Partida Rol por web

Tenemos una ruta de escape planeada usando una de las vías muertas. Espero que tenga fácil acceso desde aquí. Tricia se gira hacia Craig. Contamos con tu orientación para ello.

Tricia da un largo suspiro y enfunda por fin su Peacemaker. Con un gesto de lo más delicado se peina el flequillo con la punta de los dedos y mira hacia arriba, sin poder evitar que su boca quede abierta ante las vastas construcciones marcianas. Parece que lo que sea que esté aquí perteneció... o pertenece a los antiguos marcianos. Creo que somos los primeros en acceder a esta cámara.

Doctora, la hemos seguido hasta aquí, pero no sabemos nada de lo que nos encontraremos ahí dentro. ¿Alguna idea sobre cómo proceder?

Tricia camina despacio, observando cada esquina y cada marca, como si la prisa por cumplir su objetivo ya no existiese, como si el enemigo no le estuviese pisando los talones...

...como si la sangre de sus camaradas no se estuviese filtrando ya por las grietas del subsuelo.

BiCiDi, comunica con el centro de mando: - Pirámide asaltada. Datos rebeldes localizados. Genera un puente de datos, que no llegan a entrar en sus sistema y los trasmite en flujo para ser analizados.

Mientras hacía esto se guía hacia el centro de la escalera. Toca levemente el hombro de la compañera y luego señala a la escalera. Cuando esta le mira, se señala un ojo, y otra vez a la escalera.

Este ascensor baja a una velocidad pasmosa. De repente se para y atravesamos una galería que parece que puede desmoronarse de un momento a otro sobre nuestras cabezas. De repente se abre este inmenso espacio, arquitectura marciana cuajada de vieja simbología. No recuerdo haber visto nada tan impresionante en mi vida. Aquello era el corazón de la pirámide, y ¡por mis muelas que la roca gigantesca frente a la que estamos parados parece estar latiendo en una especie de ondulación verdosa! Es aquí donde tengo que entrar en acción. Programo mi altavoz para que emita una frecuencia en bucle como la que descifré arriba. ¿Logrará abrir la puerta?

De repente todo el zumbido cesa y la roca se aparta. Miro a la Dra. Cooper intentando descifrar que puñetas sabe realmente sobre todo esto. Miro a las muchachas rebeldes. Y sin embargo, nadie me mira a mí. Todo el mundo está absorto mirando tras la puerta. Dirijo mi mirada al interior y mientras entramos no puedo evitar decir:

- Estamos locos.

Escucho a Tricia decir que tenemos una salida posible y Minerva parece tener nuestra posición controlada. Estamos locos pero con un poco de suerte mañana no estaremos muertos.

Mi cara de preocupación se refleja en mi rostro cuando Miro a Craig.

Saber como funcionaban todos aquellos mecanismos me hace estar en tensión, más aún cuando lo he hecho de forma tan instintiva como si llevara haciéndolo toda la vida. Pero mis pensamientos quedan interrumpidos por el traquetreo sobre la pasarela del resto de mis nuevos... ¿compañeros? Parece que nos pisan los talones y que por muy buenos que sea, al final la poli tiene las de ganar. Maldito Cohagen!

El montacargas baja, lo suficientemente lento como para que a mi me parezca una eternidad. Y una vez allí abajo, esa estructura. Colosal. Increiblemente...MArciana.

Mis oídos zumban y mis ojos se fijan en los detalles. Al acercarme toco los glifos de ese extraño lenguaje. Me resultan familiares pero, de alguna manera que aún desconozco. Mis ojos no pueden penetras mas allá de la superficie de la estructura de Turbinio, lo cual se me hace extraño. Mis rayos X verían mas allá, pero no esta vez. Y sin embargo, en el aire flotaba, como un Vaho, como un hálito invisible mezclado con el zumbido que salía de allí.

-¿Lo notáis?- Pregunté retirando la mano de allí.- Es como si estuviera...vivo.- no tenía sentido.

Me adentré en la boca del lobo. ¿Qué mas daba? Mi esperanza de vida había bajado lo suficiente como para no querer mirar atrás. Notaba la mirada del abuelo sobre mi, pero ...no tenía las respuestas. Aún.

-Eso dijeron de Galileo, abuelo. Que estaba loco. Y siglos después pusieron su nombre a una sonda lunar que orbitaba la Tierra.- Le miré fugazmente mientras daba un paso tras otro al interior - Suena fatal "Sonda Cooper"

Tricia camina tras la doctora. Más por curiosidad que por afán de protegerla.

Sin dudarlo durante un momento siguió al robot por el interior de aquella entrada que había encontrado. Avanzaba con paso firme pero vigilante de todo movimiento, pues en el interior se escuchaban disparos y eso quería decir que había terroristas armados a donde se dirigían. Sus ojos empezaban a acostumbrarse al cambio de luminosidad cuando delante de ella escuchó un disparo por parte del robot.

