Partida Rol por web

Fuaa...- solté un suspiro enorme cuando escuché a la hada soltándole la parrafada a la princesa después de haberme ignorado por completo -Menudo discurso contándonos tu vida para decir simplemente que "Siento dentro de mi corazón que es inocente"... pufff, ya se a quien contratar para engordar las descripciones de mis productos- dije mientras me cruzaba de brazos. Si cada palabra que ha pronunciado costase una moneda, solo con lo que ha dicho ahora acabaría en números rojos -A mi no me hace falta llegar a meterme entre los pelajes de un jujin para darme cuenta de que algo falla... como su hermano también se explaye de la misma forma nos vamos a pasar aquí hasta que a la princesa le salga tetas- pensé mientras negaba con la cabeza -Hasta que vosotras dos nos habéis interrumpido, ya me estaba encargando de investigar todo esto con la princesa tratando de buscar más cosas que "sensaciones" y "confianza"... así que deja de ignorarme- terminé sentenciando. ¿Quería hacerse responsable de todo esto? Haber llegado antes... ningún hada malcriada va a ignorarme y pasar sobre mí.

Me encontraba cruzada de brazos mirando al interior de la celda,  mi nariz se arrugo ante las contradicciones del jujin y sin instar palabra empecé a caminar hacia la celda de Glaius. Cuando llegue frente a esta seguí cruzada de brazos.- Glaius, ¿Sabes si hay algún tipo de hechizo para ver si alguien ha sido afectado por magia hace poco? Por lo que dice Perceval tengo la sensación que alguien lo ha manipulado. También sería interesante si hay algo para reconstruir objetos destruidos.- Mencione pensando en la carta.

Antes de que respondiera levante las manos.- Lo sé, lo sé, puedo ir a la biblioteca y buscar si alguien invento un hechizo parecido, pero tardo menos así y prefiero no intentar usar magia pura para realizarlos como prueba. Créeme, si sacamos algo de esto en claro gracias a ti hablare a tu favor, después de todo aparte de ponernos como objetivo de un nigromante poderoso no hiciste nada mas. Y necesitaremos gente fuerte para lo que se avecina.- Mis últimas palabras, aunque fuera de contexto podían ser malinterpretadas, realmente habían sido expresadas con poca importancia. Por alguna razón pensaba que aunque Glaius no estuviera allí, aquel nigromante habría seguido esos mismos planes.

Por otro lado que quizá solo podría comprender Glaius, estaba aceptando el uso de la magia nigromante para proteger el reino lo cual, podía hacerle pensar que no estaría del todo en contra en aprenderla.

Las palabras de Alessandro no hicieron más que acrecentar la rojez en las mejillas de Fío antes de que ambas hadas partieran hacia la ventana de la princesa. - ¿E-estás segura?... Parece muy enfadada... Pero su hermana ya lo tenía claro así que apoyándola en eso se quedó esperando atrás, revoloteando apartado de la ventana para que en un principio no se le viera y así calmar los humos de la princesa aunque esta también arremetió contra Faith, momento en el cual decidió mostrarse con rostro avergonzado y apurado detrás de su hermana. -Sí... Respuesta corta pero clara hacia la princesa antes de que Cytla decidiera hacerse valer con su voz en alto y opinara sobre lo ocurrido. " Es que tiene razón... Por mi fue que todo se torció, maldita obligación biológica de negatividad pura..." Se quedó callado, sin palabras pues no tenía ninguna más que excusas y no quería usar una sola de estas porque serían solo eso, excusas. 

