Partida Rol por web

Kazu cruza unas palabras que no llegáis a escuchar con el conductor de la caravana, y tras un instante se adentra en ella. ¡Qué insensatez! ¡Si hay una trampa dentro no tendréis manera de saberlo hasta que sea demasiado tarde para ayudarle! ¿Vais en su ayuda?

¡Vaya vaya! ¡¿Pero qué tenemos aquí?! ¡Un control!

Miro al chico que entra en mi caravana mientras me abanico con un pai-pai azul con un kanji dorado.

Espero que no le moleste el que espere aquí mientras hace su trabajo. Llevo mucho tiempo viajando, y mis pobres huesos necesitan reposo. ¡Espero que las dependencias que me haya reservado tu Hokage sean cómodas! ¡Sería muy desagradable que, aparte de los controles, no tenga un buen alojamiento tras meses de viaje! ¡Mis visitas al País del Fuego son muy contadas, desde que los Países del Diablo y la Lápida nos consideran sus enemigos!

-Lamento mucho molestaros,pero ya sabe... no podría arriesgarme.

Dije mientras observaba con detenimiento lo que había allí dentro en busca de algo que resultase sospechoso o fuera de lo normal.

-Si no es una insolencia, ¿os puedo preguntar con cuántos controles os habéis topado antes de éste?

Me atuso la barba al ver la corrección en el trato del Gennin de Konohagakure, a pesar de su atrevimiento. Me empezaba a gustar aquel chico.

-Según mi lacayo, es la segunda vez que un shinobi de Konoha nos detiene hoy, aunque eres el primero que ha querido mirar en el interior de mi vehículo.

Acompaño mis últimas palabras con un gesto del pai-pai de dentro hacia fuera, como mostrando lo que puede observarse.

Las ricas telas del carromato tiñen de un suave tono azulado su interior, lleno de cojines inmensos con motivos de ki-rin y dragones de vivos colores. El Daimyo parece que no gusta del contacto o simplemente la vista del suelo aterciopelado del carro, casi sepultado por las comodidades. Al final de carro un pequeño mueble de madera oscura lacada, que apenas llega a medio muslo de la altura de Kazu, esconde una tetera con su juego de tazas y varias botellas de licores diversos, que enseñan su contenido al abrir el Gennin el armario. Nada le hace pensar al cazador que su presa se esconde aquí, aunque nota a su espalda el movimiento de repente agitado del pai-pai del Daimyo, y al girarse hacia él nota que está molesto con la inspección del mueble.

-¿Ha terminado ya? Me gustaría retomar pronto mi fatigoso viaje.

Kazu se quedó en silencio durante unos instantes.

Qué raro...Quizás el Hyuuga hubiese sido más útil aquí...

Las palabras del hombre lo sacaron de sus ideas.

-Emm, sí, perdone las molestias. Puede continuar, si me disculpa...

Hizo una leve reverencia y se dispuso a salir de la caravana.

He de avisar a mis compañeros, hay algo que no me gusta en esta caravana.

Cuando advierto que el Gennin se dispone a salir le pregunto:

-¿Está todo en orden, señor? Le estamos muy agradecidos por su celeridad. Hablaremos bien de su persona en el Estadio, cuando se celebre el Exámen Chuunin.

Mis ojos brillan de emoción cuando nombro el célebre evento, que atrae visitantes de todo el Mundo Ninja. Cuando azuzo al buey para que se ponga en marcha, lo hago con un grito lleno de energía.

-¡¡HO!! ¡Ya llegamos a Konoha!

-Sí, perdonar las molestias...

Traté de hablar con la mayor naturalidad que me era posible en aquel momento. Luego seguí caminando calmadamente hasta alejarme de la caravana, aún con la idea de reencontarme con mis compañeros los más pronto posible.

¿Pero que esta haciendo este tío?  Miro al Hyuuga, con sus ojos seguramente podría ver lo que pasaba dentro. No quiero precipitarme, además el es un buen luchador. Y sabe cual es nuestra misión.

- ¿Ves algo?

Pregunto al portador del Byakugan. No podemos retrasarnos mucho si nuestro objetivo no está allí dentro.

