Partida Rol por web

Se contuvo de bufar unas cuantas veces, pero la paladín comenzaba a tensar la mandíbula mientras miraba con evidente falta de paciencia al hombre entretenerse cada pocos pasos. -¿No sería más rápido abrir alguna especie de hucha solidaria?- preguntó al aire, siendo consciente de que Walter le oiría.

Al fin llegaron al vehículo, pero veinte minutos después se arrepentiría de sus ansias por subir al mismo. Buscaba desesperada cualquier cosa a la que agarrarse para mantenerse todo lo estable posible a pesar de los resaltos y bruscos giros. Pero, definitivamente, nada como bajar y pisar tierra firme.

Arrodillada para sentir la tierra estable bajo sus pies, giró la cabeza para mirar a Himmund y asentir con la cabeza. -¿Tenemos sacos de dormir y tiendas o algo improvisado?- se levantó despacio para no volver a marearse, y miró a Walter. -¿Los trabajadores no tenían un sitio en el que descansar?- alguna cabaña estaría bien. Con todo, se apiadaba de ellos si les tocaba hacer ese endiablado camino varias veces al día.

Ya se había alejado varios metros junto a Trece cuando Eira lanzó la pregunta. 

-En el maletero hay tiendas. Pero podéis mirar si alguno de esos prefabricados está acondicionado- 

Respuesta escueta. Después, siguió su camino...

En los primeros metros se podía ver sin problemas. La boca era bastante amplia y la luz entraba sin problemas. Sin embargo, poco a poco se fue oscureciendo. La luz natural desaparecía a favor de esas lámparas de bajo consumo tono amarillento. Y ni siquiera alcanzaban a iluminar todo de manera correcta. Dejaban bastantes zonas de penumbra en las que no se llegaba a ver nada de nada. 

-Eh- Llamó al guerrero. -Coge una- Dijo ofreciéndole una linterna que había encontrado tirada. 

Linternas grandes, como casi todo un antebrazo. Y por supuesto potentes. Arrojaban un buen chorro de luz allí donde se apuntaba.

Con una mejor iluminación, pudieron ver la escena. Las herramientas, así como diversos equipos estaban por ahí tirados. Incluso de podían ver algunas armas. Tal vez, de esos grupos que habían ido anteriormente a inspeccionar. También habían varias latas de conservas, abiertas y a medio comer.

Lo que no había era ni un solo rastro de vida, más allá de las huellas que iban y venían, producto del andar de los trabajadores. Ni señales de violencia... Ni nada que ayudase a saber que había sido de ellos...

-Y tan desaparecidos...- Comentó extrañado por la situación. 

Krysta ya se encontraba descargando los enseres de acampada. A primera vista eran todo sacos y bultos. Una vez abiertos, a saber. 

Sin embargo, la idea de Eira no era mala. ¿Para que montar cuando se pueden usar los prefabricados? Hasta sería mejor que dormir en el suelo. 

-Vamos a inspeccionarlos. Además de alojamiento puede que encontremos alguna pista-

- Gracias - digo cogiendo la linterna antes de adentrarnos más en la oscuridad del túnel.

Avanzamos un poco más pudiendo ver herramientas y equipo abandonado. Ni signos de combate ni nada, tampoco había cadáveres ni pista alguna. Desaparecidos sin más.

- Sí, esto es extraño y preocupante - echo un nuevo vistazo a nuestro alrededor por si se nos escapara algún detalle, pero no parece que haya nada. Me dirijo hacia Himmund, pues él es el líder - ¿Cómo lo ves? ¿Seguimos buscando un poco más o regresamos al campamento?

Ambos coincidían en opiniones. Todo era demasiado raro. Literalmente, desaparecidos. No raptados o asesinados. No había ni rastro. 

Miró a Trece con cierta picardía. 

-Les dijimos que unos pocos metros y ya... Pero me pica demasiado la curiosidad. Sigamos- A fin de cuentas, era él quien daba las órdenes...

Avanzaron lo que parecía ser un par de cientos de metros. Todo seguía exactamente igual. Equipo, provisiones, herramientas, pero ni un solo ser vivo. No solo humano, sino animal. Hasta los insectos habían desaparecido. 

