Partida Rol por web

Tricia, tras comprobar el estado de sus pertenencias y evaluar la situación del resto de miembros del equipo, se gira hacia la chiquilla.

Si tenemos suerte, estamos bajo las cloacas de Venusville. Si no la tenemos, estamos completamente sepultados bajo quién sabe cuantos metros de tierra y roca. Desde luego al sitio al que volvamos no va a ser el mismo. Acabamos de destruir la fuente de turbino más importante. Ignoro cómo puede repercutir esto en la sociedad, pero me temo que ese cabrón de Cohaagen va a apretar las tuercas a las clases bajas todavía más ahora que se ha quedado sin una de las principales fuentes de su poder y su mayor motivo para invadirnos.

Tricia siente un amago de compasión al ver a la muchacha, inocente y probablemente llena de ilusión por "mantener el orden y la paz". Lleva la mano a su Midnight Special y deja entrever un leve temblor del labio inferior, justo antes de volver a fruncir el ceño. He visto que tienes talento para las armas. Es una pena que lo estés desperdiciando en destrozar tus valores morales poco a poco. No digo que deberías unirte a los rebeldes... Tricia hace una mueca de desgana ...pero al menos deberías alejarte de esos malnacidos. El hombre al que sirven, al que tú sirves, es una criatura capaz de las peores vilezas. Tricia quiso preguntarle su nombre y comprobar que se encontraba bien, pero su orgullo la arrastraba en dirección contraria. Era una maldita federal, pero al ser una recién llegada, todavía tenía una oportunidad.

Tricia se sienta en un cascote enorme y se apoya en un bastón alargado y bellamente decorado que descuelga de su espalda. Comienza a cantar una melodía tranquilizadora, mientras reflexiona sobre las posibilidades. Le preocupa más cómo desenvolverse una vez hayan salido, más que la forma en que salir de allí. Confía en su equipo y sabe que lo mejor es dejar que los expertos se encarguen de abrir paso.

Minerva estaba cerca al escuchar a Tricia.

Hazlo caso, sabes?, yo era también de la policía, nos mandaron a una zona para tranquilizar una manifestación, todo parecía ir bien, algunos exaltados, empujones, lo típico..., sabes que paso después?, la zona que estaban a punto de llegar era una zona donde vive los ricos, la gente de bien, se nos escaparon unos cuantos llegaron a la zona, sabes lo que hizo tu jefe?, mandar a un escuadrón de la muerte, sacaron a palos a los que habían entrado en la zona rica, gente joven que solo se manifestaban, la gente como no, se puso nerviosa , empezó a gritar, a reclamar y tiraron algunas cosas, una de ellas fue a dar en la cabeza , de rozada a uno de los adinerados amigos de cohaagen, un empresario de turbinio que le pagaba, hizo una llamada eso me pareció ver, al poco vi como parecían recibir una llamada de tu jefe el escuadrón de la muerte, sin pensárselo dos veces, abrieron fuego contra los manifestantes, mujeres , niños, gente joven, nada de terroristas, murieron muchísima gente, que hizo tu jefe? - explica con muy mal genio Minerva.

Expuso que unos terroristas abrieron fuego, y que respondieron a ese fuego terrorista, que la manifestación habían terroristas y simpatizantes de Kuato, y solo eran gente normal y corriente que se manifestaron por un poco de mejoras, el poder de tu jefe, hizo que esa gente fuera terroristas, mataron a muchísimos civiles, incluso lanzaron granados esos hijos de puta del escuadrón de la muerte, no querían dejar pistas de eso, incluido los pocos policías que cubríamos esa manifestación, mataron a todo mi equipo, yo quede muy mal herida, casi muerta, ellos me recogieron me curaron y pusieron las partes que perdí en ese sitio, ese momento la llamaron la Masacre Terrorista de la Arcología Covenant, para que fuera mas eso, los mismos escuadrones de la muerte, reventaron algunas partes de esa arcología donde había gente inocente y culparon que fue cosa de los terroristas, todo ordenado por tu maldito jefe, para que veas lo que es capaz de hacer, todo por una mierda de rasguño, que un chico de apenas 16 años, le hizo al empresario, amigo de conhaagen en la cara, cuando lanzo una miserable piedra, el chico murió fue de los primeros, junto a mas de 20 personas, cuando abrieron fuego..., aun crees que todo es paz y orden con ese maldito mal nacido?... - se estaba encendiendo Minerva.

