Partida Rol por web

Junichiro vuelve a aparecer en escena, completamente equipado. Hizo un saludo a todos los presentes, y volvió a sentarse en la mesa.

El unicornio se acerca a Yoritomo. Mis servicios como shugenja están a disposición del grupo, qué tiene en mente, Yoritomo-san?

Yoritomo no creia tener fuerzas para asumir su debilidad, pero la sinceridad, ganó ese duelo durante bastante rato antes de las palabras del Unicornio:

- Verá Iuchi-San, como sabe fui herido en la refriega contra los bandidos, y no quiero ser una carga para ningún samurai del grupo, por lo tanto estaba buscando si los Kami podrían curar este cuerpo para poder cumplir con mi deber. Debe hacerse Justicia... - Hablaba como siempre que se refería a estos temas, con una convicción digna de elogio o de las risas de un escorpión.

Oh, absolutamente! de haberme avisado de la situación anoche hubiese tenido la buena salud de una noche de descanso con menos heridas.

El shugenja se remanga el kimono y saca sus implementos... cierra los ojos y se concentra

Shuuujiii haaaaruuu kaaaazuuuu kaaaamiiiii... comienza su cántico danador con movimientos para llamar a un kami de agua.

 El conjuro surge con fuerza impresionante de los animos de Iuchi, renovando el vigor del magistrado. Aunque no esta sano y el dolor persiste, este es mas leve, y definitivamente siente como sus fuerzas se renuevan, ya pudiendo sostenerse por su propio pie y andar por su cuenta libremente. 

Grulla regresa con todo su equipo de batalla en pocos momentos, y lo mismo tanto el Kuni como Shiba estan buscandolos... Solo falta Bayushi, al cual sus compañeros han visto hablando en voz baja en el pasillo con su sensei.

- Bayushi-sama, ea mujer no necesita medicina.. mis palabras no funcionaron por el momento peor estoy seguro que lo haran - Expreso Hiroto - Su mente esta perturbada y con ello su razon se ha encerrado bajo siete llaves... no se por que lo digo mas usted ya lo sabria de antemano - El Joven Bayushi quedo en silencio y luego miro a su Sensei a los ojos.

- Lograre encontrar las respuestas -

 -Es verdad.. un trauma asi... Lo unico que se me ocurre es proporcionarle algo igual de fuerte pero opuesto, para tratar de recuperar su cordura. No podemos traer a la vida a su padre, pero... queda el hermano. +murmura en voz baja, mientras en la habitacion de al lado se escucha la llegada de Tsuruchi y la voz del anciano Yoritomo poniendolo al tanto+... Tendra que esperar el interrogatorio a los ronin. Que averiguaron sobre el pequeño ayer?

- Basta con un familiar? una cosa no suplanta a la otra... El vacio es constante y sublime como una niebla de otoño - MIro hacia donde estarian los demas - Ire con ellos y recopilare informacion... quizas ya hayamos llegado tarde a la meta pero aun falta el desempate - Comento Hiroto mientras hacia una reverencia.

-Esperemos que esta vez las cosas salgan mejor. +contesta Togo en voz baja.

 Los escorpion se unen luego de conferenciar en privado. 

Encuentran al magistrado Mantis visiblemente aliviado de sus heridas, con Iuchi junto a el. Daidoji esta esperando, ya completamente equipado, y pronto se unen a ellos Kuni y Shiba, ambos tambien trayendo sus equipos. Este ultimo tambien luce mucho mejor de sus heridas. 

Tsuruchi-sama esta sentado con los sensei cortesanos, hablando en voz baja con el anciano Ninsei y la joven Asako. Por el otro, los sensei guerreros desayunan con seriedad. Tienen con ellos a Suzue, pero la joven solo esta recostada en su asiento sin reaccionar, como una muñeca rota...

Bayushi se acerco al grupo y tras una reverencia y un saludo cordial pregunto - Ustedes diran Samurais, cual fue el ultimo indicio - Dijo Hiroto mientras observaba a lso presentes y luego miraba a su Sensei de reojo. Su cuerpo estaba relajdo aunque podia notarse qeu su mente estaba trabajando y demasiado.

Luego su mirada fue a dar a donde estaban los demas junto a al Joven Mujer, dentro suyo tenia las respuestas pero abrir esa puerta iba a ser mas complicado de lo esperado.

Junichiro se adelantó

- El último lugar donde encontramos las huellas del niño está marcado por unas flechas que clavé en el suelo. Podemos ir hasta allí y seguir rastreando desde esa zona

- Flechas en el suelo ? y cuan seguro estas de que nadie las cambio? Las protegieron con magia? - Le habia surgido esa idea y ahora trabajaba en la posible emboscada qeu se presentaria si iba alli.

- Disculpa Daidoji-san, pero son preguntas qeu haria cualquiera para prevenir un ataque inesperado... se que mi oficio de cortesano no se basa en un campo de batalla donde Sangras... pero si uno en el cual las palabras asesinan a al vuelta de la esquina - Asintio a modo de seguir pensando.

- Siento si mis palabras influyen en sus actos pero no podemos afrontar una muerte en vano o equivocarnos en esto.... -

 Entonces se enviarán dos exploradores a buscar los supuestos emboscadores, si se encuentran, volvemos con un pie de fuerza mayor y con sus posiciones descubiertas acabamos con todos menos uno de los encargados de la trampa. Allí podrían haber incluso más pistas que el rastro frío que tenemos.  Iuchi miró al escorpión. Siin duda entendía la preocupación de Bayushi, quien siempre se habia mostrado prudente, pero  no se podría dejar perder el rastro tan fácil.

- Si, pueden haberlas quitado del sitio, pero por el momento es la única pista que tenemos. Acerca de los emboscadores, he comprobado en carne propia  que son unos cobardes; después de todo lo de ayer, no se atreverán a atacar a plena luz del día.

Higetora habló, un gruñido que surgía de debajo de su sombrero de paja de ala ancha.- Coincido con Daidoji-san. Hemos infligido suficientes bajas como para que no se atrevan a asaltar a seis samuráis armados. Además, - añadió con un leve gesto de cabeza para señalar al rastreador que les había recomendado el magistrado.- contamos con ventajas adicionales. Sugiero que nos pongamos en marcha.

Sin mas debate el grupo emprende el camino bajo la luz de Amaterasu, al lugar donde hablaran con el espiritu. Pronto llegan a la casa de Hirohisa, y desde alli pueden intentar rehacer el sendero que siguieran anoche, al menos 4 de vosotros.

El terreno se ve tranquilo, y la arboleda que anoche se mostrara amenazante y problematica, ahora simplemente luce los colores verdes y marrones propios de la estacion floreciente. Incluso el bello jardin que rodea la casona transmite paz, sin permitir sospechar la desgracia que aconteciera anoche aqui mismo. 

Daidoji no tiene ningun problema en seguir sus propias huellas, solo de la noche anterior, a traves del bosque. Ninguno se molesto en ocultarlas despues de todo...

Al cabo de poco mas de 1 hora de salir de la posada, reconoce un lugar parecido al que dejara las flechas anoche. Sin embargo, estas ya no estan alli, y tampoco hay rastro de que estuvieran...

- Uhm... que curioso... Estoy seguro de que este es el lugar donde dejé las flechas, pero no hay ni rastro... Y ahora que lo pienso, además está aquella promesa que le hice a aquel espíritu...