Partida Rol por web

Retrocedo ligeramente para evitar la mayor parte del golpe del ashigaru y descargo un tajo descendente sobre su pecho.

- No seais necios. - digo. No teneis posibilidades de sobrevivir si os enfrentais a nosotros.

Hotaru resiste el ataque haciendo un gran acopio de fuerza de voluntad, y se lo devuelve a su atacante, hiriéndole gravemente. El ashigaru no ofrece más resistencia; suelta el arma y se dispone a huir. Y viendo la retirada de su compañero, el otro intenta hacer lo mismo.

No se tiraba en cada ronda?

Esta vez, el ronin reaccionó más rápido que sus adversarios y consiguió traspasar las defensas del Hida, a cambio de dejar su guardia considerablemente vulnerable. La katana del ronin atravesó la armadura de Daichi y le hizo un corte en el abdomen, aunque haría falta algo más que eso para acabar con el imponente Cangrejo.

Por su parte, los ronins se batían en retirada y la situación para el ronin y Masanori se complicaba por momentos

El ronin había ido a por todas a por el Hida, ignorando sus ataques. Aunque eso les estaba retrasando, ya que el maldito aguantaba como un bastardo. Había que terminar esto de una vez, antes que se alargase más de lo debido...

Si no hubiese descuidado su guardia en su empeño en herir al Hida, Utemaro habría podido detener el ataque de Ranmaru, pero su ataque había dejado un gran hueco en su defensa por el que la magistrada Escorpión pudo golpear. La herida no fue especialmente severa, pero unida a las que ya tenían contribuía a empeorar el estado físico del ronin, que a pesar de todo seguía combatiendo con una mirada desafiante.

Entre tanto, Masanori rebuscaba algo entre los libros de cuentas y otros documentos de la caravana, y finalmente seleccionó un pergamino de entre todos ellos y se dispuso a desenrollarlo.

Aquello debia terminar cuanto antes... Daichi apenas acuso molestia cuando la espada del ronin encontro hueco en su armadura. ¿De verdad? ¿Era todo cuanto podia hacer?

Al menos eso penso en un segundo, mientras volvia a balancear aquella arma todavia sin bautizar. Un estremecimiento de dolor proveniente de la herida le recorrio con el violento movimiento, haciendo flaquear minimamente su punteria, pero la guardia abierta del ronin fue su perdicion...

La hoja gaijin volvia a probar su eficacia, mientras las paredes de la carreta se teñian de rojo.

Satisfecha por ver como los ashigaru se retiraban, volví sobre mi misma para comprobar el devenir del intercambio de espadas, alegrándome por el hecho de que Utemaro era atravesado por Ranmaru y Daichi. Por desgracia, volvía sobresaltarme cuando descubrí a Masanori intentando desenrollar un pergamino. Y esto se debía principalmente al nerviosismo que él mismo desprendía a raudales y que eclipsaba las ansias de sangre que pudiera emanar cualquier otro de los presentes. Era un ansia y excitación perturbadoras, aquellas que únicamente pueden transmitir alguien apunto de desatar una gran destrucción. - ¡NO! Chillé al tiempo que esquivaba al resto y me dirigía a por caído llena de rabia y pavor. Solo disponía de una oportunidad para detenerlo.

A pesar de la fortaleza de Utemaro, el brutal ataque del Hida terminó por hacerle sucumbir. Con una gigantesca hemorragia en el abdomen, el ronin cayó de rodillas. No estaba muerto aún; se sujetaba las tripas con una mano, mientras que con la otra sostenía su katana, con una mirada desafiante en los ojos. Escupió sangre a los pies del Hida, retándole a terminar el trabajo.

Ashikako hizo un buen intento al tratar de desgajar el pergamino que Masanori había empezado a desenrollar, pero el Cangrejo traidor la vio venir y se apartó a tiempo.

- No es tiempo para sutilezas. - pienso lanzándome hacia Masanori con la clara intención de cortarlo por la mitad.

Al tiempo que Utemaro caía, Hotaru atacó velozmente a Masanori, atravesándolo con su arma. El golpe no había sido letal, pero si lo suficientemente profundo como para herirle de gravedad. El Yasuki gritó lastimosamente mientras trataba de apartarse lo máximo posible del cazador de brujas, pero la pared de la caravana se interpuso en su camino. Aún sujetaba el pergamino.

Por su parte, el ronin no se rendía. Herido más allá de toda curación posible, aún reunió fuerzas para levantar su katana, intentando golpear al Hida, pero debilitado y sin fuerzas, la hoja de su arma ni tan siquiera llegó a pasar cerca de su objetivo.

El ronin aún se resistía, pero Ashikako había hecho que Ranmaru se preocupara por el pergamino que Masanori aún sostenía, así que avanzó hasta este para acabar con él

La hoja de Ranmaru se une a la del cazador de brujas Kuni, justo cuando Masanori estaba empezando a recitar las plegarias que contenía. Las palabras mueren en la boca del traidor, sustituidas por una bocanada de sangre. Masanori se retuerce y se apoya contra la pared de la caravana, cayendo lentamente al suelo mientras pierde poco a poco la conciencia.

- Malditos... Malditos seais...

Con un gruñido, el Hida apoyo la punta de yari que tenia el arma gaijin, en el cuello del ronin caido.

-Saludame a tu amo en el Jigoku.

Las palabras le surgieron lentas pero llenas de sentimiento, de ira, caliente y pesada como la lava, por la traición que significaba para el que alguien con quien habia compartido caminos, comidas, incluso una lucha, hubiera caído tan bajo como para unirse a un usuario de magia oscura.

No espero respuesta, ni la deseaba. Apenas se pronuncio, Daichi hundió la afilada punta hasta que hizo tope. La dejo alli un instante, removiendola, y la retiro despacio. Luego miro al resto mientras limpiaba burdamente el arma en las ropas de Utemaro. La sangre del ronin se escurría por sus heridas, a las que ahora se sumaba el hueco en la garganta. El mismo camino seguia la furia del joven bushi, una vez terminado el combate... Al menos, una parte. Quedaba todavia para Masanori, cuando le hubieran acabado de interrogar.

Ranmaru tenía en la cabeza terminar esto de una vez y reunirse con Mikaya-sama, que miró a su alrededor más en apariencia que como si de verdad le importase algo de allí. Miró a los Cangrejo que la acompañaban, esperando que no tuvieran intención de demorarse en demasía.