Curiosa, la muchacha asomó un momento por un lado de su compañero metálico para encontrar a una persona con la cabeza perforada por un disparo. Las náuseas recorrieron el cuerpo de la muchacha, sabía que aquello iba a resultar así, se había preparado mentalmente, pero no conseguía comprender que aquellas muertes fueran necesario. Iba a taparse la boca cuando, rodando vio algo que se movía junto al cadáver. No era otra cosa que una granada y no dudo en ponerse a salvo aunque, a la distancia que ella se encontraba no fuera a ser algo que causara daños.

La explosión retumbo en el lugar y al asomarse para ver si su compañero robótico o, mejor dicho jefe en aquel momento, había resultado dañado. Parpadeo durante un momento al ver como su carcasa únicamente tenia algunos arañazos. Era increíble. Avanzo junto a él entrando en la sala y, intentando no mirar a lo que quedaba del cadáver del terrorista después de la explosión, empezó a ojear las pantallas que la rodeaban.

Se estaba preguntando qué era lo que estaba viendo en aquellas pantallas cuando noto una mano en su hombro. Su cabeza se giró interrogativa para ver que requerían de ella y al ver los gestos del robot comprendió. Le tocaba cubrir las escaleras.

Miro una última vez a la pantalla que tanto le había llamado la atención, una de las cámaras de seguridad mostraba un grupo de rebeldes bajarse del ascensor y ¿eso de la esquina era una puerta de los antiguos marcianos? ¿Que se suponía que estaban haciendo allí?

La cabeza de la muchacha se giró un último momento hacia el robot y si mano izquierda soltó la parte superior de su arma para señalar el lateral de la pantalla que estaba mirando. Justo donde se veía de refilón aquella antigua puerta. Su rostro se tornó interrogante durante un momento pero tras breves décimas de segundo decidió que le habían encomendado vigilar las escaleras y no debía dudar ante las ordenes.

Con paso tranquilo avanzo hacia las escaleras y se situó justo donde empezaban a bajar junto a la pared para ganar cobertura. Sus piernas se flexionaron y ambas manos tomaron una vez mas su arma. Su hombro se apoyaba contra la esquina de inicio a las escaleras mientras la punta del arma apuntaba escaleras abajo por si se aproximaba algún enemigo.

Ya sea su manera de ser o su instinto, aun permanece en alerta.

Revisa las zonas de acceso a ese sitio, por si tiene que poner explosivos o algo, para evitar que entre alguien de los federales.

No sería de extrañar, después de no tener el resultado que los federales esperaban de los policías o fuerza de choque, al no conseguir su objetivo, seguro mandaran un grupo mas preparado y letal, conocía bien esa gente.

Ahora mas que nunca, debían de estar preparados, si intuía Cohagen que había ahí, no se detendría ante absolutamente nada, tenían que poner todos los obstáculos que podían, para evitar que llegaran a ese nivel.

Por otra parte, Minerva, no es que confiara en los doctores, los tendría vigilados, nunca se sabe.

Alguien seguía muy de cerca los progresos de la operación, esperando noticias sobre un asunto más que todos los demás. Por eso, la alerta de aviso les saltó a ambos en el comunicador. Una videollamada por canal cifrado, y al otro lado nadie más y nadie menos que la máxima autoridad, de la que emanaba el resto de la del planeta.

-Unidad de combate BCD y cadete de la policía federal. Les hago personalmente responsables de detener a los rebeldes. Esa tecnología alienígena es propiedad del gobierno de Marte, y hay que impedir que la rebelión pueda hacerse con ella. Les transfiero de forma automática un rango superior de modo circunstancial para ésta operación. Empleen los medios y el personal que estimen oportunos... y no me fallen.

Aquello último lo dijo REALMENTE en serio. Se enfrentaban a un borrado de memoria o algo peor. La comunicación se cortó y de repente, otro aviso. Su rango había ascendido en protocolo naranja (circunstancial) a un equivalente del que tenían los equipos de operaciones especiales. Aquello honraba, pero también asustaba. ¿Por qué ellos? Quizá habían estado en el momento y lugar más inapropiados.

Entraron a través de un largo pasillo, después de tomar ciertas precauciones. Colocaron una carga-trampa en el ascensor, aunque no cerraron el acceso al interior de aquel lugar. ¿Y si era la única salida y se quedaban atrapados?

En un primer momento, pensaron simplemente que se trataría de una sala, alguna especie de cámara pequeña, pues los sistemas de resonancia magnética usados para detectar filones de turbinio en la mina habrían sabido de algo mayor. Pero lo cierto es que estaban en un lugar muy grande, tan grande que en cierta medida asustaba. Allí habían más ruinas, éstas si, cámaras o habitaciones más pequeñas. Y sobre ellas, entre ellas, árboles. Árboles hechos con cristales de turbinio. Jamás habían visto nada igual.