Nada cambiaba hasta que en uno de los laterales se abrió un boquete... En ese agujero, además de la roca excavada, se podía ver un muro. Uno de sillería con una enorme apertura producto de las obras que se estaban llevando a cabo. 

El aire que emanaba de ahí se sentía diferente. Más rancio y pesado. Debía se haber estado sellado mucho tiempo. Al alumbrar con las linternas descubrieron una más o menos amplia sala, con dos filas de extrañas columnas a cada lado. Las paredes estaban grabadas con deteriorados relieves. 

Desde el boquete, poco más se alcanzaba a ver...

Miraba con cierto asombro esa sala. ¿Cuanto tiempo llevaría ahí? ¿Y quienes las construyeron? En ningún mapa de los que había visto. Y no eran pocos precisamente, se señalaban unas ruinas en esa zona del continente. 

Demasiado extraño. 

-No me cabe duda de que esto está relacionado. Falta saber como- 

Examinaba los relieves, así como el estilo arquitectónico en general. Sin éxito. 

-¿Te dicen algo?-

Se esperaba un no como respuesta, pero por preguntar...

Asentí con la cabeza.

- La verdad es que me gustaría investigar un poco más.

Avanzamos un poco más, encontrando más equipo abandonado y ningún rastro de la gente. Lo que es más, ni siquiera vemos un solo animal. Por mi experiencia en las canteras esto es muy extraño, y así se lo hago saber al templario.

- Yo hace varios años estuve en una cantera y siempre había animales o insectos. Que aquí no haya ni eso es demasiado extraño.

En uno de los laterales encontramos un boquete que da a una sala extraña que parecía formar parte de unas ruinas. Himmund me pregunta por unas inscripciones y me acerco para revisarlas.

- Déjame ver...

A pesar de no haber recibido formación en arquitectura e historia más allá de la que le proporcionó su buen mentor, Albion. El joven Trece sabía lo justísimo y necesario para reconocer que no se trataba de ninguna ruina del antiguo imperio de Omnia o posterior.

No reconozco el símbolo, recuerdo que mi mentor me enseñó algo sobre las ruinas muy por encima, y éste símbolo no era de nada que me haya enseñado.

- Hum... no reconozco el símbolo, así que no es una ruina del Antiguo Imperio de Omnia o de otro imperio o civilización posterior. Puede que sean más antiguas...

Tras reflexionar un poco y tratar de hacer memoria sin éxito me incorporo nuevamente hacia Himmund, pues me gustaría saber qué tiene en mente.

No obtener una absoluta y tajante negativa por parte de Himmund ya era suficiente para Eira como para ser consciente de que su idea no era mala.

Así pues, se quedó a solas con Krysta para decidir lo que hacían.

Cogió algunas de las bolsas que contenían los sacos y dormir y posibles tiendas de campaña, tanteando peso y material, también buscó algún papel en el que dijera cómo se debían desplegar. Eira no acostumbraba a dormir al raso, exceptuando algunas ocasiones, en la instrucción con los paladines, o cuando su padre insistía en "ir de aventuras con la familia".

-Vamos a echar un vistazo- asintió a Krysta mientras se ponía en marcha. Se acercó a una de las construcciones, esperando encontrar algo alentador donde poder plantearse dormir sin complicaciones.

Rebuscando por las casetas prefabricadas no encontraste ningún alojamiento. Aunque eran muchas, tal vez Krysta o Walter hubieran tenido más suerte en ese tema.

Lo que si encontraste fue una caseta que no pegaba en una obra. Estaba repleta de libros, diarios y algunas herramientas e instrumentos que más que de obrero, eran de arqueólogo; Pequeños martillos y cinceles, cepillos para quitar el polvo, papel y carbón para hacer copias... Además, presentaba una pequeña cama en la que había tirado un diario abierto...

Miró con desaprobación cada sitio nuevo que visitaba. No habría sabido decir si alguno era mejor o peor que el anterior, por lo que decidió continuar investigando, al menos hasta que llegó a la cabaña.

Observó la superficie de libros y muebles en busca de polvo para discernir si hacía tiempo que nadie se pasaba por allí, ojeó algunos de los volúmenes y se percató de los instrumentos. Encima de la cama descansaba lo que parecía ser un diario, por lo que se sentó con cuidado sobre el colchón y cogió el cuaderno, esperando encontrar algo de utilidad. De todas formas, debía de hacer tiempo para que los demás finalizaran la búsqueda.

