Partida Rol por web

El joven Escorpión se adelanta, mientras que las dos magistradas permanecen atrás. Mikaya parece observar con atención hacia la mesa de los Cangrejo, con los brazos cruzados; no se molesta mucho en disimular. Uno de los dueños de la posada intenta agasajarla con un poco de sake, pero la magistrada rechaza el ofrecimiento con un simple gesto de la mano.

Apenas obtengo respuesta por parte de Hida Daichi el Bushi Escorpión recién incorporado a la Taberna se aleja de las Magistrado y se acerca a nosotros con las mismas buenas formas que tienen el resto de los de su Clan.

- Parece que no es ese el motivo de su entrada en el Local. - respondo al Hida mientras el Escorpión se va acercando a nosotros.

- ¿Y por qué deberíamos hacerlo? - pregunto sin siquiera mirar al Escorpión. No tengo por costumbre compartir mesa con aquellos que ni siquiera se presentan debidamente cuando interrumpen claramente una plácida velada así como la interesante conversación que manteníamos.

El joven Bushi no se ofendió ante el claro tono cortante del cangrejo, "¿por que hacerlo?", pensó, al fin y al cabo tenía razón el hombre de la cara pintada.

-Por interrumpir vuestra conversación os pido mis disculpas más sinceras, y si el mayor inconveniente a mi propuesta es no haberme presentado, espero que no os moleste que lo haga ahora mismo, mi nombre es Bayushi Densishiro.- Dijo sin demasiada ceremonia, y con una levísima inclinación a modo de disculpa.-Mi ofrecimiento y mi petición siguen en pie, si no tenéis más inconveniente.- Aguardo una segunda respuesta por parte de los cangrejo, y mientras los examinaba una vez más, "extraños y descortesmente sinceros", pensó, parecían ser todo lo que decían de ellos, al menos por ahora, le gustaba la gente sincera, desde luego era un cambió sano en aquellas tierras.
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El término bien justificaba la apariencia de aquel Escorpión y el sumarle los murmullos no hacía sino acabar con toda duda sobre su naturaleza. Pero había algo mucho más llamativo en escena, la presencia de las dos magistradas.

Ignorando las sonrisas y comentarios de los otros samurai me fijo en los detalles que indicaban no tratarse de una visita de placer, siendo el más obvio el desprecio al sake, por lo que vuelvo a retrasar mi partida para acercarme hacia las dos samurais.

- Los galones os preceden y vuestros ojos anuncian parte de vuestro interés - comienzo con un tono sereno al que pronto acompaña una inclinación tan formal como la que hubiera realizado frente a Masanori - Soy Yasuki Ashikako, ¿puedo ayudaros en algo magistradas?

- Sin duda estais aquí por otro motivo que no es el beber sake con nosotros. - digo dejando el vaso y levantando la mirada hasta encontrarme con la de Bayushi Densishiro. No obstante, sentaos. Seguro que estareis más cómodos que permaneciendo de pie. - añado haciendo un gesto con la mano invitándoles a tomar asiento en la mesa.

- Como bien dice mi compañera, vuestras acompañantes no pasan precisamente desapercibidas. - le comento al Bayushi. Aunque no parece que les importe lo más mínimo.

 - Ahora, por favor, contestad a mi compañera. - digo cruzando los brazos sobre el pecho mientras espero que alguno de los 3 Escorpiones hable.

El Hida se relajo hacia atras en su lugar, ahora si mirando a los recien llegados directamente. Así que iba con ellos la cosa... bien. Cruzo los brazos y cerro la boca, atento a la conversacion, pero sin intervenir por ahora. No dudaba que la Yasuki era perfectamente capaz de manejar el tema, aunque el hecho de ver a Kuni tan parlante era cuando menos , curioso... e incluso podia resultar ofensivo en su sinceridad, si se lo veía de cierta forma.

Daichi deseo firmemente que siguiera hablando así. 

Ranmaru asintió con la cabeza, hasta que hicieron mención de ellas, y con respeto miró a Mikaya-sama para ver si ya deseaba que intervinieran o no.

