Partida Rol por web

Aprovecháis el cofre para meter en él el pellejo y la cabeza del dragón, aprovecháis los huecos para meter también las colas de kobolds que habéis ido recogiendo. Está tan lleno que el semielfo y el enano se han de sentar encima para poder echar el cierre. Las mochilas van cargadas de monedas, gemas y las cartas y papeles que habéis encontrado en el cofre.

El viaje de vuelta se hace bastante más largo que el de ida, el semielfo y el enano portan el cofre gruñendo durante casi todo el camino:

- no lo levantes tanto que me cargo yo todo el peso - dice Morgran

- haber crecido más - contesta el semielfo - no pensarás que vaya todo el camino encorvado

Galid va cerrando la marcha con una sonrisilla en la cara, haciendose el distraido para que no le carguen con el peso, suerte que a los magos siempre se les considera debiluchos, y ahora no parece el momento de desmentirlo.

Delante abren camino Neblin y Mialee, ojo avizor ante cualquier kobold rezagado que pueda emboscarles e ignorando los comentarios que oyen más atrás

Llegáis a la ciudad (Cima del Salto) sin contratiempos, os pasáis por la tienda del enano al que se le ilumina la cara al veros.

- ¿Lo traeis? - al ver como asentís y señaláis al cofre corre a abrirlo. Al principio ve el pellejo del joven dragón al que habéis matado y parece desanimado, pero luego ve el otro que está debajo y se le ve mucho más contento - bien, bien - dice satisfecho - buen trabajo, esperad un momento en seguida vuelvo - y lo hace al poco rato tras pasar unos momentos en la trastienda. Vuelve con un saco abultado y lleno de monedas de oro.

- Aquí están las 200 po que os prometí - se encuentra tan feliz que casi no le duele desprenderse de ellas. No obstante, al cabo de un rato resurge su faceta de comerciante y os propone

- Por cierto, dispongo aquí de buenas armas y armaduras, algunas incluso mágicas que quizas os podrían interesar - evidentemente está intentando que algunas de esas monedas vuelvan a su cofre. - Luego podemos visitar a nuestro lord a reclamar el pago por esos kobolds muertos... aunque antes se impone un baño - dice al percatarse por primera vez de vuestro aspecto - y quizas ropa nueva, sin duda la que lleváis está irreparable.

Morgran mira cuidadoso el botín y piensa para sus adentros.

No está mal para la primera vez. Deberíamos ir a por esa otra recompensa.

El enano, fatigado tras cargar con el cofre, comenta.

Espero que ese noble no se ande con tonterías...

Neblin se huele la ropa y pone cara de asco: La verdad es que no huelo a rosas precisamente, y mi ropa está hecha jirones... añade al fijarse en que las pocas partes de su ropa que no han sido agujereadas por algún arma o garra han sido usadas para vendarse las heridas.

No se, tal vez con este aspecto le demos más pena al lord y esté más dispuesto a pagar, claro que a lo mejor nos echa directamente por atentar contra su olfato, que dilema... el mediano parece pensativo unos momentos, pero enseguida su mente se dispersa y empieza a prestar más atención a las armas que les ofrece el enano.

Galid se da un reparador baño, y se encuentra dispuesto a ir a hablar con el noble. El dragón era algo con lo que no contaban, por lo que tal vez puedan sacar algo más de dinero por haber acabado con el.

Deberíamos de pedirle más dinero por haber matado al dragón. Apenas era un cachorro, pero si hubiese crecido, podría haber causado muchos problemas a la región. Tal vez podamos convencerle de que lo mejor para todos es que nos pague por ello- comenta con una sonrisa maliciosa.

Podríamos hacerle creer que había un huevo de dragón en la caverna. Le llevaremos cualquier cosa que tenga un tamaño parecido, y yo me encargaré de que parezca realmente un huevo. Si no nos paga, sería una pena que tuviésemos que esconder el huevo en algún sitio cercano, y que el dragón creciese para aterrorizar a la región. En cambio, si nos paga, mataríamos al dragón del interior del huevo al momento… ¿Qué decis?

