Partida Rol por web

Véis como Galid empieza a murmurar en voz baja para ir elevando poco a poco el tono de voz mientras en la palma de su mano extendida se va formando una bola de energía. Cuando esta empieza a crepitar y parece que va a estallar Galid extendiende la mano hacia el kobold mientras pone fin al conjuro diciendo con rabia las últimas palabras en voz alta.

La energía sale disparada de la mano de Galid a tal velocidad que impacta al kobold, sin que este tenga tiempo a reaccionar. El kobold es levantado del suelo por el impacto para volver a caer muerto ya.

Neblin hace un gesto a sus compañeros de que se estén quietos en el sitio: No os movais hasta que yo os diga, por vuestro bien...

Después se pega a la pared y se va acerca con cuidado a la armadura con las herramientas en la mano, se siente algo más confiado después del éxito de la anterior armadura y no cree que esta le da mayores problemas, pero en su "oficio" nunca se sabe...

En cuanto empieza a trabajar se da cuenta de que el mecanismo es exactamente el mismo, y no tarda más que unos segundos en desactivar el disparador y que el visor de la armadura se cierre: Ya está, ahora podemos registrar la habitación sin peligro... dice frotandose las manos y echando un vistazo a su alrededor por si descubre alguna otra cosa de interés.

Morgran baja su hacha y mira a sus compañeros.

¿Alguno está herido? Kord puede darnos fuerzas para seguir nuestra andadura.

El mediano levanta la mano con timidez: La verdad es que algunas de mis heridas no se cerraron del todo cuando tu dios me ayudó la última vez, tal vez deberías insistirle, sin ánimo de ofender... añade al ver fruncir el ceño a Morgran.

Neblin, ves que en el altar a Tiamat junto a restos de huesecillos, sangre seca y demás restos hay una bolsita de cuero (seguramente una ofrenda).

Al darte una vuelta por la sala ves que las baldosas que activaban la trampa no ceden a tu peso, así que debía ser necesario una criatura de mayor tamaño para accionarlas.

Finalmente oyes por el pasillo algún que otro golpe y risa que identificas como de kobold

Necesitaremos todas tus energías si estos rufianes tienen más sorpresas...

Dice Morgran mientras impone las manos sobre el mediano.

Kord, reúne las energías desperdigadas de esta criatura tuya e insufla salud en él.

Mientras dice esto, los rasguños de Neblin se esfuman y tan solo las ropas rasgadas indican que alguna vez fue herido.

No parece que haya más trampas, tranquilos... de todas formas si no fuerais tan grandullones no las habríais activado, como yo. Dice dándose una palmada en el pecho y sintiéndose orgulloso casi por primera vez de su pequeño tamaño.

Bueno, supongo que Galid puede ocuparse de nuevo de coger nuestros trofeos y de paso revisar a los muertos, yo mejor esta vez voy a revisar el altar... dice sin dirigiros apenas la vista, que la tiene fija en una pequeña bolsa de cuero que descansa sobre el altar a Tiamat, junto a restos de huesos y sangre seca.

Mientras se dirige a este comenta: Ah, pero no hagais demasiado ruido, he oido voces de kobolds por el otro pasillo, parecían felices, así que no creo que sepan aún la que se les viene encima... termina de decir según recoge la bolsa con ojos cada vez más brillantes.

Tras esperar que el pequeño mediano hiciera su trabajo Roerkas examinó la habitación desde la penumbra de su yelmo. Haciendo un balance inmediato ve las heridas que han sufrido sus compañeros y roza con su dedo la suya, que contenía un veneno que le mantuvo paralizado unos segundos. Fue una sensación incómoda y de haber estado solo no lo habría contado, pero gracias a la presencia del grupo se salvó la situación y el semielfo no da mayor importancia al rasguño provocado por la trampa, ni siquiera cuando el enano pregunta.

Sin decir palabra pero resuelto a no dejar a Neblin solo, el guerrero sigue al mediano unos pasos detrás de él. El oscuro altar a Tiamat le repugna pero tampoco puede evitara sentir cierta curiosidad. Mientras camina aferra con más fuerza su símbolo sagrado, enrollado en torno a su muñeca.

Roerkas y Neblin se dirigen al altar. En él entre restos de sangre seca y huesecillos hay una saquete de cuero. Neblin alarga la mano y lo levanta haciendo sonar un tintineo que ilumina con una sonrisa la cara del mediano mientras suelta el atador y mira el brillo de oro en su interior.

Galid seguro que sabe hacer mejor el cálculo, pero creo que tocamos a 12 piezas cada uno... dice haciendo cálculos con los dedos.

Después coge las suyas y ofrece la bolsa a Roerkas... ¿O preferís repartirlas más tarde?

Será mejor que continuemos, no sea que algún kobold venga a ver si los vigías están bien...

El pasillo desemboca en una camara que en su día debió ser una tumba, pero los kobold la han transformado en su recinto de juegos. Hay cuatro tumbas alrededor de una fosa llena de una sustancia fosforescente como la que ya habéis visto anteriormente. En el lado opuesto de la habitación por donde habéis entrado hay una puerta doble de madera. Al lado de la puerta hay dos plataformas que se alzan del suelo diez pies (3 metros) con dos kobolds en cada una de ellas.

Encima de las tumbas véis varios cráneos de animales dispuestos en pequeñas pilas. Uno de los kobold sostiene una piedra empapada en fango atada a una larga cuerda, atada a su vez al techo.

Nada más asomar a la habitación os llueve de todo, un hondero apunta a Roerkas, pero su bala impacta en la equina que le da cobertura. Los pequeños kobolds lanzan sus javalinas con pericia a Mialee que es impactada por ambas, pero apenas suponen unos rasguños. El otro hondero suelta su brazo e impacta a Mialee que no es lo suficientemente agil para esquivar la bala hecha de una especie de sustancia gomosa que se le pega al cuerpo ¡Avandra! espero que solo sea chicle, no quiero ni imaginarme con que han hecho esto esos reptiles piensa mientras pugna por liberarse