Partida Rol por web

La información aportada por Bill en el coche se convirtió en el centro de la conversación camino de los bungalows, y como el resto, Sonia se sintió atraída hacia dicha relación de asesinatos, pues de ser cierto, aquel caso podía convertirse en un con más calado e importancia de la que inicialmente se le presuponía.

- Debemos tener en cuenta que seguramente la señora Minelli también puede estar al tanto de la posible correlación de ambos asesinatos, lo que hace que su empeño en contratarnos sea aún más misteriosos, y por que no decirlo, extraño. - aportó al respecto, mientras rebuscaba en su bolsa y sacaba su propia libreta de notas. La joven la puso rápidamente al día, anotando varias frases y un par de nombres y luego participó activamente en la conversación, dando su opinión cuando creyó conveniente. - ¿Un asesino en serie? De ser cierto, esto hará estallar el caso en cuanto llegue a los medios.

Ya frente a los bungalows, Sonia sacó la caja de guantes que se había llevado de la comisaria, y mientras Karen hacia lo propio con la insignia que les había dado la señora Minelli y que, teóricamente, les ofrecía ciertos privilegios, le dedicó a ambos guardas una encantadora sonrisa.

- Hemos venido a echar un vistazo, y no parece que quede mucho rato de luz, así que si nos permitís, nos gustaría empezar. - dijo, enfundándose los guantes mientras caminaba hacia la entrada al bungalow, segura y confiada de que los guardas no la detendrían.

No había encontrado nada interesante en el coche, lo habrían limpiado cuando el último huésped lo utilizó. Aunque eso mismo se podría pensar de la habitación en la que me estaba alojando y mira lo que me encontré.

Decidida a que tenía que haber algo aquí, en el coche, y para hacer tiempo mientras llegaban Aaron y Josh, porque ya me estaba aburriendo de esperarles, salí y rodeé el automóvil para inspeccionar el maletero. Quizás no encontrara nada de utilidad allí, pero al menos comprobaría que todo estuviera en orden por si pasaba algo en nuestro viaje, Dios no lo quiera.

Aaron sonrió, complacido, dejando que Kevin sacara sus propias conclusiones sobre lo que le acababa de revelar. Vigiló a Josh por el rabillo del ojo para medir su reacción, solo por curiosidad. Dependiendo de cómo se lo hubiera tomado, tomaría un curso u otro de acción. De momento había sido el primero del grupo que le había visto poner sus habilidades en práctica.

- Por supuesto Kevin, por supuesto - Respondió cuando este se iba a despedir - Larga vida y prosperidad... - Dijo a sus espaldas, cuando ya se dirigía hacia sus quehaceres en el hotel.

- ¿Volvemos con Amanda? Ya tenemos un par de hilos de los que tirar . Estoy seguro de que nuestros compañeros ya habrán tenido acceso a los archivos de la policía y al estudio forense y estarán encantados de recordarnos que hemos pasado toda la tarde perdiendo el tiempo. - Echó a andar hacia el vestíbulo con paso relajado y las manos en los bolsillos.

Josh se quedó con la palabra en la boca cuando Kevin decidió marcharse. Había pensado un par de preguntas más, pero no encontró el momento y cuando quiso darse cuenta, el botones había puesto tierra de por medio.

Ya se lo preguntaré en otro momento, pensó para sí.

Entonces, desvió su mirada hacia Aaron. Aquel hombre había demostrado una extraordinaria habilidad. Había adivinado de alguna forma el nombre de dos de los amigos de Kevin ¿Tal vez los había descubierto en otro momento? ¿Los conocería? En cualquier caso, Kevin se había sorprendido y aunque Josh era reacio a creer en ese tipo de cosas, sí se sintió intrigado.

- Sí volvamos. Tenemos dos nuevos nombres sobre los que investigar. Al menos hemos sacado eso -concluyó.