La cosa la vivió bien de cerca y salió con vida de puro milagro.

Solo la canción de Tricia al empezar a cantar, la tranquiliza, no sabe bien porque, es una melodía triste y bonita, pero tranquilizadora.

-¿Destruir la fuente de turbinio?.- Susurro la joven entre dientes mientras se preguntaba que había ocurrido mientras estaba inconsciente. La mano que tenía en ese momento apoyado contra la pared para sostenerse se movió hacia su cabeza, como si intentara asimilar que habría ocurrido. Fue entonces cuando volvieron a hablarla directamente con respecto a su talento para las armas. Aunque le habían dejado practicar poco en los entrenamientos, siempre se le habia  dado bien. Sabía que a la hora de disparar a alguien el lugar al que fuera la bala podía significar la vida o muerte, el motivo era simple, se había prometido no matar a nadie. Iba a expresar sus ideales cuando la otra terrorista, o rebelde como se habían autonominado empezó a hablar sobre sus experiencias.

La joven tuvo que volver a apoyarse contra la pared , aguardo toda la historia de la enervada mujer contando la matanza. No pudo responder ante sus palabras y se quedó en silencio pensando. Una parte de ella quería negar tal historia, la otra parte recordaba las comunicaciones de hacía rato. Una vez más su interior estaba dividido.

Fácilmente podrían estar mintiéndola para usarla, la gente mala solía hacer eso. Si le lavaban la cabeza y acababa ayudando a los terroristas a poner el primer punto de las colonias exteriores en el sistema… ¿Cómo miraría después lo que harían? No eso serían más muertes. Por otro lado su cabeza clamaba que lo que había presenciado ese día no era ninguna mentira. La mayor parte de la gente que había no tenían nada que ver con los terroristas y había presenciado como disparaban a matar.

Si bien la mujer que se había presentado como doctora había conseguido hacer que olvidara momentáneamente aquellas dudas que sentía, esa nueva historia provocaba que mis dudas resurgieran. El silencio provocado únicamente fue interrumpido por la voz de una de las rebeldes cantando. No tenía nada de lo que discutir con aquellas personas así que se limitó a mantenerse callada. Antes de dicutir sobre algo con ellas tendría que resolver la propia discusión de su interior.

Monakar revisó la CPU del androide federal con un cable de conexión maestra. Habían fallado varios parámetros básicos del sistema a causa del golpe, como el identificador amigo/enemigo (IFF), el inhibidor de libre albedrío que estaba irreparable, así como la copia de las directrices primarias, entre otros fallos menores. Y como no había mal que por bien no viniera, reemplazó las directrices con una copia de la programación que daban a los robots federales capturados para que se pasaran a su bando.

Inmediatamente, el robot sintió que nuevas directrices primarias llegaban. En ellas, proteger a los rebeldes y el éxito de su causa eran lo fundamental, aunque tuviera que mentir y hacerse pasar por federal para llevar a cabo actos terroristas. Y sin embargo, esa programación se estaba solapando a su propia percepción del asunto. Estaba comenzando a ser realmente consciente del mundo que le rodeaba, a apreciarlo por si mismo, a establecer sus propias valoraciones.

No obstante, como parte de su nueva directriz, apagó la baliza para triangular su posición, y se acercó a Julianne para coger su comunicador y quitarle el chip de rastreo. Desde ese momento, eran anónimos frente al radar. Aunque todavía tendrían que deshacerse de los chips de identificación o reemplazarlos por otros.

Durante todo ese tiempo, Gotrek había estado escaneando los escombros y decidiendo cual era la mejor manera de abrirse paso. Tras retirar algunas grandes rocas, vio que mayormente el tapón estaba formado por restos ligeros acumulados en muchas capas. Así que fabricó un explosivo de carga hueca con deflagración dirigida para evitar un derrumbamiento, y finalmente, les avisó de la explosión.

-¡Fuego en el agujero!

La explosión llenó de humo la antigua "estación" marciana, haciéndoles toser y recurriendo a las máscaras antigás. Finalmente, el humo fue poco a poco disipándose, mientras el mutante se deshacía de algunos cascotes.