Estáis con la cortesana, así que puedes hablar con ella si quieres :p

Densishiro no evito para nada la mirada del Kuni, poco tenía él que ocultar, y ante el amable ofrecimiento del samurai cangrejo, realizado con escasas formas, todo sea dicho, no lo medito dos veces y decidió ocupar un asiento en la mesa con una leve sonrisa de agrado.-Sois muy amables.- Dijo un instante después de sentarse.

El joven escorpión sin mascara, se giró un instante cuando hablo de sus compañeras, y luego se encogió de hombros.- Son mis compañeras tan solo porque hemos compartido una parte del camino, por nada más, Mikaya-dono y Ranmaru-sama, son dos magistradas, siendo además Mikaya-Dono magistrada esmeralda de gran prestigió y responsabilidades.- Mientras explicaba levanto una mano para llamar la atención del servicio de la posada.- Lamento deciros que no sería cortes que respondiera yo a la pregunta que vuestra compañera le ha hecho a tan nobles damas, además, tampoco sabría que responderos pues no se en que podría ayudarles Ashikako-sama.- Su tono era tranquilo, libre de ironías o de cualquier tono fuera de lo natural.-Una botella de sake por favor.- Le pidió al posadero en cuanto se acercó a la mesa, y prosiguió cuando este se marcho a por su pedido.- Ahora bien, es cierto, que mi principal motivo para estar aquí no es beber sake con vosotros, pero sí que está estrechamente relacionado con el hecho de que estéis aquí. Os lo explicare pues no es ningún secreto, ni creo que sea algo malo o poco juicioso, pero antes me gustaría, si fuera posible, tener el honor de conocer vuestros nombres, y que me concedierais aun mayor dicha brindando conmigo por este encuentro.- Les dedico una reverencia marcial desde donde estaba a los otros dos comensales, para formalizar su petición, y aguardo interesado que aceptasen su sincera propuesta.

- Kuni Hotaru es mi nombre. - digo alzando el vaso de sake aceptando el brindis.

- Veamos que tiene que decirnos el Escorpión. - pienso.

Ranmaru se queda observando la escena del Escorpión con los 3 Cangrejos hasta que una de ellas se acerca y se presenta.

Como imagino debe saber Ashikako-sama, ella es Bayushi Mikaya-domo, magistrada esmeralda. Y yo soy Bayushi Ranmaru, magistrada a sus órdenes. - responde Ranmaru - Y posiblemente nos pueda ayudar, aunque si no es mucha molestia tengo curiosidad por su presencia aquí y su relación con los hombres que conversan con Densishiro-san. 

Bayushi Mikaya, Bayushi Ranmaru y Bayushi Densishiro.

Repito mentalmente para enlazar nombres y caras, o máscaras y expresiones en los dos primeros casos, girándome incluso unos segundos para mirar al junshin.

- Podríais considerarlos la muralla de nuestra caravana - medio bromeo al comparar su función con la de nuestro clan - Esé es el motivo de su indumentaria y equipo, suficientes para asustar a cualquier problema de los caminos y demasiado escaso para inquietaros. Pero si me permitís una pequeña confesión - continúo bajando el volumen para evitar que mis camaradas se sientan menospreciados - creo que más bien se debe a vuestro ilustre trabajo que a su aspecto el no haber tenido ninguna incidencia.

-Hida Daichi.+se presenta secamente con el bushi. Hace crujir su cuello, relajando la tension, pero no toma el sake, ni tan siquiera descruza los brazos. Si claro, beber lo que viene de un escorpion...