Josh y Aaron salieron al parking del hotel para reencontrarse con Amanda que ya les esperaba subida en el coche que la señora Minelli les había proporcionado. Era un turismo de cuatro plazas color caqui con las prestaciones justas en su interior. Durante la espera, Amanda había encontrado un mapa del pueblo en la guantera del coche que les ayudaría a guiarse por las calles de Kings Eagle hasta llegar al lugar de destino o de vuelta al hotel.

Ambos guardias miraron las identificaciones que el grupo les mostró. No estaban demasiado convencidos, pero momentos antes habían recibido la notificación del Sheriff por radio avisándoles de la próxima llegada del grupo así que les dejaron pasar al Bungaló sin problemas.

En el interior aún se percibían los olores de la noche anterior: alcohol, perfume de mujer... incluso cierto toque a madera quemada que sin duda venía de la chimenea que se encontraba apagada. Las figuras de Alice y Mark se encontraban bordeadas con cinta blanca en los lugares donde fueron hallados por la policía. Por el suelo podían verse varias tarjetas con números escritos indicando los lugares donde habían sido encontradas las pruebas, pero todas ellas habían sido guardadas y almacenadas en el almacén de evidencias y pruebas de la comisaría del pueblo.

Bill asintió ante la idea de Karen de preguntar a sus tios para ver si ellos recordaban algo de los antiguos asesinatos.*

- Mañana tengo que hacerles una visita para recoger algunas cosas de cara a poder pasar unos dias en el hotel. Aprobecharé entonces para preguntarles.

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El joven entró con cuidado de no pisar nada que no debiera del interior. Serpenteó despacio entre las marcas numeradas de donde habian recogido pruebas hasta llegar donde habian encontrado el cuerpo inerte de la chica. Se arrodilló junto a la cinta blanca y miró hacia atrás, hacia la entrada por donde habia venido, como meditando algo mientras examinaba todo con detalle.

- ¿ Sabeis? Colombo decia...si, el famoso investigador de la tele. Pues decia..¿ que tres cosas comprobar en la escena del Crimen? La primera: Que hay ahora que no hubiera antes....Que habia antes que no hubiera ahora...y finalmente....que se ha movido. Dijo con una sonrisa mientras se llevaba otro de sus chicles a la boca.

Karen se acercó apresuradamente a la puerta, mascando su chicle y preparando la cámara para comenzar con el trabajo. Antes de entrar, tomó una impresión de la estancia en general - A veces uno se centra tanto en los detalles por separado que no le permiten observar la clave que le ofrece el conjunto – se dijo a sí misma, mientras apretaba el botón.

Después se adentró con cuidado, acercándose a los lugares marcados por la policía, registrándolos igualmente con un disparo de luz; el flash era inevitable, teniendo en cuenta que la claridad exterior cada vez era menor.

Escuchó las palabras de Bill; le miró y esbozó una sonrisa. Se sentía nerviosa, excitada, animada. Por fin parecía estar haciendo algo verdaderamente importante, algo con lo que estaba disfrutando y, sobre todo, algo que le podía reportar un cuantioso beneficio.

Después de fotografiar las escenas que parecían ser las más relevantes, o al menos aquellas en las que se habían encontrado pruebas, Karen paseó de nuevo por la habitación, colocándose de manera que pudiera retratar ángulos diferentes y que quizá, tras el cristal de su objetivo, le brindaran algún detalle olvidado por los agentes. De pronto se sintió extraña al pensar que pocas horas antes había yacido el cuerpo sin vida de una pobre chica brutalmente asesinada entre esas cuatro paredes. No quería ni pensar lo que sentiría a la mañana siguiente al ver su cuerpo. 

Finalmente se acercó a la ventana del bungalow para mirar a través de ella - ¿Se verá desde aquí la cabina?- pensó, mientras escudriñaba el exterior y esperaba las impresiones de sus compañeros. Estaba segura de estar a punto de presenciar una master class por parte, al menos, de Arthur. Y tenía mucha curiosidad. 