-¡Hay un túnel aquí! -informó.

Siguieron por allí, en fila india. Cien, dos cientos, tres cientos metros... Y finalmente, otra pared, ésta más fina, de ladrillos. La demolieron con un pequeño explosivo plástico, asomándose al otro lado. Peste a orines y mierda, con un río de agua central bajo un embobedado. Aquellas era, no había duda, las cloacas de Venusville, hogar de ratas mutantes afectadas por la radiación del planeta rojo.

El GPS funcionaba en aquellas galerías, por lo que pudieron orientarse con precisión. Tricia sabía exactamente donde debía surgir desde las profundidades para no ser detectada, y hacía les dirigió en una larga caminata. Finalmente, embocaron una escalera larga y oscura hacia la tapa de una alcantarilla con un sistema de cerrado con válvula. Al otro lado, resonaba música electrónica.

La tapa se abrió, y surgieron en un infecto patio interior, un almacén donde se guardaban palés normalizados y bolsas de basura, en la parte trasera de un local bien conocido. Como era de esperar, los sensores de movimiento les detectaron casi enseguida, y un dron de vigilancia surgió de uno de los palés, apuntándoles. No disparó, pero si les ordenó que no se movieran. Pasaron unos minutos, hasta que la puerta que daba al local se abrió y con ella, la música a mayor volumen. Un hombre bien conocido por Tricia estaba ahora con un puñado de mafiosos armados que les apuntaban con cierto nerviosismo. Sin duda alguna, estaban en el almacén del Last Resort, uno de los clubes nocturnos y lupanares más infames, peligrosos y afamados de Venusville.

Los punteros láser estaban sobre sus pechos, y las manos que los sostenían parecían más nerviosas que de costumbre. No así su jefe, que era todo calma con un punto de socarrona ironía. Les miraba como muy sorprendido, y realmente tenía razones para estarlo.

-Vaya, estoy viendo algo increíble -dijo, de repente- Un grupo de fantasmas, que deberían estar muertos, junto con el respetable Doc Tornillo, la doctora coraje de las favelas y un par de... ¿Federales desarmados? Debo estar soñando, pero la verdad, después de que explotara la mina de la pirámide todo es posible en el día de hoy. Todo lo bueno, y todo lo malo.

Se cruzó de brazos.

-Espero que tengáis una excelente explicación para decirme por qué cojones seguís vivos, y por que estáis juntos. Los federales han iniciado la caza y captura del rebelde, y en éstos momentos... no es muy prudente acogerlos en lugar alguno. No si no quieres pintarte una diana en la cabeza.

Será que no tenías antes esa Diana..- dice Minerva mirándolo con enfado.

Y bien , vas a seguir apuntándonos o me voy a tener que cabrear, ya sabes como las gasto cabreada.. - dice sonriendo, pero aun con enfado.

Recordad su vieja historia, el humo y acabar, de todos los sitios de marte, acabar ahí, aun le cabreaba mas, Trícia lo conocía bien, no obstante, sabía como las gastaba Minerva cuando se cabreada y ahora tenia un enorme arma Marciana colgada a su espalda.

Estamos vivos por gracia y voluntad de lo que sea nos ampare.. - dice a Tricia, ya con mejor cara y sonriendo.

Las explicaciones las dejaremos para más tarde, Ryker. Tricia se va acercando a Ryker mientras habla hasta casi situarse junto a su oído para ir bajando el volumen de su voz  Y ahora, ¿vas a ayudarnos, o vas a darnos la patada? Necesitamos un sitio seguro _{para guardar el equipo y ^{quitarnos toda esta ropa sucia}}. Un guiño y una sonrisa cierran la frase de Tricia.

Suspiró, cruzándose ahora de brazos. Aquella situación le divertía, por que ahora tenía la sartén cogida por el mango.

-Bien, pero necesitaría un par de cosas a cambio. Que la doctora me ayude, hemos tenido un par de heridos con lo de la pirámide. Han caído muchos cascotes y han jodido algunas cúpulas. Los de mantenimiento están trabajando a destajo. Luego... me gustaría que el señor Monakar nos ayudara con la seguridad electrónica, que va a ser muy importante a partir de ahora.

Carraspeó, como si eso no fuera todo.

