno ya aparecerá la inspiración, penso mientras sonreia para adentro.

Al ver los primeros colonos su lado practico se puso a los mandos e informó a los colonos, En el puesto de Oleg hay un mapa de las tierras virgenes que se extienden al sur del puesto.

- Debeis conocer que hay un asentamiento Kobold con una tierras aqui, señalo el punto, no deberan ser molestados bajo ningun concepto ya que esa zona es territorio Kobold.

Este mapa lo podrá consultar todo aquel que quiera llegar al sur, para que no se desvie del camino. Su primer deber será pasar por el fuerte para ser recibido.

A los que tengan ganas de trabajar, estableceremos nuestra base en el antiguo asentamiento de Lord Venado, bandido que fue ajusticiado por nuestra mano. Lo primero que debeis hacer es reparar las defensas y preparar un camino de tierra que conecte el puesto de Oleg con el Fuerte.

Se giró a sus compañeros, Deberiamos ponerle un nombre al fuerte, que no se nos olvide ahora volvió a los colonos, Toda familia que quiera trabajar sus tierras podrá asentarse en los alrededores del fuerte y contar con nuestra protección. Haced correr la voz

La propuesta de pensar un nombre para su nación trajo de cabeza al feroniés, que solo se le ocurrían nombres inspirados en su deidad y poco más.

- Feronalia... Inferonalia... Infernalia... Infernia... - Iba divagando en voz baja.

Lo que si se le ocurrió fue la idea para una futura bandera, cosa que quiso compartir con el resto, a sabiendas de que nadie habría pensado en aquello.

- Por lo pronto, nuestra bandera debería tener los colores azul y amarillo. ¡Si, ese será nuestro emblema! Como nombre no lo tengo muy claro. Será una nación en el Cinturón Verde, así que algo que concuerde con esa descripción o cualquier nombre que se os ocurra será bienvenido. Yo elijo los colores de la bandera, el nombre lo dejo a vuestro cargo. - Añadió, refiriéndose a sus camaradas.

Después, Eren escuchó atentamente las palabras de aquel hombre que decía ser un gran arquitecto y constructor de otras edificaciones en la ciudad, sin perder el más mínimo detalle.

- Bienvenido, señor Argalis. Lo cierto es que un arquitecto de su competencia nos vendría muy bien. Como acaba de decir mi fiel amigo Nihljem, el viejo fuerte al que nos dirigimos debe ser adecentado y reconstruido. Allí estableceremos el primer bastión y, porqué no, la capital de nuestra nueva nación. Además, debéis saber que yo llevaré los asuntos religiosos y, en un futuro, tendremos que tratar el tema de un templo acorde a los designios de la deidad a la cual represento... - Añadió con cierta magnificencia.

Una tenue sonrisa se esboza por un segundo en el rostro de Ser Auris. Parecía que Eren estaba en plena ebullición buscando una bandera y un nombre para la ¿nación? El paladín no tenía claro si era una comarca , región o país lo que ponían bajo su responsabilidad. Lo que estaba claro era que había personas y recursos enfocados en la dirección de construir algo que esperaba fuera bueno y duradero, eso era lo importante.

- Si no os importa noble Kesten, es posible que necesitemos algo más que vuestra opinión. Si toda esta gente y más que lleguen van a medrar en una tierra hostil, hará falta que alguien vele por ellos y les enseñe a combatir cuando continuemos con la exploración. Si no pensárais en venir, yo mismo os lo pediría.

En cuanto a vos señor Argalis, tenéis mucha tarea ante vos. Si no tenéis algún aprendiz sugiero que busquéis un grupo de ellos para empezar a transmitir vuestros conocimentos. Vais a necesitar mucha ayuda para construir un asentamiento y las redes de comunicación de estas tierras. Agradecemos vuestra presencia aquí maese Argalis.

¡Al resto! Como ha dicho el mago aquí presente necesitamos fuertes brazos y bravos corazones para crear una comarca sólida. Hay otros pobladores en las tierras que hemos explorado, como por ejemplo los kobold. Tenemos un trato con ellos para coexistir en paz, el cual renovaremos ahora en virtud de que no haya enfrentamientos y derramamiento de sangre. No penséis que esta es una tierra exenta de peligros, extrema las precauciones e informa de cualquier cosa inusual que veais. Es hora de viajar al que será nuestro hogar. -

Ser Auris tenía muchas cosas en la cabeza, pero habría que enfocar esto poco a poco. Lo mejor sería partir hacia el fuerte y comenzar allí la exploración. Quizás el propio viaje les diera inspiración para dar nombre a todo aquello que entraba en sus vidas. Y no se olvidaba de que una de sus responsabilidades era construir una capilla para Adabar.