Bill y Karen ya habían entrado en la puerta. Yo caminé despacio detrás de ellos una vez los dos agentes nos hubieron dejado pasar. Avancé con las manos en los bolsillos, a largas zancadas pero lentas. Miraba a un lado y a otro con atención, el césped, la fachada, as ventanas, la puerta. Trataba de no perder detalle. Caminé hacia a entrada siguiendo al grupo. Al llegar a la puerta me fijé atentamente en la cerradura, las marcas posibles. La puerta estaba abierta así que la empujé con delicadeza para tratar de tocar lo mínimo posible la cerradura y el pomo.

Al entrar en la habitación empecé a fijarme en todos los detalles que pudiera. Bill ya había entrado y empezaba con una clase magistral sobre investigación. Sin duda su cita era buena, pero había algo que remarcar. - Me parece que hay algo más, Bill. ¿Qué podría no estar, y sin embargo, está? Es decir ¿Que vemos que podría ser importante en caso de tratarse del novio de la joven cometiendo un asesinato pasional pero no lo sería para un asesino en serie? Fotos, regalos, recuerdos. Eso podría interesar al asesino pasional... y no al asesino en serie. - Dije mientras me acercaba a la chimenea a examinarla. Aún desprendía algo de calor y olía a brasas. Examiné la repisa superior y la inferior, observé los instrumentos de la chimenea y después me dirigí a los lugares donde habían yacido los cuerpos. Me acerqué para tratar de vislumbrar algo. La posición, quizá gotas de sangre en una posición concreta. Revisé después los puntos donde habían recogido pruebas, y después el resto de la estancia.

Me llamó la atención especialmente sin embargo un hecho curioso para mi. Karen, mi compañera, después de entrar a la estancia y mirarla, se dirigió a la ventana y oteó a través de ella. Esto me hizo pensar "¿Qué podría estar buscando ahí fuera, pero que tenga que verlo a través de una ventana?" Resultó una buena idea, no caí inmediatamente en sus deducciones pero pronto recordé a nuestro informador anónimo, aquel que había llamado desde la cabina. Girandome a Karen, pregunté. - ¿Se ve la cabina desde donde se realizó la llamada, Karen? - Mi tono era suave, casi susurrante. Estaba concentrado, inmerso en la escena del crimen. Era el momento de analizarlo todo. Dejé el maletín contra la puerta, en un sitio aparentemente no relevante del escenario, y lo abrí, sacando mi linterna. - Avisadme cuando hayáis terminado de registrar la habitación, después apagaremos la luz y bajaremos las persianas, veamos que nos muestra esta luz ultravioleta. Para los menos formados en estos casos diré que los rayos ultravioleta resaltarán los restos biológicos como sangre u otros fluidos, sobre las superficies. - Informé, linterna en mano. Mientras seguía observando la habitación

Sin impedimento alguno por parte de los guardas, Sonia alcanzó la puerta de entrada del bungalow, y tras coger aire, hizo girar el pomo con solo dos de sus dedos ya enguantados y empujó. Luego, y mientras se permitía estudiar la imagen que había al otro lado de la puerta, dejó pasó a Bill, Karen, así como a Arthur, que se vio obligado a empujar la puerta que había cogido la inercia de cerrarse.

Sonia entró siguiendo los pasos del criminalista, y como el resto, agudizó sus sentidos para analizar cada detalle de la habitación donde se había cometido el crimen, aunque en su caso, se calló cualquier cita o comentario al respecto de como debía actuarse. Al igual que Karen, pero, lanzó fotografías a todo aquello que encontró relevante, desde los contornos de los dos implicados, la fallecida y el principal sospechoso de la policía, su novio, a toda los lugares donde la policía había hallado pruebas. Cuando acabó, y mientras esperaba a la respuesta de la periodista acerca de si veía o no la cabina por la ventana, la joven examinó cuidadosamente todos aquellos objetos o lugares que los agentes de King's Eagle habían desechado por irrelevante.