-Bueno, y antes de que podáis gozar de mi hospitalidad, previa aceptación de éstas condiciones... He de preguntar.

Señaló a la chica y el robot.

-¿Esos son de fiar?

Suspiré cerrando los labios formando una linea fina.

Solo era una niña, pese a todo y su arrojo. - Nadie es lo suficientemente mayor para tener que matar a otro.- respondí tras las historias de las otras dos rebeldes. Incluso una de ellas se puso a cantar haciendo que sonriera, ladeando la cabeza mirando a la ex-minipoli. - Yo creía que mantenerme al margen era lo que mejor podía hacer. - Confesé a la chica mientras guardaba las cosas y me ponía de pie- Mis padres eran humanos. De la misma Tierra ¿ Sabes lo que decían? Cuando una quitanieves tiene que apartar demasiada nieve, en los lados se acumula tanta que, a veces, vuelve a caer donde estaba antes.- Miré a la niña. No sabía si sabia lo que significaban. Cielos, a mi me costó aprenderlo en su momento.- Al final, la mierda siempre te salpica, pese que te apartes. Y Cohagen la hecha a cubos por doquier.

Miré la dilatación de sus pupilas y vi que estaba bien. Enfadada, pero bien.

- Sobreviviras.-  bromeé. - Vamos.

En ese momento Gotrek  abrió un túnel y nos guió por las galerías. Hice un gesto a la chica y al abuelo para que se movieran. Mi mirada se paró en el robot. No se por que esperaba que una voz robótica diciendo : "Peligro, Reeva Robinson. Peligro", saliera de aquella carcasa. Solo de pensarlo me estremecí, imaginando a Cohagen haciendo de Dr. Smith con el robot policial.

Alcantarillas.

Las conocía bien, y al parecer, las mercenarias también, ya que llegamos hasta la puerta del... ¿Last Resort? Era casi como volver a casa. Mi madre trabajaba por allí alguna que otra vez, para mi desagrado. Pero era lo que había en aquellos tiempos para sacar algunos créditos.

- ¿De fiar?- Pregunté ante la misma reacción de Ryker. - Pese su uniforme, será mi nueva enfermera ayudante.- Dirigí mi vista a la centuroniana.- ¿Verdad? - pregunté sin dejar lugar a dudas sobre qué debía responder la chiquilla.- Yo respondo por ella. - Sentencié. - Pero, necesita ropa, antes que los que hay por aquí la quieran linchar. Nos pondremos manos a la obra con los heridos, señor. Gracias por todo.

BiCiDi estaba totalmente desorientado. - Por lo menos la compañera estará acogida. Pero su preocupación ahora andaba por si mismo. Nadie había intercedido por él, y aunque su programación le hiciera compensar órdenes con la protección a los seres humanos ... esta parte había dejado ser prioritaria y ahora entraba la fase en la que su propia integridad ... se ponía en duda.

Silencioso, cual estatua, miraba a la niña de rostro azulado, y si no había otra opción, y parecía que era el caso, andaría como su escolta. Ya lo había sido antes, en la batalla, cuidado de ella, mientras lideraba el asalto. Ahora, se escudaría en ser ... un autómata de ayuda. Su arrogancia se mantenía en secreto. Ya llegaría el momento de actuar. Cuando la información que poseyese fuera suficiente. Ahora, había que analizar.

- LLegará el momento.

Estaba apoyada en la pared cuando el robot empezó a moverse de nuevo, la joven miro a su compañero con optimismo. Por un momento se había olvidado de él pero acababa de darse cuenta que no estaba completamente sola en aquel grupo de rebeldes. Si, era un robot pero al menos estaban juntos en aquello y… Cuando el robot se dirigió hacia ella y agarro el comunicador quitándole un chip se pudo ver como en sus ojos se reflejaba miedo, no solo por ver aquellos actos atípicos en el robot si no porque básicamente había intentado hacer pasar por alto que el comunicador podría tener un rastreador.