Faith entonces empezó su discurso y se abrazó a el, quien le devolvió el gesto con suavidad pero sin perder la compostura pues estaban delante de la princesa y habían aprendido desde el nacimiento del rey que debían tratar con respeto a la realeza y no causar revuelo frente a esta... Cosa que Fío ya había violado esa misma mañana y no quería repetir. 
-Yo... No tengo nada que alegar, sí ... sí que estuve en contra de Perceval, es mi naturaleza en situaciones así... No puedo mentir sobre ello pero le he prometido a Faith que la ayudaría a demostrar que es inocente... Su voz era tímida y arrastrada por culpa, triste por decirlo así frente a la princesa aunque esta ya conocía a las hadas desde pequeña y sabía bien de la condición de ambas siendo que una solo veía el lado más bueno de las personas  y la otra el lado más oscuro sin poder hacer nada para remediarlo, siendo esa la naturaleza propia de la magia que poseían.  Se acercó con cautela a Cytla y la princesa e hizo una ligera reverencia a modo de disculpa en el aire. - Lo... Lo siento... p-por mi culpa se torció todo... Decidme... C-como puedo ayudaros... a encontrar su inocencia... Era una disculpa que sí venía de corazón, ahora que su magia no lo controlaba podía ser dueño de sus propias emociones. Solo esperaba no tener más sobresaltos o podría volver a aparecer su peor faceta. 

Baeric decidió quedarse a un lado de la conversación…él era un caballero, no un confidente o un consejero escandaloso como los que había presentes. Él estaba allí por un motivo, podía esperar, si algo tenía aquella misma mañana lo demostró con creces, o incluso en la sala del trono, esperaría pacientemente como se esperaba de el.

Y así hizo, poniendo las manos tras la espalda, sonriendo como de costumbre y manteniendo una postura erguida, sería y que parecía decir a gritos “soy un caballero, he de comportarme como tal”.

La princesa se mantuvo neutral mientras escuchaba lo que todos tenían para decir. No parecía nada sorprendida o afectada por las palabras de las hadas; más bien, parecía que pasaba totalmente de ellas...

-Os daré una última oportunidad... Pero que sepan que si vuelven a causar problemas a Perceval, os juro que yo misma les daré su merecido... -era bien sabido que la princesa no veía inconveniente en tratar a los caballeros como era viera correcto, después de todo eran pocos los que verdaderamente le agradaban, y esos pocos eran los que no le causaban problemas, como Baeric. -. Sois caballeros diamante: no necesitáis de mi palabra para ir a investigar sobre las cosas que conocemos del caso; como la nota en casa de Perceval, o Muramasa y el robo. Yo puedo asegurar que Perceval no es el responsable del robo, lo puedo jurar por mi vida; pero el resto deberán desvelarlo ustedes y conseguir pruebas para su inocencia. ¿Tenéis algo más que preguntarme? Si no es así, salid de mi habitación inmediatamente... Necesito descansar... -sentenció antes de cruzar nuevamente los brazos.

Parecía tan dura y severa como siempre, pero en sus palabras se podía notar cierta debilidad, como si temiese por el destino de Perceval...

Las palabras de Cytla no fueron muy agraciadas, casi parecía que estaba en contra nuestra... Igual que le devolviera el ataque no le sentó muy bien, o simplemente le tenía animadversión a las hadas... O puede que solo fuera a nosotras precisamente por ser nosostras. Sea como fuera me da igual y me contuve de responderla siendo que me concentré en las palabras de Fio viendo como el quería llevarse todas las culpas algo que agradeci por estar conmigo, pero que aún así no quería que pasara factura

Al final la princesa habló y yo alcé el vuelo con las alas algo más energicas - Gracias princesa - Revoloteé hasta el marco de la ventana junto con mi hermanito siendo que al fin teniamos su permiso y perdón. Fue precisamente eso lo que aclaré - Sin embargo el único permiso que necesitamos de usted, es el suyo propio princesa. Gracias por ello. No le decepcionaremos... En cuanto a... preguntas... Si que hay una, quizás un largo extensa. Usted estuvo todo el tiempo presente durante el contacto que hubo entre Murasama y Perceval ¿Cierto? ¿Puede decirnos todo el detalle que recuerde? - Luego miré a Cytla y Baeric y volví a mirar a la princesa - Siento si la hago repetirse, pero toda información es poca y si viene de primera mano mejor.