- Por mi cuando quieras, Arthur. - dijo al fin, volviendo su mirada hacia él mientras asentía.

Arron parecía pensativo cuando llegó hasta el coche y saludó a Amanda con un gesto de la mano. Abrió la puerta de atrás y tomó asiento, acomodándose. Iba a dejar que Josh se sentara delante con su admirada escritora mientras ponía en orden las pocas pistas que habían obtenido del botones. Ninguna hacía referencia directa al caso, pero no dejaban de ser interesantes.

- Al hospital, Amanda - Dijo con voz pausada, echándole un ojo al mapa por encima del asiento - No le hemos sacado gran cosa a Kevin sobre el caso, pero creo que... - Sonrió de forma enigmática - que se mostrará muy colaborativo desde hoy. Hemos tenido una charla muy interesante y seguro que está muy atento a cualquier cosa que nos pueda ayudar

-Menos mal, ya me estaba aburriendo -digo cuando los veo aparecer por la puerta- vamos vamos, veeeenga -saco el brazo por la ventanilla para hacerle señas para que lleguen al coche-

Espero paciente a que tomen asiento, agarrando el volante, antes de preguntar de qué han hablado con Kevin para tardar tanto, que a mí me había parecido una eternidad.

-¿Cómo que al hospital? Ni que yo fuera de este pueblo, como no me guiéis con el mapa, difícil lo veo -me quedo mirando a Josh, como mi copiloto le tocaba esa labor, pobrecillo, no sabía donde se estaba metiendo-. ¿Y qué es eso que habéis hablado con el botones para que esté tan atento?.

Pongo el contacto y enciendo el motor, aunque algo nerviosa por coger un coche que no es mío, intento llevarlo con naturalidad, como si hubiera conducido ese coche toda mi vida.

Josh se acercó al coche y se sentó al lado de Amanda. Aaron amablemente le había cedido aquella honrosa posición dentro del pequeño equipo que formaban.

- La principal conclusión a la que he llegado, y creo que aquí mi compañero va a coincidir, es que el botones está tocado del ala -respondió a la pregunta de Amanda haciendo un gesto de locura con el dedo índice en la sien -Pero si nos ha hablado de dos inquilinos que se alojaron aquí hace quince días. Un tal Doctor Gibbons que sufrió un accidente, que según dijo se trataba de una herida de bala. De ahí que Aaron haya propuesto el hospital. Y el otro es... Will Hudson, que abandonó el hotel sin pagar la cuenta y el director del hotel lleva buscándolo desde entonces. 

-¿Qué pintan esos dos inquilinos en todo este asunto? Quiero decir, no tienen, a priori, nada que ver con el asesinato de la joven, aunque nada es nunca lo que parece -sonrío de medio lado, pensando en lo siguiente que iba a decir, hilando los temas-. Hablando de esos inquilinos y de cosas que no son lo que parecen, quiero que escuchéis algo. Me encontré un casette en la habitación del hotel en la que me alojo, el título sera "Will, el turista". Si creyera en las coincidencias, diría que esta es una de ellas

Sin más, rebobino la cinta un momento, para reproducir lo que yo había escuchado poco antes de que ellos llegaran al coche.

Aaron sonrió a las últimas palabras de Amanda, asintiendo en gesto de aprobación. Le empezaba a caer bien aquella mujer y parecía muy juiciosa a su manera. Para el viejo vidente las coincidencias no existían. Todo sucedía por un buen motivo. Pero no por la providencia divina, sino por la voluntad de unos y el despiste de otros.

Dejó que pusiera la cinta sin añadir nada mas, bastante interesado en escuchar lo que hubiera en la grabación.

- ¿Una herida de bala en el mismo hotel unas semanas antes del asesinato? Bastante sospechoso, cuanto menos. -comenta mientras Amanda coloca la cinta -Veamos de qué se trata...

Josh guarda silencio esperando a que comience la reproducción.