Partida Rol por web

Malheridos y frustrados por una situación que no habían buscado, los nueve Gennin que habían salido de la Academia a principios del último Otoño que Konoha vería, volvieron a casa, llevándose consigo los cadáveres de Hiranno Gennai y Tengu Yojimbo, y haciendo una pira para el resto con madera de los extraños árboles que formaban Kurama no Mori.

Kazu, Hana y Shin insistieron en correr de vuelta a Konoha a pesar de sus heridas, para que todos pudieran presentarse al Exámen Chuunin a tiempo. Hitomi Satoru y Marco Yoshida, que llevaban alternativamente a la inconsciente pero fuera de peligro Mizuhara Aiko, les dijeron al resto que ellos irían a su ritmo, para que la Maestra no sufra más de lo necesario. Pero nadie quiso dejarlos en la estacada.

Un par de días después la vigorosa Aiko se recuperó lo suficiente para poder moverse por sí misma, e instó a todos a que corrieran de nuevo a casa, haciendo caso omiso a la gravedad de sus heridas. Y durante cinco días más todos corrieron como buenamente pudieron hasta el hogar.

Los petardos, las cintas y fanales de colores, y el bullicio de una ciudad que hierve de animación y fiesta los recibió en pleno apogeo de la Fiesta de la Abundancia. La Fiesta de Otoño.

Y aún no sabía nadie que era la última vez que podrían celebrarlo.

Una semana antes, en una cámara secreta en el subsuelo bajo el sótano de la torre de Kurama Tendai, una figura embozada en una máscara felina inspecciona el lugar. Busca algo sin saber a ciencia cierta qué espera encontrar. Finalmente, su mirada se posa en una piedra a la altura del suelo, de un tamaño casi dos veces más grande que el de un ser humano.

Oshikake asiente, y con una fuerza que desmiente su cuerpo menudo aparta la inmensa losa. De dentro, la oscuridad va cediendo a un creciente color rojo, que lo inunda todo. Cubriendo su vista con una mano, el auténtico Jefe del ANBU musita para sí mismo.

-"Así que al fin y al cabo era cierto... el Jinchuu Shinden Oni... estaba aquí..."