Día I

Acabo de llegar a esta montaña de mala muerte. Dicen que han encontrado unas viejas ruinas y tengo que identificarlas. ¡Ya, claro! Probablemente se traté de un viejo cementerio. O peor aun, una tumba sin nombre con cuatro baratijas antiguas. No se por qué el Capítulo manda a alguien de mi estatus para esto. Con un novicio habría bastado. 

Día II

¡Albricias! Pues resulta que si que son una ruinas en toda regla. Por lo poco que he podido ver, podría tratarse de una de las muchas culturas pre-imperiales que se perdieron en el tiempo. Este descubrimiento sin duda lanzará mi reputación hacia las nubes. Esto ansioso por ponerme a investigar. Solo espero que esos patanes que abrieron el agujero no hayan deteriorado el interior. Y no pienso tolerar que nadie me robe la investigación. Por seguridad, no anotaré aquí nada de lo que descubra. 

Día IV

Las obras deben estar por finalizar. Cada vez hay menos trabajadores por la zona. ¡Si hasta los del turno de esta mañana se han largado sin decir nada! Tendrían prisa por ir cuanto antes a su próximo agujero en el que meterse. Les pasa por no estudiar. 

Día VI

Esto está prácticamente desierto. El jefe parecía nervioso y molesto. Ha pedido que manden un equipo de seguridad y todo. Supongo que esos paletos la estarán armando porque les van a despedir en nada. El lado positivo es que estaré más seguro. Algunos de esos envidiosos obreros trataban de asustarme haciendo ruidos extraños durante mis expediciones al interior. Como si eso fuera a detenerme. En fin, toca seguir, a ver que descubro hoy.

Trató de encontrar la datación de la fecha para evaluar cuánto tiempo había transcurrido desde lo último que escribió el que dedujo que sería alguna especie de arqueólogo. Terminó por coger el diario y guardarlo. Ojeó algún otro de los diarios que tenía por allí, así como mirar entre los mapas por ver si había algún dato detallado acerca de aquel túnel.

Cuando salió de la cabaña, buscó en las inmediaciones a Krysta. -He terminado por mi parte. No he visto nada que nos vaya a servir para montar el campamento- dirigió una mirada en la dirección en la que se encontraría la cabaña. -Sí que había una cabaña, pero no cabemos todos allí- esperó a saber qué había descubierto ella.

Esperaría a estar con los demás mendrugos para compartir la información acerca del diario.

Miraba a su alrededor mientras Trece hablaba.

-Ya... Claro. Pre-imperiales...- Su voz mostraba un elevado grado de escepticismo hacia las palabras de su compañero. -Lo típico. Bien. Volvamos con los demás- 

Así, y tras echar un último vistazo, se giró sobre sus talones y abrió la marcha de vuelta.

Al salir del prefabricado, Eira se encontró a Krysta mirando hacia todos lados. En cuanto sus ojos vieron a la paladín, se acercó a donde estaba. 

-Entiendo... Parece que nos va a tocar dormir al raso. Walter a mencionado que normalmente los trabajadores se hospedan en la ciudad. Está montando el campamento. Vamos con él...-

Habría pasado como media hora desde que se separaron. 

De la boca del túnel emergían Himmund y Trece, que habían tardado demasiado para solo haber echado un vistazo a unos pocos metros de la entrada. 

Fuera, el sol ya quedaba oculto tras los árboles. El aire comenzaba a humedecerse. Por suerte el cielo estaba despejado, augurando una noche tranquila. 

Krysta Walter y Eira ya tenían todo listo. Cerca del humbee, aprovechando la explanada, habían montado dos grandes tiendas de campaña. Además de haber colocado un asador, mesa, y varias sillas de acampada. Hasta tenían una nevera con bebidas frías. sin duda, la academia y el Rector no escatimaban en confort. 

Su semblante era serio. Tanto como de costumbre. Se acercó sin mediar palabra, dejándose caer en una de las sillas para tomarse una buena botella de agua con gas y limón bien fresquita.

-Lac... Trece. Dales tú el informe-