-Hmm... Un pensamiento muy interesante, pero desacertado: no puedo asegurar, y creo que nadie puede hacerlo en este momento, de que quién maneje los hilos no sea un hada; después de todo, el invento era de ellas, y no hay forma de saber si una de las involucradas decidió cambiarse de bando. De todas formas, no podemos descartar que sea un miembro de otra raza, pero sucede que los involucrados solo eran Enanos, Hadas, y Dragones como mediadores.

Yveroth se sujetó la barbilla pensativo cuando mostrabas interés por los implicados, llevando su atención al nombre de un Jujin.

-Lamento decirte que no puedo mencionar a los implicados; son temas del reino. Pero al menos puedo asegurarte que ni había ningún Jujin llamado Perceval -luego de haber respondido, se aclaró la garganta y mostró una cálida sonrisa. -. ¿Ya hemos terminado? Me gustaría seguir hablando, pero tengo otros asuntos que atender. ¿Algo más que quieras saber?

— Supongo que ahora mismo hablar de suposiciones es bastante inútil.

Comentó ella encogiéndose de hombros, no tenía sentido seguir tirando de aquella madeja que no les traería mas que resultados estériles. La siguiente respuesta estuvo a punto de dibujar una expresión de decepción en su rostro. En el fondo sin saber quienes participaban en la investigación estaba como al principio.

Si podía sacar algo positivo es que Perceval no estaba implicado en eso, y casi era mejor así. Cuando preguntó si quería comentar algo más ella negó con la cabeza. 

— Nada más, es suficiente con esto. 

En realidad no lo era, pero tampoco se iba a meter en una discusión estéril, además de que ya sabía que cuando tomaba una decisión era insensible a sus súplicas. 

— Muchas gracias Yvieroth. 

El hombre de mascara se quedo algo pensativo al escuchar como Elizabeth le pedía alguna sugerencia sobre un hechizo que puede ser de utilidad en ese momento, incluso aclarando sus razones antes de que el nigromante pudiese decir algo, demostrando que le convenía cooperar.

-Hm... -se mantuvo en silencio varios segundos antes de responder. -. Cuando una persona transfiere una parte de su mana a otra, puede sentir el flujo de mana de la otra persona; basta con buscar alguna parte donde el flujo sea diferente para saber si esa persona a sido afectado por magia; me sorprende que una hechicera de rango Diamante no sepa algo tan básico... -soltó un tanto decepcionado antes de aclararse la garganta. -. Por otro lado, reconstruir un objeto a través de magia necesita de un alquimista y absolutamente todas las piezas, o materiales similares que puedan suplir las piezas faltantes; Ley de la equivalencia, algo simple pero muy importante. Si les interesa, como nigromante también he aprendido bastante de alquimia...

-¡No lo escuchen! -gritó Perceval desde su celda al escuchar que Glaius daba consejos a Elizabeth. -. ¡Todo lo que él hace es un peligro a tener en cuenta! ¡Debe haber otro modo! -en definitiva, el jujin no confiaba en el nigromante.

-Ya lo has escuchado: todo lo que yo planteo tiene un peligro detrás, pero si se hacen las cosas correctamente, no hay nada que temer.

La confusión de Perceval solo me atonta más. Menos mal que mis hermanos están allí o acabaría sin saber que hacer. Por suerte Liza se estaba entendiendo bien con Glaius. Sin embargo mi alarma se activa cuando hablan de peligros y acabo soltando:

Perceval más vale que te calmes. Recuerda que tu situación ha dejado en mala posición a la princesa así que ahora mismo no tienes otro remedio que dejarnos a nosotros hacer lo que consideremos necesario para aclarar las cosas o de lo contrario la habrás perjudicado directamente. Hago una breve pausa y añado: Y sé que no quieres eso. Por eso estoy aquí contigo.

