Partida Rol por web

Bankunaruchi se muestra cauteloso durante todo el viaje y permanece alerta por si pudieran ser emboscados. Cuando el samurai Grulla rompe el silencio le contesta a sus pensamientos pronunciados en voz alta.

-Creo que de momento su promesa puede esperar, Daidoji-san. ¿Hay alguna huella que indique que alguien retiró sus flechas?

Un kami con una promesa pendiente? Aún debe haber forma de llamarlo, permítame intentarlo.

Kami kiite onnnegaii shimasuuu

Desde luego, no sientes a ningun kami con ese conjuro. Sin embargo, percibes algo... extraño. Esta en un punto entre las rocas, junto al agua, en e limite del alcance del conjuro. 

No percibo ningún kami, pero.. sin darme cuenta creo que he hallado un objeto oculto, entre las rocas, cerca al agua. Señala con uno de sus instrumentos para el hechizo la locación. Acto seguido comienza a recoger sus ítems y ponerlos en su caja de materiales.

Junichiro se acercó hacia donde el Iuchi había indicado, y buscó entre las piedras el objeto mencionado.

Los ojos de Hiroto se cerraron al ver que las flechas no estaban allí, quizás hubiera dicho un se los dije pero se mantuvo en silencio sepulcral; tras algunos segundos de una especie de trance o similar se enfoco en el terreno usando sus sentidos para buscar algún indicio que les encaminara hacia un rumbo fijo.

 Los agudos ojos de Iuchi también ayudan con la búsqueda. Como sus sentidos habían percibido el objeto, se ubica más fácilmente que sus compañeros.

 A pesar que Daidoji pasa cerca, es Iuchi el que nota que una de las piedras junto al rio no pertenece alli. Esta lisa y limpia en su mayor parte, mientras que las otras tienen musgo... Es como si hubiera sido movida alli adrede, de otro lado.

A alguien se le hace familiar esta piedra? Estaba en otro lugar antes?  De haber respuesta negativa, como es muy probable, observo la tierra debajo de esa piedra, para ver si estaba ocultando algo de la vista.

La piedra es grande, del tamaño de un barreño. Pesa lo suyo para levantarla...

- ¿Necesitáis ayuda con esa piedra, Iuchi-sama?

 No hay deshonra en admitir cuando la labor es demasiado grande para sólo un hombre. Si, por favor, daidoji-san. 

El grulla se acercó a la piedra, e intentó ayudar al Iuchi a levantarla

Anzai, cansado de no haber sido de utilidad en todo este tiempo, se decidió a ayudar al Unicornio y al Grulla. La verdad es que la piedra en el camino le parecía algo de lo más curioso en el sentido de que nadie supiese de donde ni por qué habia llegado hasta ese lugar.

- Dejenme ayudar, me gustaría sentirme util en la medida de lo posible amigos. - Dijo ayudando a mover la piedra.