Bueno, sería arriesgado, vosotros veréis, pero nos podemos meter en un buen lío... dice Mialee.

El mediano se ha cambiado de ropa a una muy similar a la que ya llevaba y vuelve a star limpio y repleto de energías: Sí, a mi me parece una idea estupenda, será divertido ver como reacciona uno de esos nobles altivos ante una amenaza de esas dimensiones, voy a buscar una piedra del tamaño adecuado enseguida... Neblin empieza a correr entusiasmado hacia la salida de la posada, pero a mitad de camino se frena y vuelve sobre sus pasos... Mmmm, se me ha ocurrido que si los guardias decidiesen acabar con la "amenaza" en el momento, yo podría escabullirme sin problemas, pero vosotros... el pobre parece preocupado por sus compañeros por si las cosas se pusiesen feas, aunque la idea le haya gustado mucho.

Después de un bañito y un cambio de ropa por algo con menos peste a sangre, os encamináis hacia la fortaleza de Adularia [8]. La fortaleza es un viejo castillo sobre la colina que domina la villa. Guiados por el enano, os dejan entrar sin problemas, no sin antes chequear el contenido del cofre que lleváis como pruebas de los kobolds muertos.

Al entrar pasáis por el patio de armas donde se entrenan una docena de hombres de armas, aprovechando las primeras horas de luz antes de que haga demasiado calor. Os conducen por corredores de piedra, por dentro véis pocos adornos y lujos, más bien todo parece bien cuidado y funcional.

Acabáis delante de la sala de audiencias, frente a dos guardias a los que se dirije Teldorthan solicitando audiencia. Un guardia entra dejando la puerta entreabierta lo que os permite escuchar:

- .... estamos hablando de la banda de la mano roja, te recuerdo que arraso Brindol no hace muchos años, ¡seguro que si oyeras rumores de los orcos de la lanza sangrienta no estarias tan tranquilo!

- Milord - reconocéis la voz del guardia, pero aunque no le véis no parecen haberle echo caso o le han ordenado callar, pues la discursion continua

- Te entiendo, te entiendo - este debe ser el noble - recuerda que mi hijo mayor Ernesto no se encuentra muy lejos...., pero es que tengo las manos llenas, apenas controlo los caminos, los comerciantes y viajeros son asaltados, las ruinas de las viejas fortalezas son refugio de bandidos y cosas peores.... ¡ Como quieres que prescinda de alguno de los 60 hombres de los que dispongo !

- Puedes reclutar a la milicia.... - responde sin mucha convicción

- Mi.. - intercede el guardia, pero se calla a mitad de palabra

- Si unos 300 o 350 en el mejor de los casos, pero ni pienses por un momento que se alejarían de sus granjas o comercios y menos a solucionar problemas que no les incumben. Y necesito a esos 60 hombres para poner orden aquí. Y mercenarios...., hace falta comentar que el tesoro está seco, a penas empieza a resurgir el comercio, hay mucho que reconstruir, todavía después de 90 años se ve la huella de la guerra....

- ¿Y tu que quieres? - sin duda dirigiendose al guardia

- Milord Teldorthan solicita audiencia, viene acompañado de cinco forasteros. - No ois la respuesta, pero al rato vuelve el guardia y os hace entrar.
 

El noble, lord Faren Markelhay, de mediana edad se encuentra detras de un escritorio inundado de papeles, libros... al otro lado véis a otro humano, de porte militar, algo más joven de unos 30 años, que porta armadura de cuero, espada larga y capa, parece nervioso y agitado.

- Lord Markelhay, traigo gratas noticias, estos caballeros - os señala con la mano - han acabado con los kobolds que asaltaban en el camino real. - dice grandilocuente - Vienen a por la recompensa de 100 po que prometisteis y las 10 po por cabeza de kobold - acaba en tono más bajo.