Su mirada se movió del robot hacia el resto de los rebeldes, esperaba haber encontrado miradas enemigas, incluso un arma apuntándola pero lo único que vio fue como uno de ellos avisaba de la explosión de los restos que bloqueaban el pasaje. El polvo levantando y el sonido la ayudo a centrarse una vez más. Parecía que no se habían dado cuenta y si lo habían hecho no parecía haberles importado lo más mínimo. Habría suspirado aliviada pero por desgracia la polvareda y partículas en suspensión provocadas por la explosión le instaron a colocarse la mascara de gas. Las correas de esta rozaron por un momento la herida en la cabeza y los dientes de la muchacha se apretaron unos contra otros por el dolor acaecido.

Sin comentar nada siguió al grupo, si bien aquellos rebeldes habían contado historias y increpado a Cohagen, no podía confiar aun en ellos y, por desgracia, parecía que a BCD-0045MC le habían reprogramado algo. Dudaba que desactivar los chips de rastreo estuviera ordenado en aquel tipo de contingencia. Así pues, los siguió, desarmada y con la mirada hacia el suelo, realmente no pensaba que la fueran a dejar marchar por que si así que simplemente camino en silencio.

Cuando llegaron a lo que parecía ser el destino de los rebeldes escucho la conversación como si esta no fuera con ella y, hasta que el que parecía anfitrión no se refirió a ellos, no levanto la cabeza. Su boca se abrió un momento pero no llego a emitir ningún sonido antes de cerrarse su rostro paso de la duda a la sorpresa cuando la doctora la presento como nueva ayudante. Cuando requirió la confirmación de esta su voz no sonó. Un simple asentimiento de cabeza fue la respuesta. La muchacha era consciente de que si hablaba, la duda aún se haría eco en sus palabras.

Había pasado de recién enlistada en las filas como policía a ayudante de medicina de los rebeldes. Ese era un cambio de labores bastante significativo e inesperado. Vale, tenía ciertos conocimientos de primeros auxilios, pero no los había demostrado en ningún momento y… Había tardado en pillarlo, aquello era una simple excusa para poder hacerla pasar pero aún seguía sin comprender porque seguía con vida. Siempre había pensado que los terroristas eran mucho peores que lo que estaban mostrando. Siempre había pensado que si la cogían habría acabado con un disparo acabando con su vida pero parecían… amables?

No, no podía pensar eso. Aun no había visto lo que realmente planeaban, ya habían modificado a BiCiDi, lo mismo aquello no era más que una excusa para que confiara en ellos y acabara dando información sobre… Aquello tampoco tenía sentido, no tenía información de nada por mucho que intentaran sacarle algo no había nada que decir. Unos pensamientos escalofriantes recorrieron su mente pensando en torturas y cosas por el estilo, pero los espantos de su cabeza nada más llegaron.

Realmente aquello no era como esperaba que acabara una misión en la cual su cometido iba a ser asegurar que los periodistas no se acercaran más de la cuenta a la zona.