No me lo puedo creer !!!
Me quedo helado cuando veo a Kazu entrando en la caravana, sin cobertura ni apoyo.
Un mal presentimiento me recorre por las venas... Ese guardaespaldas...
Absorto, apenas oigo la pregunta de Rikimaru, pero sin pensar, casi instintivamente, se me activa el Byakugan y lo dirijo hacia la caravana..

El Shinobi del sombrero de paja activa su Ojo Blanco por enésima vez, revelando la verdad tras el manto de la realidad.

Kazu se encuentra dentro de la caravana, en la que se encuentra una persona sentada que mueve un brazo rítmicamente hacia la cara y alejándose de ella después. Por el gesto y la posición cerrada de la mano Shin deduce que está abanicándose, usando un Pai-pai o un Sensu. El individuo del abanico permanece sentado mientras el Gennin rubio inspecciona un objeto del interior de la caravana, para después salir.

Justo cuando el Hermano del Dragón va a dar por finalizado su exámen, repara en la figura del guardaespaldas, estático de pie, con los brazos cruzados, sobre la caravana misma. La superficie de su cuerpo está cubierta de un Chakra relampagueante, como una nube de tormenta, que se arremolina a su alrededor. Es la primera señal que tiene Shin que el guardaespaldas no es lo que parece: debe estar usando Transformación o algún otro Genjutsu para ocultar su verdadera forma.

Observo cada uno de los movimientos dentro de la caravana. La tensión del momento me hace poner serio ya que la adrenalina me tensa los musculos.
"Ya sale" Digo en voz baja, para que Rikimaru me oiga.
me quedo callado, pensativo, aunque noto como su mirada me pide mas esplicaciones.
Como puedo esplicarle la sensación al ver el chakra del guardaespaldas? No ha hecho ningun movimiento estraño, pero esta sensacion no es buena. Esta envuelto en un aura turbia, como una tormenta que estalla a su alrededor.
Finalmente me decido y le susurro a Rikimaru. El guardaespaldas esta utilizando algun tipo de Genjutsu. Tenemos que estar alerta.

Kazu no necesita avanzar mucho para encontrar a sus compañeros con semblantes preocupados. Al parecer el Gennin rubio no se había percatado del gesto de suficiencia del guardaespaldas, que había permanecido sobre la caravana en lugar de observar directamente los movimientos de Kazu. Eso, unido ante la revelación por parte de Shin que dicho guardaespaldas ocultaba su aspecto con Chakra les estaba poniendo nerviosos, pero ¿era eso lo que Kazu estaba buscando? A Rikimaru le costaba horrores creer que su objetivo había recorrido más de trescientos kilómetros en un par de días, y que se estaban ocultando a su regreso. Si era así seguramente eran imparables, y poco tendrían que hacer los tres amigos frente a ellos. No. Seguramente Kazu debía creer que el grupo al que perseguían les había detectado, y buscaban la manera de obtener información de sus perseguidores. Pero su exámen estaba dando un tipo de resultados que el grupo no esperaba, y era hora de decidir si perder más tiempo con sus hallazgos, o retomar su camino.

-Chicos, me parece haber visto a alguien más que se ocultaba en el interior de la caravana. Quizás al detenerme para hablar con el guardaespaldas haya tenido el tiempo suficiente para poner sobre aviso y esconderse. Pero...¿ por qué se ha escondido?

Kazu suspiró y se rascó la parte trasera de la cabeza, sobre la nuca, con una de sus manos. Luego, alzó la mirada hacia sus dos compañeros y preguntó con determinación.

-¿Qué hacemos?

Escucho las palabras de Etsuko... y recuerdo las anteriormente comentadas por el Hyuuga...

- Shin a visto con sus ojos que el guardaespaldas debe encontrarse en algún tipo de Genjutsu, emanaba una gran cantidad de chakra y no estoy muy seguro de que puede significar eso. No obstante el rastro de nuestras presas se pierde en el bosque en dirección opuesta a la caravana, y no debemos olvidar cual es nuestra misión.*

Doy un suspiro y pienso en que hacer...

- Creo que deberíamos proseguir el rastro. No estoy muy seguro de el objetivo de esa caravana, pero nuestra misión es clara. Y el rastro indica que han seguido por allí. Es posible que nos encontremos en una misión de prueba nosotros también... ¿porque sino no avisarían al grupo de Hana de nuestra llegada? Creo que esto no es tan solo una misión, también es una prueba. Tanto para nosotros, como para los que defienden a la Uchiha.