Me giro hacia Glaius y le digo: Gracias por colaborar con nosotros pero... vuelvo a mirar al Jujin para soltar "Y no lo interrumpas" miro a Glaius y concluyo preguntando: ¿Cómo podrás hacerlo si no podemos sacarte de aquí? ¿Tienes alguna forma de indicar a mi hermana el camino que debe seguir o algo así?... Me muestro algo perdida

Perceval suspiró mientras dejaba caer las orejas cual cachorro regañado, regresando a su asiento en su cama para permitirles trabajar.

Glaius, por otro lado, se quedo observando a Sutera cuando está preguntaba sobre el plan. Antes de decir nada, la estudió de pies a cabeza haciendo movimientos de cabeza que delataban dicha acción.

-Ambos somo capaces de usar comunicación mental, aunque mi nivel es muy superior al suyo; sera suficiente para mantenernos comunicados por todo el castillo y así poder decirle que hacer. Eso, o usar vuestra autoridad de diamantes para sacarme por motivos del reino: El rey no puede estar diciéndoles que hacer todo el tiempo... De ser así, no tendría tiempo para nada -el nigromante suspiró antes de juntar sus manos delante de él. -. Para hacerme una idea, ¿puedo saber que es lo que necesitan reconstruir? Podría ser más fácil de lo que pensamos...

Feris había escuchado suficiente, no importaba que pensaran sus hermanas él aún no tenía razones para confiar en ninguno de los prisioneros y pensaba mostrar su opinión.

-Aquí nadie va a liberar a nadie, mucho menos meterte en la cabeza de unos de nosotros- Feris miró intimidante al Glaius ante la idea de la telepatía, si podía meterse para hablar bien podría usarlo para controlar. Una vez aclarado eso se giró hacia Elizabeth- Si quieres un alquimista tiene que haber alguno en el castillo, y seguro que hay otros magos que sepan de control mental y esas cosas también, ¿Porque elegir al nigromante? - La oposición del lobo era bastante firme y no parecía entender que ganaban utilizando a un prisionero sospechoso en vez de a los especialistas del castillo.

Al ver la reacción de Feris, Glaius no hizo más que cruzar los brazos delante de su pecho mientras miraba al lobo.

-Hm... Parece que no tienes la cabeza tan vacía como pensaba... -fue lo primero que comentó. -. Es correcto: aunque realmente no cometí ningún crimen, o al menos ninguno se fuese considerado como tal por la corona, seria un poco arriesgado permitirme salir, ¿no? El castillo debería tener al menos un alquimista capaz de realizar el trabajo -el nigromante se dio la vuelta y se quedo viendo la pared contraría a la reja, un tanto pensativo. -. Y para tu información, animal, ya me he metido en la cabeza de tu hermana el día de hoy; por asegurar la buena realización de su misión, claro.

-Por favor... -Perceval asomó uno de sus brazos por su celda para llamar vuestra atención. -. No permitan que la princesa se involucre en limpiar mi nombre, no de nuevo... -el jujin apoyo la frente sobre los barrotes, con la mirada baja. -. No soportaría que por ayudarme empezasen a correr rumores de ella tal como sucedió conmigo...

Hmm... desde luego no me esperaba una disculpa por parte del hadita. Parecía arrepentido por lo que había hecho... Además, admito que me gustó que se pusiera en ese plan tan servicial conmigo -Esta bien... habría que tener un corazón de hielo para no perdonarte. Te perdono Fio, y acepto tu ayuda- le dije a la pequeña hada asintiendo con la cabeza... aunque luego miré a la otra hada -Ya podríais ser los dos hermanos igual de educados- terminé diciendo, sin que me importase demasiado que Faith me escuchara. Con su hermano ya había enterrado el hacha... con la hadita que no paraba de pasar de mi culo como si fuera una piedra en la estantería de una tienda, desde luego necesitaría algo más que una disculpa.