Había varios sitios donde centrar su atención, y quizá no demasiado tiempo para hacerlo. Sin embargo, allí, en aquel lugar, la voz de Kuato era mucho más nítida. No se presentaba en forma de recuerdos, si como una voz, totalmente audible, en el cerebro Reeva. De modo totalmente involuntario, repetía las palabras que éste le dictaba.

-No hay mucho tiempo. Lo que necesitamos está en el templete central. Las armas, en la capilla del fondo. Tened cuidado, en éste lugar los guardianes de las ruinas están prestos a defender los tesoros de la antigua Marte...

Pisadas, a lo lejos. Sonaban como metálicas, o mecánicas. Apuntaron hacia allí, pero no vieron nada. El viento recorría la estancia, haciendo tintinear los cristales de modo antinatural. Aquello ponía la carne de gallina.

Minerva, eres nuestra experta en armamento, confío en que sabrás qué hacer con esas armas. Cuanto antes lleguemos al templete, más posibilidades tenemosnde salir de aquí con vida.

Tricia mantiene el oído aguzado y la atención a flor de piel. Todo este hermoso y terrible entorno esconde más de lo que a simple vista se aprecia.

Ok, voy a la capilla del fondo... - se va hacia esa zona, prestando atención de lo que le rodea.

No le gustaría encontrarse con ningún guardián de esos que dice.

Minerva, con precaución se acerca a la capilla observando todo a su alrededor, a la misma vez, intenta ir lo mas sigilosa posible, no le gustaría despertar a lo que fuera , existiera en esas ruinas, seguro que ni con todo su armamento, podría hacer mucho daño a lo que sea vigilara aquello.

Así que mejor ir con precaución y en alerta, por si acaso.

¿Ese había sido Cohaagen? La muchacha quedo confusa ante aquella trasmisión. ¿Qué demonios había sido aquello? O mejor dicho, ¿Qué demonios pasaba?¿Por qué tenía un rango más alto de los que había soñado durante la academia? Era temporal, sí, pero aquello era demasiado. Su mirada se desvió de las escaleras hacia su compañero robótico, una mirada de confusión y duda, como si esperara ordenes de este al no comprender que sucedia.

Aquella mirada interrogativa duro poco pues se desvió hacia los cables del hueco del ascensor. Era mas que probable que el ascensor del que había visto salir a aquellos rebeldes fuera aquel y, sin ninguna duda alguna, lo que Cohaagen quería que defendiera era lo que había detrás de aquella puerta. Aquellos ascensores eran lentos, muy lentos, no tenían tiempo para esperar que subiera y bajar con él.

Actualmente el método mas rápido para bajar por aquel ascensor era hacer rapel con las cuerdas de carga y entrar por la trampilla superior que tenia la jaula del ascensor. Las correas del equipo que llevaban servirían como arnés improvisado aunque aquello no despejaba el hecho de que si el ascensor se ponía en marcha mientras bajaban podía ser un gran problema.

Por la forma en la que estaba mirando el hueco del ascensor fácilmente se podía entrever las ideas de la muchacha, pues nunca se había caracterizado por mantener un rostro estoico en aquellas situaciones. Aun con atisbos de duda en como debía actuar se giro nuevamente hacia el robot.- Espero ordenes.- Dijo concisa, si bien había recibido un rango temporal las formalidades aún se mantenían.

Doc se echó la mano al lado de la cabeza, sorprendido por lo que veía. Intentó rebuscar en sus notas sobre tecnología marciana. ¿Había visto antes algo parecido? ¿Tenía la más remota idea de que podía ser todo aquello?

Había pasado de haber encontrado un tesoro, ha haber descubierto una condena.

Repitió el gesto del ojo y hacia donde vigilar, para mientras, centrarse él en otras rutas de acceso. Lo único bueno era haber recibido un ascenso de mando operativo. Había que aprovechar esa circunstancia para cumplir la orden.

Lo primero era comprobar si había sido hecho efectivo el nuevo mando, y en cuanto lo hubiera suscrito, lo usaría para recibir refuerzos.

POR RADIO:

 - Unidad BCD-0045MC, precisa refuerzos urgentes y personal técnico en mi posición. Un pelotón de asalto para proteger estancia y un equipo de extracción de materiales delicados y productos informáticos.

Sabía que el equipo de extracción tendría que ser derivado del grupo de control táctico, así que ... las comunicaciones y las órdenes quedarían a medias, a no ser que hubiera personal de reserva, a parte de las Reservas de Asalto. Lo bueno es que el pelotón de protección que solicitaba, podría salir de uno de estos. Lo malo, era que tenían que aguantar solos, mientras llegasen los refuerzos solicitados. Lo mejor era ser sigilosos. Cuanto más discretos, menos se fijarán los enemigos en que estamos en este lugar, y menos papeletas de que no tomen como empecinamiento de su esfuerzo bélico.

Radio interna

- Compañera, vamos a permanecer discretos, hasta que sea necesario.

Cuantos menos sepan que estamos allí, menos tiros lloverán sobre nuestra posición.