Dejo pasar un segundo mientras las palabras de Rikamaru se asientan en el ambiente...
Pues si todos estamos de acuerdo!!!... Digo en voz alta mirando de reojo a Kazu... Siempre tenemos que estar igual con este tío... La misión esta clara, ¿por qué estamos aquí parados?.
Tras recapacitar se me ocurre una cosa. Kazu, ya que eres el rastreador, y según tú tan bueno... ¿podrías decirnos cuánto tiempo nos lleva de ventaja el otro grupo?. Es necesario tener una referencia pues si tenemos que preparar una emboscada necesitamos adelantarlos.

-Si de verdad fuera tan bueno como consideras... ¿No crees que habría acertado al parar la caravana? Y si no es así...¿por qué no me lo impediste?

Chistó, mientras movía la cabeza hacia un lado, dejando entrever cierta actitud de desprecio.Luego su actitud volvió a ser calmada.

-¿Sabes? Si lo que quieres oír es que no sé cuánto tiempo nos llevan de ventaja...De acuerdo, no lo sé. Pero si no avanzamos ya, no lo vamos a descubrir.

Hago un gesto con la mano indicando a Kazu que procediera, y sin detenernos en más proseguimos el camino; dejando atrás la caravana... Sin duda habría que avisar de esto a algún superior más adelante, pero ahora lo que me importaba más era la misión. Así pués comenzamos de nuevo a seguir el rastro forzando la marcha, ya habíamos perdido demasiado tiempo...

Kazu no tarda en recuperar el rastro y salir a toda velocidad tras él. Las ramas más bajas de los árboles parecen haber sido la elección del grupo de la Uchiha: mayor estabilidad y velocidad... pero más fácil de detectar. Pero por lo visto la ventaja que llevan aún es demasiado grande para que los compañeros puedan preparar su emboscada con tranquilidad.

El día siguiente transcurrió nublado y con un ligero viento frío que hacía pensar en lluvia, pero no fue el caso. Los árboles dejaron de ser tan numerosos a media tarde, cuando el grupo detectó una segunda caravana. Kazu se encontró con miradas reprobadoras de sus compañeros ante la no formulada pregunta de si debían investigar: ahora la misión lo es todo.

Ya bien entrada la noche, entre jadeos, el grupo se deja caer más que decide parar. Los tres cazadores niegan incrédulos el increíble ritmo llevado por aquellos a los que deben neutralizar antes de completar su cometido: cincuenta kilómetros a través del más espeso de los bosques en apenas un día y medio.

Rikimaru recuerda cuando Kazu encontró los restos de una minúscula fogata a media mañana, y entre ambos dedujeron que se trataba del campamento del otro grupo. El hecho de que no hayan encontrado otra, a pesar de lo desenfrenado del ritmo, hace pensar al Nara que no están acortando distancias, o peor aún, que están perdiendo al objetivo.

Pero aún tienen que adentrarse en Kurama no Mori. Como de costumbre, el Gennin rubio no hace mención alguna al respecto de lo que vió allí, pero Shin cuenta que tuvieron problemas para llegar al bosque: durante el día, un Genjutsu les desorientaba, dejándoles al final del día en el mismo punto donde habían parado por última vez, sin nisiquiera vislumbrar la arboleda. Ese tiempo de desorientación jugaba a favor de los cazadores, pero... ¿por cuánto tiempo?

Lo cierto es que no estaba acostumbrado a estas carreras, nunca había entrenado la resistencia o la carrera de forma preferencial; pero no dejaba de ser un ninja de Konoha, y eso me motivaba, me daba fuerzas para seguir adelante. Saltando de rama en rama, siguiendo a mis compañeros, logro mantener el ritmo sin acusar el cansancio. No seré yo el que detenga la marcha.

No obstante estaba empezando a cansarme de seguir a la nada, de no acortar el camino y de no encontrar más pistas sobre si llevamos buen camino o no.

Cuando lleguemos a la zona, deberemos andarnos con cuidado para no caer en el Genjutsu de la otra vez. Vuestro conocimiento de la vez anterior puede ser muy útil. Yo puedo deshacerlo si es necesario, pero deberemos percatarnos de él. Nuestra mejor baza no obstante es que la Uchiha no ha desarrollado el Sharingan y quizá queden atrapados en la trampa ellos...