El asunto de los kobolds no era precísamente idóneo pero tampoco Kesten podía decir mucho. No solía tener tampoco demasiado buen humor. Lo  que sí hizo fue atender a las palabras de Sir Auris las cuales venían con una proposición.

- Aquí no hago gran cosa y es un somero aburrimiento. Marchar para entrenar a unos cuantos hombres me parece mucho mejor. Sin bandidos además el puesto comercial corre menos peligro que antes, y bien, iré con ustedes y me estableceré en esa nueva ciudad. La bandera azul y amarillo puede ser fácil de coser pero veo que no tienen mucha imaginación para nombres, jajaja.

El noble carcajeó después de soltar la pulla.

- Infernia no creo que guste mucho pero quizá lo contrario podría estar bien.

Indagó a ver si atraía aquella idea.

Ainrefni suena mal, necesito pensar en otro Palindromo mejor, se rio para sus adentros Nihljem. Ante las palabras del noble asintió para sus adentros, parece capaz y necesitaremos un mariscal para mantener el orden en nuestras ausencias.

- Muy bien Ser Kesten y Mester Argalis, comenzó el mago, lo primero que debemos hacer es hacer que el acceso a la fortaleza sea facil, señalo en el mapa que estaba en el puesto de Oleg, Como veis el rio del sur solo puede ser vadeado en dos puntos, aqui y aqui (señalo las casillas Q y S), el cruce cercano a la tribu Escamahollin lo evitaremos de momento, por lo que debeis reparar primero este paso (casilla Q) y luego seguir abriendo camino hasta la fortaleza. Cuando llegueis alli debeis reparar y adecentar la fortaleza y sus alrededores ¿ Entendido ? preguntó a los dos hombres

- Propongo ir a visitar primero a los Kobolds Escamahollin, luego rodearia el lago para volver a la fortaleza, y comprobar que todo esta bien. ¿ Que os parece amigos ?

Antes de que se le fuera la idea de la cabeza, el inspirado clérigo agarró la libreta del mago del grupo, sin mayores miramientos, dándole un tirón.

- Déjame un momento eso, Nilhjem... - Dijo a su compañero.

Tras eso, dió unos leves trazos intentando plasmar la idea que tenía sobre la futura bandera de la nación a la que iban a dar forma. Cuando lo tuvo medio acabado y con los colores señalados, más que pintados, los mostró al grupo para que dieran su opinión.

- ¿Qué os parece? ¡Esta será la bandera de nuestra nación! - Afirmó sonriente para pasar a explicar su idea. - La hoguera y las estrellas simbolizarán el camino que hemos recorrido para proteger estas tierras, pues no son pocas las noches que hemos pasado a la luz de una buena hoguera y no menos las que estuvimos bajo el manto de estrellas en esta verde y frondosa tierra. La espada es la lucha que hemos librado contra los peligros y enemigos, para proteger nuestra nueva tierra, haciéndola libre. - Añadió.

Y viendo que necesitaban un nombre para poder referirse a su futura nación, Eren dió su opinión al respecto, en vista de que ninguno lo hacía.

- Camaradas, este lugar del mundo es llamado El Cinturón Verde pues no en vano está repleto de vegetación frondosa. No sería descabellado llamar a esta nueva tierra "Grinland" o algo parecido. ¿Qué pensáis? - Preguntó al resto.

Los hombres que os acompañaban escucharon aquellas propuestas.

- Thornhold para un nombre de ciudad queda espléndido. Nos pondremos manos a la obra en cuanto lleguemos. Repararemos aquél lugar aunque tener espinas en la muralla, como dicen, no tiene mucho sentido.

Kessen por su parte miraba a unos y otros al parecer pensaba resolver la situación lo más rápido posible.

- Grinland o Thornland, yo optaría por uno de esos dos como nombre para el reino.

Comentó siendo aquellas las dos propuestas que habían surgido.

- Los kobolds a ver lo que piensan, no me extrañaría que se dedicaran a atacar viajeros. Llevan mucho tiempo haciendo sus tropelías en estas tierras.

Sulmavate, que no entendía la necesidad de imperios de los humanos, permaneció impasible mientras sus compañeros ideaban nombres para su destino... ¿Que necesidad había de ponerle nombre? para el sería simplemente su nuevo hogar. Los demás acabarían llamándonos como quisieran....

Al oír que Ser Auris pedía al otro humano que se encargara del entrenamiento de las tropas, el hombre reptil resopló. Típico. Pensó antes de comenzar a andar. Me adelantaré para ir cazzando, tantoss humanoss nezzessitarán mucha comida. Dijo sin más. Era consciente de que seguramente traían sus propias provisiones, solo era una excusa. Buscó con la vista a su compañero, que llevaba una temporada con la afición de subirse a sitios altos y dejarse caer planeando y expulsando frío con el aliento, imaginando que su sombra era la de un gran dragón... Pobre. Pensó el arquero. Él también se siente solo.