Encima, le hizo la pregunta que su aparición me interrumpió -No la haces repetirse... me interrumpiste antes de que le formulase esa pregunta... cosa que supieras si no me ignoraras...- dije cruzándome de brazos, molesta. Si, desde luego mi "problema con las hadas" se había especializado y evolucionado a "problema con Faith". Yo estaba antes, según la regla no escrita de "El primero se lo queda", esta investigación esta liderada por esta inteligente, trabajadora, eficaz, humilde y pelirroja servidora.

En fin... princesa, ¿los guardias han guardado las pruebas donde siempre? Me gustaría echarles un vistazo una vez nos cuentes lo que viste de ese incidente... Coincido con usted que hoy ya han sido suficientes emociones por hoy para usted...- le pregunté a la princesa, entendiendo que quisiera que nos marchásemos para poder descansar tranquila -De hecho, si quieres le doy una muestra de unas hierbas para dormir de las que vendemos en la tienda, creo que tengo alguna aquí... mi madre me las mete en la comida cuando trabajo cuarenta y ocho horas seguidas y son mano de santo- terminé por ofrecerle a la princesa, para que su descanso fuera el mejor posible. Si, entre ser caballero y mercader, había días que necesitaba una ayuda para poder descansar en vez de estar absorbida por el trabajo.

Asentí pensando en lo que había dicho Glaius no parecía haberme afectado su comentario sobre no saber algo básico. Cuando Feris fue a preguntarme porque elegir al nigromante de entre muchos otros encogí los hombros.-Probablemente nos enfrentemos a un nigromante dentro de poco, si aprendemos como piensan nos será más fácil repelerlo.- Respondí tranquila hasta que Glaius hablo de haber entrado en mi cabeza durante ese día.- Frases como esas podrían llevarte a la ejecución Glaius. Mas cuidado.

Sin decir nada mas me acerque a la celda del Jujin y flexione una rodilla.- Perceval no estas en situacion de pedir nada.-Respondí tajante.- Estate quieto.- Dije mientras mi mano tomaba el brazo que habia sacado de la celda introduciendo unas pequeñas gotas de mana y dejando un flujo abierto, dejándolo discurrir por el cuerpo del Jujin buscando algo extraño.

La princesa se mantuvo viéndolos con desinterés y molestia; la verdad, no parecía muy fascinada por la manera en la que Faith intentaba hacer ver que estaba verdaderamente arrepentida, pero por lo menos agradecía dentro de ella hiciesen el esfuerzo de cooperar y no causar más molestias, aunque era claro el choque entre la hada y la pelirroja...

-Perceval y yo estábamos hablando aquí en mi habitación, entonces llegó Muramasa a hablarme sobre unas cosas de su última misión... -Artanis se mantuvo en silencio unos instantes antes de desviar la vista hacia otra parte. -. Me distraje por un momento, mirando por la ventana. Escuche un forcejeó, y lo que vi al darme la vuelta fue al cabezón de Muramasa persiguiendo a Perceval... No vi nada más -concluyó regresando su atención a ustedes. -. Ya lo he contado varias veces, ¿que quieren encontrar?

Entonces, no pudo evitar suspirar ante el ofrecimiento de Cytla, relajando más su posición.

-Las pruebas deben estar donde siempre... Por otro lado, agradecería las hierbas... No creo que un mal momento no me permita dormir como es debido, pero en cuanto más rápido me duerma más rápido dejaré de escuchar voces molestas... -por último, dirigió su atención al caballero grifo. -. Baeric, luego de que las hadas y Cytla se vayan necesito hablar contigo sobre algo...

Esa manera en la que el dragón alzó la ceja delataba que sabía que no estabas conforme con el resultado de la conversación, pero no seria quién lo comentaría.

-Siempre a tu servicio... -hizo una respetuosa reverencia antes de que la neblina consumiese a Yveroth hasta hacerlo desaparecer. Pocos segundos después, la neblina giró a tu alrededor, y al despejarse abriste los ojos delante del mago de comunicación.