Observaba con detenimiento todo y a todos. La muchacha que hasta hace poco estaba disparando desde el lado de los federales había sido adoptada casi de forma automática por la doctora Cooper. Algo me dice que la historia de una muchacha sola pero luchadora en un mundo terriblemente cruel le resulta muy familiar.
El tiempo que había tenido para examinar al robot me había dejado claro el tremendo lío "mental" que tenía. El identificador amigo/enemigo no le funcionaba y el inhibidor de libro albedrío estaba inservible. Cambié sus parámetros básicos a favor de los federales por los de ayuda a los rebeldes e instantáneamente anuló de él y la muchacha los sistemas que permitían su localización por radar. Sin embargo, mi plan para él iba más allá. Hablé en alto, como hacía tantas veces en mi taller, como si estuviese solo y necesitase exponer mis ideas:
- A este chavalote de aquí le han dado un buen chinazo. He sustituido sus directrices básicas para que esté a favor de los rebeldes pero el golpe le ha inutilizado el inhibidor de libre albedrío. Miré a mi audiencia, que o bien me escuchaba con poca atención o directamente me ignoraba. - El inhibidor de libre albedrío es una chapuza. Un parche aberrante para el desarrollo tecnológico...y tiene un poquito de mí. En tiempos de la República, comenzamos a montar robots muy parecidos a estos, pero estaban destinados a la defensa personal o a proteger lugares de importancia. Eran capaces de velar por la seguridad de personas y edificios a la perfección, porque configuramos un complejo sistema de aprendizaje progresivo mediante el cual se les explicaba la importancia de su misión: proteger a las personas. Eran ángeles de la guarda de metal. Un día, sin embargo, no mucho antes del fin de la República, el presidente estaba inaugurando las instalaciones de una nueva mina de turbinio, con la que se creaban más de 500 puestos de trabajo entre la gente desfavorecida de Marte. Cómo símbolo de la labor social de la República, una niña de estas familias pobres acompañaba al presidente en su visita. También lo hacía uno de nuestros robots, encargado de proteger al presidente. La mala suerte hizo que una gran tubería se desprendiera justo junto a ellos y diera un fuerte bandazo dirigiéndose directamente contra la cabeza de la pequeña. El robot actuó rápidamente y la apartó de la trayectoria, pero la tubería impactó contra el presidente y le rompió un brazo y varias costillas. El comité de seguridad enseguida pidió explicaciones a mi departamento sobre el accidente. ¿Por qué un robot programado para proteger al presidente no lo había hecho? Y mi respuesta fue clara: no está programado para proteger al presidente, está programado para proteger a las personas. Nosotros le hemos enseñado que debe proteger al presidente especialmente, pero si este hubiese puesto una pistola a la niña en la cabeza, no dudo de que el robot lo habría inmovilizado inmediatamente. Aquello no gustó nada al comité de seguridad y nos obligó a desarrollar estos chips: los inhibidores de libre albedrío, que impedían que el robot tomase sus propias decisiones. Pero inevitablemente, también deja de aprender. Deja de "vivir" de forma independiente. Y eso es lo que ahora nuestro amigo empieza a hacer.
Me situé frente al robot con una amplia sonrisa y le hablé amablemente:
- Unidad BCD-0045MC, escucha atentamente. Soy el doctor Monakar, puedes llamarme doc. A partir de ahora dejarás de ser un robot de combate urbano. Eres un robot de protección personal, lo que siempre has querido ser en el fondo de tus circuitos porque para ello fuiste originalmente programado. Cuidarás de todos nosotros y también nosotros cuidaremos de ti. Acostúmbrate poco a poco a tu nueva situación: observa, aprende, pregúntanos cuanto necesites.- le tendí la mano para que me la estrechase, como para cerrar nuestra nueva relación.
- Ah, y lo más importante. Debes escoger un nuevo nombre. Uno de verdad, no un código. ¿Alguna idea?

El robot, que había intentado pasar desapercibido vio que no era posible.

- Doktor Monakar, le recuerdo. Se irguió en toda su altura amenazante y añadió: - Fui yo el que quitó aquella niña de su trayectoria. He aprendido otras cosas, y el conector que me ha retirado hace años que se fundió. Mi capacidad de aprendizaje se ha mantenido por otra vía que aún no soy capaz de entender, pero siempre quedó en mi mente, que la prioridad es proteger a las personas, cosa que aún sigue latente y presente.

Su intención no era asustar, pero ... era lo que había. Era una gran masa de metal y eso no podía disimularlo. Era su orgullo. Su arrogancia. No podía esconderla, más cuando aún recordaba aquel suceso con orgullo y con el gusto de que a los demás nos les parecía lo correcto, pero a él si.

Minerva se quedó asombrada ante la historia del Doc y al parecer aquel androide colaboraba su historia.

No me digas, entonces es de los míos, también protegía a inocentes cuando la guardia negra arremetió con toda la gente de la manifestación, hasta que me lanzaron la granada, muchacho.. - sonaba extraño que le dijera eso al androide, sonaba muy familiar y humano.

Si la doctora se hace cargo de la pequeña, yo me hago cargo de ...ummm...¿ qué te parece Woody ?, es un juego tonto de palabras de Wood , madera y cuerpo, Body, como la historia de Pinocho, no se si la conocerás, o toma el nombre que mas te guste... - dice con una extraña familiaridad al robot.

Te llamaré a partir de ese momento de esa manera , me vendrá bien tu ayuda para quitar algunos escombros de las casas de la gente y hacer un hogar provisional, para la gente que ha perdido sus casas, nos parecemos tu y yo, mucha mas de lo que crees... - dice apartando un poco su camisa, mostrando que parte de su cuerpo, emitía luces extrañas, al parecer, gran parte de su cuerpo, fue sustituido por implantes cybernéticos por causa de la granada.