¡Ko! Gritó en dracónico. Vamos de caza al bosque, a ver si encontramos algo rico para la cena.

El grupo de colonos pudo descansar unas horas. Hubieron de dormir en el suelo pero a la mañana siguiente se mostraron animados. Quedaban pocos días para llegar a lo que sería Thornhold, el lugar donde podrían establecerse. Cierto era que habría que limpiar la zona de zombies, los guardianes de la parte sur de fortaleza, pero una vez conseguido aquello ya la ciudadela podría elevarse sobre el nuevo poblado.

Al día siguiente los dueños del puesto comercial hubieron de despedirse una vez más. Svetlana se deshizo en besos y abrazos, mientras  que Oleg a pesar de la confianza  que tenía en el grupo se conformaba con escuetos abrazos que no duraban demasiado.

Al partir,  Kesten les acompañaba.

- No van a poder explorar con la velocidad con la que lo hicieron antes. Para administrar una ciudad es necesario tiempo y asignar personas encargadas de las tareas más importantes. Desde el gobernador, al tesorero, el general y varios más. Lo importante es saber cómo se tomarán las decisiones para lo cual alguien deberá de ejercer de gobernador y contar con un consejo. La gente necesita a alguien a quien seguir.

El viaje había comenzado y Kesten parecía bastante atento a las necesidades de lo que sería Grinland.

El clérigo atendió serio y solemne a las palabras de Kesten, sopesando lo que este decía aunque con las cosas bastante claras, tratándose de Eren.

- El consejo lo tienes delante. Lo formamos nosotros cinco, Los Héroes del Cinturón Verde. Y con respecto a los cargos que ostentaremos cada uno, será cuestión de ir debatiendo que rol podremos acometer cada uno de nosotros. Por mi parte, tened presente que yo me ocuparé de los asuntos religiosos de la nación. Soy el máximo representante de mi deidad en estas tierras y como tal, debo convertirme en el Sumo Sacerdote de Grinland. - Proclamó.

- Será mejor que me ocupe de los asuntos magicos y tambien de los dineros, dijo mientras hacia puñetas con las manos.

-Aunque no lo podais creer, estudié economia practica en el Colegio de Magos, así que podré enseñar a los campesinos de estas tierras los bonitos secretos del interes compuesto, y las devaluaciones sonrió enseñando ligeramente un colmillo, porque un reino sin fondos no es un reino.

En cuanto reparemos la fortaleza deberemos comenzar a extraer oro de la mina. Una fuente de ingresos notable y que tenemos a mano

Con cada frase y cada concepto que se hablaba para el desarrollo y futuro del reino del que el Enano estaba de acuerdo, comentaba abiertamente sus humildes opiniones.

-Mwrtg.- El levantamiento de puentes y despejar los caminos entre el puesto de Oleg y Thornhold era buen comienzo y así lo expresó.

-Mrghj.- Adecentar el fuerte les daría una base en la que protegerse de... algo...

Y la apertura inmediata de la mina era lo mejor de todo. -Methtk- Elevando fuertemente la economía que todo reino necesitaba en sus inicios. 

Por lo demás todos se asignaban tareas que desempeñar en el nuevo gobierno y Vukvard opinó al respecto. -Yo cazo.- Se encogió de hombros. -Cazador Real. Mwrtg- Masculló para más énfasis. Aunque con sus nuevos poderes también podía investigar sin ser visto todo el territorio. ¿Quién sospecharía de un búho en un árbol?

Sulmavate veía como sus compañeros se ofrecían para hacer tareas para el reino, y recordó como en su tierra natal él era el encargado de atrapar a los que se oponían a los designios del gran naga... Ese sería un papel ideal para mi. Pensó. Pero cuando finalmente abrió la boca para ofrecerse, VukVard se le adelantó.

Maldición...

Quedaba la posibilidad de hacer lo mismo pero dentro de las ciudades... pero eso le obligaría a estar mucho tiempo dentro de las ciudades, y no era algo que le agradara demasiado... Ssupongo que puedo encargarme de lass relazzioness con loss demáss reinoss. Concedió. Sse me da bien ssaber que quieren loss demáss. Y tiendo a sser basstante razzonable. ¿A que ssí, Ko? El pequeño dragón, que seguía empeñado en ponerse la armadura que seguía quedándole enorme, tropezó dentro de la misma al ser aludido, y asomando la cabeza por un hueco destinado a una de sus extremidades lo único que consiguió atinar a responder fue un resoplido indignado.