- Yo prometí eso

- Sin duda, - dice el enano - me acuerdo como si fuera ayer. Los enanos tenemos buena memoria cuando hay oro de por medio - acaba la frase.

Echa una mirada al militar y os parece que se encuentra incomodo, sin duda quiere dar una buena impresión.

- Traéis pruebas de lo que dice el enano - dirigiendose a vosotros. Parece que le cuesta pagar...

Morgran frunce el ceño tras ver la respuesta del noble. Si una cosa le molestaba es que se intentase hacer trampas. Y negar una recompensa prometida era hacer trampas...

No obstante, respiró, y trató de contener el genio hasta que alguno de sus compañeros más lenguaraces se decidiera a hablar.

De camino a la fortaleza del noble, el grupo parece desechar la idea del falso huevo de dragón, por el riesgo que podría acarrear. Galid se encoge de hombros, aceptando la decisión. Pero eso no quiere decir que este dispuesto a no cobrar la recompensa, e incluso proponer que se incremente la suma, por el dragón muerto.

Si, tenemos las pruebas en este cofre. Las colas de los kobold muertos y la máscara del jefe- le responde al noble-. Es más, también tenemos la cabeza de un dragón, que aunque joven, podría haberos causado muchos problemas cuando alcanzase la edad adulta. No fuimos avisados de este peligro, y creo que la recompensa debería de ser acorde al riesgo que supuso enfrentarse a tan temible enemigo…

Lord Markelhay no parece muy impresionado con los argumentos de Galid, sin embargo el joven militar abre mucho los ojos al ver la cabeza de dragón y cuando os vuelve a mirar lo hace con interés.

- Faren - dice con un aire de familiariedad - ya que no puedes proporcionarme hombres no te importará que contrate a estos caballeros...

- Claro que no

- Bien - después dirigiendose a vosotros - tenemos problemas con unos asaltantes trasgos - echa una mirada al cofre con los restos de los cadaveres - creo que es vuestra linea de trabajo - dice con una sonrisilla - hay oro y gloria esperando a un grupo de aventureros como vosotros - la mención del oro y/o gloria os hace prestar más atención - pero habríamos de partir raudos, he venido de Brindol en barco y me gustaria aprovechar las horas de luz de las que dispongamos.

Volviéndose al noble - iremos a acordar los detalles... pero antes deberíais saldar las cuentas pendientes que tenéis con estos caballeros Milord - notáis como dice la última palabra con retintin

El noble le fulmina con la mirada - Breno - dice dirigiendose al guardia - cuenta cuantos restos de kobolds han traido

- 19 y esto - dice levantando la mascara

Faren Markelhay se pone a escribir, lo enrolla y vierte cera por encima para sellarlo con su anillo - Breno ves al tesorero y que te de 290 po - esperáis un rato durante el cual Faren fulmina con la mirada al joven militar que permanece impasible. Al final llega el guardia con la bolsa.

- Bien creo que esto es todo, gracias por tu tiempo Faren - dice recogiendo la bolsa y haciendo un gesto para que lo acompañéis - aquí está vuestra bolsa - dice con una sonrisa - estaría agradecido si me acompañarais.... - claramente espera que le devolváis el favor que os ha hecho

Morgran parece satisfecho tras ver que el noble se atenía a sus propias normas de juego.

Mmmm. Trasgos. Habéis captado mi atención. Soy todo oídos.

Roerkas permanece en silencio en esta etapa de la aventura. Desea la gloria, por encima del oro, y aunque reconoce que les vendrían bien esas monedas le desagrada el acto de pedir el pago como si fuera un mercenario.

Por eso, a pesar de que el ardid de Galid le hace fruncir el ceño, se guarda de intervenir. Cuando los compañeros negocian permanece en silencio hasta que la nueva oferta les es propuesta. Eso sin duda ayudaría a redondear las ganancias de la cueva kobold...

Contad conmigo.