Luego del remolino de niebla, uno más de rosas te rodeó por breves segundos antes de que Bhlade tomase forma humana a tu lado. Obviamente, estuvo presente en la conexión mental, pero no quiso interrumpir de ninguna forma.

-Creo que aún esta algo... afectado, por su separación. Si pudiéramos contarle de la situación en la que estamos, seguramente no vería inconveniente en ayudarnos... Ahora parece que lo hace solo por aparentar la imagen de "caballero colaborador por la paz" -Bhlade suspiró, y luego se sostuvo la barbilla, pensativo. -. Entonces, ¿iremos con la princesa? Seguramente otros caballeros ya hayan estado con ella, pues todos están interesados en descubrir que sucedió con el jujin o como podemos actuar contra el hada... Pero siendo tu, tal vez no se molesté si le pides hablar con ella un rato.

— No se que decirte. Creo que está tramando algo... Tú sabes perfectamente el carácter que tiene y llevó con... demasiada naturalidad, que se haya filtrado la información de SU investigación. Quizá sólo estaba aparentando algo pero... está tramando algo. Está colaborando porque como bien dices quiere.. mantener la puerta abierta y así además ver si descubre algo más. 

Suspira y niega con la cabeza, parece aún algo nerviosa y afectada por el encuentro pero está haciendo esfuerzos por calmarse, su tono de voz es bajo pero habla con mucha rapidez.

— O quizá yo estoy desconfiando demasiado de él. No lo sé. Verle de nuevo tampoco ha sido... fácil. Creía que lo estaba llevando mejor hasta que le tuve delante. 

Mira por una ventana hacia el cielo estrellado de Aztora, tomándose unos segundos antes de hablar.

— No quiero.. sonsacarle nada. Sólo quiero que sepa que hice lo que hice para ayudarla y proteger a Perceval, aunque ahora mismo probablemente quiera partirme la cara, pero es un riesgo que asumí en su momento. 

Mientras decía esto avanzaba por el pasillo con paso enérgico, subiendo por las escaleras. Esto último lo dijo con voz aún mas baja.

— Algo se está cociendo, y viendo que lo de Perceval está sucediendo a la vez que el polvo de hadas tengo el pálpito de que alguien quiere influenciar o dañar a los príncipes. Y lo peor, es que no tenemos más pistas. 

Tras decir eso dio el tema por zanjado, no quería hablar de ello en la planta real por la que se movió hasta llegar a la habitación de la princesa donde llamó a la puerta.

— Princesa Artanis, soy yo.

-No te preocupes, todo salió bastante bien: ahora sabemos más sobre la procedencia de las runas y el polvo de hadas... Si seguimos investigando, tal vez logremos hacer de esto un asunto del reino del oeste como de Aztora, y así Yveroth no tendrá razones para guardar información.

Bhlade asintió a tu punto de vista sobre lo que estaba sucediendo, acompañándote hasta el cuarto de la princesa en silencio para que pudieses llamarle a la puerta.

-Esta hablando con alguien... -comentó Bhlade por lo bajo. Si prestabas atención, era cierto que se podía escuchar a la princesa hablar con alguien. Pero no fue necesario tirar deducciones pues ella misma se acercó para abrirte.

Luego de la última explicación de la princesa, alguien tocó la puerta.

— Princesa Artanis, soy yo -llamó Ameline.

Artanis se quedó viendo la puerta unos instantes antes de ir ella misma a abrir, dejando ver a la espadachín pelirroja acompañada por su compañero, Bhlade; ambos caballeros pudieron ver que la princesa era acompañada por el par de hadas, Cytla, y el caballero grifo, Baeric.

-Princesa... -Bhlade hizo una respetuosa reverencia hacia ella. -. ¿Venimos en mal momento?

-No. Las hadas ya se iban, y supongo que Cytla también... -respondió Artanis dirigiendo su mirada más que todo al par de hermanos alados, como un tipo de indirecta para que apresurasen su ida. -. En todo caso, llegan en buen momento: necesitaba hablar con ustedes dos y con Baeric.