Densishiro alzo su pequeña taza de sake junto a la de Hotaru en cuanto su compañero Daichi se presento sin hacer el menor aspaviento de tomar la bebida. El joven escorpión bebió de un trago el contenido, como se debía hacer con cualquier buen brindis, y con un leve gesto de su cabeza, agradeció al Kuni la deferencia. No se tomo a mal que el Hida no tomase el sake, al fin y al cabo su clan se había ganado la desconfianza general del resto del imperio, o quizás aquella actitud podría deberse a que Daichi se tomaba muy enserio su cometido, y no considerase oportuno el andar brindando cuando tenía una caravana que proteger, no era poco inteligente mantenerse en guardia,  sabía por experiencia propia que en todo grupo de vigilancia debía haber al menos un hombre que jamás se relajase, aunque pudiera resultar crispante, mejor era esto que dejar que los demás flaquearan en su deber. Densishiro resoplo pensando con cuanta frecuencia recaía el honor de mantenerse vigilante a él, mientras sus compañeros de guardia se dedicaban a jugar a los dados, y cuan poco le había ayudado el hecho de denunciar a estos frente a sus superiores, "hacer lo correcto no siempre es fácil" pensó, "como en esta ocasión".

-Os agradezco que os hayáis presentado.- El bushi escorpión dejo su taza en la mesa para proseguir hablando.- Mi cometido principal para con vosotros es vigilaros.- Dijo el joven bayushi sin rodeos ni adornos.- El gobernador desea que me asegure de que no causáis altercados, ni de que nadie os provoca a uno. Espero que no os moleste mi sinceridad, ni el origen de nuestro encuentro, como os dije es un proceder que quizás encontréis chocante, pero que no está carente de juicio, algo que de seguro habéis razonado sin dificultad.-Hizo una leve pausa para servir un poco más de sake al Kuni, y para servirse él un poco más.-No puedo presumir saber que ronda por la cabeza de mi señor, ni es mi intención ni mi deber, basta decir que se me ha encomendado esta tarea, y que para mi será un honor llevarla a cabo pues me permitirá estar cerca de vosotros, tan cerca como me permitáis claro.- Hablaba con mucha naturalidad, sin la teatralidad típica en aquellos que portaban mascaras, sin gestual izar demasiado con las manos para no distraer a sus interlocutores de lo realmente importante, sus palabras.- Por mi parte reconozco que me complacería enormemente poder conversar con vosotros e incluso compartir vuestros pasos como un acompañante más, no porque ello facilite mi labor, que es cierto que lo hace, si no por qué os encuentro interesantes, sinceros, algo que realmente aprecio en este lugar, y porque estoy seguro de que podríamos llevarnos bien con un mínimo esfuerzo. Naturalmente en el raro caso de que necesitarais algo de mí, estaría enormemente complacido de serviros si con ello no pusiese en peligro mi cometido, he servido como guardia en la ciudad en innumerables ocasiones, y la conozco con gran exactitud.- Densíshiro volvió a beber, esta vez con algo más de mesura, y sonrió levemente tras su trago, "buen sake", pensó.-Bueno ya he hablado mucho, ¿qué me decís?.- Preguntó expectante, decidido a no desalentarse por ninguna respuesta que pudiera escuchar o enojarse por cualquier insulto que pudiera recibir, claro que era más fácil decirlo que hacerlo.

El silencio por éste lado era inquietante y permitía escuchar los razonamientos del junshin y sus razones, todabía quedaban los motivos de las magistradas por ser expuestos, pero podía intuirlos.

- ¿Acaso se inmiscuyen en vuestra labor magistradas?

Pregunto ciertamente divertida por dejarse pisotear de ese modo.

- La verdad es que si; nosotras venimos por algo más urgente. Necesitamos que nos conduzcan inmediatamente hacia la caravana para efectuar un registro.

La mirada de la magistrada denota que no está dispuesta a discutir 

- Tenía pensado irme a descansar, pero en deferencia a vuestro cargo os acompañaré encantada - me inclino respetuosa para después alzar la voz y que e Hida sea capaz de escucharnos - Daichi-san, ¿puede acompañarnos? Hotaru-san, entretenga a Bayushi-san mientras tanto.

No tenía ganas de que el perro de Zaibakan se inmiscuyera más de lo necesario en nuestros asuntos, dado que la fama del daimyo atravesaba los límites de la región.

- Espero que no se trate de una encerrona magistrada - susurro mientras esperamos al Hida - Todos aquí somos fieles cumplidores de la ley imperial y sería un informtunio que nuestra beneficiosa relación se viese truncada por los tejemanejes de terceros.